Alcanzar las Estrellas... ~ Bill Britton ~
Una Mazorca de Trigo
“¡Queremos ver a Jesús! Queremos ver a Jesús!” Éste ha sido
el lamento de la humanidad desde cuando los griegos vinieron a Felipe en Juan
12:21 al festajarse la Pascua. La respuesta de Jesús en los versos 24-25 fue
que “La hora ha llagado cuando el Hijo de hombre deba ser glorificacado. De
cierto, de cierto, yo te digo, Excepto que el grano de trigo caiga en la tierra
y muera, quedará solo; pero si muere, traerá mucho fruto.” Y en los versos
32-33 nos dice que él estaba hablando a cerca de su muerte: “Y yo, si fuese
levantado de la tierra, a todos los hombres traeré hacia mí. Esto fue lo que Él
dijo, significando qué muerte Él debía padecer.”
Jesús supo que la Vida que estaba en Él era la respuesta a las
necesidades del mundo y del hombre. Pero Él también supo que mientras estuviese
en un cuerpo físico, con las limitaciones geográficas de estar en un mismo
lugar a la vez esto no le era posible (estaba limitado por el cuerpo de
pecado). Él supo que para poder ver a Jesús toda la tierra, Él tendría que ser
glorificado (pasado de muerte a vida), levantado del reino de la tierra,
para que todo el mundo se le pudiese
plantar Su Vida en ellos, en la humanidad, para así traer una gran cosecha en
otros. Llano y simple, esto es lo que Él está diciendo en Juan 12:23-33. Y los
números lo confirma. Si El regresara a la tierra y le diéramos 6 minutos a cada
persona para una conferencia privada, le tomaría más de 100 años
(día y noche, 7 días por semana) sólo
para ver a las personas exclusivamente en la Ciudad de Nueva York. De hecho, él
nunca terminaría, con las nuevas personas que nacerían más rápido de lo que él
pudiera entrevistar el los presentes. ¡Si con cada persona que se
encuentra en la tierra ahora, tubieran que pasarse una hora a solas con Jesús,
tomarían 400,000 años para Él sólo para ver aquéllos que ahora están
vivos en este momento! Aun cuando él predicara a un público de 1,000 personas
cada hora, 24 horas al día, tomarían 400 años para que la población
presente del mundo pudiera oírlo. ¿ Puede Ud. imaginarse lo que significaría estar en la línea 400,000
años sólo para conseguir una hora a solas con Jesús?
¡Yo sé que esto parece tonto, pero yo debo advertírselo y
debo despertarlo a la
verdad del verdadero plan de Dios!
Jesús era una Semilla Divina. Él era esa Palabra Viviente,
plantada en la humanidad que producirá una cosecha o generación a Su propia
semejanza. Juan 1:4 dice “En Él se encontraba la vida”, implicando eso que
fuera de él no había ninguna vida. Esto es verdad. La tierra produjo vida
vegetal, y también una vida animal. Había una vida humana incluso en el mundo.
Pero todo esto que se formó, esta “vida”, cayó a una vida mortal (o que está
pereciendo). No existe ninguna vida divina fuera de Jesús. ¡Él sólo tiene
vida inmortal, la vida eterna, y ésta es la vida que Él está impartiendo a la
humanidad a través de Su muerte, entierro y resurrección!
Reproduciéndose
Para reproducirse, él tenía que encontrar la tierra que lo
recibiría. “Él vino a los suyos, y los suyos no le recibierón, pero a los
tantos que le habían recibido, a ellos les dio él el poder de
convertirse en los hijos de Dios” (Juan 1:11-12). Los ángeles no podrían
recibir o podrían producir esta vida, para los ángeles son espíritus, y esta
vida tuvo que ser plantada en la tierra, en la tierra de Adam. “Nosotros
tenemos este tesoro en los vasos de barro” (2 Cor. 4:7). Alabado sea Dios, Él
encontró esa tierra, que recibiría la Palabra viviente y traería Su semejanza
adelante. Rom. 8:29 dice: “Porque a los que Él conoció, Él también también los
predestinó para ser conformados a la imagen de Su Hijo, para que él pueda ser
el primogénito entre muchos hermanos.”
La reproducción de esta vida divina simplemente se encuentra en 1
Cor. 15:45-49. “Así como nosotros hemos llevado la imagen del terrenal (adam),
nosotros también llevaremos la imagen del celestial.” Heb. 1 y Col 1 nos dice
que Jesús es la imagen expresada del Padre, “la imagen del Dios invisible.” No
físicamente, porque el Padre no tiene ningún cuerpo físico. Él es Espíritu,
invisible, y omnipresente. Fue esa la naturaleza del Padre lo que Jesús expresó
en la tierra a la vista de hombres. El hombre no podría entender la naturaleza
y substancia de Dios en Su forma omnipresente, invisible. Así que Jesús se
volvió Su imagen y lo expresó en un cuerpo físico, visible, en un idioma que
nosotros podíamos entender. “Nosotros miramos su gloria, la como la gloria del
únigénito engendrado del Padre.” (1 Juan 1:14). Y en 1 Juan 1:1-2 nosotros
leímos: “Lo que fue desde el principio nosotros hemos oído, lo qué nosotros
hemos visto con nuestros ojos y hemos apreciado, y nuestras manos han palpado,
a cerca del verbo de vida; (porque la vida fue manifestada a nosotros, y
nosotros la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna que
era con el Padre, y se manifestó a
nosotros).”
Ahora el Padre está diciendo: “El hijo, me diste tu cuerpo como un
vehículo de expresión, donde yo podría revelarme y podría quitar el velo de mi
gloria a este mundo. Ahora has dejado tu propia vida, y haz entregado ese
cuerpo a la muerte, para que después de la muerte yo pueda producir un cuerpo
ti donde puedas expresarte, y qué
llevará tu imagen en la tierra.” “Me haz
preparado cuerpo” (Heb. 10:5). “Ahora vosotros sois el cuerpo de Cristo,
y miembros en particular” (1 Cor. 12:27). “Pero ahora siendo ellos muchos
miembros, pero a la vez un solo cuerpo” (1 Cor. 12:20). ¡Un
cuerpo de muchos miembros para Jesús, para la expresión de Cristo su vida en la
humanidad! ¡Gloria a Dios que plan!...
Él Compró un Campo
Jesús nos dio una parábola en Matt. 13:44, “de nuevo, el reino de
los cielos es como un tesoro escondido en un campo; el qué cuando un hombre lo encuentra, él lo entierra, y por
la alegría de eso fue y vendió todo lo que tenía Para comprar ese terreno...! Ahora esta historia no a cerca de
Ud. encontrando la salvación, y comprándola. Usted no compró su salvación, fue
un regalo de Dios. El reino está como un tesoro escondió en un campo. Ese campo
es usted. El reino está en usted, pero oculto, velado por la carne. Jesús lo
encontró, y “por la alegría que el fijó sobre él, soportó la cruz” y compró ese
campo. Él pagó el precio, por completo. Él no sólo compró el tesoro oculto, él
también compró el campo. Él compró su vaso terrenal, y él tiene un plan eterno
para él. “fuimos comprados por precio: por consiguiente glorifique Dios en su
Cuerpo, y en su espíritu que es de Dios” (1 Cor. 6:20). Su cuerpo ha sido
comprado, así como su espíritu. ¿Qué él va hacer con este cuerpo
terrenal nuestro? Según Fil. 3:21, él va cambiar este cuerpo y hacerlo igual a
su cuerpo de gloria. No lo anulará, o lo dejará en la tumba, como algunos
erróneamente enseñan. Pero él tomará este tabernáculo terrenal en que
nosotros vivimos ahora, y lo cambiará en un templo glorioso y eterno. “No todos dormiremos, pero TODOS seremos transformados.”
(1 Cor. 15:51).
Para ver el precio que él pagó por este campo, vuélvase a 2 Cor.
8:9… “para que conozcan la gracia de nuestro Señor Jesucristo que aunque
él era rico, todavía por nuestra causa
se hizo pobre, para que así nosotros a través de su pobreza pudiésemos
ser enriquecidos.” ¡Esto es una poderosa escritura! Siendo rico, se hizo
pobre, vendió TODO lo que tenía, para
comprar ese campo. Para que el tesoro QUE ESTABA en ese campo pudiera SER
APROPIADO LEGALMENTE (REDIMIDO) y pueda luego ser desenterrado, quitó el velo,
lo reveló, y manifestó. Fil. 2:6-8 (versión amplificada del Griego) nos dice
que Jesús era esencialmente uno con Dios y en la forma de Dios, pero se vació,
se despojó de toda su gloria celestial, hecho él pobre (como hombre caído a
nuestra semejanza) , para sufrir la pobreza horrible de nuestra muerte.
¿Por qué? Para plantar esa vida divina en la tierra de la humanidad,
para que nosotros pudiéramos crecer en su semejanza, podríamos llevar su
imagen, y podríamos compartir la gloria eterna que él tiene del Padre CON EL.
Que nosotros pudiéramos ser enriquecidos CON EL TAMBIEN CON TODOS JUNTAMENTE EN
EL. ¡Para que nosotros pudiésemos ser lo que él era antes de que él fuera
pobre! ¡Gloria a Dios! ¡El quiso compartir SU RIQUEZA CON NOSOTROS! ¡SU INMORTALIDAD!
Una Cosecha Viviente
Permítame leerle de nuevo nuestro texto en JUAN 12:24 en la Biblia
Amplificada:
“yo les aseguro y mas solemnemente les digo, a menos que el grano de trigo caiga en la tierra y muera, sigue siendo
simplemente un grano, nunca se convertirá en vida exclusivamente solo. Pero si
se muere, produce muchos otros y rinde una rica cosecha.” Cuando Jesús entró en
este mundo, él sola tenía la vida. No
había ningún otros capaz de producir vida. 1 Cor. 15:45 dice que el primer Adán
era una alma viviente, de la tierra
terrenal. No había ninguna vida en él, así como tierra con tierra no pueden
producir una cosecha sin la semilla. Pero el último Adán (Jesús) es un Espíritu
vivificante. Pero esa vida permanecía en la semilla hasta que fue enterrada en
la tierra. Esta semilla sola tenía
vida, pero ningún otros tenía vida.
Cuando Jesús caminó esta tierra, él manifestó el reino de Hijo de
Dios. Pero él estaba solo en ese reino. No había ningún otro hijo, nadie más
con vida divina de Dios, nadie quien podría entender o darle
compañerismo a El. “Él estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por él,
y el mundo no lo conoció...” (Juan 1:10). “La Palabra fue hecha carne y anduvo
entre nosotros” Juan dice. Incluso San Juan Bautista que había recibido la
revelación divina en la identidad de Jesús empezó a tener sus dudas cuando él
estaba en la cárcel. Él envió mensajeros que consiguieran más prueba y certeza.
Sus enemigos no supieron quién él era. Ellos pensaron que él era todo un ilegitimo
alborotador y un diablo, y ellos no lo
recibían como el Hijo de Dios. Sus amigos pensaron que él podría ser un profeta
reencarnado, o por lo menos un hombre bueno que tenía amor y compasión. Pero
ellos no conocieron nada del Hijo de Dios. Por la inspiración divina, los
discípulos recibieron la revelación que él era el hijo del Dios viviente. Pero
ellos no entendieron el reino de Hijo.
Un tiempo, en Lucas capítulo nueve, en un pueblo un Samaritano se
negó a recibir a Jesús. Jaime y Juan estaban furiosos, y le preguntó al
Señor si él quisiera llamar y
lanzar fuego abajo del cielo y quemar a esas malas personas, como el profeta
una vez hizo. Pero él reprendió a Jaime y Juan. Ellos no entendieron el reino
de Hijo. Ellos todavía vivían en el reino de los profetas. Pero el reino del
Hijo era mucho más alto. No era un poder para destruir todo, era una vida que
para ministrar. Ellos podrían entender al Profeta, porque él caminó en la misma
vida y el mismo espíritu en que ellos caminaron (los profetas). Pero he aquí
estaba un Nuevo Hombre una nueva Creación, un Hijo de Dios. Nada más había como
él en la tierra (El era perfecto). Y ellos no podrían entenderlo. Era una vida
solitaria, mientras estaba viviendo en un mundo dónde él era el único habitante.
Pero su determinación era poblar ese reino de Hijos con muchos otros como El,
hermanos en su propia imagen. Ni siquiera Pedro pudo tener compañerismo
con él en este avión que volava tan alto, de la vida de Dios del Hijo.
Inmediatamente después de que Pedro recibió la revelación que Jesús era el Hijo
de Dios, en Matt. 16:16, nosotros lo encontramos en el verso 22 a Jesús
reprendiéndolo debido al mensaje de la cruz. Jesús se volvió a él y dijo “tu
que pones la mira en las cosas de los hombres y no en las de Dios....” Él ni
siquiera pudo comunicarse con Pedro en el reino del Hijo.
Oh amigos, permitame a Ud. decirle que esta dimensión, la más alta
del Espíritu es en la actualidad un lugar solitario. No muchos pueden entender
lo que Ud. piensa, ni lo que usted está
teniendo de Dios. Así como Jesús tenía que encontrar su compañerismo con
el Padre a solas, subiendo muchas veces antes del amanecer y entrando en las
montañas para orar, es sólo un lugar donde los Hijos de Dios caminan
hoy, que sólo Dios puede entender. Y lo extenso que nosotros entramos al Hijo,
lo más inexplicable que es este lugar para aquellos que no están en El.
Pero gracias a Dios, hay una cosecha que viene de esta semilla
divina, este hijo del primogénito de Dios. Este nuevo mundo, el mundo del Hijo,
se poblará totalmente. Jesús tendrá el compañerismo con aquellos que han
sufrido cuando él sufrió, quiénes se han vuelto los herederos de haberse
injertado a El y tienen todo lo que él
posee. Éste es el propósito de Dios de plantar esta primer grano de maíz de
Trigo en la tierra de la humanidad. La cosecha plena producirá varios tipos de
cosecha. Habrá una cosecha del 30%, un “doble la porción” o 60%, y la plenitud
o 100%. En la actualidad nosotros estamos buscando los primeros frutos de la
cosecha, ese cuerpo de hijos que serán manifestados para libertar a la creación
de la esclavitud y gemido de muerte. ¡Todos esto de una sola semilla de Maíz! ¡Alabe Dios!
La Cosecha Segó
No habrá ninguna siega de la cosecha, ninguna recolección de El en
los graneros del Padre, hasta que haya venido a él la madurez plena en su
granero. Muchos que realmente no creen en el Hijo maduro, intentan citar parcialmente un versículo en 1 Juan 3:2, “Amados,
ahora somos Hijos de Dios,” pero ellos no siguen con el resto del verso: “Y
todavía no vemos manifestado lo que seremos; pero nosotros sabemos que, cuando
él se manifieste, nosotros seremos como El; porque nosotros lo veremos a El tal
como El es... No, la verdad de la cosecha no anula el retorno personal literal
de nuestro Señor Jesús a esta tierra. Nosotros lo veremos. “Hacia ellos
que lo buscan él se les manifestará.” Y el hecho d que nosotros somos los bebés
en Cristo, los niños de Dios, e hijos que están creciendo a la madurez
plena, no anula el hecho que esta cosecha debe venir y alcanzar la madurez
antes de que se siegue... “Mire, el agricultor (Dios) que aguarda para el fruto
precioso de la tierra, y con larga paciencia por ella” (Santiago 5:7).
Jesús dijo en Marcos 4:28-29, “Porque de suyo lleva fruto la
tierra; primero la hierba, luego la espiga, después el maíz lleno en la espiga.
Pero cuando el fruto se manifiesta, inmediatamente él mete la hoz, porque la
cosecha ha venido.” Cuando el granjero ve la hoja primero surgir de la tierra,
él no se hastía con su cosecha y prepara para ararla. Él sabe que está perfecta
para él en la estatura presente, y que con el tiempo dado y las condiciones
correctas, continuará creciendo hasta que el maíz lleno aparezca. El sol brilla,
entonces las nubes aparecen. El trueno rueda, el relámpago enciende, y la caída
de lluvias viene. Entonces el sol reaparece, y completa la obra de madurar el
maíz. Pero no hay ningúno segando hasta que que aparece en el campo la imagen
exacta de lo que se plantó y se espera como fruto. No sólo la imagen, pero
también las calidades para que de vida.
Así que nosotros tenemos Su vida dentro de nosotros. Pero nosotros
todavía permanecemos atados a este reino terrenal. No cortados y separados y
levantados todavía a aquel reino altísimo. “Nosotros debemos todos ser
cambiados”, esto no todavía cumplido en nosotros. Pablo dice, “Para que cuando
este corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido
de inmortalidad…” (1 Cor. 15:54). Él indica aquí que esto no se ha hecho
todavía, así como nosotros moremos en este reino mortal agonizante. Hay una
siega todavía tomando lugar. El segar de la cosecha totalmente madurada. Y
llevará la semejanza exacta del que fue plantado, esa primera semilla de Maíz
de Trigo. Para que así si usted fuera ver la primera Semilla y la cosecha
juntos, usted no pudiera ver la diferencia.
Juan, en la isla de Patmos, no podría decir la diferencia. Dios lo
tomó por el Espíritu a la nueva era, y dos veces él cayó para rendir culto a
uno de los que estaba en la imagen de Cristo (Ap. 19:10, 22:8), y ambas veces
tuvieron que decirle que no lo haga, ya que el mensajero era uno mas de los
santos. “Adora a Dios.” Esa primera semilla de maíz de trigo es la única que ha
ascendido atrás a la Deidad, así como también brindando su vida e imagen a la
humanidad. ¡Ríndele culto a El! ¡Alábelo para siempre!
¿A que se parece un Hijo de Dios manifestado?
Después de veinte capítulos de describir la vida y
enseñanzas de Jesús Cristo, el Apóstol Juan lo resume todo finalmente a
en Juan 20:31… “Pero estas cosas están escritas, para que creais que Jesús es
el Cristo, el Hijo de Dios; y que creyendo vosotros puedan tener la VIDA a
través de su nombre.”
Así que éste es el corazón del Evangelio. Él ha hecho todas estas
cosas para mostrarnos lo que el Ungido es realmente. Porque nosotros somos
parte y miembros de él, huesos de sus huesos, carne de su carne, los miembros
de su Cuerpo. Y que nosotros pudiéramos ver el reino de hijo en acción, para
conocer el lugar donde nosotros debemos morar. Y donde nosotros debemos saber
actuar. Nosotros debemos saber cuales son nuestros privilegios. Así que él nos
muestra lo que un Hijo de Dios es. ¡Y que a través de su nombre, nosotros
podríamos conocer nuestra forma y
maneras en esta misma Vida!
Éste es el Evangelio. Éste es las noticias buenas para la
humanidad. Nosotros seremos como Jesús. Nosotros vamos a llevar su imagen. Para
sentarse con él en su trono. Para compartir su gloria, y su herencia. Oh sí,
esto ha dicho la buena teología, pero nunca lo trajo a un reino de realidad. De
algún modo, algún día, nosotros lo veríamos en alguna parte más allá del
profundo azul y seremos como él por El mismo. ¿Pero aquí en esta tierra?
¿Delante de este mundo pagano? Nadie parece capaz de creer algo como
esto. Pero es asi sin embargo. Las dudas de los hombres y los argumentos
temerosos nunca le impedirán venir. ¡Alabe Dios! Él lo ha decretado.
¡Está según su propósito eterno que él mismo se propuso en Cristo Jesus
nuestro Señor!
Habrá una cosecha. La cosecha producirá una multitud de hijos en
la imagen y hasta la tierra sea llena del conocimiento de Su gloria y la cubra
como las aguas de su vida, como la cubre el mar. El cielo es real, entrará por aquellos para quien está preparado. El
cuerpo de ese Hijo del primogénito no se ha destruido, y Él se verá de nuevo.
Pero me permito decirle que Él se verá en esta tierra por las naciones del
mundo en Su Cuerpo de Hijos, y ellos sabrán que ellos han visto al Cristo, el
Hijo del Dios viviente. Y el Reino de Dios vendrá a esta tierra, la voluntad de
Dios se hará aquí, y esto será tan grande como cualquier cielo usted ha
soñado alguna vez ver.
Los obras mayores de las que yo Hago...
Jesús sanó el enfermo, expulsó los demonios y levantó a los
muertos para demostrar los privilegios de quién camina en el reino del Reino,
sobre las limitaciones de esta vida terrenal. Abrió los ojos al ciego y el cojo
caminó sin tropiezo, para mostrar que hay nada imposible. El nos ha
enseñado el camino. Él ha demostrado AL HIJO totalmente. Todas las cosas
que Él hizo tenían el propósito divino. Él triunfó encima de todo los poderes
de las tinieblas y los exhibió a una abierta vergüenza. La batalla se ganó.
Para aquéllos que caminan en Sus pasos y llevan Su imagen en la tierra, no hay
nada dificil a cerca de expulsar a los demonios o levantar muertos. El Nuevo
Hombre de la Creación tiene el dominio absoluto por encima de todo los trabajos
de las manos de Dios. Toda la creación se inclina a su autoridad. Él que camina
completamente en el Espíritu y no se liga a lo terrenal, no conoce ninguna
limitación. Él quién ya no puede rendir su vida y fuerza a la tierra, pero que
fue cortado (por su muerte) y ahora libre y recogido en el granero del Padre,
no puede ser tocado por Satanás. Satanás sabe sus limitaciones. Él tenía la
promesa de Dios en el jardín de Edén que “Comerás del polvo de la tierra todos
los días de tu vida” Pero así como también llevamos la imagen de ese uno (Adán)
quién es de la tierra terrenal (del polvo de la tierra), nosotros somos justamente la comida de Satanás. Pero cuando nosotros nos pusimos
en la imagen de este celestial (Jesús), ese espíritu que da vida, que nosotros
ya no somos la Carne comida de la Serpiente. Él ya no tiene el derecho de
atacarnos ni tocarnos (se deshacería), y él no puede mas encontrar nada en
nosotros (su comida). Cuando los hijos de Dios hayan ministrado esta vida entonces
al mundo, hasta que la naturaleza de Adámica no tenga ninguna más evidencia en
el mundo, entonces deba la gloria de Dios llenar esta tierra, y Satanás se dará
por derrotado y será atado para siempre por falta de la naturaleza carnal vieja
y de alimento para El. ¡Alabe Dios!
Jesús sanó a multitudes de personas en Palestina durante su corta
visita en esta tierra. Pero él no vino a sanar a todos los enfermos o a
levantar a todo los muertos. Si éste hubiera sido su propósito viniendo a la
tierra, entonces nosotros tendríamos que decir que él falló, porque quedaban
muchos todavía enfermos y cojos y ciegos cuando él se fué. Muchos cojos todavía
se recogian alrededor de la piscina de Betsaida sentándose a la verja del largo Templo después de su ascensión.
Pero su propósito había venido y había caminando en el reino de Hijo, para
demostrar este reino a aquellos que lo seguirían desde allí, mostrarles la
manera de ser para ellos, para revelar un camino a travez del velo, y para
plantar la vida del Hijo en nosotros. ¡ gloria a Dios!
“!Alcen sus corazones y regocíjence, oh pueblo de Dios, por que el día de su redención está cerca!
Incluso está en la puerta. El día está a nuestras manos cuando usted subirá a
un trono al cual usted nunca ha subido. Las bendiciones de cielo están en
usted, la gracia de Dios el obrar está en usted, y este mundo lo sabrá. Para
sus propósitos yo estoy ungiéndolos hoy y estoy enviándolos hacia adelante, y
por sus causas usted irá. Yo tengo una sorpresa para este mundo, y una que
ellos nunca supondrán. Para aquellos que me han desamparado y han rechazado y
me despreciaron, todavía sus corazones que yo voy a bendecir. Y la sorpresa es
la vida con que yo los bendeciré y que ya está en la tierra. Todavía, está oculta
en los corazones de aquellos que son de verdad míos, quién ha saboreado del
nuevo nacimiento. Porque yo voy a rasgar el velo de carne, y revelare y quitare
el velo de mi gloria fuera de mi templo viviente. Cómo sorprendido ellos
serán al descubrir que mi gloria ha
estado en medio de ellos todo el
tiempo, velada en la carne, desconocida a aquellos que tenían sólo ojos
carnales para ver... Pero vosotros, mis pueblo, mi querida obra , tengan
necesidad de regocijarce. Para ustedes mi hacha y armas, armas de guerra son. Con ustedes yo rasgaré y descubriré
el trono de naciones, y el poder de Babilonia. No en su propio poder, porque
ustedes no tienen ninguno. Pero en el poder y sabiduría de nuestro Dios. Por
que los tronos de esta tierra, y los reinos de esta tierra han sido construidos
por el hombre con la sabiduría y fuerza de Adán. Y ellos se destruirán por
hombre que ha aprendido a entrar en la sabiduría y fuerza del Dios eterno. Esta
destrucción será eterna. Para que nunca de nuevo deban los reinos de imagen de
hombre carnales y sus tronos. Nunca de nuevo deban las carnes gobernar por encima de mi creación. Porque mi reino,
construido por mi Hijo, continuará para siempre, y gobernará encima de la
creación a través de todo las edades. Vosotros sois míos, y yo soy suyos, dice el
Señor de cielo y tierra. Regocijaos, regocijaos, y de nuevo yo digo
regocijaos!”