REACCIÓN EN CADENA EN LOS ÁMBITOS DEL
ESPÍRITU
Serie “Gloria en Lugar de Ceniza” Parte
IV
George H. Warnock
“Para que así como el pecado reinó para muerte, así
también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo,
Señor nuestro” Rom. 5:21
Contenidos
Introducción
Capítulo 1 – Este
Evangelio del Reino
Capítulo 2 – Una reacción
en cadena de muerte
Capítulo 3 – Reacción en
cadena de la Ley de Vida
Capítulo 4 – Dos hombres
– Dos Reinos
Capítulo 5 – Descubriendo
nuestra Cruz
Capítulo 6 – Dirigidos
por el Espíritu de Dios
Capítulo 7 – La Ley de
Vida en nuestro Señor Jesús
Capítulo 8 – La ley de
Vida en la Iglesia primitiva
Capítulo 9 – El Deseo de
Dios para la Iglesia de los Últimos Días
Capítulo 10 – Reacción en
Cadena en Jezreel
Capítulo 11 – La luz de
Siete Días en uno solo
Capítulo 12 – ¡Rasga los
cielos, Oh Señor, y desciende!
Cuando el Cielo toca la
Tierra
Primer impresión: Abril 1989
Segunda impresión: Marzo
1994 (USA)
Gloria en lugar
de ceniza Parte IV – Reacción en Cadena en los Ámbitos del Espíritu – George H.
Warnock
INTRODUCCIÓN
El Reino de Saúl no era el Camino de Dios
Sin embargo, Dios lo dispuso...
Porque el pueblo lo quería...
Aprendieron a través de una experiencia amarga, que Dios
estaba en lo cierto...
Y Dios lo redujo a la nada...
Mientras tanto, Dios estaba preparando diligentemente a
David y a su compañía para que fueran pastores de Israel en el día de la
calamidad repentina, cuya venida estaba garantizada. Aprendamos de David cual
debe ser nuestra actitud hacia el reino de Saúl:
Respeta la unción que Dios ha puesto ahí.
Ama a los ungidos amados de Dios que están haciendo lo mejor
que pueden, de la mejor manera que saben, y buscando servir a Dios en un reino
que se tambalea.
Y no hagas nada para impedir u hostigar lo que están
haciendo.
Sabemos que va a ser un régimen de vida muy corta, y
queremos animar a los que están comenzando a reconocer que Dios ciertamente
tiene que tener un medio mejor.
En ningún momento intentó David echar abajo el tambaleante
reino de Saúl, aunque tuvo una gran oportunidad de proceder así. Sabía que Dios
tenía unos planes mejores y sabía que él era parte del nuevo orden de Dios,
aunque en momentos de gran prueba y conflicto, a menudo sentía que iba a ser
borrado de la faz de la tierra. Cuando el viejo reino cayó y Saúl y Jonatán
fueron matados, esto fue causa de un gran lamento para David. Amaba
sinceramente a estos dos ungidos de Israel, y en ningún momento hubo una
expresión de humildad ficticia cuando se sentó y compuso “El cántico del
arco”, en memoria de Saúl y
Jonatán. Fue sincero. Amaba al pueblo
de Dios... incluso al pueblo rebelde de Dios. Fue completamente devastador ver
como los ungidos de Dios caían en la batalla, y como su reino era sacudido:
“¡Ha perecido la gloria de Israel
sobre las alturas!
¡Cómo han caído los valientes!
Angustia tengo por ti, hermano mío Jonatán:
Que me fuiste muy dulce...”
(2ª Samuel 1:19,26)
Lo inevitable tuvo lugar. Y con todo lo inquietante que
fuese, era el comienzo de un nuevo día para Israel. No habían de ser esparcidos
como Saúl y su ejército en las montañas de Gilboa, como ovejas que no tienen
pastor. Dios había estado preparando a un nuevo pastor, una nueva clase de
liderazgo, rechazado y despreciado hasta esa hora, pero preparado del Señor
para un lugar de gobierno amoroso en el reino de David. No era un régimen
autoritario de una sola voluntad dando lugar a otro. Era un liderazgo rebelde
dando lugar al liderazgo del Santo de Israel. Es evidente por todos los salmos
proféticos de David, que su papel como “pastor de Israel” era el de volver el
corazón del pueblo al Señor, y no meramente a convertirlo en un regimiento para
Sus propios propósitos.
Aquí se revela una de las debilidades fundamentales del
presente sistema de iglesia. Opera mucho de la misma forma que en el mundo. Los
líderes son dependientes de otras personas para su sostenimiento, son votados
por el pueblo y tienen que dar cuentas a otras personas para cualquier cosa que
quieran hacer. Y por estar sujetos a la presión de la gente, en muchos casos es
como si tuvieran que comprometerse, si es que quieren mantener a la gente
contenta. Para mantener una apariencia de unidad en su reino, Saúl tuvo que ceder a la presión del pueblo.
Él estaba preparado para esa labor, y creo que esa es la razón por la que Dios le levantó como rey. El pueblo
estaba mentalizado de esa forma, y Dios simplemente les dio un rey que fuera compatible
con las riendas equivocadas de sus propios corazones.
No obstante, había muchos hombres temerosos de Dios en
Israel que anhelaban algo mejor. Los genuinos no abandonaron a Saúl por David.
Muchos siguieron con Saúl hasta su amargo final. Pero cuando el viejo reino
empezaba a desmoronarse, reconocieron lo que Dios estaba haciendo, y comenzaron
a dirigirse en gran cantidad hacia el reino de David. Lo mismo es hoy evidente
en toda la tierra. Hay muchos que aman a Dios sinceramente ahí fuera y que no
pueden encontrar verdadero descanso en el viejo régimen. Muchos se están
cansando de todo esto, pero no parecen saber que hay otro camino, sino aquel en
el que nacieron. Si sus corazones se abren, encontrarán su verdadero lugar en
el Cuerpo de Cristo, en el Reino de Dios, donde también podrán entrar en Su
santuario, y sentarse ante el Señor, y decir:
“Una cosa he demandado a Jehová,
Ésta buscaré....!
(Salmos 27:4)
Por favor, entended que en todo lo que estamos diciendo en
este escrito ahora, no estamos de ninguna manera criticando a los siervos de
Dios que están haciendo fielmente lo
que sienten que Dios les ha dicho que hagan. Pero Dios quiere que sepamos que
el presente sistema en la Iglesia no es la forma, y que ÉL lo va a convertir en
la nada. El corazón de Dios se entristece por la forma en que el hombre ha
usurpado la autoridad del Espíritu Santo, y robado a Cristo de su Señorío en
medio de Su pueblo. Quiere que sepamos que ÉL se está levantando de su santa
morada para tratar con la voluntad del ego, y la rebelión de Su pueblo. Viene
en gran poder y autoridad—para “arrancar, destruir, arruinar y derribar.” Pero
ese no es el fin de ello. El propósito de Dios es muy positivo: “EDIFICAR, Y
PLANTAR” (Jer. 1:10).
Edificar un templo para Su gloria, y—plantar un jardín que
florecerá con el fruto del Espíritu.
Este escrito surgió de hecho, del anterior, llamado, “El
viaje de la novia”. Antes de terminar ese escrito, me encontré involucrándome
en este asunto de interacción en el Cuerpo de Cristo, y la reacción en cadena
de los movimientos de Dios que surgen de ello. Iba a dejarlo como un capítulo
al final del libro, hasta que recibí la confirmación de que había de haber otro
escrito, cubriendo el asunto de forma más completa.
Sé que hay repetición en este escrito, pero no siento que
pueda evitarlo. El camino de la verdad es el de repetir una y otra vez, pero
cada vez que la Palabra viene, ha de ser fresca y nueva. Es como lluvia del
cielo—viene una y otra vez, pero siempre es fresca y trae vida ¡SI VIENE EN LA
ESTACIÓN CORRECTA! De esta forma, en el
patrón de la Verdad, el método de Dios
es repetirlo una y otra vez, no porque el pueblo de Dios no lo sepa, sino
porque lo saben. Esto es lo que Juan dijo al escribir palabras de amor y verdad
al pueblo de Dios:
“No os he escrito porque ignoraseis la verdad, sino porque
la conocéis...” (1ª Juan 2:21)
Porque la verdad imparte vida cada vez que brota; y el
conocimiento tiene que dar lugar a la verdad antes de que pueda tener significado y de ser liberadora. Si se trata de una mera repetición de
conocimiento, matará cada vez más; pero si, como la lluvia y el sol, viene a tu
corazón en las estaciones del crecimiento, nutrirá y bendecirá y se descubrirá
en tu vida con la hermosura del Cristo viviente.
PORQUE ESTE ES EL PROPÓSITO COMPLETO DE DIOS AL ENVIAR LA
PALABRA DE VERDAD.
--George H. Warnock—
Siguiente Capítulo – Este Evangelio del Reino
Contenidos
Gloria en
Lugar de ceniza Parte IV – Reacción en cadena en los ámbitos del Espíritu –
George H. Warnock
CAPÍTULO 1 – ESTE EVANGELIO DEL REINO
En este escrito queremos hablar de la dinámica espiritual
del evangelio del Reino de Dios. El Evangelio del Reino es mucho más que un
“mensaje”. Nuestro Señor Jesús prometió a Sus discípulos que habría una poderosa
demostración del evangelio del Reino antes de que llegara el fin. ESTO HA DE
SUCEDER TODAVÍA:
“Y será predicado ESTE evangelio del Reino en todo el mundo
para testimonio a las naciones. Y entonces vendrá el fin” (Mateo 24:14)
Fíjate que Él dijo: “ESTE evangelio del Reino”. Pienso que
habría que estar absolutamente ciego para pensar que nuestro Señor estaba
hablando sobre el tipo de predicación del evangelio que surge generalmente de
la Iglesia en esta hora. Ciertamente habla de la clase de evangelio que radiaba
de Su ministerio y del de Sus apóstoles, pero no de la clase estéril que surge
hoy de muchos púlpitos, y a través de los medios de comunicación de la radio y
la televisión. “ESTE” evangelio del Reino es mucho, mucho más que un mensaje.
Es una Palabra dinámica que obra poderosamente en los corazones de quienes lo
escuchan:
“Porque no me avergüenzo del evangelio porque es PODER
(dunamis) de Dios para salvación para todo aquel que cree.” (Romanos 1:16).
Las escuelas bíblicas y seminarios pueden dar mucha
instrucción en las escrituras.. Y Dios ciertamente quiere que conozcamos las
Escrituras. Pero salir a las naciones con este conocimiento y entendimiento, y
predicarlo a los hombres y mujeres, NO ES LA PREDICACIÓN DEL EVANGELIO DEL
REINO. El evangelio de Pablo era mucho más que todo eso:
“Pues nuestro evangelio no llegó a vosotros en palabras
solamente, sino en poder en el Espíritu Santo y en plena certidumbre....” (1ª
Tes. 1:5).
La sed de conocimiento y entendimiento del hombre ha sido
insaciable desde que sus padres participaron del “árbol del conocimiento del
bien y del mal”. De alguna manera, incluso en la Iglesia, si sabemos lo que
Dios ha dicho, tenemos el sentir de que conocemos la verdad. Pero la verdad es
una obra dinámica de Dios en los corazones de hombres y mujeres. La letra de
ello la hallamos en la Biblia, cierto---y amamos la Palabra escrita. Pero ha de
ser profundamente grabada dentro de nosotros, y brotar de nuestros corazones en
un poderoso obrar de Su Espíritu antes de que conozcamos a Dios realmente, y
antes de que podamos verdaderamente declararle, y darle a conocer a los demás.
Enviados por Dios o
Enviados por el hombre
La gran comisión, como se llama (“Id por todo el mundo...”)
nunca se le dio a la Iglesia como una orden de organizar programas misioneros.
Fue dada a un puñado de Sus discípulos que caminaron con Él y aprendieron Sus
caminos. Pero incluso entonces, ellos no estaban equipados. Primero tenían que
detenerse en Jerusalén, su casa, hasta que “fueran revestidos del poder de lo
alto” (Luc. 24:49). Incluso entonces, habiendo recibido este poderoso bautismo
de fuego, continuaron quedándose en Jerusalén--- por cuántos años no sabemos
exactamente--- esperando el tiempo de Dios. Evitemos acusarles de letargo,
negligencia o cobardía. Se enfrentaron a las tormentas de la persecución y se
quedaron en Jerusalén incluso cuando la iglesia estaba siendo dispersada a lo lejos y a lo ancho (Lee Hechos
8:1). ¿Por qué no obedecieron al Señor y no “fueron a todo el mundo ni
predicaron el evangelio”? Lo hicieron, pero caminaron con Dios, conocieron a
Dios, y supieron que Él tenía un tiempo para cada cosa, y un camino, y que
ellos tenían que andar en por ese camino. Habían aprendido mucho del camino de
Dios al andar con Su Señor. Sabían que tenían que esperar el TIEMPO de Dios.
DIOS NUNCA ENVÍÓ A SU PUEBLO EN ACTIVIDAD MISIONERA A MENOS
QUE OPERARAN EN EL ÁMBITO DE LA DINÁMICA DEL REINO-DE-DIOS. CUANDO SU PUEBLO
ESTABA PREPARADO, DIOS LO ENVIABA.
Cuando yo recibo alguno de estas hojitas que vienen por
correo, las tiro a la papelera inmediatamente. “No puedo ir al campo misionero,
pero aquí incluyo mi donación de $___ para ayudar a alguien que si pueda”.
YO PUEDO IR, si Dios me envía. Y tú también. Dios no ha
hecho provisión para un servicio de sustitución en el Reino de Dios. Si Dios te
dice que vayas y tú contestas: “No puedo, Señor, pero aquí está mi donación de
$ 100 para que alguien vaya”, ESTÁS SIENDO TOTALMENTE DESOBEDIENTE A LA
VOLUNTAD DE DIOS.
Que Dios guíe a Su pueblo al descubrimiento de que Él es
todavía el Señor de la Iglesia, y que Él sabe como preparar vasos para el
ministerio, y cuándo enviarlos. La presencia y el Señorío del Espíritu Santo ha
sido completamente ignorado en la mayoría de nuestros programas y esfuerzos por
alcanzar a las naciones del mundo. Nuestro Señor todavía es capaz de decir a un
puñado de creyentes que caminan con Él, “Apartadme a Bernabé y a Saulo para la
obra a que los he llamado”: (Hechos 13:2). Incluso entonces, no se levantaron y
salieron corriendo. Esperaron en Dios en ayuno y oración, y esperaron también
la bendición de la iglesia. Y cuando salieron, fueron “ENVIADOS POR EL ESPIRITU
SANTO...” (Hechos 13:4).
No esto y diciendo que lo que sucedió en Antioquía deba ser
de ningún modo un patrón para la Iglesia. Porque Dios siempre se mueve de forma
distinta, como Él quiera. Simplemente enfatizamos que Dios quiere hablar muy
claramente a Su pueblo en esta hora, como lo hizo en sus principios.
Sé que hoy todo es tan distinto. No se espera más que el
Espíritu Santo pueda hablar de esta forma tan enfática. PERO EL ERROR GARRAFAL
DE LA IGLESIA SE BASA EN ESTE MISMO HECHO, QUE SI DIOS YA NO HABLA CLARAMENTE,
SIMPLEMENTE HAREMOS LO MEJOR QUE PODAMOS SIN ESCUCHAR SU VOZ. Incluso se enseña
que es nuestra responsabilidad actuar con valentía sin esperar en Dios—esperar
con tal intensidad de entrega y devoción, que sabemos que no nos atrevemos a
salir, a menos que escuchemos de Él. Tenemos un derecho, una responsabilidad,
de saber cual es la voluntad del Señor. “Por tanto, no seáis insensatos, sino
entendidos de cual sea la voluntad del Señor.” (Efesios 5:17). Si Dios quiere
que tengamos este entendimiento, entonces tenemos que buscarlo y esperar hasta
saber a ciencia cierta cual es la voluntad del Señor. No niego que pueda haber
períodos de perplejidad, mientras luchamos por conocer claramente lo que Él
esta diciendo. Pero todo esto es parte del proceso de aprendizaje. En esos
momentos, es importante que aprendamos la paciencia y la confianza, en lugar de
actuar con prisa. El espíritu de la prisa generalmente se mueve en la dirección
equivocada. Jesús dijo que si caminásemos con Él en su yugo, encontraríamos
reposo para nuestras almas.
Un corazón dividido
Saúl estaba preparado para hacer lo que Dios le dijera
siempre que no pusiera en peligro su reputación o su posición exaltada a los
ojos del pueblo. Temía que no siguieran junto a él si obedecía completamente la
palabra del SEÑOR, y esto es lo que precisamente se convirtió en su caída.
En la batalla con Amalec, Saúl recibió una clara palabra de
Dios. “Ve pues y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene...” (1ª Sam.
15:3). Saúl estaba confiado en que había hecho lo que Dios le había dicho que
hiciera. “Yo he cumplido la Palabra de Jehová” (vs. 13), fue su confiada
jactancia. Pero, ¿Qué tenía que decir el profeta? “¿Por qué, pues, no has oído
la voz de Jehová...?” (vs.19). ¿Cuál era el problema? ¡Un corazón dividido!
Haría la voluntad de Dios y destruiría a los amalecitas, pero no las cosas
buenas que pertenecían a los enemigos de Dios. Eso sería tan poco razonable.
¡Guardaría esas cosas como una ofrenda para Dios! (lee 1ª Sam. 15:15).
¿Suena esto del todo familiar? Queremos ciertamente hacer la
voluntad de Dios, pero no si deja de tener sentido—no si ofende a demasiada
gente. Podemos salir con cien opciones si convertimos el hacer la voluntad de
Dios en un asunto condicionado. Pero si llegamos, y cuando lleguemos al lugar
en el que hacer la voluntad de Dios, sea nuestro único y exclusivo deseo,
entonces no hay opciones.
Estoy convencido de que nuestra incapacidad para escuchar la
voz de Dios claramente, en la mayoría de los casos es por causa de estar
buscando, esperando e insistiendo en que Su voluntad encaje en el marco de
aquello sobre lo que ya hayamos
establecido que hagan nuestros corazones, y que no estamos dispuestos a
abandonar a la voluntad y a la sabiduría de Dios. Simplemente no es razonable
considerar que la voluntad de Dios pueda guiarnos por un camino que pueda
significar la renuncia a todos nuestros planes, esperanzas y ambiciones para el
futuro.
No estoy sugiriendo en modo alguno que estos deseos sean
necesariamente malos en sí mismos. Incluso pueden ser fruto de un cierto
conocimiento de lo que Dios ha revelado para la vida de alguno. Pero cualquiera
que sea el caso, no mostrarlas en tu mano al Señor y decir; “Señor, quiero
hacer Tu voluntad, pero Tú me prometiste esto, Señor, no puedo ir por donde me
estás guiando porque entonces Tu promesa no podría cumplirse.” No, no
acusaríamos descaradamente a Dios de romper Sus promesas. Pero eso es
exactamente lo que Él escucha cuando en los rincones secretos de nuestros
corazones, se alarga una oposición al camino de Dios, si implica la cancelación
de todos nuestros planes y ambiciones en la vida.
¿Cuál es la profundidad de nuestro amor? ¿No podemos dejar
todo lo que sabemos a cerca de sus
promesas, por causa del amor por el Dios que nos dio precisamente esas
promesas? Dios dijo a Abraham que hiciera eso exactamente: que pusiera sobre el
altar del holocausto la misma promesa que Dios le había dado, y Abraham
obedeció—SIMPLEMENTE PORQUE AMABA A DIOS MAS QUE A LAS PROMESAS. Al mismo
tiempo, sabía que el Dios que había prometido, sería fiel en hacer lo que había
dicho, y devolvería la vida a su hijo otra vez—si fuera necesario—por el poder
de la resurrección.
Vamos a enfatizar mucho este asunto de la voluntad de Dios
porque creo que es de vital importancia en esta hora, caminar en Su explícita
voluntad. Estoy confiado que Dios está cogiendo a un pueblo que llegará a tal
entrega a Él, que podrá usarlos para la revelación de Sus maravillosos planes y
propósitos para esta hora. No estamos hablando de llegar al lugar de tal
entrega al Señor, que sepamos explícitamente lo que Él quiere que hagamos.
Porque cuando Dios encuentra a esta clase de gente para Él, “Él podrá enviarlos
con poder y unción para hacer CUALQUIER COSA que Él quiera que hagan, y NADA
SERÁ IMPOSIBLE a este pueblo dispuesto.
Dios nos dice acerca de este Día de Su Poder, y nos deja
saber que Él está preparando a un “pueblo dispuesto” para esa hora—un pueblo
que será contado digno de moverse en el esplendor y la gloria del Rey exaltado
que reina desde Sión:
“Tu pueblo se te ofrecerá voluntariamente en el día de Tu
poder...”
(Salmos 110:3).
Pero antes de continuar con este pensamiento, queremos
considerar brevemente, solo para formar un contexto, el Día del Poder del
hombre, y a dónde nos ha llevado.
Capítulo 2 – Una Reacción en Cadena de muerte
Gloria en
Lugar de ceniza Parte IV – Reacción en cadena en los ámbitos del Espíritu –
George H. Warnock
CAPÍTULO 2 –UNA REACCIÓN EN CADENA DE MUERTE
A principios del inicio de este siglo, un científico muy
conocido de nombre Albert Einstein, surgió con una notable fórmula. La historia
ha probado que su fórmula era correcta, pero durante muchos años, solo fue una
“teoría”. La expresó mediante una sencilla ecuación:
E = MC²
Que
traducido, significa:
“LA ENERGÍA
ES IGUAL A LA MASA POR LA VELOCIDAD DE LA LUZ AL CUADRADO”
Bien, esto no deja de ser bastante incomprensible para todos
nosotros, pero en aquellos días, tuvo un gran impacto en el mundo científico.
Era una teoría, que si fuera cierta, llevaba en sí un tremendo potencial para
la liberación de la energía, una energía que la humanidad jamás había soñado.
Nadie estaba seguro si era válida hasta que otros científicos la desarrollaron,
y de ella surgió lo que se conoce por “energía nuclear”, que ha revolucionado
el ámbito del poder y de la energía, y muy particularmente en lo que se refiere
a los recursos militares de las naciones. Las implicaciones asombrosas de este
descubrimiento han aterrorizado a toda la familia humana, y por causa de ella,
el mundo entero se encuentra al borde de la aniquilación.
Hay dos clases de reacciones en cadena nucleares, una es la
fisión nuclear, como la que se produce en la bomba atómica, y en la que los
átomos se dividen, y con cada división del átomo, hay una liberación de la
energía una y otra vez, hasta que se produce una explosión enorme de muerte.
Pero en la segunda clase, la fusión nuclear, hay incluso una mayor liberación
de energía, cuando una partícula se fusiona con otra, y después con otra, y
después con otra, liberando una clase de energía que incluso ahora, se produce
en el sol. Se dice que el núcleo solar es un poderoso reactor nuclear y que lo
que el hombre ha producido con la bomba de hidrógeno, es una réplica diminuta
del mismo proceso de fusión que ha estado produciéndose en el sol—no sabemos a
lo largo de cuantos milenios.
Incluso ahora los científicos de muchas naciones están
buscando un descubrimiento en la tecnología en cuanto a como podrían aprovechar
la energía de la fusión nuclear para el bien y el beneficio de la humanidad.
Piensan que se hallan al borde de un tremendo descubrimiento. Si tuvieran éxito
en su búsqueda, todas las otras formas de energía se quedarían obsoletas. Uno
observador científico dice esto:
“La producción de energía será eficiente y limpia, las
actuales plantas nucleares serán envueltas en cristal y enterradas. Los árabes
harán comercio con sus Rolls Royces a cambio de camellos. El golfo pérsico no
tendrá ningún valor estratégico. Los automóviles se moverán con baterías
eléctricas, cargadas con energía producida por el hidrógeno. El cobre, el aceite, la gasolina y por
supuesto, la fisión nuclear, serán el historia del pasado...”
Pero el hombre sueña con logros aún mayores, si descubriera,
y cuando descubriera como transformar grandes cantidades de masa en energía, de
forma controlado y sostenida. Otro científico lo expresa así:
“Así, habría muy pocas cosas para el hombre que fueran
inconcebibles de lograr para él, desde cambiar las condiciones climáticas en su
planeta, hasta empujar a otros planetas
a nuevas órbitas alrededor del sol”.
Todo esto puede sonar muy interesante, tan CORRECTO a los ojos del hombre. Pero, ¿Qué tiene Dios
que decir de los caminos del hombre?
“Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es
camino de muerte.” (Prov. 14:12)
Dios dice que el camino del hombre termina en muerte. Dios dice que no hay
manera por medio de la cual el hombre pueda apartarse de la ley del pecado y de
la muerte, la cual ha derribado al familia del HOMBRE—NINGÚN CAMINO, SINO SOLO
EL CAMINO QUE DIOS MISMO HA PRODUCIDO A TRAVÉS DE LA CRUZ Y DE LA RESURRECCIÓN,
POR LA LEY DEL ESPÍRITU DE VIDA EN CRISTO JESÚS.
Cuando los hombres, en su rebelión, pretendieron edificar
una ciudad y una torre que alcanzara los cielos para hacerse un nombre para
ellos mismos, Dios dijo que era suficiente; descendió y esparció a la
muchedumbre. (Gén. 11:9).
¿Qué supones que Dios está pensando cuando los hombres
comienzan a especular sobre el cambio climático de la tierra, sobre relanzar
planetas a otras órbitas? Puedes estar seguro de que Dios va a descender de
nuevo, y va a anular la sabiduría del hombre.
Tengo un cuadro que saqué de un periódico hace unos años,
preparado por hombres que entendían la situación en lo referente a armamento
nuclear de las naciones. Muestra en gráfico como las armas nucleares de todas
las naciones combinadas es igual a 6000 veces la potencia armamentística de
todas las naciones que se involucraron en la 2ª Guerra Mundial. Afirma que un
1% del arsenal de los Estados Unidos, o del arsenal soviético, sería suficiente
para producir un invierno nuclear, en el que el sol sería tapado por el polvo
suspendido en la atmósfera, convirtiendo al planeta en un lugar inhabitable
para las plantas, animales o humanos. Afirmaban que un nuevo submarino Tridente
a solas, tendría suficiente potencial armamentístico para igualar a ocho veces
todo el poder armamentístico usado en la 2ª Guerra Mundial por todas las
naciones, y que tendría la capacidad de destruir toda ciudad principal del
hemisferio norte.
Estamos hablando de la clase de poder que el hombre ha
descubierto en el átomo; y como el hombre, en su gran “sabiduría”, ahora
sostiene en sus manos el poder para aniquilar toda forma de vida en este
planeta. Nuestro Señor Jesús nos dijo que si Dios no interviniera, “ninguna
carne” sería salva; pero Él prometió, “...Por causa de los escogidos, esos días
serán acortados” (Mat. 24:22). Los hombres pueden haberse preguntado en los
días del pasado si Jesús estaba usando una hipérbole, por qué, ¿De que manera
hubiera podido alguna clase de guerra o desastre nuclear aniquilar a toda
carne? Pero ahora, la asombrosa implicación de un holocausto suicida planea
sobre toda la familia humana al completo. Es bueno saber que en algún lugar en
medio de toda la devastación que viene, Dios va a acortarlo “por causa de los
escogidos”. El hombre sigue buscando la salida, pero es atrapado en la red de
su propia creación. No tiene la sabiduría, aunque tuviera la voluntad, de
prevenir el uso de sus propios inventos para la destrucción, por la simple
razón de que no tiene la “gracia” que solo viene de Dios.
Pero enteramente aparte de la amenaza de un holocausto
nuclear, nos encontramos igualmente en un estado de emergencia global por causa
de los contaminantes que están destruyendo nuestra tierra, nuestros mares y
nuestra atmósfera. Mientras escribo esto, hay una conferencia en camino que se
celebrará en Inglaterra, que esperan suponga el inicio de una campaña masiva de
limpieza entre las naciones, en un esfuerzo por salvar el planeta tierra antes
de que sea demasiado tarde. Consideré muy apropiado que en el número final del
centenario del National Geographic, colocaran un holograma de nuestro planeta
en un estado de colapso, como un globo de cristal que estaba haciéndose
pedazos, y debajo, la pregunta:
¿PUEDE EL HOMBRE SALVAR ESTA FRÁGIL TIERRA?
Los Burladores de los
Últimos Días
El apóstol Pedro nos dice que los “burladores” abundarán en
los últimos días, “andando en sus propios deseos, y diciendo, ¿Dónde está la
promesa de su advenimiento? Porque desde el día en los padres durmieron, todas
las cosas permanecen así como desde el principio de la creación.” (2ª Pedro. 3:4) Esta burla se ha prolongado
durante mucho tiempo, pero fíjate en lo siguiente: YA NO DICEN MÁS, “TODAS LAS
COSAS PERMANECEN ASÍ...”
Ningún hombre con un entendimiento normal dice eso hoy.
Ningún loco en su mente pervertida lo dice. Ni los científicos, ni los
políticos, ni los expertos en medio ambiente lo dicen. Estamos mucho más
adelantados en el horario de Dios que cuando Pedro tuvo la visión al hablar
de “los últimos días”. En algún lugar
en los últimos 50 años más o menos, nos deslizamos por ese período de tiempo
del que habló Pedro, y ahora estamos viviendo un marco temporal que podría ser descrito como la última hora,
o los últimos minutos.
La tragedia de todo esto, en lo que concierne al pueblo de
Dios, es que la mayoría de los cristianos hoy día son tan “voluntariamente
ignorantes” de los tiempos en los que estamos, como estaban los burladores de
los que habló Pedro. Nadie conoce el tiempo del fin, eso es cierto. Pero el
horario del cielo está definitivamente por delante de donde estaba hace 50
años, cuando la Iglesia vivía con una cierto sentido de expectativa hacia la
aparición del Señor. En ese tiempo no había pensamiento de que el planeta
tierra comenzara a romperse en pedazos. Pero de alguna manera, hoy, 50 años por
delante, nada de esto consigue despertar a la Iglesia a buscar el rostro de
Dios. El pensamiento es muy parecido al pensamiento en los días del profeta
Isaías, cuando el destino de Jerusalén colgaba en la balanza, y al pueblo
parecía importarle muy poco:
“Por tanto, el Señor, Jehová de Los ejércitos llamó en este
día a llanto y a endechas, a raparse el cabello y a vestir cilicio; y he aquí
gozo y alegría, matando vacas y degollando ovejas, comiendo carne y bebiendo
vino, diciendo: Comamos y bebamos, que mañana moriremos.” (Isáis 22:12-13).
Jesús Dijo, “Ocupaos
hasta que Yo venga”
El pueblo de Dios continua planificando, haciendo propósitos
y especulando, y está muy absorbido con los asuntos del mundo, esperando de
alguna manera acumular solo un poquito mas de los juguetes de la tierra que
terminarán despareciendo antes del holocausto. ¿No se nos dice que tenemos que
estar “ocupados” hasta que el Maestro vuelva? Ciertamente, pero “estar ocupados
como lo solemos estar normalmente” no es lo que el Señor estaba diciendo. El
dio a Sus siervos dones preciosos y gracias y les dijo que comerciaran con
ellos hasta que ÉL regresara. No estaba diciéndoles que llenaran sus días como
lo habían hecho en el pasado. Nos exhorta a ocuparnos con los tesoros del
Cielo, no con los juguetes terrenales que desaparecerán. Comerciar con ellos de
forma que cuando el Maestro vuelva, no se avergüencen de Su venida, sino que
puedan decir, “Me diste cinco talentos, he ganado cinco más. Me diste fe, me diste
los tesoros del Cielo, los he invertido en la vida de Tu pueblo, por medio de
tu gracia que capacita, y ahora, miro el fruto de ello en las vidas de mis
hermanos.
Reacción en Cadena de
la Ley del Pecado y de la Muerte
Aunque pueda parecer
temible, tenemos la tendencia a admirar el genio de la especie humana, no sólo
por descubrir la fórmula de este tipo de energía nuclear, sino porque descubrió
como ponerla a funcionar. Sin embargo, a la luz de lo que ha sucedido, creo que
tendríamos que fórmula un poquito, y escribirla de la siguiente manera:
E = MC² = D²
Puesto que, ESTA NUEVA ENERGIA DESCUBIERTA ES IGUAL A LA
MUERTE MULTIPLICADA POR SI MISMA, A LA MUERTE EN UNA ESCALA ENORMEMENTE
ACELERADA.
Puesto que el hombre no ha creado nada, lo único que hizo
fue descubrir secretos que durante mucho tiempo han permanecido escondidos en
los propósitos de Dios, y que Dios no revelaría hasta que el hombre hubiera descendido a las mismas profundidades
de la apostasía. ¡Porque qué ha logrado el hombre sino tan solo acelerar la Ley
del Pecado y de la Muerte, que ha estado operando en la familia humana desde la
caída! Dejemos de admirar por más tiempo la genialidad del hombre; en su lugar,
que podamos conmovernos por el hecho de que la sabiduría del hombre haya
producido tal aceleración de la Ley de Pecado y de la Muerte, de forma que
ahora puede poner en movimiento una reacción en cadena de devastación que
podría aniquilar a toda la familia humana al completo, y arrasar toda forma de
vida en este planeta, si Dios le dejara hacerlo. ¡Qué logro más maravilloso!
¡Que sabio es el hombre, que puede producir su propia destrucción in casi un
instante de tiempo!
¿Dónde esta el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el
disputador de este siglo?¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?” (1ª
Cor.1:20).
No estamos tan locos como para acusar al hombre de querer
traer esta guerra nuclear y toda su devastación. El hombre ciertamente quiere
mantener su posición como señor de este planeta. Pero sabemos que NO HAY PAZ para los malos, y que el hombre nunca hallará
verdadera PAZ hasta que se incline al pie de la Cruz, y reconozca a Cristo como
el Señor y el Príncipe de Paz. Solo en la sabiduría de la Cruz hay vida para
ser encontrada. Solo por la sangre de Su Cruz hizo Dios la paz para la
humanidad, y reconcilió al hombre hacia Sí. Y por supuesto, este es considerado
locura a los sabios de este mundo.
“Porque la palabra de la Cruz es locura a los que se
pierden, pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es PODER DE DIOS (1ª
Cor. 1:18).
Estamos hablando del reino, del gobierno, y del dominio de
la muerte. Estamos hablando de este rey cruel que sujetó a la familia humana
cuando Adán pecó; y que desde entonces ha habido una reacción en cadena de esta
ley en toda la familia humana, hasta el día de hoy. Pero ahora, al final de los
tiempos, en tan solo estos últimos 50 años más o menos, ha habido una
aceleración tal de esta terrible ley, que el hombre ha descubierto el secreto
de aniquilar a cinco mil millones de habitantes de esta tierra en tan solo unos
instantes. ¿Cómo consiguió este logro? Alcanzó esta posición exaltada porque se
entregó al dios de este mundo en un vano intento de ser su propio dios. No es
por medio de la “evolución”, sino por medio de la “retrogresión”, que ha dicho:
“No reconoceré a Dios, ni Le daré las gracias.”
Después descendió aún más bajo en su apostasía y dijo, “No
necesito a Dios, soy suficiente en mí mismo”, y adoró a la criatura en lugar de
la Creador.
Y finalmente, en su último escalón hacia abajo en la
apostasía, dijo, “No quiero a Dios en mis pensamientos” (lee Romanos 1:21-28).
Y con cada paso hacia abajo en la escalera de la apostasía,
dio una mayor y mayor aceleración a la Ley del Pecado y de la Muerte, para que
ahora, en la “altura” de su sabiduría, se ha traído a sí mismo al borde de la
extinción. Y todo ello por causa de su pecado inherente que le incita a
reconocer a Dios cada vez menos y menos, y despreciar más y más su Señorío.
Ahora bien, lo que hemos dicho respecto de la ley del Pecado
y de la Muerte, ha sido meramente con el fin de crear un contexto para lo que
vamos a decir acerca de una clase diferente de reacción en cadena, la reacción
de la Ley de Vida.
Capítulo 3 – Reacción en cadena de la Ley de Vida
Gloria en
Lugar de ceniza Parte IV – Reacción en cadena en los ámbitos del Espíritu –
George H. Warnock
CAPÍTULO 3 – REACCIÓN EN CADENA DE LA
LEY DE VIDA
No tenemos ningún problema en reconocer las implicaciones a
largo alcance del reino de la muerte. Vivimos en ese reino, y la muerte nos
rodea por todas partes. Cada generación del hombre ha sido testigo de ello.
Pero esta generación en la que ahora vivimos ha sido empujada a reconocer la
aceleración de la Ley de la muerte mucho más allá de lo que fuera posible
pensar hasta hace unos 50 años aproximadamente.
Pero hay una nueva ley que Dios ha puesto en movimiento
cuando Jesús murió en la Cruz y se levantó de los muertos. La nueva ley fue
diseñada por el Señor para tragar a la vieja ley. Porque fue en la Cruz que el
Príncipe de la Vida destruyó a la Ley del Pecado y de la Muerte, y comenzó a
impartir de nuevo la ley a los miembros del orden de una Nueva Creación. Ellos
son aquellos a quienes el Señor ha tomado de las muletas de la vieja ley y los
ha introducido en un nuevo orden, una nueva esfera de vida, un nuevo reino, un
nuevo ámbito. Abraza también a toda una raza de seres, todos aquellos que por
la fe han sido arrebatados como teas de las ascuas de la vieja raza, y traídos
a la nueva. No son traídos por medio de un proceso de reformación o
re-acondicionamiento, sino que son traídos a nueva vida por la operación de una
nueva Ley, la Ley del Espíritu de Vida en Cristo Jesús.
“Porque la ley del Espíritu de Vida en Cristo Jesús me ha
librado de la ley del pecado y de la muerte” (Romanos 8:2).Ha habido una
confrontación de las dos leyes, y la Ley de la Vida ha prevalecido donde una
vez reinaba la Ley del Pecado. La Ley de Vida no solo derrotó a la Ley de la
Muerte, sino que HA REEMPLAZADO A LA ANTIGUA LEY COMO PRINCIPIO MOTIVADOR Y
POTENCIADOR DEL NUEVO HOMBRE. Esto es un tanto asombroso y solo por la fe y por
la revelación del Espíritu podemos recibirlo. La muerte REINÓ—Estaba en control
supremo. No había nadie que pudiera escapar de su dominio, SI ES QUE ERA DE
NACIDO EN LA RAZA DE ADÁN. La ley de la Muerte es inherente a toda la familia
de Adán, y nadie puede escapar de sus tentáculos a no ser por medio de la nueva
Ley de Vida. Por tanto, habiendo sido liberado de la vieja ley, hay una nueva
ley que toma su lugar:
“COMO EL PECADO REINÓ PARA MUERTE, ASI REINE LA GRACIA POR LA JUSTICIA PARA VIDA
ETERNA POR JESUCRISTO NUESTRO SEÑOR. (Rom. 5:21)
¿Podemos entenderlo? Que, como el “pecado reinó”, así la
gracia debe “REINAR para vida eterna”. ¡Que como el pecado dominó, y produjo
una reacción en cadena en los ámbitos de la muerte, de la misma manera LA
GRACIA, LA JUSTICIA Y LA VIDA DOMINEN AHORA, y por una reacción en cadena de
las operaciones de Dios, produzcan el REINADO DE LA VIDA!
Realmente no es difícil fluir con la lógica de lo que el
apóstol está diciendo por el Espíritu. Pero nos echaríamos atrás por temor ante
las implicaciones de todo ello. ¿Cuál es el temor? ¡QUE POR LA OPERACIÓN DE LA
NUEVA LEY DE VIDA VAMOS A TENER QUE RENUNCIAR EN NUESTROS MIEMBROS A LA
OPERACIÓN DE LA LEY DEL PECADO Y DE LA MUERTE, Y REEMPLAZARLA CON LA OPERACIÓN
DE LA LEY DEL ESPÍRITU DE VIDA EN CRISTO JESÚS!
¿Por qué razón habríamos de encogernos de esta clara
declaración de la Palabra? Debe ser porque como criaturas sujetas a la muerte,
nos sentimos más cómodos en ese reino. Como los insectos, que se esconden bajo
un árbol podrido, y cuando lo levantamos, corretean hacia la oscuridad. ¿Por
qué? Porque son criaturas de la oscuridad, y la oscuridad ha cegado sus ojos.
Jesús dijo,
“Para juicio he venido Yo a este mundo, para que los no ven,
vean, y los ven, sean cegados.” (Juan 9:39).
Si somos participantes del reino de la oscuridad y venimos a
la luz, somos hechos de nuevo para que comencemos a regocijarnos en la luz.
Pero si nos contentamos de vivir bajo muerte y nos gozarnos en la oscuridad,
entonces la luz que brilla sobre nosotros hará a la oscuridad aún más intenta
de lo que era antes. Porque si la luz que hay en nosotros, dice Jesús, es
tinieblas, entonces ¡Cuántas no serán las mismas tinieblas! (Mat. 6:23).
No temamos venir a la luz. Puede darnos miedo, lo sé, porque
por naturaleza somos hijos de oscuridad y escogeríamos permanecer en ese
estado. La luz es demasiado fuerte, demasiado brillante para los ojos de
nuestro carnal entendimiento. Tememos que nos ciegue. Y lo hará, tal y como
dijo Jesús—si continuamos resistiéndola. Pero al venir a la luz, la luz
dispersará las tinieblas de la muerte, y nos hará caminar a la luz de un nuevo
día. La radiación de la Luz de Dios en nuestras vidas producirá una reacción en
cadena para bien o para mal. Pondrá en marcha una cada vez mayor claridad de Su
gloria cuando escojamos caminar en ello, o pondrá en marcha una medida mayor de
ceguera si escogemos resistirla. El Sol de Justicia cegará nuestros ojos, como
ocurrió con Saulo de Tarso en su rebelión; o esa misma Luz traerá sanidad y
restauración, y un aumento de gloria cada vez mayor, cuando nos encontremos a
nosotros mismos orando como Saulo, y buscando a Dios con gran arrepentimiento y
examen de conciencia. No temamos nunca acudir a la luz, no importa cuán
indignos nos sintamos, o cuánto miedo tengamos que pasar de estar ante la
claridad de Sus ojos, que todo lo ven. Porque la luz es inseparable de la vida,
y al venir a la luz, estaremos entrando en ámbitos de nueva vida, en los que la
vida será el Señor mismo morando en nosotros. Él viene a quitar el pecado, y a
quitar la muerte, a destronar al rey de la oscuridad, a gobernar y a reinar en
Su lugar.
Implicaciones del
Reinar de la Vida
Hemos hablado del reino de la muerte, y la fórmula que
produjo la aceleración de la Ley de la Muerte en la familia humana:
E = MC² = D²
Pero también hay una fórmula para la vida, y ha estado
funcionando en la tierra en cierta medida desde que el Príncipe de la Vida
visitó este planeta. Sin volvernos demasiado científicos sobre el tema, podemos
resumirla en esta ecuación:
WC = L²
Esta multiplicación de la vida produce luz:
“En Él estaba la vida, y la Vida era la Luz de los hombres.,
(Juan 1:4)
Esta vida se manifestó cuando Jesús visitó este planeta,
cuando se sujetó al camino de la Cruz. Pero la iglesia, la mayor parte de su
historia, ha perdido el camino porque ha sido engañada hasta pensar que la
fórmula era solo aplicable a Jesús. Murió en la Cruz, así que nosotros no
necesitamos morir en la nuestra.
Hemos perdido el camino porque hemos fallado en descubrir
que la Cruz no fue solo un instrumento de crueldad sobre el que Jesús murió por
nuestros pecados, sino que FUE UNA CRUZ QUE ÉL LLEVÓ TODA SU VIDA, UNA CRUZ QUE
ERA INEVITABLE SIMPLEMENTE Y TAN SOLO PORQUE ÉL HACÍA LA VOLUNTAD DEL PADRE.
Jesús nació bajo la sombra de la Cruz. Incluso en su nacimiento, el Príncipe de
la Muerte puso en marcha un plan maligno para matar al Príncipe de la Vida. A
diario tuvo una confrontación con el mundo que resistía la luz de Dios.
Una vez que entendamos lo que la Cruz significa, dejaremos
de jactarnos de que Jesús murió en Su Cruz y que por ello nosotros no
necesitamos morir en la nuestra. Si tratamos de hacer la voluntad de Dios, será
imposible evitar la Cruz. PORQUE LA CRUZ ES LA ENCARNACIÓN Y LA EXPRESIÓN MISMA
DE LA OPOSICIÓN DEL HOMBRE A LOS CAMINOS DE DIOS, Y DE LA OPOSICIÓN DE DIOS A
LOS CAMINOS DEL HOMBRE. Así, nuestro Señor Jesús llevó Su Cruz diariamente, no
porque fuera en busca de problemas, SINO PORQUE SIMPLEMENTE SU BÚSQUEDA ERA
HACER LA VOLUNTAD DEL PADRE. Decir que yo no necesito sufrir la Cruz porque
Jesús lo hizo por mí es lo mismo que decir que no necesito caminar en
obediencia al Padre porque Jesús lo hizo por mí. SI VAMOS A IR POR EL CAMINO DE
DIOS VAMOS A CONOCER EL ODIO, EL REPROCHE, Y LA OPOSICIÓN DEL MUNDO QUE NOS
RODEA Y ESTO ES LO QUE CONSTITUYE NUESTRA CRUZ. No vamos por ahí tratando de
fabricar métodos de penitencia auto-infligida, para que alguien pueda identificarnos
con los sufrimientos de Jesús. Este es un camino mortal de tratar de
contravenir la muerte. Porque tan ciertamente como busquemos hacer la voluntad
del Padre y nos comprometamos a caminar en obediencia a Su voluntad,
conoceremos y experimentaremos la oposición y el odio que se amontona sobre
aquellos que aman a Dios más que a los caminos del mundo.
No puede haber una cruz significativa en nuestras vidas si
vivimos una clase de vida religiosa normal. Pero la oscuridad reaccionará
rápidamente cuando la luz brille. Jesús dijo a Sus hermanos religiosos, “No
puede el mundo aborreceros a vosotros; más a Mí me aborrece, porque Yo
testifico de él, que sus obras son malas:” (Juan 7:7). El mundo religioso de
ese día co-existió muy bien con el mundo alrededor de ellos; pero cuando Jesús
entró en escena, HUBO UNA AMPLIA COLISIÓN ENTRE LA OSCURIDAD Y LA LUZ, ENTRE EL
AMOR Y EL ODIO, ENTRE LA INIQUIDAD Y LA JUSTICIA, ENTRE EL MAL Y EL BIEN, ENTRE
SATANÁS Y DIOS, Y FUE ESTA COLISIÓN DE LA LUZ CON LA OSCURIDAD QUE EMPUJÓ A
JESÚS A SU CRUZ.
Pero en lugar de que la oscuridad destruyera la luz, fue la
luz quien destruyó a la oscuridad. En lugar de que la muerte destruyera a la
vida, fue la vida quién destruyó a la muerte. En lugar de que el odio
destruyera al amor, fue el amor quien destruyó al odio.
De este modo, nuestro Señor Jesús murió por nosotros para
que nosotros no muriéramos, sino para que VIVIÉRAMOS. Pero cuando abrazamos la
VIDA, somos capacitados para andar en la misma VIDA en la que Jesús anduvo, en
la misma obediencia en la que Jesús anduvo. Fue esta obediencia que llevó a
Jesús a Su Cruz, y si andamos en esa obediencia, ciertamente nos llevará a
nosotros a nuestra propia Cruz. Fíjate
que es en Su obediencia en lo que nosotros debemos andar, si ha de ser para la
gloria de Dios. Nada menos que la obediencia de Cristo honrará y glorificará al
Padre. ¿Cuál es, de forma explícita, la naturaleza de Su obediencia?
“He aquí, que vengo, oh Dios, para hacer Tú voluntad, como
el rollo del libro está escrito de Mí” (Heb. 10:7).
“No puedo Yo hacer nada por Mí mismo; según oigo, así juzgo;
y Mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me
envió, la del Padre.” (Juan 5:30).
¿Está relacionado nuestro concepto de la voluntad Dios solo
con hacer toda clase de cosas nobles: predicar, evangelizar, escribir,
establecer iglesias, etc. etc. etc.? ¿O hemos llegado en nuestro compromiso de
hacer la voluntad del Padre, a una completa renuncia a nuestros pensamientos,
ambiciones, deseos, anhelos en la vida, sea en las cosas naturales o en las
espirituales? ESTE DEBE CONVERTIRSE EN EL PRIMER PASO EN NUESTRO DESEO DE HACER
LA VOLUNTAD DE DIOS—RENUNCIAR A NUESTROS PROPIOS PENSAMIENTOS SOBRE EL TEMA,
CANCELAR TODOS NUESTROS PLANES, Y POR SU GRACIA, LLEGAR A UN LUGAR DONDE
SABEMOS QUE NO PODEMOS HACER NADA, Y ENTONCES, PODEMOS ESPERAR APRENDER DE QUÉ
VA REALMENTE LA VOLUNTAD DE DIOS.
Ahora bien, si la obediencia de Cristo pretende guiarnos a senderos de verdad que
culminarán en nuestra cruz, qué importante es que guardemos nuestros corazones
y mentes de estas sutiles tentaciones del Enemigo, que nos sacaría del camino
del aprendizaje de esta clase de obediencia. Jesús “aprendió la obediencia”.
Esto no quiere decir que fuera desobediente. Pero a través de las muchas
pruebas a las que fue sujeto día a día, aprendió la voz del Padre. Nosotros
también hemos de aprender esta clase de obediencia.
JESÚS VINO A LA TIERRA PARA HACER LA VOLUNTAD DEL PADRE... Y
ESTO SE CONVIRTIÓ EN LA BÚSQUEDA TOTAL EN LA VIDA O EN LA MUERTE... NO TENÍA
OTRO PLAN.
La Voluntad de Dios—O
el plan del hombre
Es importante que entendamos esto. Como pueblo de Dios,
nuestras vidas pueden llenarse con proyecto tan dignos, todos ellos en nombre
de hacer la voluntad del Padre. Y creo que llegamos a este tipo de conclusiones
principalmente porque fallamos en reconocer que HACER LA VOLUNTAD DE DIOS EN
LUGAR DE HACER MUCHAS BUENAS OBRAS, ES EL ÚNICO DEBER DEL HOMBRE. Dios tiene planes muy maravillosos y propósitos
que aún han de cumplirse—lo sabemos. Tiene muchos y muy maravillosos proyectos
en mente—cosas grandes que Él quiere conseguir en Su pueblo, y en la tierra.
PERO ERRAMOS COMPLETAMENTE EN EL CAMINO DE DIOS CUANDO
COMENZAMOS A ASUMIR QUE SE SUPONE QUE TENEMOS QUE TRABAJAR EN LOS OBJETIVOS DE
DIOS, EN LUGAR DE ESTAR COMPROMETIDOS TOTALMENTE A HACER SU VOLUNTAD Y A
CAMINAR EN SU CAMINO.
Y LA RAZÓN POR LA QUE FALLAMOS A DIOS ES PORQUE SIMPLEMENTE
NUESTROS CAMINOS NO SON LOS CAMINOS DE DIOS, NI SUS PENSAMIENTOS NUESTROS
PENSAMIENTOS.
Así pues, ¿Qué podemos hacer? Si sabemos que Dios quiere
alimentar a los cinco mil, organizaremos un comité para levantar fondos y hacer
el trabajo. Si sabemos que Dios quiere alcanzar las naciones con el Evangelio,
organizaremos las cruzadas, y levantaremos los compromisos para dejar hecho el
trabajo.
PERO SI SABEMOS Y COMPRENDEMOS QUE CAMINAR EN SU CAMINO ES
TODO LO QUE ÉL REQUIERE, ENTONCES DIOS HACE TODA LA PLANIFICACIÓN, Y NOSOTROS
ESTAMOS EN UNA POSICIÓN EN LA QUE SIMPLEMENTE PODEMOS RESPONDER A LO QUE ÉL
DICE—Y DIOS ES VERDADERAMENTE GLORIFICADO.
SI ESTAMOS TOTALMENTE COMPROMETIDOS A HACER SU VOLUNTAD,
ENTONCES EL NOS MOSTRARÁ SU CAMINO, Y SU OBJETIVO SERÁ REALIZADO GLORIOSAMENTE.
PERO SI BUSCAMOS PERSEGUIR EL OBJETIVO DE DIOS, FALLAREMOS TOTALMENTE A LO QUE
DIOS TIENE EN MENTE.
Ahora bien, Dios nos da de vez en cuando una visión
momentánea de Su plan, y una pequeña comprensión de Su objetivo. PERO ÉL HACE
ESTO PARA PROBARNOS, PARA SOMETERNOS A TEST, PARA CONSEGUIR QUE LE BUSQUEMOS, Y
NO PARA QUE NOS INVOLUCREMOS CON PLANES Y ESTRATEGIAS (Lee Juan 6:6). Dios
mostrará a Sus siervos lo que Él quiere, para conseguir que Le busquemos para
encontrar Su camino, Su unción, Sus métodos. Pero qué veloces somos para
ignorar Sus caminos, y para movernos con el brazo de carne, en un intento
desesperado por hacer LO QUE SOLO DIOS PUEDE HACER POR EL PODER DE SU UNCIÓN Y
SU PRESENCIA.
La vida de Jesús estuvo completamente vacía de montones de
innovadores ingenios con el fin de conseguir hacer Su trabajo. Tenía una sola
cosa en su agenda: “He aquí, que vengo, Oh, Señor, para hacer tu voluntad”. Y
puesto que esta SOLA COSA impregnaba todo Su ser y ocupaba totalmente Sus
pensamientos, Su vida estuvo completamente despojada. Simplemente se movió en
los caminos predeterminados por Dios, incluyeran lo que incluyeran: sanar a los
enfermos, levantar los muertos, testificar a una mujer devastada junto al pozo
de Samaria—ministrar a uno o a dos, o las multitudes, como Dios escogiera—y
finalmente sacrificarlo todo porque el Padre había dicho, “Ahora regresa a
Jerusalén, y da Tu vida.”
Ahora bien, Satanás también conoce un poco del plan de Dios,
y como le gustaría involucrarnos EN CUALQUIER CAMINO QUE NO SEA EL DE DIOS, Y
OFRECERNOS LOS RECURSOS QUE PENSAMOS QUE NECESITAMOS PARA CONSEGUIR LOS
PROPÓSITOS DE DIOS EN LA TIERRA.
Por tanto, Jesús fue sujeto a una tentación triple al mismo
comienzo de su ministerio terrenal, porque en la voluntad de Dios, Él tiene que
vencer a Satanás aquí mismo en el territorio de Satanás, antes de que el Padre
le permita marchar en poder y autoridad para establecer el Reino de los Cielos
en los corazones de los hombres. Hemos mencionado esta tentación varias veces
antes; pero brevemente tenemos que volver a mencionarla. En efecto, Satanás
estaba diciendo:
Te daré la clave para tu pan diario: “Convierte esta piedra
en pan...”
Te daré la clave para la popularidad y la aclamación de las
masas: “Arrójate desde el pináculo del templo...”
Te daré la clave de todos los recursos de los reinos de la
tierra: “Todas estas cosas Te daré...”
La iglesia de esta hora ha sucumbido a esta tentación por
triplicado en todos los puntos, y no es sorpresa que la Ley del Pecado y de la
Muerte continúe en su desmán en el Reino de Dios. Mientras Satanás siga
engañando al pueblo de Dios con pensamientos de que el éxito, los logros, y la
acumulación de los recursos del hombre, en busca de conseguir el poder político
y económico, son cosas que Dios necesita para la extensión de Su Reino, la ley
del Pecado y de la Muerte seguirá reinando en medio del pueblo de Dios.
¿Puede ser realmente cierto, que Jesús venciera al Diablo a
través de mucha prueba y conflicto, para que tú y yo podamos tener la clave a
una vida fácil, encontrar popularidad y aclamación, y tomar los recursos y
reinos de la tierra para el beneficio del evangelio? ¿Que Jesús resistiera esta
tentación para que la Iglesia hoy pueda entregarse a ella? ¿Qué Él sufriera en
la Cruz rehusando aceptar el desafío de Satanás, para que ahora nosotros
podamos escapar de la Cruz entregándonos a ese desafío? ¿Qué Él venciera al
Diablo para que ahora nosotros no tengamos que vencerle?
TENEMOS QUE ESTAR SEGUROS DE ESTO, QUE CUALQUIER PODER QUE
ADQUIRAMOS EN ESTA VIDA, QUE SEA AJENO A UN CAMINAR DE ABSOLUTA OBEDIENCIA A LA
VOLUNTAD DE DIOS, SERÁ UN PODER DE NATURALEZA EGOÍSTA, QUE SE GLORIFICARÁ A SÍ
MISMO, Y QUE EN CONSECUENCIA, SERÁ AUTO-DESTRUCTIVO.
TENEMOS QUE ESTAR SEGUROS POR LA PALABRA DE DIOS Y POR LA
VIDA DE JESÚS, QUE SU CRUZ SERÁ NUESTRA CRUZ
SI REALMENTE ESTAMOS CONSAGRADOS A CAMINAR EN EL CAMINO DE DIOS.
La historia de la Iglesia da mucho testimonio de lo que
sucede cuando un pueblo de Dios, moviéndose en el ámbito de la obediencia y
tomando su cruz, es exaltado repentinamente a un lugar de fortaleza política,
material o económica. Su testimonio desaparece rápidamente y son cautivados por
un sistema mundano, babilónico. Así, la historia da testimonio de cómo la
iglesia que una vez fue perseguida, se convierte en perseguidora, bajo la
noción engañosa de que Dios les ha vindicado y les ha dado autoridad
eclesiástica y política, así como poder económico para establecer el Reino de
Dios en la tierra. Fallan completamente en el camino de Dios, y el reino y el
reinado del pecado y de la muerte continúan ejerciendo dominio sobre los
corazones y mentes de las naciones.
El camino de Dios es
efectivo y poderoso
No estamos hablando de una teoría que podría funcionar o no.
Estamos hablando del camino de Dios. EL ÚNICO CAMINO DE DIOS PARA ALCANZAR LOS
CORAZONES DE LOS HOMBRES—PARA ALCANZAR A LAS NACIONES CON LA VERDAD DEL
EVANGELIO. Él lo ha hecho antes en gran medida y lo hará otra vez, esta vez en
toda su medida.
Primero fue dado como una promesa a Abraham:” Y en tu
semilla serán benditas todas las naciones de la tierra...” (Gén.22:18). El
hecho revelado al apóstol Pablo, de que la “Semilla” era Cristo, (Gál.3:16)
estaba inherente en la promesa; y que de esa Semilla habría una cosecha que
llenaría la tierra con la Semilla del Cristo viviente.
No menosprecies la ley de la semilla y el potencial de la
semilla. Produce una poderosa reacción en cadena de vida, puesto que cada
semilla reproduce cientos de ellas, y su vez, cada de una éstas, produce
cientos de más, cada una en su momento. Y es porque la vida inherente en la
semilla se reproduce al someterse al proceso de morir en la voluntad de Dios.
Cuando la Vida visitó este planeta, hubo una fusión de Dios
con el hombre. Esta “fusión” divina liberó energía divina, y esta liberación de
energía continúa generando más y más, y más energía en una poderosa reacción en
cadena de vida que llenaría la tierra rápidamente con la gloria de Dios y su
presencia, si no fuera por la desobediencia del pueblo de Dios.
Pero decimos esto en el contexto de los propósitos de Dios.
Sabemos que Dios siempre permite que esta poderosa operación de poder se
extinga, hasta el momento de la madurez para que la medida completa de la ley
del Espíritu de Vida sea revelada en la cosecha final de los tiempos. El padre
de familia ha seguido esperando ese día. Puesto que ha estado esperando
pacientemente ese día, Él habla a Sus siervos, cuyos corazones han sido
moldeados conforme a Su corazón—“Mirad como el labrador espera el precioso
fruto de la tierra, aguardando con paciencia...Tened vosotros también
paciencia, y afirmad vuestros corazones porque la venida del Señor se acerca.”
(Santiago 5:7-8).
¿Pacientes? ¿Pacientes en el tiempo de la cosecha, cuando la necesidad es tan grande? Eso es lo que dijo el apóstol. Porque que los siervos de Dios que conocen la realidad de la fórmula de la Reacción en Cadena de Vida, no son atrapados por las maquinaciones de los hombres para alcanzar tantas personas como sea posible, lo más rápidamente posible, y con todos los recursos humanos que puedan reunir, porque el tiempo se acaba. Ahora solo importa UNA COSA. La única manera de “redimir el tiempo” es comprender “cual sea la voluntad del Señor” (Efe. 5:16-17), y hacer fielmente lo que Él diga. No te vuelves más espiritual buscando alguna clase de empleo “espiritual”. Haz lo que Dios ponga en tus manos qué hacer, y hazlo fielmente, sirviendo a Dios en las tareas insignificantes de la vida diaria; pero en todo ello, estate seguro de BUSCARLE EN SERIO, Y DE ANHELAR POR LA INTERACCIÓN DE LO CELESTIAL CON LO TERRENAL. Es en dónde tú estas exactamente, en el camino de Dios, incluso en medio de las tareas insignificantes y ordinarias de la vida que Él te ha dado qué hacer, que el Cielo baja y toca la tierra, y el poderoso Dios del cielo se fusiona con Sus siervos en la tierra.
Sucedió con Abraham... Sucedió con José... Sucedió con
Moisés... Sucedió con Josué... Sucedió con Caleb... Sucedió con Samgar... Sucedió con Débora y
Barak... Sucedió con Gedeón... Sucedió con David. Sucedió con los profetas…con
Isaías... con Jeremías... con Ezequiel... con Amós... y con todo el resto que
conoció los caminos de Dios. Sucedió con Zacarías en el templo, en el curso
ordinario de sus deberes, haciendo la voluntad de Dios. Sucedió con Juan el
Bautista, que permaneció en el desierto haciendo la voluntad de Dios donde Dios
le había puesto. No estaba estudiando bajo los escribas capacitados y los
fariseos del templo, para hacerse más competente para la obra que había ante
él. Sólo esperaba....esperaba... esperaba en Dios,... esperaba la interacción
de los cielos con la tierra, y no fue decepcionado. La Palabra de Dios vino a
él mismo, donde estaba, en el desierto, haciendo la voluntad de Dios, y
esperando en Él.
Y finalmente sucedió con el Señor Jesús...
Pero ahora hemos venido a la verdadera Semilla. Sus amados
discípulos pensaban que Él había venido para producir la gran cosecha de la que
habían hablado los profetas. Su muerte fue el episodio más devastador que jamás
habían experimentado. No sabían que Él había venido a ser la “Semilla” que debe
ser plantada en la tierra, y que entonces se convertiría en los “primeros
frutos para Dios”, al levantarse de entre los muertos en vida de resurrección.
Pronto harían su glorioso descubrimiento. Tenía que morir para que la “fusión”
que Él había conocido con el Padre, pudiera reaccionar en Sus hermanos en una
poderosa reacción en cadena de vida espiritual que LIBERARÍA TODA LA ENERGÍA
DEL HIJO DE DIOS DE FORMA QUE IMPREGNARIA A TODO el Cuerpo de Cristo. Su
entronización en los cielos no limitaría de ninguna manera esta gran y poderosa
reacción en cadena de vida, SINO QUE MÁS BIEN, SU ENTRONIZACIÓN SERÍA EL MEDIO
DE PRODUCIRLA. Porque este hombre, perfeccionado a través de sus sufrimientos
en la tierra, sería fusionado de nuevo con Dios, con una gloria mayor que la
que había tenido antes. Ahora, desde esta nueva fusión entre un hombre
glorificado con el Padre de gloria, una cada vez mayor energía divina sería
liberada sobre Su pueblo en la tierra. Un Hombre de la tierra se fusiona con la
Gloria celestial, y la energía de esa gloria comienza a fluir sobre sus
discípulos que esperan en la tierra; una reacción en cadena tras otra toma
lugar cuando la tierra responde al Cielo, y el Cielo responde a la tierra.
Discípulos devastados y humildes son
fusionados con la gloria de Dios y comienzan a moverse en la tierra como lo
hizo Jesús mientras estuvo aquí. Se marchó para este propósito, que Él, que era
la Luz de los hombres mientras
permaneció aquí, pueda ahora radiar esa misma Luz en la tierra a través de Su
pueblo, que ha aprendido sus caminos, y que ha aprendido a andar con Él.
Así, la reacción en cadena de la Ley de Vida se aceleró cada
vez más y más, hasta que en un período de tiempo muy corto, toda la tierra
fuera saturada con el evangelio del Reino de Dios.
Me quedo asombrado en ciertos momentos por la gloria y
reverencia que el pueblo de Dios de forma ignorante concede al reino del pecado
y de la muerte, como se maravillan de los poderes asombrosos de Satanás y de
los logros tremendos de los hombres, y sin embargo, dan tan poco respeto a la
Ley del Espíritu de Vida, y piensan que es imposible que el Señor Soberano
creara un pueblo para Sí, que surgiría conforme a toda la estatura de Cristo.
Confío en que aún ha de revelarse desde los cielos tal interacción entre el
Reino de los Cielos en los asuntos de los hombres, que no solo la tierra será
sacudida, sino que los cielos sabrán del poderoso impacto de la Palabra de
Verdad, al sonar desde el Cristo entronado, por medio de los labios de Sus
siervos ungidos en la tierra; cuyo propósito no es otro que destruir todo lo que es destruible en la tierra, y
dejar en su lugar lo indestructible, el inquebrantable Reino de Cristo:
“Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los
amonestaba en la tierra, MUCHO MENOS nosotros, si desecháramos al QUE AMONESTA
DESDE LOS CIELOS. La voz del cual conmovió entonces la tierra; Pero ahora ha
prometido, diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino
también el cielo.” (Hebreos 12:25-27)
En medio de las peores cosas que el hombre o Satanás puedan
hacer, nuestro Dios puede producir en Su pueblo una aceleración tan enorme de
la ley del Espíritu de Vida en Cristo Jesús, de forma que los logros de los
hombres sean llevados como el polvo de la era por el viento, y la cosecha por
la que el labrador ha estado esperando, venga a la medida completa de la
estatura de Cristo. ¿O vamos a confesar que la Ley del Espíritu de Vida es MÁS
DÉBIL que la Ley del Pecado y de la Muerte?
¿Qué Dios ha permitido que Satanás madure todos sus ardides
malignos, y lleve a la perfección el misterio de la iniquidad... Y SIN EMBARGO,
DIOS NO PUEDA TRAER A SU MÁXIMA EXPRESIÓN LA LEY DEL ESPÍRITU DE VIDA EN CRISTO
JESÚS?
¿La Nueva Ley de
Vida... que anulará la vieja Ley de la Muerte?
“Porque la ley del Espíritu de Vida en Cristo Jesús me ha
librado de la ley del pecado y de la muerte” (Romanos 8:2).
El pueblo de Dios ha sido muy rápido en dejar la Palabra de
Dios a un lado, si no “funciona”. En teoría, son empujados a creerla, porque
después de todo, son cristianos. Pero no van a ser movidos por ella—si es poco
razonable—si no “funciona”.
Pero Dios
nos dice que cuando Él envía Su Palabra a la tierra, no la tomará hasta que
haya cumplido el deseo y la intención de Su corazón (Is. 55:10-11). Si la mayor
parte de ella no parece funcionar, necesitamos conocer la paciencia de Dios.
Necesitamos comprender la ley de la semilla. Puede permanecer dormida durante
muchos años, PERO EN EL MOMENTO CORRECTO, CUANDO SEA PLANTADA EN LA TIERRA,
GERMINARÁ Y CRECERÁ Y PRODUCIRÁ EL FRUTO QUE DIOS PRETENDIÓ.
El plan de Dios es que el pecado y la muerte sean
completamente tratados y sometidos en Su pueblo, por la operación de la Cruz de
Cristo en sus vidas, por el Espíritu Santo. No estamos hablando de llegar a un
estado de inmortalidad en esta vida presente. Sin embargo, incluso en medio de
nuestra inmortalidad, el deseo de Dios
es que nuestros cuerpos sean tocados con cada vez más de Su vida. Es la vida de resurrección de Jesús tomando
dominio de nosotros, incluso mientras caminamos por un entorno que ha sido
vencido por el pecado, la muerte y la corrupción.
“Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está
muerto a causa del pecado, más el espíritu
esta vivo a causa de la justicia” (Rom. 8:10). Ahora bien, ¿está realmente el apóstol diciendo
especialmente en este contexto
maravilloso de la vida del Espíritu, que el “pecado está operando en vuestros
cuerpos, pero no importa.... el Espíritu de Dios es vuestra justicia y Él mora
ahí también? ¿Está diciendo realmente que debemos continuar caminando en
pecado, aunque nuestro espíritu participe de Su justicia?
Supón que un incendio barre la ciudad y los edificios se
debilitan y comienzan a tambalearse por causa del fuego. La ayuda está en
camino. Los bomberos llegan al escenario y extinguen el incendio que había
provocado los daños. Después llegan otros equipos de rescate, trayendo comida y
ropa, y comenzando el trabajo de restauración y de renovación de la ciudad. Los
edificios están debilitados por causa del fuego. Pero extinguir el fuego no es
restaurar los edificios a su sanidad original. Esto sucederá más tarde; pero
primero de todo, el fuego tiene que ser extinguido.
Así, por causa de la invasión del pecado en la familia
humana en sus comienzos, todos MURIERON en la familia de Adán; y nuestros
cuerpos permanecen “muertos por causa del pecado”—muertos por el pecado que
heredamos de Adán. Tenemos un pequeño problema, hablando emocionalmente, cuando
vemos a ese pequeño bebé inocente arrebatado a la muerte. No hizo nada malo. ¡Era tan precioso e
inocente! ¿Por qué sucedió? Este pequeñito nació con la Ley del Pecado y de la
Muerte que heredó de Adán y no murió porque él mismo estuviera viviendo en
pecado. Murió por causa del “fuego” del pecado de Adán. Así, nuestros cuerpos físicos,
seamos o no cristianos, están en un estado de mortalidad por causa del “fuego”
devastador de la trasgresión de Adán. Para los que están en Cristo Jesús, todo
ha terminado ya. El pecado ha sido tratado completamente y el fuego ha sido
extinguido por los fuegos de la Cruz de nuestro Señor Jesús. Pero nuestros
cuerpos permanecen en un estado de mortalidad y muerte por causa del pecado que
heredamos de la Caída.
La redención que tenemos en Cristo Jesús es plena y
completa. Y hay una nueva Ley de Vida que comienza a funcionar en nosotros,
cuando el Espíritu Santo recibe el señorío en nuestras vidas, para que incluso
ahora no solo haya una renovación de nuestros espíritus, sino un despertar de
estos nuestros cuerpos mortales.
“El que levantó de los muertos a Cristo Jesús, vivificará
también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.” (Rom.
8:11).
Pablo hace una distinción entre el cuerpo mortal y el cuerpo
incorruptible. No está hablando de la resurrección de nuestros cuerpos que han
comenzado a descomponerse. El cuerpo mortal es un cuerpo viviente, sufriendo un
proceso de muerte. Pero el cuerpo corruptible es un cuerpo muerto, que ha
sufrido el proceso de la descomposición. Por tanto, nuestro Señor no vio
“corrupción”, porque Su cuerpo estuvo en la tumba poco menos que tres días, y
la corrupción comienza el cuarto. Recordarás el comentario de Marta a Jesús
respecto de su hermano Lázaro, que su cuerpo ya estaba corrompiéndose, “porque
llevaba cuatro días muerto”. (Juan 11:39).
Incluso ahora, el deseo de Dios es que Su pueblo comience a
participar de esta nueva vida que no sólo traerá sanidad, sino fortaleza y vida
a estos cuerpos mortales. El “aguijón de la muerte es el pecado”, y el aguijón
ha sido quitado, pero la restauración y la renovación de estos “edificios”
devastados es un proceso constante. Dios tiene un cierto orden que está
siguiendo en Su sabiduría: primero avivar nuestros espíritus, después nuestras
almas, y finalmente nuestros cuerpos (lee 1ª Tes. 5:23). Este es el orden de
Dios, y nos deja en un estado de mortalidad a propósito, para que podamos tener
la capacidad de experimentar en nuestro cuerpo mortal, “la muerte del Señor
Jesús”, y Su vida de resurrección.
En la historia de la Iglesia hemos observado mucha presunción
en esta área, habiendo “reclamado” los hombres esta nueva vida, y habiendo
intentado conseguir la inmortalidad aquí y ahora. Dios sí quiere liberar a Su
pueblo de la Ley del Pecado y de la Muerte, y de todas las “enfermedades de
Egipto”; pero su intención no es hacernos inmunes a la muerte en los días de
nuestra carne. Más bien nos deja en un estado de mortalidad, para que podamos
experimentar lo que Pablo describe como “la muerte del Señor Jesús.” “¿Queremos
de verdad escapar “esta muerte del Señor Jesús” en nuestra carne mortal? ¿Y que
se nos niegue la plenitud de vida que Él tiene para los que sufren juntamente
con Cristo?
“Porque los que vivimos, estamos siempre entregados a la
muerte por causa de Jesús, para que la vida de Jesús se manifieste en nuestra
carne mortal.” (2ª Cor. 4:11). ¿Dónde quiere Dios manifestar la vida de Jesús?
“En nuestra carne mortal”. Y el propósito de Dios es éste, que por la muerte
obrando en nosotros, Él pueda producir vida en otros (2ª Cor. 4:12).
Pero, ¿Cómo podemos pretender decir que morir de tumores, cánceres, o problemas
de corazón, y podríamos seguir nombrando una interminable lista de otras
enfermedades de la familia de Adán—como podemos decir que al sucumbir a estas
cosas estamos experimentando “la muerte del Señor Jesús?” Es la ley de la
muerte que hemos heredado de Adán, la que ejerce su poder y su autoridad en
nuestros cuerpos que todavía no han sido cambiados y hechos inmortales. Somos
plenamente conscientes que nos hallamos en el proceso de la muerte, de la misma
forma que vivimos. Pero no creo que Dios quiera que Su iglesia sea escogida
como víctima por “las enfermedades de Egipto”. Estamos participando de estas
enfermedades en la Iglesia de la misma manera que en el mundo. Incluso bajo el
Antiguo Pacto, Dios hizo una promesa muy clara a Su pueblo obediente: “No
pondré ningunas de estas enfermedades sobre ti, las que traje a los egipcios,
porque Yo soy Jehová tu sanador.” (Éxodo 15:26).
La muerte del Señor
Jesús
¿Qué es esto? Sabemos que Él murió por nosotros como nuestro
sustituto, y en ese sentido, no podemos morir por los demás. Sin embargo, el
MISMO AMOR QUE LLEVÓ A JESÚS A LA CRUZ, EL SEÑOR PRETENDE PONERLO EN NUESTROS
CORAZONES, PARA QUE COMO ÉL PUSO SU VIDA POR NOSOTROS, ASÍ “NOSOTROS PONGAMOS
NUESTRAS VIDAS POR LOS HERMANOS.” (Lee 1ª Juan 3:16).
Si vamos a poner nuestras vidas por los demás, primero de
todo tenemos que ser participantes de la Ley del Espíritu de Vida en Cristo
Jesús. EL GRANO DE TRIGO QUE CAE EN LA TIERRA Y MUERE TIENE QUE ESTAR VIVO ANTES
DE PODER MORIR Y PRODUCIR FRUTO. Puede permanecer latente durante muchos años,
incapaz de reproducirse a sí mismo. Pero si está vivo y plantado en la tierra,
a su tiempo se manifestará en vida nueva. Solo podemos producir vida en los
demás, si nosotros mismos estamos andando en esta nueva ley del Espíritu.
Entonces somos VENCEDORES, incluso en la muerte. Nuestra búsqueda tendría que
ser una búsqueda muy egoísta si solo quisiéramos disfrutar de esta vida
abundante de Jesús, a la par que siguiéramos viviendo en nuestra carne
inmortal, mientras que muchos hombres y mujeres en la Iglesia y en el mundo,
siguieran estando cautivos a la Ley del Pecado y de la Muerte. Si el verdadero
Espíritu de Jesús llenara nuestros corazones, consideraríamos “el morir del Señor
Jesús” como nuestro supremo llamamiento.
Nuestro “morir”
debería ser “sacrificial”
“Siempre llevando en el cuerpo la muerte del Señor Jesús...”
(2ª Cor. 4:10).
La muerte de Pablo fue una muerte sacrificial porque la Ley
de Vida le guió a una muerte muy fructífera para el Cuerpo de Cristo.
“Porque yo esto para ser sacrificado, y el tiempo de mi
partida está cercano” (2ª Tim. 4:6). La palabra griega para “sacrificado” es
“spendo”, que significa “dedicar la vida de uno como una ofrenda sacrificial”.
Pablo usó la misma palabra en Filipenses 2:17 “Y aunque sea derramado en
libación sobre el sacrificio y servicio de vuestra fe, me gozo y regocijo con
todos vosotros”. ¡Se gozaba de poder
derramar su vida hasta la muerte, como una libación para Dios—derramado sobre
la ofrenda sacrificial de la fe que era rendida a Dios por los santos de
Filipo! Se gozaba si su sacrificio de muerte se mezclaba con el mismo espíritu
de sacrificio que era manifiesto por los Filipenses en su fe y servicio a Dios. Algunos de los valientes de David
arriesgaron sus vidas por amor a David, al irrumpir en el campamento filisteo
para coger un vaso de agua pura y refrescante del pozo de Belén. Tomaron esta
agua para David con el riesgo de perder sus propias vidas. Derramaron sus vidas
por David a quien amaban. Fue un gran sacrificio para Dios, y David sintió que
debía convertir el sacrificio de ellos en algo todavía más significativo,
derramando el agua que le habían traído, como una libación para Dios. ¿Cómo
podría David beber esta agua fresca para saciar su propia sed, a la vista de un
sacrificio tan enorme? ¿Y como podemos nosotros esperar y orar por buena salud
y larga vida meramente para disfrutarla para nosotros mismos, cuando
consideramos que otros en la Iglesia han dado su vida en martirio, para que
nosotros podamos disfrutar la vida de Cristo fluyendo en medio de nosotros como
un río de agua viva?
“Os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis
vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo y agradable a Dios, que es vuestro culto
racional.”(Rom. 12:1). Pablo llama a esto un “sacrifico vivo”. Yo creo que Dios
quiere darnos salud y vida—tanto física como espiritual. Es nuestra herencia en
Cristo Jesús. La única vez que los hijos de Israel sufrieron enfermedad y
afecciones durante el peregrinaje de 40 años en el desierto, fue cuando
anduvieron en rebelión Dios era su fortaleza y su vida. Él era el “SEÑOR tu
sanador”, quien los mantuvo sanos. El testimonio de Moisés es que “no les faltó
de nada.” (Deut. 2:7). ¿No hemos nosotros de esperar cosas grandes bajo la
Gracia, más que bajo la Ley?
Pero por causa de la abundante gracia de Dios y por causa de
Sus misericordias, Él nos anima a que presentemos nuestros cuerpos a ÉL como un
“sacrificio vivo”—estos cuerpos mortales—pero cuerpos que son avivados con la
vida de Cristo.
Dios nos ayude a comprender que sólo estamos siguiendo “el
poder de Su resurrección” si al mismo tiempo estamos persiguiendo “la
participación de sus padecimientos, siendo hechos semejantes a Él en Su
muerte.” (Fil. 3:10). Una vez que comprendemos el camino de Dios, podemos dejar
a un lado cualquier deseo egoísta de nuestro propio bienestar físico o
espiritual, y solamente buscar el bienestar de los demás. El grano de trigo
solo puede hallar verdadera satisfacción cuando se somete al proceso de
“morir”. Y así, la vida física y espiritual que Dios quiere impartir a Su
pueblo no es para su propio disfrute, sino una vida que ha de ser ofrecida en
amor sacrificial por los demás.
Cuando quiera que Dios avive la verdad en los corazones de
Su pueblo, invariablemente tendremos maestros ambiciosos que con presunción
comenzarán a “reclamar” las promesas por la “fe”. Inevitablemente seguirá algún
tipo de desastre. ¿Es que no podemos reclamar “las promesas de Dios”? Podemos,
si lo hacemos por “la fe de Dios”. Pero hay una diferencia muy grande entre la
“fe” que presuntamente reclamamos, y la “fe de Dios” que viene a nuestros
corazones cuando Le oímos hablar una PALABRA VIVIENTE. Siempre somos totalmente
dependientes de Dios—y de Su tiempo, y de Sus propósitos—para recibir la medida
de fe que Él se agrada de impartirnos. Y nuestra esperanza en este escrito no
es que los hombres y mujeres se inspiren para alcanzar la “fe” apropiada para
hacer señales y prodigios, y grandes manifestaciones en Su Nombre, o para
experimentar la inmortalidad en los días de su carne, SINO PARA COMENZAR A
CAMINAR EN OBEDIENCIA A LA VOLUNTAD DE DIOS.
Cuando Dios comience a tratar con un pueblo colectivo, como
está haciendo hoy día, ya no seguiremos
siendo una isla para nosotros mismos
por más tiempo. Cuando un hombre pecaba en Israel, LOS EJÉRCITOS DE ISRAEL SE
FORMABAN PARA LA BATLLA. (Lee Josué 7:5-12). No debía ser extraño que muchos
del pueblo de Dios estén siendo probados y tratados más allá de cualquier
medida en este asunto de la enfermedad, de los males físicos y de toda clase de
devastación. Le damos gracias por Su misericordia y por lo que Él está haciendo
en las vidas de muchos, pero no vamos a ver una medida real de salud física y
espiritual en el Cuerpo de Cristo hasta que Dios trata con el pecado y la
tontería de Su pueblo al abandonarle a Él, Fuente de Aguas Vivas. Así, no
deberíamos juzgar a ningún individuo por fracasar en apropiarse la bendición de
la redención completa en cuanto a la sanidad física y espiritual. Tenemos que
venir a la Fuente. Tenemos que hacer que sea el Señor EN NUESTROS CORAZONES Y
EN NUESTRAS ASAMBLEAS, antes de que la Fuente de Vida pueda fluir libremente de
un miembro a otro en el Cuerpo de Cristo
Capítulo 4 – Dos Hombres—Dos Reinos
Gloria en
Lugar de ceniza Parte IV – Reacción en cadena en los ámbitos del Espíritu –
George H. Warnock
CAPÍTULO 4 – DOS HOMBRES—DOS REINOS
Pablo habla en Romanos 5 de dos RAZAS DE LA HUMANIDAD—SOLO
DOS. Y una es figura o tipo de la otra. Nada queda a nuestra imaginación en
cuanto a la manera en que el primer Adán pre-figura al Último Adán, porque el
apóstol expone todo en gran detalle. Pero al considerar esto, tenemos que
apreciar la COMPARACIÓN así como el CONTRASTE en todo lo que el apóstol está
diciendo. De la misma forma en que podemos comparar la oscuridad con la luz,
una brizna de hierba con un poderoso árbol, una piedra de playa, con una
montaña rocosa que deslumbra en su esplendor, una estrella fugaz con una
galaxia, así mismo el apóstol menciona los atributos del primer Adán, y como
heredamos todo esto de él, y después procede a magnificar los atributos
contrastados del Último Adán, y todo lo que heredamos de Él.
Los dos hombres (v.14)
El pecado y la muerte entraron en el mundo a través del
primer hombre, y así, en el primer hombre todos, son afligidos con su pecado y
su muerte... Pero Adán fue una “figura” de otro “Adán”, que de igual forma
daría a luz a una generación de hombres en cuya familia todos participarían de
la Vida.
Dos causas iniciales
(v.15
Una trasgresión fue la primera causa, y esto trajo la muerte
a toda la raza de Adán... Pero la gracia de Dios fue la segunda causa, y esto
trajo el don de la vida a todos los que estaban en la nueva raza del Último
Adán.
Dos efectos (v.16)
El efecto de una trasgresión fue condenación a toda la
familia del primer Adán... Pero el don gratuito sigue a los talones de la
condenación, con el don gratuito de la justificación a todos los que nacen de
nuevo en la familia del Último Adán.
Dos dominios (v. 17)
La ofensa del primer hombre dio a luz a un reino en el que
la muerte se convirtió en el señor supremo sobre todos los que estaban en el
reino de Adán... Pero la gracia y la justicia han conquistado al viejo reino, y
han dado a luz a un reino de vida, así que ahora la vida se convierte en Señor
y Monarca en los nuevos reinos del Último Adán.
Dos Juicios (v.18)
Solo costó un acto de un único hombre el traer una sentencia
de condenación y culpa sobre toda la familia del hombre... Igualmente solo
costó un acto de justicia efectuado por un único hombre, que por su sacrificio
en la Cruz trajo un decreto de justificación a toda la familia del Nuevo
Hombre.
Dos Caminos (v. 19)
Este acto ofensivo surgió de la desobediencia, una elección
deliberada por el primer Adán... y esto hizo pecadores a toda la raza
completa... Así, un solo acto de justicia que surgió de la obediencia a la
voluntad del Padre, una elección deliberada por el Hijo, y esto produjo
justicia a todos en la nueva raza del Último Adán.
Dos reacciones en
cadena (v. 20)
La reacción en cadena del pecado y de la muerte fue
grandemente acelerada por la ley, de forma que el pecado abundó en aún mayores
dimensiones de su dominio... siendo el último propósito de Dios que cuando el
pecado abundase más allá de toda proporción imaginable, entonces Él revelara Su
gracia, que abundaría más allá de todos los ámbitos del dominio del pecado y de
la muerte.
Dos monarcas reinantes
(v.21)
En consecuencia a todo esto, el pecado se convirtió en el
REY, y co-reinaría con la MUERTE como señor sobre el trono, conquistando y
consumiendo a toda la familia de Adán...
¡PERO EL PLAN DE DIOS ERA QUE CUANDO EL PECADO HUBIERA
RECORRIDO SU CURSO DEVASTADOR Y HUBIERA CONSUMADO SU REINADO DE TERROR-ENTONCES
LA GRACIA SEGUIRÍA TRAS SUS TALONES Y REINARÍA EN JUSTICIA Y CONSUMARÍA SU
REINO EN VIDA ETERNA, EN TODA LA FAMILIA DEL NUEVO ADÁN!
¿Cómo podemos dejar de comprender la “lógica” del Espíritu
Santo al establecer en esta comparación los atributos asombrosos del Reino de
la Gracia, la Justicia y la Vida, que es inherente en la Ley del Espíritu de
Vida en Cristo Jesús?
¿Cuál es, entonces, nuestro problema? Simplemente este:
Conocemos el poder y la autoridad de la Ley del Pecado y de la Muerte. Sabemos
por experiencia lo efectiva que es. Pero la otra ley, la Ley del Espíritu de
Vida---bueno, parece que todavía es un poco imprecisa, poco práctica,
inoperable e intangible. Probablemente nos encantaría descubrir respecto de la Ley de Vida que opera en nosotros, que ésta
fuera por lo menos IGUAL en autoridad y poder que la vieja Ley del Pecado y de
la Muerte. Pero, ¿Podemos escuchar lo que el apóstol está diciendo? Y NO SÓLO
UNA VEZ SINO CINCO VECES EN ESTE CAPITULO...
MUCHO MÁS....
MUCHO
MÁS...
MUCHO
MÁS...
MUCHO MÁS...
MUCHO
MÁS...
Así es en Adán-- hay una reacción en cadena de dimensiones
devastadores asombrosas—Entonces, si esto es así, HEMOS DE TENER MUCHA MÁS
EXPECTACIÓN—CREER Y ANTICIPAR QUE HABRÁ UNA REACCIÓN EN CADENA DE VIDA, QUE
TENDRÁ DIMENSIONES MUCHÍSIMO MAYORES DE LAS QUE HEMOS VISTO EN LA LEY DEL
PECADO Y DE LA MUERTE.
Porque no sólo tenía la vieja ley un gran poder... ¡TENIA
DOMINIO! ¡GOBERNABA Y REINABA! Pero ahora hemos sido liberados de ese viejo
monarca y hemos sido hechos sujetos de un nuevo Reino, gobernado por un nuevo
Monarca, y sujetos a una nueva Ley—una Ley que funciona por medio de la gracia
y la verdad. Dios nos dice que Su gracia no sólo ha de ser revelada— ¡ES PARA
REINAR EN JUSTICIA PARA VIDA! ¡LA GRACIA HA DE ESTAR AL MANDO Y EN CONTROL!
DONDE UNA VEZ LA MUERTE TUVO EL DOMINIO-LA VIDA TIENE AHORA EL DOMINIO.
Ahora bien, es por esta misma razón que Dios envió a Su
Espíritu Santo a morar en Su pueblo en la tierra, para que el ESPÍRITU SANTO
PUDIERA TOMAR DE CRISTO Y DARLO A SU PUEBLO EN LA TIERRA, TODAS LAS RIQUEZAS Y
TESOROS QUE ESTAN ESCONDIDOS EN CRISTO JESÚS, QUE COMO MIEMBROS DE SU CUERPO,
PODAMOS TENER ESA CAPACIDAD DIVINA PARA MINISTRARNOS VIDA UNOS A OTROS,
CONFORME A LA OPERACIÓN EFECTIVA DE LA LEY DEL ESPIRITU DE VIDA QUE FUNCIONA EN
CADA MIEMBRO.
Y LA TRAGEDIA DE TODO ESTO ES QUE EL PUEBLO DE DIOS ESTA
DISPUESTO A INCLINARSE ANTE EL REINO DEL PECADO Y DE LA MUERTE, Y DAR A ESTE
CRUEL SEÑOR TODA LA GLORIA Y EL HONOR, REHUSANDO INCLINARSE ANTE EL SEÑORIO DE
CRISTO, QUE DESEA PRODUCIR UNA REACCIÓN EN CADENA DE VIDA QUE FLUIRÁ DE UN
MIEMBRO A OTRO—Y A OTRO—Y TODAVÍA A OTRO—MEDIANTE UNA OPERACIÓN DEL ESPÍRITU
QUE SOBREPASA CON CRECES EN SU
EFECTIVIDAD A LA AUTORIDAD Y AL PODER DE LA LEY DEL PECADO Y DE LA MUERTE.
¿Estamos diciendo entonces que si el pueblo de Dios se
humilla y se INCLINA AL REY DE VIDA , Y DA AL ESPÍRITU SANTO EL SEÑORÍO EN SUS
VIDAS Y AL REUNIRSE EN SU NOMBRE, QUE ENTONCES PODEMOS ESPERAR VER ESTA CLASE
DE REACCIÓN EN CADENA QUE IMPREGNARÁ AL CUERPO DE CRISTO COMPLETAMENTE? ¿Y QUE
LOS HARÁ SER UN PUEBLO QUE CAMINA CONFORME A UNA NUEVA LEY, EN UN NUEVO REINO,
Y EN UNA NUEVA ENERGÍA DE VIDA ESPIRITUAL? Si, esto es lo que estamos diciendo,
porque creo que esto es lo que Dios está diciendo. La razón por la que no lo
vemos es porque nos contentamos con movernos en dimensiones de ACCIÓN EN
SENTIDO CONTRARIO, nos conformamos dejándonos llevar por el impulso de una
Iglesia que está alejándose-alejándose-alejándose cada vez más y más de los
caminos de Dios, y que está intentando atraer nuestra atención hacia sus vanos
esquemas promocionales, en lugar de centrarnos en UNA SOLA COSA, LA QUE
REALMENTE IMPORTA, LA SOLA Y ÚNICA COSA QUE INVERTIRÁ NUESTRA TENDENCIA A LA
APOSTASÍA—SOMETIMIENTO AL SEÑORÍO DE CRISTO EN SU CIELO, Y AL ESPÍRITU SANTO EN
MEDIO DE NOSOTROS.
Capítulo 5 –Descubriendo nuestra cruz
Gloria en
Lugar de ceniza Parte IV – Reacción en cadena en los ámbitos del Espíritu –
George H. Warnock
CAPÍTULO 5 – DESCUBRIENDO NUESTRA CRUZ
Cuando el Espíritu Santo es el Señor en nuestras vidas, nos
hará centrarnos en la Cruz como el camino de la vida. No meramente en ese cruel
instrumento de tortura que mató a Jesús, SINO LA CRUZ COMO EL CAMINO DE LA
VIDA.
Dios condenó al “pecado en la carne” cuando Jesús murió en
la Cruz. Pero nuestra lucha siempre ha sido descubrir como poner fin al pecado
en nuestra carne, aquí, donde estamos ahora, a 2000 años de distancia de la
Cruz en la que Jesús murió. La respuesta es clara. Es por el funcionamiento de
la ley del Espíritu. Podemos estar seguros de que HASTA QUE NO DEMOS EL SEÑORIO
DE NUESTRAS VIDAS Y EN NUESTRAS REUNIONES EN SU NOMBRE, AL ESPÍRITU SANTO, NO EXPERIMENTAREMOS ESTA
PODEROSA OPERACIÓN EN MEDIO DE NOSOTROS.
Ahora bien, la ley del Espíritu nos llevará por EL MISMO
CAMINO DE OBEDIENCIA POR EL QUE ANDUVO JESÚS, Y ESTO HARÁ EFECTIVA SU VICTORIA
SOBRE LA LEY DEL PECADO Y DE LA MUERTE EN NUESTRAS VIDAS. La victoria está en
Su Cruz, pero es el Espíritu quién la hace efectiva en nuestras vidas. Nuestra
bautismo en agua tiene ese propósito—“Por tanto, somos enterrados con Él en el
bautismo para muerte, para que como Cristo fue levantado de los muertos por la
gloria del Padre, así nosotros andemos en novedad de vida”. (Rom. 6:4)
¿Escuchamos lo que está diciendo? “COMO CRISTO, ASÍ SOMOS NOSOTROS...”
Pero, ¿Cómo podemos esperar descubrir este testigo vital del
Espíritu en el agua del bautismo, si en nuestro bautismo no estamos
experimentado la vida del Espíritu? ¿Si en nuestro bautismo no estamos experimentando
“el lavamiento del agua por la Palabra”? ¿Si en nuestro bautismo no estamos
diciendo”Desde este momento en adelante, Soy Tuyo, Señor. Por tanto, muero a
mis propios pensamientos, a mi propia voluntad, a mis propios deseos, a mi
propia forma de vida. Señor, esto es lo que la Cruz significó para Ti, y esto
es lo que debe significar para mí desde este día en adelante”?
El “agua” es un testimonio. La “sangre” es un testimonio.
Porque el “agua” es nuestro testimonio,
creemos en la “sangre” y en la “cruz” que hizo que fluyera la sangre.
PERO EL ESPÍRITU DE DIOS DEBE AVIVAR EN NUESTROS CORAZNES Y EN NUESTRAS MENTES
LO QUE DIOS HIZO EN LA CRUZ, SI ES QUE VAMOS A EXPERIMENTAR UNA LIMPIEZA
EFECTIVA DE LA SANGRE EN NUESTRAS VIDAS.
“Este es el que vino por AGUA Y SANGRE, Jesucristo, no solo
por agua, sino por agua y sangre. Y este es el ESPÍRITU que da testimonio,
porque el Espíritu es verdad”. (1ª Juan 5:6). ¡Oh, si pudiéramos ser atrapados
en el FLUIR DEL ESPÍRITU, EN EL FLUIR DE SU RÍO DE LIMPIEZA!
Conocemos lo que Jesús obtuvo en la Cruz porque creemos Su
Palabra, PERO SÓLO SU ESPÍRITU PUEDE HACERLO VITAL Y REAL EN NUESTRAS VIDAS.
Porque así como un ave era sacrificada para la limpieza del leproso, y su
sangre mezclada con una corriente de agua fresca dentro de un vaso terrenal (y
esto se convertiría en una corriente de purificación para el leproso en
Israel)—así mismo cuando la sangre del Señor Jesús fue derramada, de Su
sacrificio brotó una corriente de SANGRE Y AGUA: “Pero uno de los soldados le atravesó
el costado con una lanza, y salió SANGRE Y AGUA. Y él que lo vio da testimonio
y su testimonio es verdadero....” (Juan 19:34-35).
¡SANGRE Y AGUA! ¡SANGRE Y AGUA! Este es el fluir que limpia
–no el agua estéril de la pila bautismal. SOLO LA PRESENCIA DEL ESPÍRITU DE
DIOS PUEDE HACER QUE NUESTRO BAUTISMO EN AGUA SEA EFECTIVO Y LLENO DE
SIGNIFICADO. Al decir esto, no estoy minimizando la importancia del bautismo en
agua, sino que pretendo levantarlo. UN MERO RITUAL NO LOGRA NADA. Sea lo que
sea que hagamos en obediencia al Señor debe ser acompañado de Su Presencia y de
Su Espíritu, si es que ha de ser efectivo. El agua que los hijos de Israel
bebieron en el desierto era “espiritual” porque estaba impregnada con la Vida
de Cristo (1ª Cor. 10:4). El pan que comieron en el desierto era “espiritual”
porque estaba preparado en el Cielo y dotado con la Vida de Cristo. (1ª
Cor.10:3). El Agua de la Palabra es “espiritual” cuando es dotada, impregnada y
ungida con el Espíritu Santo. Si es una mera posición doctrinal, es en vano.
Debe haber una corriente que fluye. El agua de la purificación que Dios ordenó
para la limpieza del leproso, tenía que ser agua “corriente”, o agua “viva”.
Era efectiva porque el ave viva era mojada con el agua y en la sangre, y liberada
para volar en los cielos, por encima de los campos (Lee Lev. 14-4-7).
Ahora bien, nuestro bautismo en agua es un testimonio a
todos los que son lavados en la sangre, y se comprometen a caminar en el camino
de la Cruz. El Espíritu Santo es el testigo fiel, mientras planea en los
cielos...con Agua y Sangre goteando desde Sus alas. Escúchale, al planear con
Él en los lugares celestiales. “¡Hay limpieza, limpieza perfecta de todo pecado
y corrupción! ¡Su sangre nos ha limpiado! ¡El agua de la verdad aplica la
sangre a nuestros corazones!” Y el Espíritu da testimonio de la verdad, porque
Él estaba allí cuando Jesús moría, y da testimonio de que “la sangre de
Jesucristo Su Hijo nos limpia de todo pecado.” Él sabe que no hay nada más puro
en el cielo o en la tierra, que el pecador que ha sido lavado en el agua y en
la sangre del Señor Jesús.
Ahora estoy confiado de que Dios quiere que Su Espíritu
Santo dé testimonio de la limpieza de la sangre en nuestras mentes y en
nuestros corazones, TAN CIERTO Y TAN EFECTIVO COMO QUE CRISTO DA TESTIMONIO
ANTE EL TRONO DE DIOS, DE QUE NUESTRA REDENCIÓN ES COMPLETA. ¿PERO COMO VAMOS A
ESCUCHAR ESE TESTIMONIO CLARO QUE PERMANECE ANTE EL PADRE SI EL ESPÍRITU DE
DIOS NO HA RECIBIDO EL SEÑORÍO Y LA AUTORIDAD EN MEDIO DE NOSOTROS, PARA HABLAR
A NUESTRO CORAZONES ESA MISMA PALABRA VIVA QUE CRISTO NUESTRO MEDIADOR HABLA
ANTE EL TRONO?
Los tres testigos
La sangre y el agua brotaron de su costado,
Y roció a la tierra debajo
Pues la tierra es el vaso que Dios dio
Para recibir su corriente de limpieza
Y el Espíritu de verdad estaba allí en ese día,
El testigo de Dios, tan fiel y cierto
Que nuestros pecados son quitados y alejados
Y que el corazón del leproso es purificado
Sus alas manchadas con la sangre del Hijo
Y vuela sobre las colinas y los campos
¡Oh, escucha su claro testimonio, “¡La obra ha sido hecha,
Sois limpiados en la corriente que sana!”
Porque el Espíritu da testimonio de que el agua y la sangre
Fluyeron de su costado,
Para que pudiéramos ser limpiados en corrientes de Dios,
Para permanecer con Él para siempre
No hay nada mas limpio sobre la tierra abajo,
Ni en los puros reinos del Cielo ahí arriba,
Que los hijos de los hombres que moran en el fluir
De las corrientes de Su misericordia y amor
¡Oh, húndete y sé limpio en el Río de Dios,
Y vuela en las alturas sobre las alas de la Paloma,
Sumergidos en la Fuente de Agua y Sangre,
Redimidos por el Hijo de Su amor!
Confío en que hay una gran cantidad de creyentes que tiene
el testimonio de la Palabra de que son “aceptos en el Amado”, pero que carecen
del claro testimonio de Espíritu de que están enterrados con Cristo, limpiados
por la Sangre, y levantados con Él para
caminar en novedad de vida. Someternos a otro bautismo no va a conseguir nada
de esto. Saber más doctrinas de la Palabra no lo va a conseguir. Comprender más
de los misterios del Nuevo Pacto no va a lograrlo. ¡Tenemos que volver al
Señorío de Cristo! Su espíritu debe convertirse en el Señor en medio de
nosotros.
“ES EL ESPÍRITU QUIEN DA TESTIMONIO PORQUE EL ESPÍRITU ES LA
VERDAD”
Cuando el pueblo de Dios, o aunque solo sea un núcleo de
ellos, llegue a esta clase de
compromiso: “Señor, haré lo que Tú digas—Iré por tu Camino—conforme me des la
gracia y el poder para hacerlo”, veremos entonces una reacción espiritual “nuclear” que pondrá a funcionar LA LEY DEL
ESPÍRITU DE VIDA en el Cuerpo de Cristo, y la veremos en manifestaciones que
superarán nuestras más gratas expectativas. Pero, ¿Dónde está ese anhelo y ese
deseo apasionados por la vuelta de Su Señorío en medio de nosotros? Siempre y
cuando nos contentemos con conocer ese bendito estado de justificación por Su
sangre---sin un deseo apasionado de que Cristo sea el Señor de Su iglesia, sin
conocer esa entrega seria para caminar en Su camino e identificarse con Su
Cruz—no experimentaremos esa presencia poderosa del Espíritu en medio de
nosotros, que traerá limpieza, liberación y santidad al pueblo de Dios.
Confío que el Señor está levantando a Su Iglesia en esta
hora con sus ardientes “ojos de fuego”, para quitar toda la escoria de Su
pueblo, para llevarnos de vuelta a la Cruz de la que nos hemos apartado; y que
va a poner en marcha las fuerzas de vida de resurrección en el Cuerpo de Cristo
para que podamos conocer y experimentar en nuestras vidas diarias la sangre de
Su Cruz, y el poder de Su resurrección. Pero, ¿En serio deseamos que esto
suceda? ¿En serio deseamos descubrir nuestra cruz?
Si lo hacemos, esto debe llevarnos a un lugar en el que
estamos preparados para cancelar nuestros planes, búsquedas, ambiciones—sean
bajo y mundanas, o nobles y espirituales. NI EL PLAN DE DIOS PARA EL MUNDO NI
EL PLAN DE DIOS PARA EL REINO, NI EL PLAN DE DIOS DE LA PREDICACIÓN DEL
EVANGELIO, CONSTITUYERON EL ÚNICO PRINCIPIO MOTIVADOR QUE GUIÓ A NUESTRO SEÑOR
JESÚS. FUE ÚNICA Y SIMPLEMENTE UN
ANHELO, UNA PASIÓN Y UN DESEO
DE CAMINAR EN LA VOLUNTAD DEL PADRE. Todo lo que hizo—todo lo que era
bueno, justo y hermoso—brotaba de una consagración muy simple:
“NADA PUEDO HACER MISMO, COMO OIGO, ASÍ JUZGO, Y MI JUICIO
ES JUSTO PORQUE NO BUSCO MI PROPIA VOLUNTAD SINO LA VOLUNTAD DEL QUE ME ENVIÓ,
DEL PADRE.” (Juan 5:30).
Estoy seguro de que el corazón de Dios está cargado y
entristecido al escuchar los llantos de una Iglesia de Laodicea miserable y
desgraciada, pero celosa de más predicadores, más edificios de iglesia y
templos, más seminarios, más televisión y radio, más música y más dinero,
dinero, dinero...”para dejar hecho el trabajo”. Si tuviéramos oídos para oír lo
que Él está diciendo, sentiríamos el dolor de Su corazón, y Su anhelo de tener
un pueblo que entre en la quietud, y que escuche lo que el Espíritu está
diciendo a las iglesias...
“Hijo Mío, dame tu corazón”
“Pueblo Mío, ¿No te harás pan roto en Mis manos para que
pueda hacer como Yo quiera?”
“¿Dónde está la casa que me estáis construyendo, y dónde el
lugar de Mi reposo? Porque todas estas cosas... han sido, dice el Señor: pero a
éste hombre miraré, al pobre y contrito que tiembla a Mi Palabra,” (Isaías
66:1-2)
La Acusación del Señor
Jesús
“Y le crucificaron y pusieron su acusación sobre Su cabeza,
que decía: ESTE ES JESÚS EL REY DE LOS JUDÍOS.” (Mateo 27:35,37).
Jesús parecía un poco evasivo cuando Pilatos le preguntó si
Él era un rey. No porque no estuviera dispuesto a decir la verdad, sino porque
Su Reino era muy diferente de lo que Pilatos entendía sobre reinos Pero cuando
Pilatos insistió, “¿Eres Tú el Rey de los Judíos?”, Jesús dio una respuesta muy
directa: “Mi Reino no es de este mundo: Si mi Reino fuera de esta Mundo,
entonces mis siervos lucharían... Tú dices que soy Rey. Para esto nací Yo, y
por esta causa vine al mundo, para dar testimonio de la verdad...”
(Juan 18:36-37).
Nuestro Señor Jesús jamás promocionó Su Reino a excepción de
lo relativo a la proclamación de la Verdad, a caminar en la Verdad, y a vivir
la Verdad; porque este es el carácter íntegro y la esencia final del Reino de
Dios
Una vez más, como en los días de Jesús, hay mucha
expectativa en referencia al Reino de Dios, y todavía está tan distorsionada y
tan malinterpretada por el pueblo de Dios, como lo estaba entonces. Jesús dejo
claro que Su Reino no hacia referencia a la comida y a la bebida, a la
economía, a los movimientos políticos, o a intentos de involucrarse
externamente con los reinos de este mundo. En una ocasión, incluso le intentaron
forzar para convertirlo en su rey. PERO CUANDO COMPRENDIERON TOTALMENTE QUE ÉL
VENÍA PARA CAMBIAR SUS CORAZONES Y NO SU GOBIERNO, SE APRESURARON A
CRUCIFICARLE. El sanedrín judío
comprendió la naturaleza de Su misión mucho más que la mayoría de los líderes
cristianos de hoy.
“Si le dejamos, todos los hombres creerán en Él; y los
Romanos vendrán y tomarán nuestro lugar y nuestra nación.” (Juan 11:48).
Y entonces hubo una notable profecía por medio del Sumo
Sacerdote en la que no sólo profetizaba de la muerte de Jesús, sino que seguía
diciendo cosas que ni él mismo comprendía: que Este no sólo reuniría al pueblo
de Dios en su propia nación, sino que alcanzaría al pueblo de Dios dondequiera
que estuviera disperso por todas las naciones, y lo reuniría.
ESTA PROFECÍA SE CONVIRTIÓ EN LO ESENCIAL DE TODO ESTE
ASUNTO, porque nos dice: “Desde ese día en adelante, buscaron consejo para
matarle.” (Lee Juan 11:48-53).
¿Cuál fue la sentencia y cual la acusación contra el Señor
Jesús? LO QUE JESÚS AFIRMABA SER, LO
QUE ÉL ERA DE HECHO—ESTO SE CONVIRTIÓ EN LA ACUSACIÓN EN CONTRA DE ÉL. Pilatos
lo escribió en letras grandes para que todos los hombres y todas las naciones
lo leyeran, porque escrito está, “en Hebreo, en Griego y en Latín” (Juan
19:20). Creo que el Señor lo quería escrito en la lengua de todos los hombres,
porque Su Cruz había de tener grandes implicaciones para todo el mundo. Pilatos
no cambiaría su lectura, aunque los judíos le presionaron para que la revisara,
y que dijera: “Este es Jesús, el que afirmaba ser el Rey de los Judíos”.
He aquí, Alguien crucificado por un pueblo apóstata pero muy
religioso—los Hebreos.
He aquí, Alguien crucificado por los intelectuales y los
sabios—Los Griegos—y que por medio de Su Cruz, anularía toda su sabiduría.
He aquí, alguien crucificado por los fuertes y por los
poderosos—los Romanos—pero quien por medio de Su Cruz, anularía todo su poder.
Porque los Hebreos profesaban tener conocimiento y verdad, y
sin embargo, caminaban en tinieblas.
Los Griegos eran conocidos por su búsqueda de la sabiduría y
del conocimiento, y sin embargo, nunca encontraron a Dios en toda su búsqueda.
Los Romanos se habían convertido en el poderoso imperio que
Nabucodonosor había visto en su visión—fuertes como el hierro—pero por la Cruz,
su reino sería abatido y disperso como el polvo de la era.
“ESTE ES JESÚS EL REY DE LOS JUDÍOS”.
Esta fue su acusación.
Hago un gran énfasis en estas cosas porque una vez más hay
una gran expectativa del Reino de Dios, y con razón. La verdad de Dios está
comenzando a brillar de nuevo en los corazones de los hombres. Pero una vez
más, está brillando en las tinieblas. Dios sabe como solucionarlo. Él aún sabe
como separar la luz de las tinieblas, como lo hizo en un principio. Parece como
si fuera una mezcla corrupta, y eso es lo que es. Sin embargo, Dios está
preparando un pueblo para Su Gloria. ÉL está preparando---
Una Iglesia Gloriosa
Una Esposa
Santa Y Limpia
Un
remanente Piadoso
Un
pueblo de Primeros Frutos
Hijos de Dios
Reyes
Y Sacerdotes
Vencedores
Quizás deberíamos mencionar uno más, aunque nadie lo
reclama. Pero el gran apóstol Pablo lo usó mucho--¡Esclavos! Jesús mismo tomó
ese modelo, aunque Él mismo fue el Primogénito, y exaltado en lo alto por
encima de toda la creación. No que nosotros, como pueblo de Dios, hayamos sido
llamados a ser “esclavos”. Hemos sido llamados a ser hijos, y a la
libertad—decretados previamente para ser hechos conforme a la imagen del
Primogénito.
Pero lo que somos por llamamiento—Y como alcanzamos este
alto llamamiento—ambos representan dos cosas distintas.
El “llamamiento” es de acuerdo con el plan y el propósito de
Dios... Pero la consecución de ello es conforme aprendemos la obediencia y
conforme aprendemos a andar en Sus caminos.
¡Que importante es que reconozcamos el CAMINO de Dios! Ciertamente Dios quiere que conozcamos la
“esperanza del llamamiento”. PERO ÉL TAMBIÉN QUIERE QUE CONOZCAMOS EL CAMINO A
ESE LLAMAMIENTO. Nuestro Señor Jesús fue REY, pero tomó la posición de un
esclavo y descubrió en este camino de obediencia EL CAMINO DIRECTO AL TRONO.
“Por lo tanto, Dios le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre
todo nombre.” ¿Por qué? Porque se despojó a Sí mismo, porque no escogió el ser
igual a Dios como cosa a qué aferrarse, sino que se hizo un SIERVO (ESCLAVO).
(Lee Fil. 2:8-9).
Involucrarse en “el ministerio” no es el supremo
llamamiento. Esto podría fácilmente llevarnos a la vanidad, a la altivez, y a
un sentido de logro y de superioridad-especialmente si se tiene éxito. Pero el
“supremo llamamiento” se consigue buscando el camino de Dios que nos
identificará con los padecimientos de Cristo (lee Fil. 3:8-10). En este camino
podrás encontrarte a ti mismo andando por un camino muy poco divertido, muy
corriente, sin pretensiones, restrictivo e insatisfactorio. Si tuvieras que
escribir tu biografía, resultaría muy aburrida. Hablarías de trabajos en
tiendas o en fábricas, sobre el cuidado de los niños, sobre el lavado de platos
y cacerolas, el labrado de la tierra, el martilleo de los clavos o el trabajo
del estaño. Y en medio de todo ello, por supuesto, experimentando los gozos y
las tristezas cotidianas de la gente corrient. PERO SI ESTA ES LA VOLUNTAD DE
DIOS PARA TI, VA A ESTAR AHÍ MISMO, EN EL CAMINO QUE DIOS PREPARÓ, QUE LLEGUES
A CONOCERLE DE UNA FORMA MUY SIGNIFICATIVA, Y QUE TE CONVIERTAS EN ESE ESPECIAL
TESORO QUE SU CORAZÓN DESEA.
Por otro lado, puede que escogas caminar en alguna clase de
“ministerio espiritual” y si tienes ciertas cualidades ministeriales, es posible
que tengas mucho éxito en ello. PERO SI NO ES POR EL NOMBRAMIENTO DE DIOS, NO
LLEGARÁS A CONOCER Y A EXPERIMENTAR EL SUPREMO LLAMAMIENTO DE DIOS EN CRISTO
JESÚS. PORQUE ESTE “SUPREMO LLAMAMIENTO” ESTA RESERVADO PARA EL QUE ESTA
DISPUESTO A PONER SU VIDA PARA PODER HALLAR LA VIDA DE CRISTO, QUE PROCEDE DE
UNA ANDADURA DE TOTAL OBEDIENCIA A SU VOLUNTAD.
Pero estábamos hablando de la acusación contra el Señor
Jesús, porque es en este contexto que queremos hablar sobre nuestra acusación,
si verdaderamente andamos identificados con Él.
Lo que Jesús fue, un Rey de justicia y verdad, se convirtió
en la acusación en manos de un mundo a quién Él vino a reprobar. Por supuesto,
fue una acusación pervertida. Pero fue por causa de quien era Él, y por causa
de quién Él afirmaba ser, que Él fue crucificado.
Ahora bien, ¿Quién eres tú? ¿Quién soy yo? ¿Somos parte de
una Iglesia triunfante? ¿Miembros de la Santa Esposa de Cristo? ¿Vencedores?
¿Hijos de Dios siendo preparados y arreglados para su manifestación? ¿Reyes y
Sacerdotes para Dios? Confio que lo somos...
PERO SI TU Y YO SOMOS ALGO DE ESTO, NO SÓLO DOCTRINALMENTE,
SINO POR HABER LLEGADO A UNA UNIÓN VITAL CON CRISTO, ENTONCES ESTOS TÍTULOS DEL
SUPREMO LLAMAMIENTO SERÁN LA CAUSA DE NUESTRA ACUSACIÓN. Y SI NUESTRA ANDADURA
ES LA DE LA OBEDIENCIA A LA VOLUNTAD DE DIOS, ESTOS TITULOS DE HONOR SERAN
CLAVADOS ENCIMA DE NUESTRA CABEZA, EN NUESTRA CRUZ, POR AQUELLOS HOMBRES QUE
PRETENDAN PERVERTIR LA VERDAD PARA PODER PRODUCIR NUESTRA DESTRUCCIÓN. No es
por vivir en una “democracia” que somos libres de la persecución. Es por no
traer una reprensión al mundo de las tinieblas que hay a nuestro alrededor.
“Pero tenemos la SENTENCIA DE MUERTE en nosotros mismos,
para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que levanta a los
muertos” (2ª Cor. 1:9) Pablo había sido sentenciado a muerte. Estaba en la
condenado a muerte. No por el gobierno romano—no aún. Sino ahí mismo, en su
andadura con Dios—la palabra que él predicaba, la palabra que él vivía, le
llevó a una confrontación con el mundo a su alrededor; con sus hermanos en el
Judaísmo, y con los falsos hermanos en la Iglesia, él fue “crucificado al
mundo”. El mundo fue crucificado a él”. (Gál. 6:14).
Porque los hombres de la verdad, que no sólo conocen la
verdad sino que andan en ella, siempre están clavados a la misma cruz que están
forzados a declarar. Pablo llevó su cruz con él por dondequiera que fuera—NO
PORQUE MINISTRARA MUERTE, SINO PORQUE MINISTRABA VIDA. No llevaba una cruz de
oro en una cadena alrededor del cuello; pero estaba clavada a una dondequiera
que fuera. Tenía que ser de esta manera porque él hablaba la verdad y andaba en
ella. No trataba de hacer una cruz para poder jactarse de ser como Jesús. El
mundo la había hecho para él, y el mundo le clavó a ella porque anduvo como
Jesús anduvo.
Podemos seguir como estamos--enseñanado, predicando,
evangelizando, estableciendo iglesias, sanando a los enfermos, escribiendo
libros, cantando canciones—y podríamos seguir enumerando las diferentes áreas
de servicio que Dios ha entregado en las manos de Sus siervos en la Casa de
Dios—Y todo esto puede traer gozo, bendición y liberación a mucho pueblo de
Dios—PERO PREPÁRATE SI QUIERES CONSAGRARTE TOTALMENTE A LA VOLUNTAD Y AL CAMINO
DE DIOS—PREPÁRATE PAA EL DÍA EN QUE LOS HOMBRES TE QUITEN TU ESTANDARTE DE
HONRA, Y LO CLAVEN SOBRE TU CABEZA, EN TU CRUZ—Porque la verdad de Dios es
estéril mientras permanezca como enseñanza o doctrina; pero se hace ofensiva al
mundo que nos rodea cuando comenzamos a andar en ella.
Capítulo 6 – Dirigidos por el Espíritu de Dios
Gloria en
Lugar de ceniza Parte IV – Reacción en cadena en los ámbitos del Espíritu –
George H. Warnock
CAPÍTULO 6 – DIRIGIDOS POR EL ESPÍRITU
DE DIOS
“Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos
son Hijos de Dios.” (Rom. 8:14).
Ser dirigidos por el Espíritu de Dios es la señal de la
condición de hijos. No es decir que no somos nacidos de Dios si no hemos
llegado a esta clase de sensibilidad en el Espíritu por la que fluimos en los
movimientos de Dios. Pero no obstante este es el deseo de Dios, y es la marca
de la madurez del hijo de Dios—simplemente fluir en los movimientos de Su
Espíritu, en las alas de Su dirección y de Su influencia.
“Nacemos de nuevo” por el soplo de los vientos de Dios. No
sabemos de dónde vienen, ni adonde van (lee Juan 3:8). ¿Cómo podemos entonces
planear y predeterminar el curso de nuestra vida? Nacemos en el Reino de Dios
de una manera que no podemos comprender; los mismos vientos del Cielo nos
guiarán por las corrientes de Su voluntad—si no tenemos miedo de esas
corrientes celestiales. No podemos planear el día de nuestro nacimiento, ni
escoger nuestro llamamiento en la vida. Todo es conforme al mover soberano de
Su Espíritu en nuestras vidas, revelando a Cristo, y haciéndonos conocer que
hemos nacido en un reino enteramente nuevo, no sujeto a la ley natural.
Pero hay crecimiento en este reino, y hay mucha necesidad de
disciplina del Señor, que nos aleje del viejo hombre que somos en Adán, y nos
haga andar en la nueva vida que encontramos en Cristo. Así, el apóstol Juan
habla de una expresión por triplicado de los que nacen en el Reino de
Dios—Hijitos, Padres y Jóvenes; y Él escribió palabras amorosas a todos ellos
(lee 1ª Juan 2:12-14).
Descubrirás en este orden establecido por el apóstol que la
categoría de “jóvenes” es la última de
la lista, y no la segunda, como la mayoría de la gente la habría puesto. Y
repite este mismo orden, dándonos un doble testimonio. Esto es diferente del
orden natural, porque el deseo de Dios para Sus hijos es que sus últimos días
sean los más fuertes, los mejores. Es
cierto, su marco mortal puede estar en un estado de deterioro; pero Dios ha
provisto una aceleración por Su Espíritu,
en la que nuestras debilidades son eclipsadas por Su fortaleza, y la
vida de resurrección de Jesús funciona activamente dentro de nosotros. Y como
“el hombre exterior” se gasta, también hay una renovación del “hombre
interior... día a día.” (2ª Cor. 4:16).
“Jóvenes”. Son los hijos de Dios. Son “fuertes” porque como
el Hijo de Dios, su Hermano mayor, no pueden hacer NADA POR SI MISMOS. Dependen
totalmente del Padre para la dirección, la guía y la fortaleza que necesitan en
todo lo que hacen. No andan en este camino por falta de sabiduría, sino por
causa de ella. La sabiduría de Dios les enseña que si quieren hallarse a si
mismo fluyendo con los propósitos eternos de Dios, deben dejar a un lado todos
sus propios deseos, sus pensamientos, sus búsquedas y sus ambiciones en la
vida. Saben que deben andar con Dios si han de descubrir lo que es la mente del
Espíritu. Saben que Dios prepara todas las cosas conforme a Su propio plan y
propósito, y que si van a convertirse en parte integral de ese plan, entonces
deben ser movidos a fluir en ellos por Su Espíritu. La Palabra de Dios mora en
ellos, nutriéndoles con la verdad y el entendimiento. Y porque entienden un
poco de los caminos de Dios, saben que todos los hombres de fe a lo largo de la
historia, fueron hombres que esperaron en Dios y fueron rápidos en responder a
Su voz cuando Él se dio a conocer. La Palabra de Dios siempre fue su estrella
polar. Sin embargo, cada uno de ellos en su generación, reconoció la necesidad
de navegar por sus mares embravecidos conforme a los tratos específicos de Dios
con cada uno de ellos en concreto. Al ser guiados por el Espíritu, se hallan a
sí mismos atrapado en el camino de Dios, y haciéndose parte de Su propósito
eterno.
Es tan importante que comprendamos eso, si vamos andar en un
camino que coincide con los propósitos eternos de Dios. Los planes y los
propósitos de Dios son grandes, complicados e incomprensibles—y nunca debemos
intentar mezclarnos en eso. Nos gozamos en lo que Él nos muestra. Nos da visión
y esperanza—y esta esperanza nos limpia y nos purifica. Pero no podemos decir,
“Sé que este es el plan de Dios, así que voy a esforzarme por cumplirlo”. Es
suficiente que aprendamos simplemente a hacer Su voluntad, y a hallar gracia
para andar en Su camino. Sólo entonces comenzaremos a relacionarnos y a
coincidir con el propósito eterno de Dios en lo que concierne a nosotros—y en
lo que concierne a otros que igualmente están siendo guiados por Su Espíritu.
Cuando estamos consagrados a hacer la voluntad de Dios, Dios será fiel en
mostrarnos cual es Su voluntad. Pero si comenzamos a trabajar en el objetivo de
Dios, en lugar de buscar descubrir Su voluntad explícita para nuestras vidas,
estaremos pretendiendo hacer la obra de Dios, y terminaremos en angustia,
perplejidad, frustración y fracaso total. ¿Por qué decimos esto?
“Porque Mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni
vuestros caminos Mis caminos, dijo Jehová.” (Is. 55:8)
Como iglesia, hemos fracasado completamente en este asunto,
al no reconocer que el camino de Dios es que vengamos a Él con un profundo
examen de conciencia, en arrepentimiento, y siempre esperando hasta ser
consumidos en Su amor y en Su verdad. Sólo entonces Dios puede enviarnos por el
Espíritu Santo para invadir ámbitos de oscuridad. La Iglesia del Nuevo
Testamento nunca se involucró con ninguna forma de programación humana con el
fin de dejar hecho el trabajo. ESPERARON EN DIOS HASTA QUE ARDIERON CON EL PAN
DEL CIELO—HASTA ARDER CON SU AMOR Y SU VERDAD, Y ENTONCES FUERON ENVIADOS POR
DIOS.
Y POR SER ENVIADOS POR DIOS, PUSIERON EN MARCHA UNA REACCIÓN
EN CADENA DE VIDA POR DONDEQUIERA QUE FUERON.
Cualquier genuino hijo de Dios ha de entristecerse y de
dolerse al ver la horrenda condición del mundo que nos rodea—el hambre, la
pobreza, la oscuridad espiritual que ejerce su dominio sobre los cuerpos y
almas de los hombres.
PERO SI NUESTRA PREOCUPACIÓN ES TAN GRANDE COMO AFIRMAMOS
QUE ES, CANCELARÍAMOS NUESTROS PLANES Y CLAMARÍAMOS A DIOS POR EL PODER, LA AUTORIDAD Y LA GLORIA QUE SON NECESARIOS
PARA ROMPER LAS COYUNDAS Y SOLTAR A LOS CAUTIVOS.
Dios está produciendo
una obra maestra de Su sabiduría en los hijos redimidos de los hombres, y sólo
Él sabe como entrelazar las cuerdas de Sus propósitos en las vidas de Sus
escogidos. Nosotros, como Hijos de Dios, sabemos muy poco de todo esto. A veces, el poco entendimiento que nos da es
asombroso y nos preguntamos como podríamos llegar a comprender más. Sin
embargo, nuestra búsqueda no es adquirir más y más de esta clase de
conocimiento, SINO CONOCER SU VOLUNTAD Y ANDAR CON DIOS EN LOS CAMINOS DE
VERDAD. PORQUE SOLO ENTONCES SUS PROPÓSITOS PUEDEN CUMPLIRSE EN NUESTRAS VIDAS,
Y EN LAS VIDAS DE SU PUEBLO.
Dirección de caballo y
de Mulo
“Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes
andar; sobre ti fijaré Mis ojos. No seáis como el caballo o como el mulo, sin
entendimiento. Que han de ser sujetados con cabestro y freno.” (Salmos 32:8-9)
Damos gracias al Señor por la sujeción del “cabestro y del
“freno” cuando los necesitamos. Pero el hijo de Dios que ha sido disciplinado
no los necesita, porque las riendas de Dios están en su corazón y su deleite es
hacer la voluntad del Padre.
“Átalos siempre en tu corazón, enlázalos a tu cuello. Te
guiarán cuando andes; cuando duermas te guardarán; hablarán contigo cuando
despiertes.” (Prov. 6:21-22).
¿Qué está diciendo? Que la Palabra de Dios esté cerca de tu
corazón, y no sólo una doctrina que deleita al intelecto. “Enlázalos alrededor
de tu cuello”, para impedir que te enorgullezcas o caigas en rebeldía, o para
hacerte cambiar en una u otra dirección, según soplen los vientos de doctrina.
Entonces la verdad se produce en lo íntimo, y tus deseos son motivados hacia
Dios. No caerás en engaño, porque Él te guardará en tus tiempos de “sueño”,
cuando no eres consciente de los peligros que el Enemigo está a punto de descargar
en tu camino. Despertarás de repente, y te darás cuenta de lo que ha estado
pasando, y la Verdad hablará contigo y te revelará más y más de los tesoros
escondidos de Su gracia, sabiduría y conocimiento.
David oró, “Escudríñame, Oh, Jehová, y pruébame. Examina mis
íntimos pensamientos y mi corazón” (Salmos 26:2). O “Prueba mis motivos, Oh,
Señor...” Porque Dios está buscando a un pueblo “dispuesto”, cuyo corazón este
motivado hacia Él.
Constreñidos Por la
Unción
Esto es
completamente distinto del “cabestro y del freno” que Dios diseñó para el
caballo y el mulo. Dios nos libera del cabestro, pero no para que podamos ir
por nuestro propio camino y ser indulgentes en nuestras propias búsquedas
egoístas. Él nos libera de nosotros mismos y de los caminos de los hombres,
para poder sujetarnos a Su yugo—el yugo de aprender los caminos de Dios: “Tomad
mi yugo y aprended de Mí”. En nosotros mismos podemos muy fácilmente
contaminarnos con deseos carnales y ambición. Por eso tenemos que conocer una
disciplina tal de Su Espíritu, y estar tan consagrados a Su voluntad, que
conoceremos como sobrevivir “el tirón”. Porque de nuestros propios corazones o
de otros, saldrá esa clase de presión que intentará movernos en una dirección
que apuntará hacia un crecimiento y una satisfacción mayores. Dios trata las riendas de nuestros corazones
para ver si vamos en busca del éxito y del logro personal, o si vamos
simplemente en busca de Él—y de un estilo de vida que sea un deleite a Su propio
corazón. El Espíritu del Señor es un Espíritu libertador; al andar en el
Espíritu, descubriremos enseguida que el camino hacia la verdadera libertad es
un camino que nos libera de nosotros mismos, y nos constriñe a andar en los
caminos de Dios.
Dirigidos por el
Espíritu de Dios---hacia reinos en los lugares Celestiales
No tratemos de enfatizar este asunto de ser guiados por el
Espíritu en el contexto de cosas temporales o geográficas. Estos son aspectos
importantes también, pero si somos fieles en ser dirigidos por el Señor hacia
la verdad viviente, y hacia reinos celestiales y espirituales, entonces estoy
seguro de que nos hallaremos haciendo las cosas correctas respecto de lo
temporal, y estando también en el lugar geográfico correcto. Si nos movemos en
el Espíritu, y si andamos en la voluntad de Dios, descubriremos siempre que
estamos en el lugar de Dios y en el tiempo de Dios. Creo que todo esto es una
parte vital de la promesa de Jesús, “Buscad primero el Reino de Dios y Su
justicia, y todos estas cosas os vendrán por añadidura”.
El propósito del Espíritu Santo al venir a morar en Su
pueblo, es el de guiarnos “a toda la verdad...” (Juan 16:13). Es el de
llevarnos a reinos espirituales, en los que estamos sentados con Cristo “en
lugares celestiales” (Ef. 2:6). —un lugar en Dios donde reconocemos que estamos
“muertos” en cuanto a las cosas de este mundo, y “nuestra vida está escondida
con Cristo en Dios” (Col. 3:8). Dios nos llevará a Su propio corazón y al
“perfecto amor”, puesto que este es el fin de nuestro viaje, el deseo final de
Dios para los suyos:
“Dios es amor, y el que permanece en amor, permanece en Dios
y Dios en él. En esto se ha PERFECCIONADO el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio,
pues como Él es, así somos nosotros en este mundo. En el amor no hay temor,
sino que el PERFECTO AMOR echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí
castigo. De donde el que teme no ha sido PERFECCIONADO EN EL AMOR.” (1ª Juan
4:16-18).
Este es el “fin” del viaje para los que son guiados por el
Espíritu—un “fin”, por supuesto, que es absorbido en la eternidad. Él nos lleva
al corazón de Dios, y ya no luchamos más con la maleza enredada del camino del
desierto. La Ley del Espíritu de Vida obrando en Su pueblo, nos ha llevado al
deseo pleno del corazón de Dios. Hallamos nuestro hogar en Dios. Y Dios
encuentra Su hogar en nuestros corazones.
Capítulo 7 - La Ley de Vida en Nuestro Señor Jesús
Capítulo 7 – LA LEY DE VIDA EN NUESTRO
SEÑOR JESÚS
Antes de entrar en detalle en cuanto a la Ley de Vida tal y
como Dios querría que funcionara en el Cuerpo de Cristo, queremos considerar la
operación de esta Ley en la vida de nuestro Señor.
“En Él estaba la VIDA; y la vida era la luz de los hombres.”
(Juan 1:4).
La plenitud de la VIDA estaba en nuestro Señor Jesús—no sólo
vida, sino una Ley de Vida. La Vida
reinaba. La Vida estaba en control. Él vivía en una unión tan íntima con el
Padre que había una proyección de Su vida a los demás. Había una divina
interacción de Su vida con las vidas de los demás porque la vida que estaba en
Él se convirtió en una REGLA, una LEY, que operaba desde el interior y brillaba
hacia los hombres y mujeres cuyas vidas Él tocó.
“Porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y
testificamos,...”(1ª Juan 1:2). La luz debe brillar—si la luz verdaderamente.
La Vida debe proyectarse—Si es vida verdaderamente. No sólo es vida, sino que
da vida, si es que es realmente el radiar de vida de Dios.
Hemos observado cómo y por qué esta vida fue manifiesta en
nuestro Señor Jesús. Fue porque aprendió la obediencia por medio de los
sufrimientos que padeció. Fue al llegar a ese punto en el que buscaba
únicamente el deseo del Padre Celestial—preparado para desechar todas las
tentaciones de perseguir pensamientos, ambiciones, deseos, programas y
búsquedas de los hombres. La presión siempre estaba ahí, en el mundo religioso
que le rodeaba e incluso en sus propios discípulos: “Si vas a tener éxito, si
vas ser productivo, si vas a hacer algo de valor para la gente, tienes que ser
activo, energético, ambicioso; tendrás que involucrarte.” Este es el
pensamiento del hombre natural.
Jesús conquistó completamente porque se sujetó firmemente al
compromiso de la encarnación: “He aquí, que vengo, Oh, Señor, a hacer Tu
voluntad”. Fue su compromiso con el cumplimiento de la voluntad del Padre que
HIZO QUE LA VIDA QUE HABÍA EN ÉL, SE CONVIRTIERA EN UNA LEY, EN UNA FUERZA
ENERGÉTICA, EN UN PODER DINÁMICO OBRANDO EN ÉL.
Pero la presión siempre está ahí para hacerlo de esta forma,
porque es la única cosa lógica de hacer; ir en esta dirección, si esperas el
éxito y el crecimiento.
Tenemos la vida de Dios en nosotros ahora por el nuevo
nacimiento, por la renovación de nuestros espíritus. Y porque tenemos esta
vida, somos exhortados constantemente en cuanto a como podemos liberar esa vida
para la bendición de la la iglesia, o del mundo que nos rodea. Pero
normalmente, EL CAMINO DE DIOS ES COMPLETAMENTE RECHAZADO, o presentado de una
forma teórica. EL GRANO DE TRIGO DEBE MORIR EN EL SUELO SI HA DE LLEVAR FRUTO.
HAY VIDA EN LA SEMILLA – PERO LA VIDA SÓLO PUEDE CRECER Y GERMINAR Y PRODUCIR
FRUTO SI ESTA DISPUESTA A SOMETERSE AL PROCESO DE DESINTEGRACIÓN Y MUERTE. EL
QUE INTENTA PRESERVAR SU VIDA, LA PERDERÁ, PERO EL QUE ESTÉ DISPUESTO A QUE SE
DESINTEGRE EN LA VOLUNTAD DE DIOS, HALLARÁ ABUNDANCIA DE FRUTO.
Es una lección difícil de aprender—es tan irracional.
Preferiríamos adscribirnos a seminarios de “discipulado” diseñados para mostrarnos
como llegar a ser los discípulos de Jesús de la forma más fácil, de la forma
más lógica. Pero si descubrimos un camino fácil hacia el discipulado, podemos estar seguros de que lo hemos
fallado completamente. Cuando todo está dicho y hecho, somos traídos de vuelta
al camino que Jesús estableció tan claramente para Sus discípulos de antaño:
“Si alguno quiere ir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz, y
sígame.” (Mat. 16:24). Este es el camino al discipulado: DEJAR A UN LADO TODOS
ESTOS ESQUEMAS LÓGICOS Y SIMPLEMENTE
HACER SÓLO LO QUE EL PADRE DICE. Y si perseguimos la voluntad de Dios
con intensidad de entrega y devoción, TODO ELLO CULMINARÁ EN LA DESINTEGRACIÓN
TOTAL DE TODOS NUESTROS PLANES Y ESQUEMAS SOBRE EL ÉXITO Y SOBRE LOS LOGROS.
Este fue el camino del Hijo de Dios, y porque anduvo en este
camino, la tierra armonizó con el Cielo dondequiera que fuera, y respondió
perfectamente a todos los deseos de Su Padre, a cada una de las búsquedas en
particular de Su Padre, a cada una de Sus Palabras. Esto fue lo que produjo una
reacción en cadena de vida en los corazones de hombres y mujeres cuyas vidas Él
tocó. Consideremos ciertas facetas de la Ley de Vida como la manifestó nuestro
Señor.
Jesús tuvo que regañar con ternura a Su madre cuando tuvo
lugar el primer milagro que Él obró en
su ministerio terrenal. La exhortación simplemente expresada, decía esto:
“Madre, no intentes presionarme. Debo moverme conforme al tiempo y a la dirección
de Dios” (lee Juan 2:4). Entonces ella dijo algo maravilloso y muy correcto:
“Haced todo lo que os dijere” (v.5). La iglesia de Jesucristo no tendría
ABSOLUTAMENTE NINGÚN PROBLEMA SATISFACIENDO LAS NECESIDADES DE LA
HUMANIDAD SI PUDIÉRAMOS LLEGAR A ESTE
MISMO COMPROMISO SIMPLE—SÓLO HACED LO QUE ÉL OS DIGA. Pero esto requiere
esperar en Dios, y esto es una lección que nos cuesta mucho aprender.
Ciertamente, esperaremos, siempre y cuando no nos lleve mucho tiempo. ¿De todos
modos, cuanto tiempo espera Dios que esperemos? ESPERA...ESPERA...ESPERA HASTA
QUE ÉL CONTESTE...
Cuánto tiempo Jesús esperó, nosotros no lo sabemos. PERO
CUANDO SE CUMPLIÓ EL TIEMPO, HIZO LO CORRECTO, HABLÓ LA PALABRA CORRECTA, Y
HABÍA UNA REACCIÓN EN CADENA DE ENERGIA VIVIENTE QUE INVADÍA A TODA LA ESCENA
DE LA BODA. Y el vino nuevo es mucho mejor que el vino viejo al que estaban
acostumbrados. El testimonio del jefe de ceremonias fue de gran sorpresa: “Tú
has reservado el vino bueno hasta ahora” (v. 10).
¿Podemos creer esto? ¿QUE DIOS HA RESERVADO EL MEJOR VINO
HASTA AHORA? Lee sobre todos los avivamientos en la historia de la
Iglesia—todas esas obras gloriosas de Dios en días pasados, y ten por cierto
que: ¡DIOS HA RESERVADO EL MEJOR VINO
HASTA AHORA!
¿Qué sucedió realmente? He aquí un Hombre caminando conforme
a la Ley de Vida—La vida de Dios estaba en control, motivando potenciando,
reinando. Tuvo lugar una reacción en cadena de vida. Cada vez que la copa era
mojada en la tinaja, salía VIDA, y se creaba nuevo vino en otra tinaja... y en
otra...y todavía en otra. ¿Durante cuanto tiempo? HASTA QUE CADA NECESIDAD FUE
SATISFECHA HERMOSAMENTE.
¡Podéis estar seguros, hermanos! Dios conoce todo sobre las
necesidades de la humanidad, y SU deseo es hacer algo al respecto es mucho,
mucho, mucho mayor que nuestro deseo. Muchos de vosotros habéis hecho todo lo
que podíais—lo sé—para satisfacer esas necesidades. PERO CON CADA DÍA QUE PASA,
CON CADA AÑO QUE PASA, CON CADA DÉCADA LAS NECESIDADES SE APILAN EN
PROPORCIONES ENORMES. ¿NO PIENSAS QUE YA ES TIEMPO DE QUE BUSQUEMOS EN SERIO A
DIOS, PARA PONER EN MARCHA EN MEDIO DE NOSOTROS A LA LEY DEL ESPIRITU DE VIDA
EN CRISTO JESÚS? ¡ÉL LO ESTÁ ESPERANDO! EL NO ESTÁ ESPERANDO UN NUEVO Y
FLAMANTE PROGRAMA HECHO POR CRISTIANOS LLENOS DE CELO CON EL FIN DE HACER EL
TRABAJO. ESTÁ BUSCANDO A UN PUEBLO QUE CANCELARÁ SUS PLANES, QUE ABANDONARÁS
SUS PROPIAS MAQUINACIONES, Y QUE DEJARÁ QUE EL ESPÍRITU DEL SEÑOR GOBIERNE Y
REINE EN SU IGLESIA.
Jesús no decidió que era el momento de ir a evangelizar
Samaria. Simplemente respondía a la Ley del Espíritu, en la que Él ya había
aprendido a caminar. “Le era necesario pasar por Samaria”. Se sentó junto al
pozo de Jacob y los discípulos fueron a la ciudad a comprar comida para comer.
¿Entonces qué? “Vino una mujer de Samaria a sacar agua” (Juan 4:7).
¡Simplemente pasó! No hay duda de que todos hemos conocido experiencias como
esa, en que las cosas “simplemente pasan”, y aún así, cuando miramos atrás,
¡Sabemos simplemente que DIOS HABÍA DETERMINADO EL SUCESO! Y nos emocionamos al
saber que Dios iba delante de nosotros y preparó la tierra para una siembra
fructífera de la palabra de verdad. Pero me temo que estamos viendo tales cosas
como meras “coincidencias”, Y NO COMO EL ÚNICO CAMINO DE DIOS PARA LOS QUE
ANDAN EN EL ESPÍRITU. Él nos da una experiencia como ejemplo y anticipo de cómo
Él desea moverse, y pensamos que estas experiencias son muy poco usuales,
quizás una experiencia que tiene lugar una sola vez en la vida. Pero es el
Señor, empujándonos a caminar en el Espíritu y a no darle reposo hasta que
establezca esta maravillosa Ley del Espíritu en el corazón de Su pueblo. Cuando aprendemos a caminar simplemente en
la voluntad de Dios, es Dios quien obra en un extremo y en otro, con el fin de
producir esta coincidencia divina de un vaso escogido con otro. Dios tiene en
mente una reacción en cadena de vida que comenzaría en la vida quebrantada y
malgastada de esta mujer samaritana. Él
no intentó hacer una gran cruzada en Sicar. Simplemente hizo lo que el Padre
quería que hiciera. “Se sentó junto al pozo”, y esperó que Dios completara toda
la escena. Fue Dios quien preparó la
reunión de Su Hijo con UNA VIDA DEVASTADA.
¿Alquilar un local con capacidad para 10.000 personas y traer a un fiero
evangelista para llevar a cabo un “avivamiento”? El camino del hombre, cierto.
Y no estoy diciendo que Dios no use cosas como esas. PERO, ¡OH SI EL PUEBLO DE
DIOS PUDIERA REGRESAR A LA SIMPLICIDAD DEL CAMINO DE DIOS! ¡Mira lo simple que
es! Hubo una interacción divina del
Hijo de Dios con una mujer devastada, Y ESTO PRODUJO UNA REACCIÓN EN CADENA DE
VIDA EN LA CIUDAD DE SICAR. Jesús esta “fusionado” con el Padre. Jesús trajo
una palabra que se “fusionó” en el corazón de la mujer samaritana. Al ser
encendida con el fuego del Cielo, a su vez ella trajo una palabra que se
fusionó en las vidas de muchos de los samaritanos. ¡Este es el camino de Dios!
¡Funciona! No es un camino de movimiento lento para alcanzar a las naciones.
¡Es el CAMINO DE DIOS! Y Él está preparando un pueblo en esta hora que saldrá
por Su camino, de forma que todas las naciones puedan ser impactadas con la
vida y la energía del evangelio del Reino de Dios.
Aquí tenemos la Ley del Espíritu de declarada abiertamente
por nuestro Señor. ES COMO EL VIENTO. “El viento sopla de donde quiere y oyes
su sonido, mas ni sabes de donde viene ni a dónde va. ASÍ ES TODO AQUEL QUE ES
NACIDO DEL ESPÍRITU (Juan 3:8). No puedes entenderlo. No puede predeterminar ni
sus orígenes ni sus destinos. No puedes controlarlo. Y ME TEMO QUE POR ESO
SOMOS MUY RÁPIDOS EN RECHAZARLO. PORQUE ESTA MÁS ALLÁ DE NUESTRA CAPACIDAD DE
MANIPULARLO. Nacimos de nuevo por esta clase de Ley. PERO DIOS QUEIRE QUE VIVAMOS Y NOS MOVAMOS POR EL MISMO ESPÍRITU
Y POR LA MISMA LEY POR LA QUE NACIMOS AL REINO.
Una multitud yacía en su miseria. “Enfermos... ciegas, cojos
y paralíticos, esperando el movimiento del agua”. (Juan 5:3). ¿Puedes ver a la
multitud en su dolor, y tienes de repente el sentir de querer correr allí para
arrojarlos a todos al agua? ¡Eso no ha
funcionado! ¡Lee las estadísticas de la evangelización del mundo en este siglo
y seas empujado a admitir que los caminos del hombre no funcionan! Pero allí
llegó un Hombre que estaba motivado por una ley distinta, la Ley del Vida. No
bajó al estanque porque hubiera escuchado que había mucha gente enferma allí, y
así, era una buena oportunidad para tener un “avivamiento”. Sé esto porque Él sólo sanó a un hombre
devastado en el estanque. Pero al estar motivado por la Ley de Vida, estaba
imposibilitado para obrar en el reino de la ley natural:
“No puedo Yo hacer por Mí mismo, según oigo, así juzgo. Y Mi
juicio es justo porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió,
la del Padre.” (Juan 5:30).
Este era su secreto. Estaba moviéndose en armonía con el
Cielo; y el Cielo siempre respondía—NO PORQUE FUERA EL GRAN MESÍAS Y EL GRAN
OBRADOR DE MILAGROS, SINO PORQUE ANDABA EN LA VOLUNTAD DE DIOS, Y DIOS ERA
TOTALMENTE GLORIFICADO EN TODO LO QUE HIZO.
Algunos dicen, “Si yo tuviera el don de milagros, yo iría a
los hospitales y sanaría a todo el mundo.” Bueno, puedes intentar hacer eso.
Pero Jesús no lo hizo porque NUESTRO SEÑOR JESÚS NO ERA ACTIVADO POR LO QUE
TENÍA, SINO POR SU CONSAGRACIÓN A ANDAR CON EL PADRE CELESTIAL.
Era la Pascua y Jesús estaba a punto de obrar un gran
milagro al alimentar a las multitudes con “cinco panes de cebada y dos peces”
(Juan 6:9).
Jesús no hacía cosas como ésta todos los días ni tampoco lo
intentaba. No intentaba hacer nada
PORQUE EN SU ENTREGA AL PADRE NO HABÍA NADA QUE EL PUDIERA HACER. La iglesia
sigue clamando: “¡Haz lo que puedas... Haz lo que puedas...!” Pero Dios
continúa trabajando en los corazones de hijos disciplinados hasta que puedan
responder: “NADA PUEDO HACER POR MI MISMO”. Las necesidades de la
humanidad se aceleran mucho más
rápido que nuestra capacidad de
producir un impacto visible en satisfacer esas necesidades. Y Dios quiere que sepamos que Él está mucho más
preocupado de lo que lo estamos nosotros, y que ÉL TIENE UN PLAN DE ALCANZAR A
TODAS LAS NACIONES CON EL PAN DE VIDA SI TAN SOLO ESTAMOS DISPUESTOS A ESCUCHAR
LO QUE ÉL TIENE QUE DECIR:
“Y tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias, los
repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban
recostados.” (Juan 6:11).
¿Qué había sucedido? Una reacción en cadena de vida había
impregnado cada trozo de pan que Jesús rompió y dio a Sus discípulos.
LA FUSIÓN NUCLEAR SE DESVANECE EN COMPARACIÓN CON LA
PODEROSA REACCIÓN DE VIDA QUE SE PONE EN MARCHA CUANDO NUESTRO SEÑOR JESÚS SE
FUSIONA A SI MISMO CON LOS CORAZONES DE LO SHOMBRES. De Sus manos a las manos
de ellos—y después a todo el mundo—todo el tiempo. HUBO UNA IMPARTICIÓN DE
PODER CREATIVO QUE SE MULTIPLICÓ UNA Y OTRA VEZ Y OTRA VEZ, PARA SATISFACER
CADA NECESIDAD DE AL MENOS 15.000 PERSONAS SENTADAS EN LA HIERBA—Unos 5000
hombres, sin contar mujeres y niños.
¿Oímos lo que Dios está diciendo? Que el pan de la Pascua es
SUFICIENTE PARA CADA CORAZÓN HAMBRIENTO, Y QUE AL HACERNOS UNO CON ÉL, Y AL SER
LLEVADOS A SUS MANOS, PARA SER ROTOS Y BENDECIDOS,¡PODEMOS SATISFACER CADA
NECESIDAD DE ESTE MUNDO FAMÉLICO POR CAUSA DE LA OPERACIÓN DE LA LEY DEL
ESPIRITU DE VIDA EN CRISTO JESÚS!
Pero tenemos que identificarnos concienzudamente con el
cordero de la Pascua que fue sacrificado, si es que vamos a ser esos panes
rotos en las manos del Maestro. No nos excusemos diciendo que Jesús es ése pan,
y que Él ya no está aquí...”SIENDO UNO SOLO EL PAN, NOSOTROS, CON SER MUCHOS,
SOMOS UN CUERPO; PUES TODOS PARTICIPAMOS DE AQUEL MISMO PAN. (1ª Cor. 10:17).
Cierto, nuestro Señor Jesús es ese pan, pero Dios quiere que
nosotros nos hagamos uno con Él, para que la reacción en cadena de Su vida
redentora pueda fluir a través de nosotros, haciéndonos ser UN PAN Y UN CUERPO
para la vida de la humanidad. Gastaremos nuestras energías en maratones o
paseos, tratando de hacer lo imposible por levantar millones, o miles de
millones para satisfacer las necesidades de los hombres---y por favor, entended
lo que estoy diciendo—unas pocas migajas de nuestras mesas, están satisfaciendo
las necesidades de algunos de forma poco significativa. PERO, ¿ESTAREMOS
DISPUESTOS A CONVERTIRNOS EN PAN ROTO EN LAS MANOS DEL MAESTRO PARA SATISFACER
TODA NECESIDAD DE LA RAZA HUMANA? ¡Este es el camino de Dios! ¡El único método
de Dios para alcanzar a las masas!
Consistente con los caminos del Señor Jesús, Él esperó a qué
el Padre hablara antes de actuar. Y consistente con los caminos del Padre,
pareció haber esperado demasiado y finalmente ser demasiado tarde. No fue que Jesús hubiera prolongado su
estancia por demasiado tiempo y que repentinamente decidiera darse prisa para
solucionar esta situación desesperada. En su lugar, ESPERÓ DELIBERADAMENTE QUE
LÁZARO MURIERA. El propósito es brevemente declarado: “PARA QUE EL HIJO DE DIOS
SEA GLORIFICADO POR ELLA”. (Lee Juan 11:4-6).
Sabemos, y ciertamente Dios lo sabe también, que las
necesidades de la humanidad están mucho allá de la posibilidad de que nuestros
recursos humanos puedan satisfacerlas ni siquiera vagamente. AHORA BIEN, ES
BUENO SI PODEMOS RECONOCER LA NECESIDAD, PERO ES FATAL PARA LAS MULTITUDES QUE
MUEREN, SI NO CONOCEMOS EL CAMINO DE DIOS PARA SATISFACER ESAS NECESIDADES.
Parece terriblemente cruel, lo sé, que el Señor prolongara
su estancia “dos días en el mismo lugar”, cuando la necesidad era tan grande.
Pero escuchemos estas palabras de seguridad: ES PARA QUE EL HIJO DE DIOS PUEDA
SER GLORIFICADO. La tardanza de Dios en responder a las necesidades de Su
pueblo ha sido a lo largo de todos los tiempos una de las cosas mas dolorosas
al corazón de Sus siervos. Fue el clamor de los hijos de Israel en su
esclavitud. Fue el clamor de Moisés. Fue el clamor de David. Fue el clamor de
los profetas: “Oh, Dios, ¿Por qué no intervienes en este asunto?” Amados, podéis estar seguros de que Dios sí ve,
y si entiende, y se preocupa, PERO SU PROBLEMA HA SIDO ENCONTRAR A LOS VASOS
OBEDIENTES, DÓCILES, QUE ESPERARÁN EN DIOS HASTA TENER SU RESPUESTA. Se cree
que la palabra “Lázaro” procede del Hebreo ”Eliezer”, que significa, “Dios es
nuestra ayuda”. Y cuando Dios haga algo muy especial, Él ESPERARÁ hasta que la
situación se vuelva completamente desesperada, PARA QUE SÓLO ÉL PUEDA SER
GLORIFICADO. Cuando el Señor finalmente viene a Betania, la única cosa que sus
afligidas hermanas podían hacer, era lamentar Su tardanza:”Señor, Si hubieses
estado aquí, mi hermano no habría muerto.” (v.21).
No estoy diciendo que el Señor no haya estado haciendo cosas
muy maravillosas en la tierra desde el principio, o que Él no esté haciendo
cosas grandes hoy, PERO A PESAR DE TODO ELLO, LAS NECESIDADES SON MAYORES HOY,
Y LA ESCLAVITUD ES MÁS SEVERA QUE EN CUALQUIER OTRO MOMENTO DE LA HISTORIA DE
LA HUMANIDAD. PORQUE DIOS HA DETERMINADO QUE EN ESTA HORA DE EXTREMA
DESESPERACIÓN Y FALTA DE EXPECTATIVA, ÉL SE REVELE A SÍ MISMO EN ESTE ÚLTIMO
TIEMPO, COMO LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA, A UN MUNDO EN UN CAOS EXTREMO.
“¿No podía éste, que abrió los ojos al ciego, haber hecho
también que Lázaro no muriera?” (v.37).¡Por supuesto que sí! PERO ÉL HA
ESPERADO QUE SUS SIERVOS VENGAN A ÉL EN DESESPERACIÓN PARA PODER RADIR SU
GLORIA EN UNA DEMOSTRACIÓN TAL DE LA VIDA DE RESURRECCIÓN DE JESÚS, QUE ESTE
MUNDO JAMÁS HA CONOCIDO.
ÉL ESPERA HASTA QUE LA MUERTE SE DESENFRENA...
ÉL ESPERA HASTA QUE LA MUERTE ESTÉ EN CONTROL SUPREMO...
ÉL ESPERA HASTA QUE EL REINO DEL PECADO Y DE LA MUERTE HA
ALCANZADO SU ZÉNIT DE PODER Y AUTORIDAD EN LA TIERRA...
HASTA QUE EL MUNDO ENTERO ESTA AL BORDE DE LA EXTINCIÓN...
HASTA QUE EL HOMBRE PUEDA JACTARSE DE TENER EN SU PODER LA
ANIQUILACIÓN DE TODA VIDA EN ESTE PLANETA...
HASTA QUE EL HOMBRE HA PUESTO EN MARCHA UNA REACCIÓN EN
CADENA DE PECADO Y DE MUERTE QUE HA TRAGADO A TODO EL MUNDO, Y AHORA PRETENDE
TRAGAR A LA IGLESIA...
ANTES DE LIBERAR LA REACCIÓN EN CADENA DE VIDA QUE DESTRUIRÁ
LA LEY DEL PECADO Y DE LA MUERTE.
“¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?” (v.
40),
“Y cuando hubo hablado, gritó a gran voz, “¡Lázaro, ven
fuera!”. Y el que estaba muerto salió, atados los pies y las manos, y su rostro
estaba envuelto en un sudario. Jesús les dijo, “Desatadle y dejadle ir”. (v.
43-44).
Fíjate en esto. Suena extraño que los hombres amen la muerte
más que la vida, y las tinieblas más que a la luz. Pero es así como es—porque
uno es el enemigo y la antítesis del otro.
¿De verdad crees que cuando los siervos de Dios comiencen a
obrar milagros de vida de resurrección, el mundo se va a echar a correr detrás
de ellos?
NO A MENOS QUE PUEDAN MANIPULAR AL QUE HIZO EL MILAGRO Y
SUJETARLO EN EL SISTEMA DE ELLOS.
Habrían recibido a Jesús con alegría como su Rey. Si tan
sólo se hubiera ADSCRITO AL SISTEMA DE ELLOS. De hecho, intentaron forzarle en
ese modelo.
¿Entonces que hay de notable en esta manifestación de
Resurrección y de Vida? Esto: LA MANIFESTACIÍN DE LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA EN
LÁZARO SE CONVIRTIÓ EN EL CATALIZADOR QUE ACELERÓ EL PECADO, LAS TINIEBLAS, LA
DEPRAVACIÓN Y EL ODIO DEL CORAZÓN HUMANO.
Sus enemigos reunieron al consejo y airearon el problema:
“¿Qué haremos? Porque este hombre hace muchas señales. Si le dejamos así, todos
creerán en Él: y vendrán los romanos y destruirán nuestro lugar santo y nuestra
nación.” (Juan 11:47-48).
CUANDO JESÚS MULTIPLICÓ LOS PANES Y LOS PECES, LOS JUDIOS
NOMBRARON UNA DELEGACIÓN QUE ENVIARON A ÉL PARA FORZARLE A SER SU REY. (Juan
6:15) PERO CUANDO JESÚS REVELÓ LA RESURRECCIÓN
Y LA VIDA EN UN HOMBRE QUE NO SÓLO ESTABA MUERTO, SINO QUE SE ESTABA
PUDRIENDO EN LA TUMBA, TOMARON CONSEJO PARA MATARLE.
Fue esta manifestación de vida de resurrección lo que puso
en marcha el decreto de crucifixión de nuestro Señor. “DESDE AQUEL DÍA
ACORDARON MATARLE.” (v. 53).
La bendición
carismática y el poder para darnos un acceso gratuito a los panes y los peces,
no plantea ningún problema a la mayor parte apóstata de nuestros sistemas
religiosos. Pero cuando Dios comienza la reacción en cadena de la Ley del
Espíritu de Vida en Cristo Jesús, SU PROPÓSITO FINAL ES APARTAR LOS CAMINOS DEL
HOMBRE Y SUS REINOS, TANTO EN EL MUNDO COMO EN LA IGLESIA. EL ENEMIGO SABE ESTO
Y PODEMOS ESPERAR Y ANTICIPAR UNA ENORME MEDIDA DE SUFRIMIENTO PARA EL CUERPO
DE CRISTO CUANDO ESTO COMIENCE A SUCEDER.
Ahora bien, podemos evitar la Cruz si escogemos cooperar con
los sistemas mundanos de los hombres, y buscar involucrarnos con los reinos del
mundo.
PERO SI DE VERDAD APRENDEMOS EL CAMINO DE DIOS, Y COMENZAMOS
A MOVERNOS CONFORME A LA LEY DEL ESPIRITU DE VIDA EN CRISTO JESÚS, HABRÁ UNA
ACELERACIÓN DE ESA LEY OBRANDO EN NOSOTROS, QUE NOS LLEVARÁ A UNA AMPLIA
CONFRONTACIÓN CON LOS REINOS DE LAS TINIEBLAS.
Conozcamos y entendamos ahora la sabiduría de la Cruz, y el
propósito de Dios en todo lo que vendrá sobre el pueblo de Dios en esa hora:
W C = L²
¡EN LOS PROPÓSITOS DE DIOS, LA SABIDURÍA DE LA CRUZ LLEVARÁ
A SU PUEBLO A LA VIDA—UNA VIDA MAS ABUNDANTE, VIDA DE RESURRECCIÓN, QUE TRAGARÁ
A LA MUERTE EN VICTORIA!
PRIMERO... EN NUESTRA MORTALIDAD...Y DESPUÉS, EVENTUALMENTE
LA MORTALIDAD SERA TRAGADA POR ESTE MISMO ESPÍRITU Y ESTA MISMA LEY DE VIDA AL
SONIDO DE LA ÚLTIMA TROMPETA (1ª Cor. 15:52). ¿Qué paradoja tan extraña es
ésta? ¡QUE JESÚS, LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA, FUERA CLAVADO EN LA CRUZ PARA
MANIFESTAR VIDA A UN MUNDO DE PECADO Y DE OSCURIDAD!
PERO EN LA SABIDURÍA DE LA CRUZ, DIOS HA TRAÍDO LA PRINCIPE
DE LA LUZ Y DE LA VIDA A UNA CONFRONTACIÓN CON EL PRÍNCIPE DE LAS TINIEBLAS Y
DE LA MUERTE, “PARA DESTRUIR POR MEDIO DE LA MUERTE AL QUE TENÍA EL IMPERIO DE
LA MUERTE, ESTO ES, AL DIABLO; Y LIBRAR A TODOS LOS QUE POR EL TEMOR DE LA MUERTE,
ESTABAN DURANTE TODA LA VIDA SUJETOS A SERVIDUMBRE”. (Heb. 2:14-15).
¿Y cual es el resultado de todo esto?
“QUE COMO EL PECADO REINÓ PARA MUERTE, ASI LA GRACIA REINE
POR LA JUSTICIA PARA LA VIDA ETERNA POR MEDIANTE JESUCRISTO.” (Rom. 5:21).
Amados, tened por cierto que cuando la Ley del Espíritu de
Vida en Cristo Jesús comience a funcionar bajo el liderazgo y el dominio de
Cristo, el pueblo de Dios va a ser empujado a su cruz, tan ciertamente como el
Señor Jesús lo fue a la suya.
Pero no busquemos huir de esa cruz. Todo lo contrario,
abracémosla. No dudemos en tomar nuestra cruz hoy, y cada día, y andar en el
camino del discipulado como Jesús amonesta. La cruz que tú y yo esperamos
cambiar por una corona, no es la cruz en la que murió Jesús, sino la que
Él ha provisto para que tu y yo muramos
en ella, y que descubriremos al agarrarnos a la del Señor.
Capítulo 8 -- La Ley de Vida en la Iglesia Primitiva
Gloria en
Lugar de ceniza Parte IV – Reacción en cadena en los ámbitos del Espíritu –
George H. Warnock
CAPÍTULO 8 – LA LEY DE VIDA EN LA
IGLESIA PRIMITIVA
Hemos visto de qué forma tan preciosa funcionaba la Ley de
Vida en el Señor Jesús cuando Él estaba aquí. Pero hemos olvidado que Él ha
hecho provisión para que la misma ley que había en Él, fuera transmitida a Su
pueblo; para que la vida de Resurrección que Él es, pudiera convertirse en el
principio y en la ley que potenciaría a todos los que se unieran a Él. Es por esta razón que se marchó. Vino a
crucificar la Ley del Pecado y de la Muerte, pero habiendo hecho esto, ya no
había más necesidad de permanecer por más tiempo en la tierra.
PORQUE POR SU MUERTE EN LA CRUZ, Y SU ENTRONIZACIÓN EN LOS
CIELOS, PODRÍA LIBERAR LA LEY DEL ESPÍRITU DE VIDA A LOS MIEMBROS DE SU CUERPO
EN LA TIERRA.
Él se marcharía, pero regresaría con una nueva energía, una
nueva fuerza, un nuevo principio, una nueva Ley de Vida en Su pueblo. Y esta
nueva ley sería tan efectiva en el pueblo que dejaba atrás, como lo había sido
en Él mientras estuvo aquí. Esta es la clara enseñanza del Señor, y esta era la
carga de Su corazón cuando dijo a Sus discípulos que tenía que marcharse. PERO
VOLVERÍA DE NUEVO DE UNA FORMA NUEVA, EN EL ESPÍRITU DE LA VERDAD, PARA MORAR
CON ELLOS Y GOBERNAR Y REINAR EN SUS VIDAS EN UN NUEVO PRINCIPIO Y EN UNA NUEVA
LEY DE VIDA. Una nueva energía sería liberada desde el trono, una nueva
dimensión de gloria que sería tan efectiva en ellos como lo había sido en Él,
mientras caminaba en la tierra. Esta fue Su oración:
“Yo en ellos, y Tú en Mí, para que sean perfectos en unidad,
para que el mundo conozca que Tú me enviaste, y que los has amado a ellos, como
también a Mí me has amado.” (Juan 17:23).
Jesús no estaba hablando de que nosotros fuéramos hechos UNO
de forma distinta o ajena a ser hechos UNO CON ÉL, ASI COMO ÉL ERA UNO CON EL
PADRE. No tiene nada que ver con ecumenismo, con reunir a las iglesias en una
gran organización. Satanás está incluso promoviendo eso, tan ciertamente como
promovió la construcción de la Ciudad y la Torre de Babel. Porque esta unión o
“fusión” unos con otros es solo posible cuando somos FUSIONADOS UNOS CON OTROS
por la gracia renovadora, y cuando entramos en unión y armonía con el Señor Jesús. El camino del hombre
(ladrillo en lugar de piedra y asfalto en lugar de mezcla—Gén. 11:3), solo
terminará en confusión. Ir por el camino del hombre solo fortalecerá la Ley del
Pecado y de la Muerte, y le dará una mayor aceleración en las vidas de los no
regenerados. Jesús se marchó a Su trono exaltado en los Cielos para poder
perpetuar en la tierra esa misma vida, la misma gloria, el mismo Espíritu de
Verdad, que Él era cuando estuvo aquí. Su pueblo haría las mismas obras que Él
hizo, e incluso mayores, por causa de Su entronización en los Cielos como el
Sumo Sacerdote de un “ministerio más excelente”.
Por tanto, este es el secreto de los principios tempranos de
la vida de la Iglesia. La misma ley que funcionó en Jesús estaba ahora en Su
Iglesia. El Espíritu Santo era Señor en medio de Su pueblo, así como Jesús fue
el Señor en Su trono de Gloria. Porque no era otro Señor, SINO EL MISMO
ESPÍRITU DE JESÚS. Dios comenzó la Iglesia con gran sencillez de movimientos
espirituales en la tierra. Y ÉL VA A TERMINAR LA OBRA EN JUSTICIA—NO EN
FRACASO. Muy rápidamente la Iglesia se apartó del camino de Dios, se cansó de
la Cruz y sucumbió a la tentación de comerciar con ella y cambiarla por una
corona de gloria y honor mundanos. La Cruz en la que una vez se gloriaron, fue
sustituida por una cruz que Constantino llevaba en sus estandartes de batalla.
Siempre que llevemos una cruz en nuestros estandartes o una cruz de oro
alrededor del cuello, no constituimos ninguna amenaza al reino de la oscuridad.
Satanás sabe esto y cuando sus desvaríos como león rugiente resultan no tener
ninguna eficacia contra una Iglesia sufriente, es raudo en cambiarse de atuendo
y ponerse el de ángel de luz.
En muchas ocasiones en la historia del Pueblo de Dios, sea
en el Antiguo Testamento como en el Nuevo, Dios se ha levantado en gran poder y
ha traído grandes liberaciones a Su pueblo. Dios levantaría jueces en Israel y
siempre que el juez juzgara justamente, Dios daba etapas preciosas de
liberación y reposo. Pero no duraban mucho. Con tan solo una o dos generaciones
por delante, el pueblo de Dios caía de nuevo en sus ataduras, haciendo su
propia cosa. Entonces Dios intervenía de nuevo, y tomaba a un vaso escogido, un
vaso completamente devastado, débil, frustrado, empobrecido---y sin embargo,
clamando a Dios por todas estas cosas en su gran necesidad.
Pero estas operaciones poderosas de Dios parecían ser de
corta duración, y en generaciones sucesivas, había sucedido conforme al lamento
del profeta:
“Contadlo a vuestros hijos,
y vuestros hijos a sus hijos,
y sus hijos a la siguiente generación.
Lo que dejó la oruga, lo comió la langosta;
lo que dejó la langosta, lo comió el pulgón;
y lo que dejó el pulgón, lo comió el saltón.”
(Joel
1:3-4)
Lo triste de esto es que todos nosotros estamos preparados
para mirar a nuestros gloriosos comienzos, o a algunas de Sus gloriosas
visitaciones en generaciones anteriores, pero fallamos en creer que el deseo de
Dios para Su Iglesia sigue siendo el de moverse en este ámbito, en esta clase
de gloria. Ahora, en estos momentos de gran caos en la Iglesia, así como en el
mundo, parece como si nos contentáramos de hacer lo mejor que podamos con lo
poco que tengamos, en lugar de reconocer que este no es el Camino de Dios.
La iglesia ha sido inundada con pecado e iniquidad en
nuestra generación, mucho más allá de cualquier cosa que el pueblo de Dios pudiera
haber imaginado incluso hace unas pocas décadas. El mismo espíritu rebelde e
inicuo que llena la tierra ha tragado a la Iglesia y los verdaderos siervos de
Dios están abrumados por su incapacidad de tratar con esto.
PERO DIOS QUIERE QUE SEPAMOS QUE ÉL HA PROVISTO DE MAYOR
GRACIA PARA ESTOS TIEMPOS DE GRAN MAL,”QUE COMO EL PECADO REINÓ PARA MUERTE,
ASÍ TAMBIÉN LA GRACIA REINE POR LA JUSTICIA PARA VIDA ETERNA MEDIANTE
JESUCRISTO, SEÑOR NUESTRO. “(Rom. 5:21).
Culpamos a los tiempos, al “día malo” en el que vivimos,
PERO EL REINO DE LA GRACIA PUEDE TRATAR CON CUALQUIER COSA QUE SATANÁS U
HOMBRES MALIGNOS PUEDAN DAR A LUZ.
¡NUESTRO VERDADERO PROBLEMA NO ES EL DÍA MALO EN QUE
VIVIMOS, SINO REHUSAR HUMILLARNOS A NOSOTROS MISMOS Y NO ADMITIR QUE HEMOS PERDIDO
EL CAMINO, PARA BUSCAR EL ROSTRO DE DIOS DE NUEVO, PARA QUE DE NUEVO SU
ESPÍRITU SANTO PUEDA CONVERTIRSE EN EL SEÑOR EN MEDIO DE NOSOTROS!
¿Dónde está nuestro
Bautismo de viento y fuego?
Los primeros discípulos recibieron la exhortación de
“ESPERAR A LA PROMESA DEL PADRE”. Esta es la clave de todo el asunto. Pero
ahora podemos jactarnos: “El Consolador ha venido. No tenemos que esperar por
más tiempo”. Hay millones de personas hoy día que se jactan de tener la
experiencia de Hechos 2:4. Pero, ¿Dónde están las ciudades incendiadas con el
poder y la gloria de Dios por estos “millones” de “personas llenas del
Espíritu”? ¿Cuál es el problema? Hay algo instalado en los corazones de las
personas que les hace pensar que si tienen la experiencia de Hechos 2:4,
ninguna otra cosa aparte de eso, tiene
la más mínima importancia. ¡Lo tienen todo!
Pero estemos seguros de esto: Hechos 2:4 no tiene ningún significado si
no tenemos Hechos 2:1, y Hechos 2:2 y Hechos 2:3. ¿Qué hay de los vientos de
Dios? ¿Que hay del fuego de Dios? Estas expresiones que hacen referencia a la
presencia de Dios pueden olvidarse muy fácilmente, para nuestra vergüenza y
desnudez. Fue el FUEGO de la presencia de Dios y la unción que consumía al
puñado de discípulos que esperaban en Dios en aquellos primeros días, lo que
les hizo involucrarse en una reacción en cadena del Espíritu, que a su vez,
trajo a multitudes al Reino, e incendió las ciudades con la presencia de Dios.
Pero el fuego de Dios también encendió un fuego en los
corazones de sus enemigos. Tened por cierto que una cosa produce la otra. No
puedes escapar de ello si estás realmente andando en los caminos de Dios y si
estás lleno de Su presencia. El mundo no puede odiarnos siempre que seamos muy
parecidos a él. Pero a Jesús odiaron, y a Pablo odiaron, porque liberaron una
luz y una gloria que penetró en los reinos de la oscuridad, con la única
intención de consumir los caminos rebeldes de los hombres. Los espíritus
malignos ya no claman en nuestra presencia, “Dejadnos solos”, porque no hacemos
mucho para molestarles. Pero cuando un pueblo comienza a andar en la luz y la
gloria de Su presencia, la oscuridad no puede aguantarlo, y los espíritus de
oscuridad clamarán en temor.
Veamos brevemente el funcionamiento de la Ley del Espíritu en
la Iglesia primitiva.
Doce hombres que se movían en Dios incendiaron Jerusalén con
el evangelio de Cristo. No por su capacidad organizativa, sino por el fuego de
Dios. Una reacción en cadena de una serie de movimientos espirituales comenzó
en medio de ellos, una vida tocando a otra vida... y a otra... y a otras...
hasta que la ciudad al completo fue llena con la “doctrina” del Cristo
viviente.
Cinco hombres, al menos cinco expresamente mencionados por
nombre, están buscando a Dios muy en serio en Antioquía. Como resultado, el
Espíritu Santo habla claramente y dice, “Apartadme a Bernabé y a Saulo para la
obra a qué los he llamado” (Hechos 13:2). Estos doce hombres salieron para
comenzar un fuego dondequiera que aterrizaran. El fuego de Dios siempre se extiende
muy rápidamente dondequiera y cuando quiera que exista la yesca seca de vidas
quebrantadas y devastadas. Cuando el Espíritu de Dios es el Señor hay una
poderosa reacción en cadena de movimientos espirituales, una vida tocando a
otra vida, y después a otra... y a otra. Pero no vas a empezar esta clase de
reacción ardiente sin el fuego de Dios. No lo vas a hacer con el fuego del celo
humano, elocuencia humana, organización humana, o cualquier otra clase de
entretenimiento. Puede que reúnas muchedumbres con estas cosas, y que dejas
atrás algunos libros y cassettes. Pero sólo vas a comenzar una ardiente
reacción en cadena cuando el Espíritu
Santo esté ahí, para enviar una Palabra consumidora por el aliento de Su boca.
Después Dios dispersó a la Iglesia en Jerusalén por otra
clase de fuego—el fuego de la persecución. PERO LA DISPERSIÓN DEL PUEBLO DE
DIOS NO ERA OTRA COSA QUE LA DISPERSIÓN DE LA SEMILLA PRECIOSA. Por dondequiera
que fueran, el evangelio del Reino era proclamado en poder y autoridad. Que Dios
nos conceda participar de una medida abundante del fuego de Dios antes de que
los fuegos de la persecución caigan sobre nosotros. Entonces podremos
manejarlos. Entonces producirán una obra hermosa de limpieza en medio de Su
pueblo. Necesitamos el fuego de Dios para prepararnos para ese día, pero
podemos estar seguros de que si nos movemos en el fuego de la unción de Dios,
se producirá la persecución. Esteban
ardía con tal llama de la unción que a sus enemigos les rechinaron los dientes.
Pero el fuego de Dios estaba ardiendo, y ningún hombre podía apagarlo.
Felipe bajó a Samaria y predicó a Cristo y todo el país fue
despertado cuando el Espíritu Santo se movió poderosamente en los corazones del
pueblo. Pero Felipe sabía que era el Espíritu Santo quien gobernaba, y cuando
Dios le envía al desierto por razones únicamente conocidas por Dios, no dudó en
dejar este poderoso avivamiento en Samaria temiendo que en su ausencia, las
cosas se salieran de su control. EL Señor estaba en control, no Felipe. Dios sabía
lo que estaba haciendo y los siervos de Dios estaban contentos de dejar que Él
tuviera el control. Allí, en el desierto, Felipe esperó el siguiente paso.
EN LOS MOVIMIENTOS DE DIOS, NO ESTAMOS HACIENDO LO MEJOR QUE
PODEMOS INDEPENDIENTEMENTE, Y ESPEANDO QUE DE ALGUNA MANERA, DIOS TRAIGA ALGO
DE FRUTO DE TODO ESTO. CUANDO APRENDEMOS A MOVERNOS CON EL ALIENTO DE SUS
MOVIMIENTOS, ES DIOS QUIÉN PREPARA LA INTERACCIÓN DE SUS SIERVOS CON LAS VIDAS
DE HOMBRES Y MUJERES, PARA PRODUCIR ESTA PODEROSA REACCIÓN EN CADENA DE LA LEY
DEL ESPÍRITU DE VIDA.
Felipe simplemente espera que Dios complete el cuadro;
porque lo que Dios está haciendo en Sus siervos que se mueven en el Espíritu,
es una hermosa obra maestra de Su propia sabiduría y genio.
Aquí llega un hombre de Etiopía, que regresaba de su tiempo
de adoración en Jerusalén, sentado en su carro y leyendo al profeta Isaías.
Felipe es inmediatamente empujado a unirse al carro, y comienza ahí mismo,
donde el eunuco estaba leyendo, “y le predicó a Jesús”. ¡Qué coincidencias tan
hermosas y magistrales “suceden” cuando los siervos de Dios comienzan a andar
por Su camino! La Iglesia en Jerusalén no se estaba reuniendo en comités para
tratar de resolver el problema de alcanzar a las naciones con el evangelio, o
de organizar fuerzas de trabajo que cumplieran la gran comisión. El Espíritu
Santo era el Señor de la Iglesia, y Él decía a los siervos que Le esperaban,
qué hacer, dónde ir, cuando hablar. Al caminar en Su voluntad, todo el Cielo se
movilizaba y se formaba para la batalla, para estar junto a los siervos de Dios
y coordinar las fuerzas del mundo espiritual con las obras de un pueblo
obediente.
Entra Saulo de Tarso, respirando amenazas y muerte contra el
Señor Jesús. Pero él no sabía que el fuego de Dios era mucho más ardiente que
cualquier cosa que pudiera exhalar de su ardiente pecho. Dios se reveló a Sí
mismo en una llamarada de gloria que era MÁS BRILLANTE QUE EL BRILLO DEL SOL
DEL MEDIODÍA. Repentinamente, fue atrapado por el Señor. Esa es la palabra que
Pablo usaría más tarde, cuando mencionó lo que le había sucedido. Dios le había
atrapado. Dios le había arrestado y le había reclutado para el servicio en el
ejército del Señor. He aquí una vasija
escogida del Señor, “porque muchos son llamados, pero pocos son escogidos”.
El Espíritu Santo quiere ser el Señor en medio de nosotros,
como el Señor Jesús es el Señor en el trono. Es Él quien inicia los planes y
los propósitos de Dios en la tierra, y ordena el caminar de Sus siervos que
están comprometidos en hacer Su voluntad. Así, aquí en Damasco, hay un siervo
de confianza, y el Señor le dice que vaya a la Calle recta, e imponga sus manos
sobre un nombre llamado Saulo, para que fuera sanado. Él le recuerda al Señor
que este hombre tenía una pésima reputación entre los cristianos, pero el Señor
le confirma que sabe lo que está haciendo. Ananías encuentra a Saulo, le impone
las manos y le restaura la vista. Y entonces da a su vaso escogido una pequeña
indicación del propósito de Dios en todo lo que Él ha hecho. Pablo había de
conocer la VOLUNTAD DE DIOS Y VERLE, Y OIRLE HABLAR. (Lee Hechos 22:14). Eso
abarca mucho territorio, pero inmediatamente Pablo sabe que está bajo órdenes
militares. ÉL HA DE RESTRINGIRSE COMPLETAMENTE A LA VOLUNTAD DE DIOS. Y al
caminar este gran apóstol en la voluntad de Dios, de qué forma tan maravillosa
puede verse la liberación del Espíritu de Vida a través de Su ministerio,
provocando una ardiente reacción en cadena de vida espiritual dondequiera que
fuera—encendiendo un fuego aquí, y otro allí, y después avanzando en su camino
mientras el fuego continuaba ardiendo.
Podríamos seguir y seguir todo el camino a lo largo del
libro de los Hechos y observar las poderosas obras que fueron cumplidas, pero
queremos hacer el énfasis correcto. No estamos simplemente hablando de grandes
y maravillosos milagros. Queremos enfatizar el Señorío de Cristo en todo ello,
y como el Espíritu Santo estaba en control-RECLUTANDO VASIJAS ESCOGIDAS,
DIRIGIENDO, MOTIVANDO, POTENCIANDO AL PUEBLO DE DIOS PARA HACER LA OBRA QUE EL
SEÑOR RESUCITADO TENÍA EN MENTE COMO EL SEÑOR DE LA IGLESIA.
NADIE TRATABA DE HACER NADA.
NADIE TRATABA DE CUMPLIR LA GRAN COMISIÓN.
ERAN EL PUEBLO DE DIOS, SIERVOS DEL ALTÍSIMO, ENTREGADOS A
HACER LA VOLUNTAD DE DIOS, A ANDAR EN SU PODER Y EN SU UNCIÓN.
Como nos emocionamos ante estos poderosos movimientos del
Espíritu de Dios, al andar Él en un pueblo santo y limpio en los primeros días de los comienzos de la Iglesia. ¡PERO
QUÉ TRISTE ES, CUANDO EL PUEBLO NO RECONOCE QUE DIOS QUIERE A SU IGLESIA DE LOS
ÚLTIMOS DÍAS CAMINANDO EN LA MISMA VIDA Y EN LA MISMA UNCIÓN!
PORQUE DIOS JAMÁS ORDENÓ QUE SU IGLESIA SE MOVIERA POR LA
TIERRA DE NINGUNA OTRA FORMA, POR MEDIO DE NINGÚN OTRO PODER, O A TRAVÉS DE
NINGÚN OTRO MÉTODO, QUE EL QUE ÉL HABÍA DISPUESTO EN EL PRINCIPIO—LA LEY DEL
ESPÍRITU DE VIDA EN CRISTO JESÚS. ÉL SIEMPRE ESTÁ HACIENDO COSAS NUEVAS, PERO
SIEMPRE POR MEDIO DE LA MISMA LEY DEL ESPÍRITU. SI PERDEMOS ESTO DE VISTA, Y LO
HACEMOS A NUESTRA MANERA, LO PERDEMOS TODO.
Capítulo 9 – El deseo de Dios para La Iglesia de los últimos
días
Gloria en
Lugar de ceniza Parte IV – Reacción en cadena en los ámbitos del Espíritu –
George H. Warnock
CAPÍTULO 9 – EL DESEO DE DIOS PARA LA IGLESIA DE LOS
ÚLTIMOS DÍAS
El pueblo de Dios ha cometido dos males mencionados por el
profeta Jeremías:
“Me dejaron a Mí, fuente de agua viva... y cavaron para sí
cisternas, cisternas rotas que no...
retienen agua.” (Jer. 2:13).
Me pregunto cual de los dos es el peor mal: abandonar el
camino de Dios es bastante malo de por sí; pero en lugar de regresar a Dios,
sustituyeron el río abundante por cisternas rotas, lo cual parece mucho peor
aún.
La provisión de Dios para Su pueblo en esta era maravillosa
del Espíritu Santo es abiertamente declarada por el Señor:
“EL QUE CREE EN MÍ, COMO DICE LA ESCRITURA, DE SU INTERIOR
CORRERÁN RIOS DE AGUA VIDA. ESTO DIJO DEL ESPÍRITU QUE HABÍAN DE RECIBIR LOS
QUE CREYESEN EN ÉL. PORQUE AÚN NO HABÍA VENIDO EL ESPÍRITU SANTO, PORQUE JESÚS
NO HABÍA SIDO AÚN GLORIFICADO” (Juan 7:38-39).
Dios quiere inundar Su Iglesia una vez más con ríos de agua
viva. Es nuestra herencia en Cristo: “Porque JEHOVÁ tú Dios te introduce en la
buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes y de manantiales, que
brotan de valles y de colinas.” (Deut. 8:7).
¿Crees que eres de los que habitan en lugares bajos? Da
gracias a Dios por ello. Es ahí donde las aguas vivas desean fluir. Un viejo
himno de la Iglesia dice algo parecido:
“Como el arroyo encuentra un lecho muy bajo,
Así Jesús camina con los humildes y los santos....”
Los arroyos de Dios siempre buscan los lugares bajos, al
fluir del corazón de Dios. Tenemos que humillarnos a nosotros mismos para que
el agua de la vida pueda fluir una vez más. Abandonar estos arroyos vivos es un
gran mal; pero el segundo mal muestra una completo desprecio hacia el Dios que
profesamos servir. El camino del hombre no puede retener los arroyos
refrescantes de agua de vida. Las cisternas de los hombres no pueden retener el
agua. Necesitamos arrepentirnos de ambos males, y especialmente del segundo,
para que los arroyos de vida que una vez fluyeron de Su iglesia puedan de nuevo
ser liberados desde el trono. Que la escoria y los escombros de los filisteos
puedan de nuevo ser quitados de los pozos que abrió Abraham, y comiencen a
fluir de nuevo en medio de Su pueblo como una fuente de vida. Hemos construido
muchas presas denominacionales y cisternas, o algunas independientes, con la
esperanza de mantener una provisión de agua pura y refrescantes, pero pronto
las aguas se estancan. Todo el mundo sabe que su estanque de agua no fluye, se
estanca. Dios pide a Su pueblo que abandonen la construcción de cisternas y que
regresen a la Fuente. Los esfuerzos del hombre de hacer que las cosas “se
muevan” en la Iglesia, son incansables, y lo que estamos sacando de todo ello,
no es otra cosa que “cisternas rotas que no retienen agua”.
Pero Dios está de nuevo en la escena para hacer algo al
respecto. Es para Su gloria que Él se va a levantar en la tierra en poder y en
autoridad. Él es sumamente celoso por causa de Su propio nombre, Su glorioso
Nombre que ha sido corrompido entre las naciones.
“Y haré notorio mi santo nombre en medio de mi pueblo
Israel, y nunca más dejaré profanar mi santo nombre; y sabrán las naciones que
yo soy Jehová, el Santo en Israel.” (Ezequiel 39:7)
Dios ha prometido que “la gloria postrera de esta casa
será mayor que la primera” (Hageo 2:9). Dios dice que está “esperando el
precioso fruto de la tierra”, por lo que podemos estar seguros de que el fruto
que Él está esperando va a ser de la mayor calidad, y sumamente precioso a Su
vista. (Santiago 5:7).
Jesús no prometió que las puertas del Hades no
“prevalecerían” contra Su Iglesia—por lo que estoy seguro de que la batalla
final de la era de la Iglesia va a ser una batalla gloriosa y triunfante. (Mat.
16:18).
Dios ha puesto ministerios en el Cuerpo de Cristo con el
propósito expreso de llevar a la Iglesia a “UN HOMBRE PERFECTO, A LA MEDIDA DE
LA ESTATURA DE LA PLENITUD DE CRISTO”, por lo que estoy seguro de que va a
suceder. (Efe. 4:13).
Así pues, ¿Qué está
haciendo Dios hoy?
Está haciendo todo lo que Él necesita hacer para traer a su
plenitud el mismo deseo de Su corazón. Lo hará a pesar de las multitudes
incrédulas en la Iglesia. Pero enseñamos estas cosas y escribimos estas cosas
para que los que crean, puedan tener una confianza y una seguridad renovadas
para levantarse en la fortaleza del Señor y seguir al Cordero dondequiera que
Él pueda llevarnos.
Porque todos los loables esfuerzos del hombre por establecer
el Reino de los Cielos, van a resquebrajarse cuando los simples, los débiles,
los bajos, y los despreciados de los hombres, aquellos a quienes el apóstol
Pablo llama los “nada”, se levanten en el poder de Su Señor u sean vestidos con
la armadura del Dios y con los pies hermosamente preparados con las sandalias
del apresto del evangelio de la paz. (lee
1ª Cor. 1:28).
El mundo y la Iglesia van a sorprenderse a lo grande cuando
vean a estos “nadas” en medio de nosotros, revestidos con la gloria de Dios,
funcionando en ministerio sacerdotal ante Dios; y trayendo sanidad,
misericordia, gracia, amor y verdad a los que están sentados en la oscuridad.
Porque es verdad que Dios pone ministerios especiales de
“apóstoles, profetas, evangelistas, pastores, maestros” en la Iglesia---pero no
para que estos ministerios puedan ser glorificados. El propósito de ellos es
ministrar tal verdad que el Cuerpo de Cristo pueda ser entretejido en unidad,
PARA QUE CADA MIEMBRO SE CONVIERTA EN UN MIEMBRO VIVO, VITAL DE ESE CUERPO, MINISTRANDO
LA VIDA DE CRISTO A OTROS. Esto sucede escasamente casi por todas partes, PERO
ESTO DEBE SUCEDER SI ESTE CUERPO HA DE CONVERTIRSE EN EL PAN Y EN EL LOAF DEL QUE HABLA EL APÓSTOL.
Me temo que en su mayor parte, el ministerio del día
presente está muy feliz de dejar todos los asuntos tal y como están, tras
ellos. Pero esto no es lo que Dios quiere. Quiere una ministración del Espíritu
entre el pueblo que se fusionará miembro con miembro en el Cuerpo de Cristo,
con el fin de producir una reacción en cadena de la Ley de Vida por todo el
cuerpo. EL “ministerio” en sí no puede conseguir esto, ni éste es su propósito.
Son puestos ahí, en el cuerpo, para producir un ministerio fructífero en el
resto del Cuerpo (Efe. 4:12). Saúl mantuvo a todo el mundo muy ocupado en su
reino, pero no es de esto de lo que estamos hablando. Esto no es lo que Dios
quiere decir cuando dice que “Él ordenó
el Cuerpo , dando más abundante honor al que le faltaba, para que no haya
desavenencia en el cuerpo; sino que los miembros todos se preocupen los unos
por los otros.” (1ª Cor. 12 :24-25). El verdadero ministerio compartirá
la carga del corazón de Dios y buscara a Dios muy en serio para tener esa
ministración del Espíritu que traerá esta vida gloriosa del Cuerpo de Cristo,
porque es en este cuerpo y a través de este cuerpo, y no meramente a través de
ministerios especiales, que las poderosas obras de Dios van a cumplirse en esta
última hora. Lo que estamos defendiendo no es que tengamos reuniones abiertas para que todo el mundo participe y diga lo
que hay en su mente: es una sensibilidad en el Espíritu para que cada uno pueda
ministrar la vida de Cristo a los demás.
“De quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí
por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de
cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.” (Efe. 4:16).
El Cuerpo está “bien concertado”. No se trata de hacer que
los miembros se hagan compatibles unos con otros, tratando de hacerlos “aptos”
donde es obvio que no “encajan”. Sólo Dios puede quitar esos bordes ásperos,
esas áreas de voluntad egoísta y de autocompasión, así como toda la rebelión
hacia los caminos de Dios, para poder hacernos “bien concertados”. Pero cuando el ministerio del Espíritu de Verdad
ministra gracia a los corazones de los oyentes, y el pueblo de Dios desea
caminar en obediencia a la voluntad de Dios y en la voluntad de Dios, entonces
de qué forma tan hermosa Él colocará a cada miembro con cada miembro en un
total colectivo. No estoy diciendo que no pueda haber un compañerismo
significativo unos con otros hasta que todo esto suceda; pero el Cuerpo de
Cristo no será efectivo ni tendrá poder en Dios hasta que sea “bien concertado”
por Su Espíritu.
“Y compactados”. En otro lugar estas palabras se traducen
como “tejidos juntos” (Col. 2:2,19). Es Dios quien hace el trabajo de tejernos
juntos, porque es Su prenda, la que Él esta tejiendo para Su propia gloria.
Sólo Él sabe como entrelazar los hilos de Sus propósitos en las vidas de su Pueblo
y como unir una vida a otra—y a otra—por causa de su trato espiritual en sus
corazones y vidas, y por causa de Sus propios propósitos. Todos somos “uno” en
Cristo. Pero hay uniones especiales entre ciertos miembros conforme al plan de
Dios. Tú no escoges a ese miembro en particular que sientes que te gustaría
unirte a él en el espíritu. Esta es la prerrogativa de Dio, porque Dios está
tejiendo un patrón de Su propia sabiduría y propósito. Él no une especialmente
a un tobillo con un hueso en el brazo, aunque son “uno en Cristo”. Los dedos se
unen cada uno a su miembro compañero, y así, por todo el cuerpo. Nuestro Dios
es el Alfarero. Él es el Tejedor. Él es el Constructor y el Arquitecto. ÉL es
el Labrador. Él tan sólo nos pide que cedamos en Sus manos, que seamos fieles
en obedecerle y en hacer Su voluntad; porque Él escoge nuestro lugar y
llamamiento marcados en el Cuerpo de Cristo. Él sabe lo que está haciendo y
seguirá moldeándonos y formándonos conforme a Su voluntad. Él seguirá cincelando y quitando lo áspero,
lo labrado toscamente, hasta que estemos compactados y unidos unos con otros
por Su sabiduría, gracia y poder. Él continuará tejiendo el patrón de Su
hermosura y sabiduría en las vidas de Su pueblo, al tejerlos juntos por Su
Espíritu.
“Por todas las
coyunturas que ayudan mutuamente.”. La coyuntura es ese lugar de unión.
Quizás podríamos asemejarlo al ligamento, puesto que esta es la cosa que une a
un miembro con otro. Cada hueso debe tener su “ligamento” espiritual unido a su
miembro compañero en el cuerpo. Cada tabla del Tabernáculo que Moisés construyó,
tenía una argolla de oro para recibir a cada una de las planchas que se
conectaban entre sí, y para conectar cada argolla con su compañera, de forma
que la estructura fuera estable y firme.
Es en vano tratar de crear esta clase de relación espiritual
que sabemos que Dios anhela. Debemos contentarnos simplemente con hacer sólo la
voluntad de Dios, en lo que concierne a nosotros personalmente, y dejar a Dios
que Él determine cómo, de qué manera, y a quién en particular, Él va a unirnos
en Su Cuerpo glorioso. Si estamos
haciendo la voluntad de Dios fielmente en nuestro puesto, en algún lugar en el
camino de Dios descubriremos esa coincidencia divina, esa convergencia con
otros, esa confluencia con espíritus emparentados, en el hermoso marco de lo
que Dios está haciendo. No es nada que tenga que ver conmigo, por medio de la
planificación, promoción o manipulación.
“Según la actividad
propia de cada miembro”. Cada miembro tiene su propia medida particular de ministerio qué
impartir a los demás. Pablo dice que “obra efectivamente”. Esto es lo que la
unción es para nosotros. SI la unción no está ahí, la carga caerá sobre uno o
dos individuos a quienes nos han enseñado a considerar como el “ministerio ungido”
de Dios. Pero su lugar como ministros
ungidos es el de ministrar verdad por la unción, para que la misma unción fluya
por todo el resto del cuerpo. No
podemos hacer que esto suceda. Con frecuencia hay decepciones cuando la
comunión se “abre” para ministrar, cuando algunos de los más agresivos traten
de enfatizar algún asunto que no tenga verdadera importancia en cuanto a la
ministración de vida y de verdad. Sin embargo, los que ven la importancia de
que cada miembro se convierta en un órgano vital del Cuerpo viviente de Cristo,
seguirán ministrando la unción a los oyentes hasta que se levanten en la fuerza
y en la hermosura de Cristo.
Pero tenemos que estar preparados, hermanos en el
ministerio, cuando esta reacción en cadena de vida comience a impregnar al
Cuerpo de Cristo—tenemos que estar preparados para ver la DISMINUCIÓN de los
ministerios mayores, a cambio del CRECIMIENTO de todo el cuerpo.
Moisés y Elías
jugaron un papel muy importante en la presentación de Cristo en el Monte
de la transfiguración. Pero repentinamente, la Nube de la Presencia de Dios los
cubre, y Moisés y Elías se desvanecen PARA QUE SOLAMAENTE CRISTO PUEDA SER
GLORIFICADO—PARA QUE LOS HOMBRES PUEDAN VER A JESÚS SOLMANTE.
EL PROPÓSITO COMPLETO DEL CUERPO DE CRISTO NO ES LA EXALTACIÓN
DEL MINISTERIO NI DE NINGÚN MIEMBRO ESPECIAL, SINO SÓLO EXALTAR AL CRISTO
VIVIENTE.
Y Dios quiere que cada miembro sea “especial”—que cada uno
sea un “miembro en particular”—para que en la manifestación completa y en la
expresión del Cuerpo de Cristo, todos los hombres puedan ver sólo a Jesús.
En este momento no estamos viendo nada remotamente semejante
a esto, PERO ESTO HA DE VENIR—Y ESTO SERÁ PRECISAMENTE LO QUE ELMINE LAS
DESAVENENCIAS EN EL CUERPO DE CRISTO.
“Él ordenó el
Cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba, para que no haya desavenencia en el cuerpo; sino que los miembros
todos se preocupen los unos por los otros.” (1ª Cor. 12:24-25).
“...Todo el cuerpo,
bien concertado y unido entre sí....recibe su crecimiento para ir edificándose
en amor.” Es Cristo
quien edifica Su Iglesia, pero el Cristo está en Su Cuerpo, y Se considera a Sí
mismo uno con el cuerpo. Por causa de la Unción (que es Cristo), dice que el
cuerpo “va edificándose”. En el mismo sentido dice que “la tierra produce fruto
de sí misma...” (Marcos 4:28). Sabemos que no es sólo la tierra—se necesita la
lluvia, el sol, el cuidado del labrador, y todo eso. Pero los ingredientes de
la vida del jardín están ahí en la tierra, y la capacidad divina está en la
semilla, para recibir la humedad y absorber los minerales y las virtudes del
sol. Y la vida que está en la semilla es nutrida con cada ingrediente que
necesita para germinar y crecer. Así es en el Cuerpo de Cristo.
NUESTRO SEÑOR JESÚS, POR SU ASCENSIÓN A LOS CIELOS, POR SU
ENTRONIZACIÓN EN EL TRONO DE GLORIA Y POR LA ADMINISTRACIÓN DE SU ESPÍIRITU EN
LA IGLESIA, NOS HA PROVISTO DE TODO LO QUE NECESITAMAMOS PARA PRODUCIR EN LA
TIERRA UNA IGLESIA LLENA DE TODA LA PLENITUD DE DIOS, Y ENDOSADA CON TODO LO
QUE SE NECESITA PARA LLEGAR A LA PLENITUD DE LA ESTURA DE CRISTO.
El secreto de todo ello sigue siendo una fórmula secreta en
cuanto a lo que se refiere a nuestra capacidad para hacer que suceda; pero “el secreto del Señor es para los que le
temen” y el Camino de Dios es
recto, y funcionará. Ya ha funcionado en gran medida en el tiempo de la siembra
de la buena semilla en la tierra, en los tiempos de los comienzos de la Iglesia
primitiva; y ha funcionado en pequeña medida muchas veces a lo largo de la
historia de la misma. PERO EL CLIMAX AÚN HA DE LLEGAR. LA COSECHA COMPLETA AÚN
HA DE LLEGAR. EL LABRADOR SIGUE ESPERANDO LA PLENITUD DE TODO ELLO—EL PRECIOSO
FRUTO DE LA TIERRA. ÉL ESTÁ ESPERÁNDOLO PORQUE SABE QUE LO VA A TENER. NO VA A
SER DECEPCIONADO; HA PUESTO EN MARCHA UNA REACCIÓN EN CADENA DE UNCIÓN QUE
RÁPIDAMENTE CONSUMARÁ SUS PROPÓSITOS.
ESTÁ ESPERANDO A UN PUEBLO, PERO NO ESTÁ ESPERANDO MÁS
ACCIÓN POR NUESTRA PARTE. ESTÁ ESPERANDO A UN PUEBLO QUE APRENDERÁ A ESTAR
QUIETO Y A ESPERAR EN ÉL. ESTÁ ESPERANDO A UN PUEBLO QUE SIMPLEMENTE SE
CONSAGRARÁ A HACER SU VOLUNTAD. ESTÁ ESPERANDO A AQUELLOS QUE ESTÉN PREPARADOS
PARA ABANDONAR SU VISIÓN PARA OCUPARSE EXCLUSIVAMENTE DE LA SUYA.
Al enfatizar esta relación colectiva en el Cuerpo de Cristo,
con frecuencia se ha fracasado en la
ministración al Cristo viviente de tal forma que se ha magnificado y
engrandecido la libertad individual en el Espíritu de algunos. Muchos líderes
agresivos y ambiciosos han hecho estragos en el Cuerpo de Cristo llevando a la
gente a una sujección a sus ministerios, en lugar de a una unión significativa
con el Señor Jesús mismo. Y consiguen todo esto al tergiversar lo que Dios
tiene en mente en cuanto al orden y el gobierno divinos. Al hacernos “miembros
en particular” en el Cuerpo de Cristo, habrá un incremento del fluir de Cristo
a través de nosotros, y no una disminución.
Cuánto más unidos estemos mediante una unión vital unos con otros en el
Cuerpo de Cristo, mayor será nuestra apreciación individual y nuestro amor por
el Señor Jesús mismo, y más significativa será nuestra andadura personal con
Él. Y también serán mayores nuestra paz, nuestro reposo y nuestra libertad. Si
no fuera así, lo mejor sería que examinásemos nuestros corazones—que pidiéramos
a Dios que escudriñara nuestros corazones—y después, pedirle la gracia para
dejar esta pequeña Babilonia con la que nos podemos haber enganchado, pensando
todo el tiempo que nos estábamos alejando precisamente más y más de Babilonia,
e involucrándonos más y más con Su orden divino. Nuestro Dios es sumamente
celoso por Su esposa, y no tolerará que ningún ministerio, no importa cuán
grande sea su oficio, lo poderoso que pueda aparentar ser—Dios no permitirá que
NINGÚN MINISTERIO SE ENTROMETA ENTRE TI Y TU ANDADURA PERSONAL CON EL SEÑOR
JESÚS. UN MINISTERIO VERDADERO, COMO EL DEL APÓSTOL PABLO, TENDRÁ UNA PASIÓN Y
UN DESEO SANTO DE PRESENTAR A LA SANTA NOVIA DE DIOS A CRISTO, Y SÓLO A ÉL,
COMO UNA VIRGEN PURA.
Nuestro amor por Cristo nunca debe ser sustituido con un
amor por el cuerpo, o un amor por el ministerio, o un amor por la “cobertura”
bajo la cual algunos puedan pretender someternos. Nuestro estandarte encima de
nosotros sigue siendo el AMOR DE CRISTO. Nuestra cobertura es nada menos que
Sus alas de gloria protectoras.
NUESTRA RELACIÓN UNOS CON OTROS EN EL CUERPO DE CRISTO SERÁ
CUBIERTA CON UNA MEDIDA MAYOR DE LA GLORIA Y LA PRESENCIA DE DIOS EN NUESTRAS
VIDAS—NO UNA GLORIA MENOR. LA REACCIÓN EN CADENA DEL ESPÍIRITU DE VIDA EN MEDIO
DE NOSOTROS, HARÁ QUE LA VIDA DE JESÚS SEA MÁS PRECIOSA, Y MÁS SIGNIFICATIVA A
CADA MIEMBRO INDIVIDUAL.
Si en nuestro énfasis en el carácter completo del Cuerpo de
Cristo, no experimentamos individualmente un mayor fluir de Su amor en nuestras
vidas y corazones, y una cada vez mayor valoración del Señor Jesús mismo, sino
que somos atrapados con el entusiasmo y la animación del glorioso cuerpo de
creyentes que se asocian a ello, me temo que entonces hay algo malo en todo
ello. Me temo que lo único que tenemos entonces es un Babel que se glorifica a
sí mismo, con grandes multitudes que se reúnen para hacer grandes cosas, para
construir ciudades, torres y templos, y para
hacer para sí mismos un nombre conocido—PERO EXPULSANDO CON GRAN ÉXITO A
CRISTO FUERA DE SU TEMPLO. Hoy día hay tanto de esto—todo bajo el disfraz de
“edificar el Cuerpo de Cristo”.
Quiero exhortar a aquellos miembros del Cuerpo de Cristo que
están cansados de las invitaciones que surgen de ministros prominentes,
diciendo “Venid, Uníos a nosotros... venid, uniros al verdadero Cuerpo de
Cristo”, y que han sido movidos de un lado para otro en sus esfuerzos por
hallar esta comunión significativa que
tú sabes que Dios quiere producir. La prerrogativa de Dios es unirte de forma
significativa a miembros-compañeros en el Cuerpo de Cristo. Tu responsabilidad y
la mía simplemente es buscar Su rostro y caminar en obediencia a Él. Dejar de
ir de un lado para otro—deambulando en busca de reposo. Párate, y reconoce que
Él es Dios. De alguna forma, en tu gran deseo de hacer la voluntad de Dios,
surgirá una comunión significativa con otros, conforme Dios lo haga. Y cuando
esto tome lugar, habrá un incremento en tu vida y en la de los demás, por causa
de esta coincidencia divina. No tienes que asistir a todas las conferencias de
unidad, leer todos los libros o escuchar a todos los cassettes de enseñanza,
para descubrir de alguna manera en qué consiste realmente el Cuerpo de
Cristo. Simplemente haz la voluntad de
Dios ahí donde estés... en tu trabajo... en tu negocio... y busca a Dios para
que te una efectivamente al Cuerpo que Él está formando por Su Espíritu. Él
sabe exactamente dónde estás. No temas poder perderte en las corrientes de las
responsabilidades diarias, al tratar de vivir honestamente y cuidar de tu
familia. Pero al mismo tiempo guárdate de no ser llevado por la carga creciente
de posesiones terrenales; porque como Jesús dijo: “la vida del hombre no consiste en los bienes que posee”
(Lucas 12:15). Dios sabe dónde estás. Y Él está buscándote especialmente, si tu
corazón es recto hacia Él:
“Porque los ojos del SEÑOR
recorren toda la tierra para fortalecer a aquellos cuyo corazón es
completamente suyo....”
(2ª Crónicas 16:9)
Muchos están delante, buscando reconocimiento...
“Tengo una verdad de los últimos tiempos, Señor, úsame.”
“Creo en el mensaje del Reino, Señor, úsame.”
“Soy parte de las primicias, Señor, úsame.
”Estoy preparado para luchar en el ejército de Dios, Señor,
úsame.”
“Conozco la Palabra, Señor, y he hecho un curso de teología,
úsame.”
Pero sus ojos siguen buscando en los corazones de los hombres,
no buscando voluntarios, sino preparado para reclutar a los desvalidos, los
débiles, los que son “nada”, cuyos corazones son perfectos hacia Él.
El Valle de los huesos
secos
Creo que aquí hay un cuadro precioso de la forma soberana en
que el Señor une al glorioso Cuerpo de Cristo.
“La mano del SEÑOR vino sobre mí,
y me sacó en el Espíritu del SEÑOR, y me puso en medio del valle que estaba
lleno de huesos. Y El me hizo pasar en derredor de ellos, y he aquí, eran
muchísimos sobre la superficie del valle; y he aquí, estaban muy secos.Y El me
dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y yo respondí: Señor DIOS, tú lo
sabes. Entonces me dijo: Profetiza sobre estos huesos, y diles: "Huesos
secos, oíd la palabra del SEÑOR. Así dice el Señor DIOS a estos huesos: 'He
aquí, haré entrar en vosotros espíritu, y viviréis. Y pondré tendones sobre
vosotros, haré crecer carne sobre vosotros, os cubriré de piel y pondré
espíritu en vosotros, y viviréis; y sabréis que yo soy el SEÑOR. Profeticé,
pues, como me fue mandado; y mientras yo profetizaba hubo un ruido, y luego un
estremecimiento, y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso.Y miré, y he
aquí, había tendones sobre ellos, creció la carne y la piel los cubrió, pero no
había espíritu en ellos.” (Ezequiel 37:1-8)
Hemos oído mucho RUIDO, y hemos visto muchas SACUDIDAS, al
salir la voz profética por toda la tierra. Porque cuando Dios habla desde el
cielo, siempre hay una sacudida, al despojar el Señor al hombre de todas sus
ideas y exponer su locura cuando pretende unir al pueblo de Dios bajo el
estandarte de la UNIDAD.
SIN EMBARGO, EN MEDIO DE TODO ELLO, SE VA A PRODUCIR UNA
UNIÓN EN EL ESPÍRITU QUE EL HOMBRE, CON TODOS SUS RECURSOS CARISMATICOS, IGNORA
POR COMPLETO—UNA UNIÓN DE INDIVIDUOS CON CORAZONES, MENTES Y ESPÍRITUS
SEMEJANTES. Muchos están cansados de la “unidad” que han tratado de reconocer
al juntarse en el valle abierto, y se han cansado de ser empujados a dicha
reunión conjunta primero por el apóstol, después separados por el profeta, para
terminar juntándose en algún otro lugar.
PERO EL SONIDO DEL ESPÍRITU DEL CIELO UNIRÁ MIEMBRO CON
MIEMBRO CONFORME AL PLAN Y AL PROPÓSITO
DE DIOS, MEDIANTE UNA PODEROSA REACCIÓN EN CADENA DE ENERGÍA LIBERADA
DESDE SUS SIERVOS, QUE ESTÁN SIENDO FUSIONADOS POR LA SABIDURÍA DE LA CRUZ, Y
POR LA VIDA DE CRISTO.
La voz profética ungida ha sido muy evidente en esta
presente generación. Sé que ha habido mucho elemento humano en muchos casos, y
mucha falsa unción. Pero a través de todo ello, el pueblo de Dios que genuinamente
camina con Él, ha escuchado la voz del Espíritu, al sintonizar sus corazones
hacia Dios, habiéndose apartado del sol blanquecino del valle abierto, para
unirse a otros miembros compañeros en el Cuerpo de Cristo. Esto no tiene nada
que ver con la localización geográfica, y de hecho yo siempre desanimo a la
gente a ir en busca del descubrimiento de relaciones significativas con otros
en el Cuerpo de Cristo. Con frecuencia, nuestra localización geográfica parece
ser un impedimento, y sentimos que somos incapaces de encontrar esa clase de
compañerismo espiritual que hemos de tener.
Puede que haya un descubrimiento progresivo de desesperanza, de
futilidad, de esterilidad, de falta de fruto, y de MUERTE. Ezequiel también los
descubrió: “NO HABÍA ALIENTO EN ELLOS”.
¿A qué esperan? ¿Por qué viven ahí en su inquietud—haciendo
nada, diciendo nada-- mientras otros, aparentemente muy prósperos y exitosos,
hacen grandes cosas para Dios? Simplemente porque NO HAY ALIENTO EN ELLOS, ¡Y
saben que no pueden hacer nada sin el ALIENTO DE DIOS! Oh sí, podrían hacer
muchas cosas quizás en su fuerza natural, pero Dios lo llama “obras muertas”,
porque son obras producidas sin el aliento de Dios. Ojalá pudiéramos creer lo
que dijo Jesús, que aparte de una unión vital con Él, en la que SU vida y SU
fortaleza fluyen a través de nosotros, NADA PODEMOS HACER.
Una profecía al viento
“Entonces Él me dijo: Profetiza
al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: "Así dice el
Señor DIOS: 'Ven de los cuatro vientos, oh espíritu, y sopla sobre estos
muertos, y vivirán.Y profeticé como El me había ordenado, y el espíritu entró
en ellos, y vivieron y se pusieron en pie, un enorme e inmenso ejército.”
(Ezequiel 37:9-10)
Creo que la voz del Espíritu está a punto de surgir de una nueva
manera, en una nueva dimensión de vida y de energía, en una poderosa reacción
en cadena en el Cuerpo de Cristo, al comenzar un miembro a edificar al otro, y
que las poderosas operaciones de Dios se multipliquen y se incrementen en Su
pueblo. Pero el hombre no recibirá gloria de esto. Dios ya ha tratado esto con
Sus escogidos, que son sumamente conscientes de su futilidad, su desvalidez, su
esterilidad y su muerte. Han aprendido lo que muchos todavía tienen que
aprender, que CUALQUIER OBRA POTENCIADA POR MAQUINARIA E INGENIERÍA HUMANAS, ES
ESTÉRIL Y FUTIL A LA VISTA DE DIOS. Así, ellos siguen esperando en Dios. Deben
ORAR, ORAR, ORAR... ¡SI! ¡PERO TAMBIÉN
DEBEN ESCUCHAR, ESCUCHAR, ESCUCHAR! Porque ciertamente Dios está a punto de
hablar de nuevo.
Pero no es suficiente que la tierra escuche el sonido de Su
Voz. SI EL CIELO NO ESCUCHA EL SONIDO DE LA VOZ DE ELLOS, NO PUEDE HABER
RESPUESTA DEL CIELO AL CLAMOR DE SUS SIERVOS EN LA TIERRA. Si el cielo no es
alertado de lo que estamos diciendo, no podremos producir la vida y la energía
necesarias para los miembros sin aliento del Cuerpo de Cristo. Y así, Dios
ordenó al profeta, “Profetiza al espíritu,
profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: "Así dice el Señor DIOS: 'Ven
de los cuatro vientos, oh espíritu, y sopla sobre estos muertos, y vivirán.”
¡Si el pueblo de Dios pudiera entrar en quietud para poder
escuchar Su voz para poder llegar a conocer Su camino! Entonces sabríamos y
entenderíamos que SÓLO AL ESTAR EN SILENCIO DELANTE DE ÉL, TOTALMENTE DESVALIDOS
EN NOSOTROS MISMOS PARA HACER O DECIR NADA, PODEMOS ESPERAR LA RESPUESTA DE LOS
CIELOS, DE SOPLAR ALIENTO DE VIDA EN NUESTROS CORAZONES DE PIEDRA. Y SÓLO AL
MINISTRAR BAJO SU UNCIÓN, VAMOS A ALERTAR A LOS CIELOS DE LOS CLAMORES DE LA
TIERRA Y HAREMOS QUE
LOS CIELOS RESPONDAN A LAS NECESIDADES DE LOS HOMBRES.
Mientras nosotros
esperamos, Dios trabaja
Por esta razón Él nos pide que esperemos en Él. Dios sabe
que no podemos hacer nada a menos que sea Él quien lo haga. Pero nos lleva
tiempo aprender eso. Dios sabe que a menos que Él traiga el reino espiritual
aquí a la tierra, no va a suceder nada. Así, Dios trabaja—trabaja en las vidas
y en los corazones de los Ezequieles, los Isaías, los Nehemías, los Davides,
los Gedeones, que ven y saben y entienden que a menos que Dios intervenga y
revele Su Camino, y reclute a un pueblo a quién Él ha preparado a través de
mucha prueba y examen, LA OBRA NO SERÁ HECHA—porque no habrá interacción entre
el Cielo y la Tierra. No habrá una reacción en cadena de vida de unos a otros.
Y así, Él nos mantiene esperando, mientras Él trabaja, obrando todas las cosas
para bien para aquellos que Le aman...
Obrando humildad y quebrantamiento en los orgullosos y
rebeldes... Obrando paciencia, longanimidad y gracia en las vidas de Sus
escogidos...
Porque es sólo entonces que Sus escogidos están preparados
para relacionarse con las vidas del
pueblo de Dios, que ha sido rebajado en el horno de aflicción, y que clama a Él
en busca de ayuda y liberación.
Y cuando los siervos de Dios han llegado al fin de su
fortaleza y de sus recursos, entonces sí empiezan a descubrir los recursos y
las riquezas del Cielo. Entonces están ellos preparados para moverse en
coordinación con los movimientos del reino celestial. Y sólo entonces hay algún
logro con significado eterno para Dios.
Y mientras
esperamos... Buscamos hacer Su voluntad
No estamos hablando de sentarnos cómodamente y consolarnos
con grandes revelaciones de verdad. Pero mientras esperamos que Dios HAGA LO
QUE SÓLO ÉL PUEDE HACER, buscamos estar fielmente HACIENDO LO QUE ÉL NOS HA
DICHO QUE HAGAMOS, Y LO QUE ÉL NOS HA CAPACITADO PARA HACER. SÓLO BUSCAMOS
HACER SU VOLUNTAD. No estamos formulando planes para hacer nada.
JESÚS HABRÍA FALLADO COMPLETAMENTE AL DESEO DE DIOS PARA SU
VIDA SI SE HUBIERA PUESTO A FORMULAR PLANES PARA LA EXTENSIÓN DE SU REINO
MESIÁNICO EN LA TIERRA. PERO TUVO ÉXITO COMPLETO PORQUE LLEGÓ A UN PUNTO EN EL
QUE ÉL NO PODÍA HACER NADA POR SÍ MISMO, Y SOLO BUSCABA CUMPLIR EL DESEO DEL
PADRE CELESTIAL.
Tenemos que seguir enfatizando esto porque somos lentos para
escuchar. Si sabemos que Dios quiere alimentar a las masas, nos pondremos a
levantar fondos para hacerlo. Si sabemos que Dios quiere enviar un ejército a
las naciones, saldremos para movilizar dicho ejército. Si sabemos que Él puede
librar a una nación de la esclavitud, empezaremos a recortar al enemigo y a
contentarnos con el pensamiento de que “Bueno, al menos lo estoy intentando”. Y
al hacer todas estas cosas y otras más, ESTAREMOS PERDIENDO COMPLETAMENTE LO QUE
DIOS TENÍA EN MENTE.
Ciertamente no ha sido en vano que muchos hombres y mujeres
a lo largo de la era de la Iglesia, orasen:
“Venga Tu Reino
Sea hecha Tu voluntad
Así en la tierra como en el Cielo”
Una y otra vez, esta oración ha sido contestada en las vidas
de hombres y mujeres que buscaron a Dios en serio en medio gran necesidad. Pero
todavía no ha sido contestada en su plenitud.
Nunca debemos olvidar que ES SIEMPRE DIOS QUIEN INICIA EL
ENCUENTRO DE LOS CIELOS CON LA TIERRA. Nunca es iniciado por individuos celosos
que leen la historia y dicen, “Moisés lo consiguió, así que yo puedo
conseguirlo... José lo consiguió, así que yo puedo conseguirlo... Wesley lo
consiguió, así que yo puedo conseguirlo... Finney lo consiguió, así que yo
puedo conseguirlo... “Cada vez que Dios se movía en la tierra en estas
poderosas operaciones soberanas, era algo nuevo, algo fresco del almacén de
Dios—porque Él jamás ha agotado todos los tesoros escondidos de Su corazón.
Creo que el cielo y la tierra van a encontrarse de nuevo, y
en medio de toda la angustia y esclavitud de la tierra, tenemos que esperar a
oír de Él para que podamos responder de la única forma que glorificará a Dios.
El plan del cielo nunca es cumplido por los nuevos carros, los nuevos
programas, las nuevas iniciativas, los nuevos métodos que están surgiendo de la
Iglesia en esta hora.
Porque Dios nos dio a Su Espíritu—no solo para bendecirnos y
consolarnos; no para que pudiéramos tener a Alguien poderoso que pudiéramos
usar en el Ministerio. LA INTENCIÓN DE DIOS ERA QUE EL ESPÍRITU DE DIOS NOS
IMPARTIERA EN NUESTRO INTERIOR UNA NUEVA LEY, UNA NUEVA ENERGÍA, UN NUEVO
PRINCIPIO DE VIDA POR EL QUE HEMOS DE VIVIR. (Lee Juan 17:21-22).
Mientras esperamos que Dios intervenga y haga lo que sólo Él
puede hacer, seamos simplemente fieles en HACER LO QUE ÉL DICE. Si es que nos
quedemos en nuestro trabajo, en nuestras tareas insignificantes de la rutina
diaria, hagamos lo que Él nos dice. Si pretendo salir ahí fuera para hacer algo
“espiritual”, cuando lo que Dios quiere es que yo aprenda la fidelidad en mi
trabajo, entonces he fallado en el Camino de Dios. Y si Dios quiere que mi
hermano deje su trabajo y salga en Su dirección, y él escoge quedarse con la
seguridad de un hogar cómodo y un negocio, entonces él habrá fallado al camino
de Dios.
MIENTRAS ESPERAMOS QUE DIOS OBRE... HAGAMOS FIELMENTE LO QUE
ÉL DICE.
Capítulo 10 – Reacción en Cadena en Jezreel
Gloria en
Lugar de ceniza Parte IV – Reacción en cadena en los ámbitos del Espíritu –
George H. Warnock
CAPÍTULO 10 – REACCIÓN EN CADENA EN
JEZREEL
“Te desposaré conmigo para siempre;
sí, te desposaré conmigo en justicia y en juicio, en misericordia y en
compasión; te desposaré conmigo en fidelidad,
y tú conocerás al SEÑORE; Y sucederá que en aquel
día,
Yo responderé--declara
el SEÑOR--,
Responderé
a los cielos, y ellos responderán a la tierra
Y
la tierra responderá al trigo, al mosto y al aceite,
Y ellos responderán a Jezreel
“Y la sembraré para mí en la tierra, y tendré
misericordia de Lo-ruhama (la que no recibió compasión); y diré a Lo-ammi (el
que no era mi pueblo): Tú eres mi pueblo, y él dirá: Tú eres mi Dios. (Oseas
2:19-23).
Fíjate en la provisión de Dios en la
tierra, donde traerá verdadero FRUTO. Durante los tiempos de cosecha, buscamos
fruto—no cualquier clase de fruto, sino el de la mejor calidad. Dios es el
labrador y está buscando CALIDAD SUPERIOR. Lo llama el “precioso fruto de la
tierra”, eso es lo que Él espera. Ha esperado durante muchos siglos. Podríamos
pensar que fue hace ya mucho tiempo cuando Él recogió la cosecha, cuando los
fuegos del avivamiento estaban soplando sobre muchos lugares de la tierra. PERO
DIOS HA SEGUIDO ESPERANDO, POR LO QUE ESTOY SEGURO QUE LA COSECHA QUE ÉL ESPERA
VA A SER CALIDAD SUPERIOR— ¡LO MEJOR QUE ÉL, EL GRAN LABRADOR, PUEDE PRODUCIR!
Todo esto comienza con el
“desposorio” de la novia con el novio. Esto es lo que pone en marcha esta
tremenda reacción en cadena, esta intrincada serie de movimientos en la que el
Cielo y la Tierra se contestan mutuamente, y reaccionan y se relacionan uno con
el otro... y con el otro... y con aún otro---siendo la intención de Dios que se
produzca una gran cosecha preciosa, para el deleite y el placer del padre de
familia. Tenemos que leer este pasaje cuidadosamente.
Dios dice, “Te desposaré conmigo en
justicia y en juicio”. Porque Él ha de limpiar y purificar a Su pueblo. Este es
el primer paso del “desposorio”. Después de eso vienen “la misericordia y la
compasión”.
Esto produce “fidelidad” por parte
de la Novia. Dios siempre es fiel, pero va a costar una impartición de justicia
y juicio para hacer que esta novia sea fiel.
Y entonces viene para CONOCER AL
SEÑOR. Oh, si, antes de todo esto, ella conoce al Señor—COMO una cosa u otra.
COMO Salvador, COMO Sanador, COMO Benefactor, COMO Dador, COMO... Pero todo
esto no llega al deseo de Dios. ¿Quieres conocer al Señor por lo que Él hace
por ti, O POR CAUSA DE QUIÉN ES ÉL, EL SOBERANO GRANDE Y OMNIPOTENTE SEÑOR DEL
UNIVERSO Y DE TU CORAZÓN?
Todo esto comienza en los cielos, y
ellos responderán a la tierra. El cielo quiere derramar sus bendiciones sobre
un mundo necesitado, y parece ser su clamor: “Dame agua para la tierra, Oh
Señor—la tierra está famélica—dame lluvia para la tierra.”
“Y ellos responderán a la tierra.”
Porque la tierra finalmente ha reconocido su situación. Dios dijo que iba a
enviar un hambre a la tierra, no de pan o de agua, sino de escuchar las
palabras del Señor. El hambre se acerca a gran velocidad. Pienso que está aquí,
pero el pueblo de Dios todavía no es muy consciente de eso. Pero hay algunos, y
habrá más, que clamarán: “¡Dios, estamos en un estado de hambruna! ¡Venid, Oh
Cielos, y derramad vuestra justicia sobre vuestro pueblo! ¡Nos morimos por
falta de pan viviente!
Y los Cielos oyen, y responden a los
clamores de la tierra. El apóstol nos dice que toda la creación está gimiendo y
dolida con dolores de parto---quizás con mucha ignorancia de lo que son los
gemidos—pero ella gime por liberación. Y los cielos son alertados por los
gritos de dolor de la tierra, y Dios prepara hijos, en la misma escuela de
obediencia en la que Él preparó a Su unigénito Hijo, para revelarlos en el día
que Él ha escogido para la liberación de la tierra. (lee Rom. 8:19-22).
Y al responder el Cielo a la tierra,
la tierra puede responder al maíz, al vino y al aceite. Sus graneros están
vacíos, sus lagares están vacíos. Las tinajas de aceite están vacías. Y claman
a la tierra: “Llenadnos con vino, llenadnos con aceite... llenadnos con
maíz...”
Así, hay una reacción en cadena de
vida. Hay nuevo crecimiento en la tierra estéril y desolada. Hay maíz del pan
vivo. Hay “vino” que alegra el corazón del hombre”. Hay aceite de Su unción, que hace que el rostro del hombre brille
con Su gloria. Y la radiación de la unción desde el rostro de Su pueblo,
producirá poderosas obras de Dios en la tierra.
Pero hay una reacción mayor. Jezreel
comienza a clamar:
“Que la verdad sea plantada en la
tierra...
Que la verdad sea plantada en la
tierra
Que la verdad sea plantada en la tierra....”
Y cuando la Novia clama a los
cielos, “SIÉMBRAME EN LA TIERRA... SIÉMBRAME EN LA TIERRA... SIÉMBRAME EN LA
TIERRA...”
Y cuando Dios oye los gritos de su
amada Novia, y la siembra AHÍ MISMO, ENLA TIERRA, PARA QUE PUEDA REPRODUCIRSE
CONFORMORME A SU NATURALEZA EN LA TIERRA.
“Jezreel” significa, “Dios sembrará.”
Jezreel es la promesa de Dios a la
tierra, que Él tendrá una Novia fiel, y que cuando la halle, LA SEMBRARÁ EN LA
TIERRA.
Jezreel es la promesa de Dios a la
humanidad de que su Santo Nombre no será por más tiempo blasfemado entre las
naciones por causa de la infidelidad de Su pueblo—por causa la infidelidad de
un Esposa adúltera.
Y Jezreel es la promesa al mundo de
que cuando Su Novia desposada sea limpiada y hecha santa, ÉL LA SEMBRARÁ EN LA
TIERRA PARA QUE PUEDA REPRODUCIR SU SEMILLA SANTA EN LA TIERRA. DIOS NO SIEMBRA
SEMILLA MUERTA. ÉL SIEMBRA UNA SEMILLA VIVA. Y SI DIOS SIEMBRA UNA SEMILLA VIVA
Y JUSTA EN LA TIERRA, LO HACE PARA PODER COSECHAR UNA COSECHA CONFORME A LA
SEMILLA QUE ÉL PLANTÓ.
¿Por cuánto tiempo dejará Dios a
esta Novia santa y a esta Semilla santa en la tierra? No lo sabemos. ¡PERO SI
DIOS ESTÁ PLANTANDO ESTA NOVIA SANTA COMO BUENA SEMILLA EN LA TIERRA, SABEMOS
QUE LA DEJARÁ AHÍ TODO EL TIEMPO NECESARIO PARA QUE SE REPRODUZCA EN LA TIERRA,
PARA LA GLORIA Y HONRA DE SU GRAN NOMBRE!
Mencioné más arriba que la Novia
desposada gritó: “SIÉMBRAME... SIÉMBRAME... SIÉMBRAME EN LA TIERRA.” Quizás
algunos estéis pensando de dónde he podido sacar esto. Lo saqué de la Palabra
de verdad, y del Espíritu de Verdad. Ciertamente la Novia desposada de Cristo
anhela el día en que sea revestida de
inmortalidad y atrapada para siempre con Su Señor. PERO ES DE VITAL IMPORTANCIA
Y PRIMORDIAL, SI CONOCES LAS ESCRITURAS Y EL ESPÍRITU DE VERDAD, QUE SEPAS QUE
LA SANTA NOVIA DESPOSADA DE DIOS ANHELA LLEVAR FRUTO EN LA TIERRA.
No está egoístamente buscando una
salida de este viejo mundo de pecado. Anhela ser sembrada en la tierra para
producir fruto en las vidas de otros.
Clama con Raquel en su esterilidad:
“Dame Hijos, o me muero”. (Gén. 30:1). En la naturaleza de una novia siempre
hay un deseo de fertilidad. Clama por hijos. Y Dios oyó su clamor. Incluso en
sus dolores departo, al dar a luz a José, escuchamos su clamor por otro hijo aún.
Ella le llamó “José”, que significa, “Dios añadirá”, como diciendo, “Quiero
otro... Quiero otro... ” Y Dios le dio otro; pero tuvo que morir para darlo a
luz. No sabía al clamar en desesperación, “Dame hijos o me muero”, que en
respuesta completa a su petición, tendría que morir. ¿Quieres llevar fruto para
el Señor? Jesús dijo, “El grano de trigo debe MORIR... o queda solo”.
Después escuchamos a la fiel Novia
desposada de Dios quejándose con Ana en su esterilidad: “Y ella estaba en
amargura de alma, y oró al Señor, y lloró en amargura. E hizo voto y dijo,
Jehová de los ejércitos, Si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te
acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un
hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará
navaja sobre su cabeza.” (1ª Sam. 1:10-11).
O se queja con Abraham:
”Señor Jehová ¿Qué me darás, siendo que ando sin hijo?... Mira, que a no me has
dado prole...” (Gén. 15:2-3).
Muchos nos hemos quejado con el
profeta Isaías... y muchos más deberían estar quejándose:
“Concebimos, tuvimos dolores de
parto,
Dimos a luz viento; ninguna
liberación hicimos en la tierra,
Ni cayeron los moradores del mundo.”
(Isaías 26:18).
¿Cuántos de nosotros no hemos orado,
sintiendo ese sentido de extremo fracaso, de extrema desesperación: “Señor, Por
qué no me sacas de la Tierra? ¿Por qué estorbo en la tierra? Señor, hazme
llevar fruto en la tierra, o déjame morir.”
¡Anímate, si has descubierto que
ésta es la oración de tu corazón! Él te mantiene estéril y sin fruto PORQUE TE
AMA, Y PORQUE ÉL QUIERE LLEVARTE HACIA LA IMPOTENCIA, PARA QUE EN TU TOTAL
IMPOTENCIA, ÉL PUEDA REVELARSE A SÍ MISMO COMO EL FUERTE Y EL PODEROSO—
“Los arcos de los fuertes fueron
quebrados, y los débiles se ciñeron de poder. Los saciados se alquilaron por
pan, y los hambrientos dejaron de tener hambre, Hasta la estéril ha dado a luz
siete, y la que tenía muchos hijos languidece. Jehová mata y Él da vida; Él
hace descender al Seol y hace subir. Jehová empobrece y Él enriquece; abate y
enaltece.” (1ª Sam. 2:4-7)
DE ESTA FORMA, LOS CIELOS SIEMPRE
RESPONDEN AL CLAMOR DE LOS DÉBILES Y DE LOS IMPOTENTES, PORQUE FUE EL CIELO
QUIEN LOS HIZO ASÍ, PARA QUE DIOS PUDIERA SER GLORIFICADO EN DAR VIDA AL ÁRBOL
SECO, E HIJOS E HIJAS AL EUNUCO. (Lee Isaías 56:3-5).
Nuestro Padre amoroso solo retiene
Su promesa con el fin de guiarnos a la impotencia, de forma que Él pueda ser
glorificado en revelarse a Sí mismo como la resurrección y la vida en un pueblo
estéril y devastado en la tierra.
Dios dice, “LA SEMBRARÉ”. ¡Este es
el propósito de Su santa novia desposada! No la rapta en cuanto es
perfeccionada, no sea que sea corrompida por el mundo en el que es plantada.
Porque la semilla que contiene la vida de Dios no se corrompe por el mundo
maligno en el que es sembrada.
EN LUGAR DE ESTO, LA TIERRA
CORROMPIDA EN LA QUE ELLA ES PLANTADA SE CONVIERTE EN BUENA TIERRA PARA LA
BUENA SEMILLA DE LA VERDAD VIVIENTE, AL TOCAR VIDAS QUEBRANTADAS, CORROMPIDAS,
DEVASTADAS, PECADORAS, CON LAS MISERICORDIAS, LA COMPASIÓN Y EL AMOR DE LA
SANTA ESPOSA DE CRISTO.
ELLA ES SEMBRADA AQUÍ MISMO, EN
MEDIO DE TODO EL MAL, COMO UN EJEMPLO VIVIENTE DE LO QUE DIOS PUEDE HACER POR
MEDIO DE CAMBIAR, TRANSFORMAR Y CREAR DE NUEVO A LOS HIJOS CAIDOS DE LOS
HOMBRES.
Los sonidos del Cielo
Así, los sonidos del Cielo---y no
olvidemos esto, estos sonidos comienzan en el Cielo—resuenan una y otra vez, y
una y otra vez, y otra vez, en la tierra, cuando el Cielo habla y la tierra
responde. La Novia habla como Rebeca habló al siervo de Abraham, “Iré con este
Hombre”. Responde a la justicia, a la fidelidad y a la verdad. Toca una nota en
su corazón. No suena como una doctrina lejana, de la que ha de ser consciente,
en su gran deseo de “dejar terminado el trabajo”. Ella está dispuesta a
abandonarlo todo PARA CONVERTIRSE EN LA ESPOSA DEL CORDERO.
Yo creo que los Cielos se ponen en
movimiento con gran emoción cuando miran hacia abajo e intentan comprender lo
que Dios está haciendo en la tierra; porque no saben mucho de lo que Dios ha
conseguido y lo que conseguirá a través de su gran obra de redención. Pedro nos
dice que “anhelan mirar a estas cosas”. (lee 1ª Ped. 1:12).
Y entonces los ángeles responden
para ministrar a los siervos de Dios en la tierra, los que buscan conocer la voluntad
de Dios y caminar por Su camino.
El querubín de gloria responde al
pueblo que está ante el Señor en su ministerio sacerdotal; porque los
querubines también, están ahí, junto al propiciatorio (como descubrirás en el
Tabernáculo de Moisés y en el Templo de Salomón). Están dónde está el pueblo de
Dios, declarando la justicia de Dios y escuchando las palabras de Su boca.
Ellos también son sumamente celosos de la gloria de Dios y de la Iglesia que es
Su cuerpo; y son parte del ejército de “espíritus ministradores” enviados del
Cielo a ministrar a favor de los elegidos de Dios.
“Las ruedas del Querubín”,
igualmente responden al Querubín, porque son uno con el Querubín, y tienen
igualmente celo por la gloria de Dios. Cuando los querubines son levantados de
la tierra, así también son levantadas las ruedas; porque el “espíritu de las
criaturas vivientes estaba en las ruedas” (Ezequiel 1:20). Creo que deben
representar al ministerio del Cuerpo de Cristo en la tierra, que en los
propósitos de Dios, se moverán en hermosa coordinación y armonía con las
huestes celestiales. Por eso es TAN IMPORTANTE QUE ENCONTREMOS NUESTRO LUGAR EN
LA VOLUNTAD EXPLÍCITA DE DIOS, PORQUE LAS HUESTES CELESTIALES FUNCIONAN EN ESTE
REINO, Y ES SÓLO EN ESTE REINO QUE VAMOS A DESCUBRIR QUE LOS RECURSOS DEL CIELO
SE ENVÍAN PARA MINISTRAR A NUESTRO FAVOR.
Así, los siervos de Dios deben estar
muy atentos y responder al Espíritu, y esto no ha de ser difícil, al hacerse
cada vez más atentos a la voluntad de Dios. Estos movimientos poderosos de Dios
no se limitan a los días de los profetas del Antiguo Testamento. Esta
dispensación es mucho mayor, y ciertamente Dios se moverá tan poderosamente en
los días de la apostasía de la Iglesia, como lo hizo en los días de la
apostasía de Israel. Los siervos de Dios hoy serán atrapados en el Espíritu,
como lo fue Ezequiel, para ver y conocer todas las cosas abominables que pasan
en la Casa de Dios. Los siervos confiados de Dios no hacen nada por ni de ellos
mismos. Sienten el impulso del corazón de Dios y se mueven solo en respuesta a
Sus movimientos. Hablan conforme Dios les empuja a hablar. Permanecen mudos,
como Ezequiel, cuando son empujados por Dios a quedarse mudos. Saben que son
libres para profetizar solo por ser profetas. Ezequiel tuvo que aprender esta
clase de disciplina antes de que Dios le enviara a profetizar a las naciones.
Dios le ató literalmente durante 390 días en un lado, y después 40 días en el
otro. No podía moverse a excepción de cuando Dios le libraba para cumplir los
deberes necesarios de cada día y para preparar su porción diaria de pan. Su
carga y celo no eran de origen humano. Vinieron sobre él—esta clara y poderosa
Palabra—después de comer un “rollo del libro”. Juan el amado también tuvo que
“comer el librito”. Es por esto que pueden profetizar a las naciones, a lenguas
y a pueblos, de forma que producen reacciones en cadena, poderosas y llenas de
autoridad. Las naciones deben responder a esta clase de Palabra no porque estos
siervos de Dios sean famosos en la lista de los grandes de la tierra, (porque
los profetas de Dios nunca son famosos hasta que mueren), sino los que escuchan
esta clase de Palabra, deben reaccionar en una reacción en cadena para el bien
o para el mal, porque saben que los hombres corrientes no pueden hablar de esta
forma. Esta es la voz de Dios, y ellos la recibirán o la odiarán, dependiendo
todo ello de la respuesta de sus propios corazones.
Entonces habla con una poderosa voz
creativa a “huesos secos” en el valle
abierto. Y se unen en una poderosa reacción en cadena de energía que produce un
ruido y una vibración. Surge carne sobre ellos y son cubiertos con tendones, y
dotados de órganos que están preparados para la vida de Dios. Hasta entonces,
“NO HAY ALIENTO EN ELLOS”.
Y de esta forma tiene que hablar de
nuevo, esta vez a los vientos del Cielo. No es suficiente que la tierra escuche
tus enseñanzas, tus profecías, tus exposiciones de la escritura. Muchos hombres
y mujeres podrán emocionarse de las palabras que escuchan de poderosos sermones
y profecías, pero si los Cielos no han sido movidos a la acción, NO SE PRODUCE
UNA REACCIÓN EN CADENA EN LA TIERRA.
De esta forma, vuelve a hablar, bajo la misma unción profética,
PERO ESTA VEZ, SU PROFECÍA ES UNA FUERTE ORACIÓN INTERCESORA DESDE LAS
PROFUNDIDADES SU ESPÍRITU Y DE LAS PROFUNDIDADES DEL ESPÍRITU DE DIOS.
“VENID DE LOS CUATRO VIENTOS, O
ESPÍIRITU, Y SOPLAD SOBRE ESTOS HUESOS PARA QUE VIVAN.”
PORQUE NO IMPORTA LO PODEROSA QUE
PUEDA SER TU PROFECÍA, DEBE PENETRAR LOS CIELOS ANTES DE QUE LOS REINOS DE LOS
HOMBRES CAIGAN, Y SE ESTABLEZCA EL REINO DE LOS CIELOS EN SU LUGAR.
La tierra no teme palabras de meros
predicadores, ni de profetas auto-proclamados. Pero la tierra tiembla cuando
Ezequiel habla—y ora. Los reyes tenían temor cuando Elías hablaba—y oraba. Félix
tembló al oír hablar a Pablo. Cuando la gloria de Dios descansaba sobre la
Iglesia en Jerusalén, la gente tenía temor
de acercarse, a menos que sus corazones estuvieran arrepentidos delante
de Dios.
Porque los hombres no pueden olvidar
como Ezequiel habló con las palabras de Dios, y cómo un líder de Israel caía
muerto. Recuerdan como un humilde y quebrantado Pedro, moviéndose en armonía
con el cielo, habló por el Espíritu y dos miembros de la Iglesia cayeron
muertos.
Y sin embargo no se gloriaban en
esto, sino en las vidas de hombres y mujeres que habían sido traídos al
arrepentimiento. Caían sobre sus rostros, como Ezequiel, y clamaban a Dios por
misericordia sobre los de voluntad egoísta y sobre los rebeldes. No se
gloriaban en el Dios de la ira, sino en el Dios que se deleita en la bondad, en
la misericordia y en la justicia. Pero
han de hablar con las palabras de Dios, porque se mueven en las “ruedas” del
Cielo, y saben que el propósito de Dios al derramar Sus juicios sobre la tierra
es que los “habitantes de la tierra puedan aprender la justicia”. Se deleitan
en la misericordia. Claman para que Dios se acuerde de su misericordia, cuando
Él revela su ira. (lee (Hab. 3:2).
Así, ellos escuchan, y ellos
hablan—y escuchan y hablan de nuevo—y la reacción en cadena sigue hasta que los
cielos están totalmente ocupados con lo que Dios está haciendo en la tierra. Y
la tierra es sacudida desde sus fundamentos por causa de la VOZ que truena desde el trono por medio de vasos de honra
humildes, insignificantes, rotos, pero aprobados.
“Cuya voz sacudió entonces la
tierra, pero ahora ha prometido diciendo, AÚN UNA VEZ MÁS, y sacudiré no solo
la tierra, SINO TAMBIÉN EL CIELO.” (Heb. 12:26).
¿Y qué significa esto, “AÚN UNA VEZ
MÁS”? Pablo nos dice claramente lo que significa: SIGNIFICA EL BARRIDO COMPLETO
DE TODOS LOS REINOS DE LOS HOMBRES, PARA QUE SOLO LAS COSAS INCONMOVIBLES DEL
REINO DE DIOS PUEDAN PERMANECER.
La Ley de la Semilla
Hemos estado hablando sobre
“Jezreel” (“Dios sembrará”), y antes de proseguir, debemos hablar un poco sobre
el poder y el potencial de la “semilla”. No infravaloremos EL PODER DE LA
SEMILLA, y la LEY DE LA SEMILLA. Es
asombrosa, más allá de nuestra comprensión.
Siempre hay un gozo cuando uno se
encuentra a sí mismo ministrando bajo la unción de Su Espíritu. Porque la
palabra que sale no sólo refresca a los oidores, sino que fortalece y refresca
al que habla.
Pero Dios tiene una forma de
mantener a Sus siervos bajo un estado de total debilidad y dependencia de Él.
PORQUE SI SOMOS LLAMADOS A SER SEMBRADORES DE LA SEMILLA, ENTONCES DEBEMOS
ESTAR PREPARADOS PARA IR AL SUELO Y MORIR SI LA PALABRA QUE VAMOS A SEMBRAR VA
A SER EFECTIVA EN LAS VIDAS DE LOS DEMÁS. Esto es lo que Pablo afirmo en su
carta a los Corintios. “Así que en nosotros obra la muerte, PERO EN VOSOTROS LA
VIDA.” (2ª Cor. 4:12).
Se gozó de que pudiera identificarse
tanto con la verdad, que podía llevar en su cuerpo la “muerte del Señor Jesús”.
Comprendió la Ley de la Semilla. Otros en su día tenían libertad para ir predicando
el Evangelio, algunos de los cuales incluso contendían tanto que esperaban
añadir a la aflicción de Pablo. (lee Fil. 1:15-16). Quizás se jactaban un poco de que Pablo “había fallado”. Pero,
¿Quiénes eran estos hombres? ¿Qué sabemos de su obra y de sus logros? No
sabemos nada sobre ellos ahora, pero el apóstol Pablo, fiel en sembrar unas
pocas semillas de Vida aquí y allí, terminando en una prisión, y finalmente
convirtiéndose en un mártir, HA PRODUCIDO UNA COSECHA EN LAS VIDAS DE MUCHOS
MILLONES, QUIZÁS CIENTOS DE MILLONES, PUESTO QUE ÉL HA MINISTRADO A CADA GENERACIÓN DESDE SUS DÍAS HASTA HOY,
CON LA PALBRA QUE DIOS LE DIO PARA TODA LA ERA DE LA IGLESIA. COMO UN SIERVO
FIEL, NO SÓLO PLANTÓ LA BUENA SEMILLA—SE CONVIRTIÓ EN LA BUENA SEMILLA; SE IDENTIFICÓ
COMPLETAMENTE CON LA MISMA PALABRA QUE ÉL PREDICÓ, Y DIO SU VIDA COMO UN
VERDADERO DISCÍPULO.
Quiero darte una ilustración de la
Ley de la Semilla. He escogido la semilla del maíz común. En momentos de
productividad normal, puede haber dos o tres granos en un tallo, a partir de una semilla. Algunas variedades pueden producir incluso
1000 granos en una espiga, pero sólo vamos a hablar en términos de 100 granos
de buena semilla de maíz reproducidos a partir de UNA semilla. Y después estos
son sembrados en cada estación sucesiva en la tierra. Así, en la primera
estación tenemos 100 granos reservados para la siembra de la segunda estación,
en la segunda estación tendremos 100 x 100, o 10.000 granos. (No estamos
hablando del total de la cosecha, sólo del incremento a ciento por uno desde la
buena semilla de maíz que se plantó). La siguiente estación producirá de nuevo
100 veces más, y así, sucesivamente.
AHORA BIEN, EN TAN SOLO CINCO
ESTACIONES, TENDREMOS 100 X 100 X 100 X 100 X 100, es decir, 10.000.000.000
(DIEZ MIL MILLONES) DE GRANOS DE MAÍZ, ¡QUÉ ES MÁS O MENOS EL DOBLE DE LA
POBLACIÓN ACTUAL DE LA TIERRA!
Sé que nuestra visión ha de ser muy
alta. Pero nunca hemos de suponer que nuestra visión es alta por perseguir
ideas de grandeza, de éxito o de crecimiento, conforme al mundo. O que nuestra
visión es alta por pretender congregar a las multitudes más grandes en los
auditorios más grandes, o por enviar nuestros libros desde los centros de
distribución más grandes, o llevar a cabo los más grandes seminarios.... o las
campañas evangelísticas más espectaculares.
Lo que el Señor nos lleve a hacer...
eso es lo que debemos hacer. PERO NUNCA DEBEMOS DEJAR QUE ESTO SE CONVIERTA EN
NUESTRA VISIÓN. SÓLO ENTONCES ESTAMOS DISPUESTOS A DARLO TODO, SI ESA ES LA VOLUNTAD
DE DIOS, sin gritar nuestras protestas ante el Dios de los Cielos: “¡Señor,
esta es Tu obra! Señor, ¡Tú comenzaste esta obra! Señor, ¡Ayúdanos, tenemos
problemas!” Podemos ahorrarnos mucha frustración y ansiedad si nuestra visión
es sólo y simplemente LLEGAR A CONOCERLE Y CAMINAR A SU LADO. Entonces, cuando
los cuervos dejen de traer su provisión diaria, y el arroyo se seque,
simplemente podemos esperar nuevas instrucciones. Que Dios enviara a los
cuervos no es razón para que nosotros nos animemos cuando dejen su servicio de
recogida de la mesa de los ricos a nuestra propia mesa. Deja de gritar a Dios
para que active a los cuervos, y mira a Él para encontrar EL PASO SIGUIENTE.
Dios tiene cosas mucho más gloriosas en mente de lo que tú y yo podemos soñar,
si estamos orando bien—y escuchando. Debemos orar, orar, orar... Lo sé. PERO NO
VAMOS A ORAR BIEN SI NO ESTAMOS ESCUCHANDO LO QUE DIOS TIENE QUE DECIR. Tenemos
que dejar de dar órdenes a Dios. ÉL sabe lo que está haciendo. (Como puede que
sepas, no hay “signos de interrogación” en la Escrituras originales, y si lees
Isaías 45:11 en el contexto de los versículos 9 y 10, sabrás que el profeta
sigue preguntando la misma clase de preguntas que hacía en los versículos
anteriores: “Así dice el Señor, el Santo de Israel y Su Hacedor, ¿Estás
mandándome respecto de Mis Hijos? ¿Vas a darme órdenes acerca de la Obra de Mis
manos?”)
Estoy seguro de que hay una cosa que
Dios va a anular completamente, y es la idea de que tu dinero sea
“dinero-semilla”, y que cuanto más des a la Iglesia, más vas a prosperar. Dios
ama y recompensa al dador alegre, y aumenta sus recursos para que puedan dar
aún más abundantemente. (2ª Cor. 9:8-11). Pero deja muy claro en Su Palabra QUE
SU PUEBLO HA DE SER LA SEMILLA QUE TIENE QUE PLANTARSE SI VAMOS A LLEVAR FRUTO
EN LA TIERRA. Los verdaderos discípulos son los que ABANDONAN TODO por amor al
Maestro al que sirven. (Lucas 14:26-27). LA ENSEÑANZA QUE DICE QUE PUEDES
PROSPERAR Y ENRIQUECERTE AL DAR MAS A LA IGLESIA, ES UNA PERVERSIÓN DE LA VERDAD.
Tú no puedes ser Su discípulo a menos que todo lo que tengas, todo lo que seas,
todo lo que esperas llegar a ser, sea puesto delante de Él para que Él pueda hacer contigo y a través
de ti, como Él quiera.
La Iglesia del Dios viviente seguirá
moviéndose muy lentamente, O QUIZÁS DEBA DECIR, VAYA MARCHA ATRÁS, hasta que
reconozca estos principios muy claros de la Escritura respecto del discipulado.
La doctrina de “da y hazte rico” puede haber llenado los cofres de la Iglesia,
PERO HA DEJADO AL MINISTERIO Y AL PUEBLO ESTÉRIL. NO HA PODIDO ACELERAR LOS
MOVIMIENTOS DEL ESPÍRITU DE DIOS NI EN LA IGLESIA NI EN EL MUNDO. Y nuestro
Dios continúa buscando a los que estén dispuestos a abandonar todos sus planes
por el conocimiento de Él, y para la gloria de Su Reino. Él quiere que sepamos
que separados de Él estamos separados de la Viña. ¡Y NO PODEMOS HACER NADA! No
apuntes a lo que puedas ver para tratar de refutar esto. Dios lo ve mucho más
claramente de lo que tú y yo podamos verlo. Y MIRA SOBRE TODO ESTO Y DICE: ¡NO
ES NADA! Porque solo lo que haya nacido y crecido “por la Ley del Espíritu de
Vida en Cristo Jesús” soportará la prueba de Sus ojos de llama de fuego, que
todo lo ven.
Estoy convencido que en este cuerpo
que Dios está levantando en la tierra se va a liberar todo el poder y la
energía que se necesita para satisfacer toda necesidad de la humanidad, y que
Él podrá enviar ESTE EVANGELIO DEL REINO a todas las naciones en cuestión de
unos pocos días, o unas pocas semanas, o unas pocas semanas, EN TANTAS
ESTACIONES COMO DIOS MISMO HAYA PREPARADO.
PERO LA SEMILLA DE MAIZ HA DE
SEMBRARSE ANTES DE PODER PRODUCIR GRANO PARA LOS MOLINOS; Y MÁIZ DEL PAN HA DE
SER GOLPEADO Y MOLIDO ANTES DE PODER SER PAN VIVIENTE A LOS HAMBRIENTOS.
La Ley de la Semilla es simple, y
sin embargo, asombrosa en su operación. ¿Recuerdas como el Señor Jesús dijo,
“DOS DE VOSOTROS”, en el contexto de hacer que el Cielo respondiera al clamor
de Su pueblo (Mat. 18:19)? Porque lo único que se necesita para comenzar esta
dinámica fusión de corazones y mentes semejantes en el Espíritu, son DOS. ¿Cómo
habló Jesús de UNA BUENA SEMILLA que se reproduce a sí misma A CIENTO POR UNO
(Mat. 18:3)? ¿Qué es lo que dijo Moisés, que UN SIERVO OBEDIENTE DEL SEÑOR
HARÍA HUIR A MILES de entre el enemigo? ¿Y como DOS harían huir a un ejército
de DIEZ MIL, en lugar de sólo DOS mil (Deut. 32:30)? ¿Cómo pueden DOS SIERVOS
de Dios, guiados por el SEÑOR, expulsar a todo el ejército de los Filisteos, y
guiarlos a confusión extrema (1ª Sam. 14:13-15? ¿Cómo Dios recortó el pequeño
ejército que había reunido Gedeón, hasta quedarse con tan solo TRESCIENTOS
soldados probados y entrenados, y como Dios usó a esta pequeña banda para
expulsar a todas las huestes de los Madianitas que eran como “saltamontes en
multitud”? ¿Y como pudo Gedeón conseguir todo esto después de haber paralizado
a su ejército—y no después de haberlos movilizado para la batalla (Jueces 7:7)?
¿Cómo pueden CINCO PANES DE CEBADA y
DOS PECES EN LAS MANOS DE JESÚS, provocar una reacción en cadena tal que se
multiplicaron muchas, muchas veces---quién sabe cuántas? ¿Quizás, CINCO MIL
PANES Y DOS MIL PECES? Todo ello por causa del toque de las manos del Maestro
(Juan 6:11).
¿Cómo pueden nuestros predicadores
deleitarse tanto en hacer sermones sobre estas cosas, y el pueblo de Dios
emocionarse oyéndolas, Y AÚN ASÍ, IGNORAR COMPLETAMENTE LO QUE DIOS ESTÁ
TRATANDO DE DECIRNOS?
¡QUE
NO ES POR FUERZA
QUE NO ES POR PODER
SINO POR MI ESPÍRITU
DICE EL SEÑOR!
Estamos hablando del Camino de
Dios—EL ÚNICO CAMINO DE DIOS PARA ALCANZAR A LAS MASAS Y TRAER LIBERACIÓN A LAS
NACIONES. No hay otro camino. El camino del hombre siempre se torna a marcha
lenta, y después, a marcha atrás. ¡Y AHORA MISMO, LA IGLESIA ESTÁ
RETROCEDIENDO, YENDO MARCHA ATRÁS! Estoy hablando sobre estadísticas llanas y
legibles—estadísticas de Iglesia. Una publicación reciente afirmaba que era
probable que nacieran más musulmanes en el mundo por nacimiento natural que
cristianos nacidos al Reino de Dios. Solo estamos hablando de una religión
entre las muchas de la tierra. LA REACCIÓN EN CADENA DE LA LEY DEL PECADO Y DE
LA MUERTE ESTA OBRANDO A VELOCIDAD MÁXIMA EN LA IGLESIA, Y SE ACELERA CON CADA
AÑO QUE PASA. SI SIGUIERA ACELERÁNDOSE COMO HASTA AHORA, EN UNAS POCAS
GENERACIONES LA IGLESIA DE JESUCRISTO SE EXTINGUIRÍA SOBRE LA TIERRA, QUEDANDO
SOLO QUÉ MOSTRAR, LOS HUESOS DEL RITUALISMO.
Pero sabemos que esto no va a
suceder, porque Dios no va a dejar que esto suceda. ¿Por qué entonces hablamos
con tal énfasis, y con tal horror en cuanto a los caminos de la iglesia? La
respuesta es simple. ES LA PALABRA UNGIDA DE LA BOCA DEL SEÑOR LO QUE TRAE VIDA
A LOS CORAZONES DE LOS OIDORES. LOS SIERVOS DE DIOS DEBEN PROCLAMARLA. LAS
MULTITUDES NO LA ESCUCHARÁN—PERO LOS FIELES SÍ—PORQUE SI ES UNA PALABRA UNGIDA,
NO VOLVERÁ A DIOS VACÍA, SINO QUE CUMPLIRÁ EL DESEO DE SU CORAZÓN Y CUMPLIRÁ EL
PROPÓSITO POR EL CUAL ÉL LA ENVIÓ.
Es el tiempo de la cosecha, el día
por el que el labrador ha esperado tanto tiempo. ¿Entonces por qué gastamos
tanto tiempo hablando de sembrar la buena Semilla?
ES PORQUE EN ESTE TIEMPO DE COSECHA
DIOS ESTÁ ENCONTRANDO GRANO QUE ES TAN PRECIOSO Y DELEITOSO A SU CORAZÓN, QUE
ESTÁ DICIENDO A LOS LABRADORES: “LEVANTAD LA TIERRA DE NUEVO. ESTA ES SEMILLA
PRECIOSA. ¡DEBO OBTENER MÁS COMO ESTA SEMILLA!”
Y VAMOS A VER UNA ACELERACIÓN
TAN ENORME DE LA LEY DE LA SEMILLA, QUE
INCLUSO AL TRAER EL GRANO LOS COSECHADORES, LOS SEMBRADORES ESTARÁN TRAS ELLOS
TOMANDO ALGUNA DE ESA BUENA SEMILLA Y PLANTÁNDOLA EN LA TIERRA, TAL Y COMO DIJO
EL PROFETA:
“He aquí, vienen días, dice Jehová,
en que el que ara alcanzará al segador, y el pisador de las uvas al que lleve
la simiente; y los montes destilarán mosto, y todos los collados se
derretirán.” Amós 9:13
Dios ha prometido hacer una “obra
rápida en la tierra”, ¡Vienen días en que el tiempo de la cosecha será también
un tiempo de siembra! Un tiempo de siembra incluso a la par que se cosecha. ¡Y
Dios llevará a la madurez a un pueblo nacido de nuevo en el Reino de Dios en
esta última hora!
Capítulo 11 – La luz de Siete Días
en uno sólo
Gloria en
Lugar de ceniza Parte IV – Reacción en cadena en los ámbitos del Espíritu –
George H. Warnock
CAPÍTULO 11 -- LA LUZ DE
SIETE DÍAS EN UNO SÓLO
Gran parte del pueblo de Dios
aborrece el pensamiento de que el Señor Jesús pueda tener en la tierra un pueblo semejante a Él mismo. Afirman que
estamos intentando robar a Jesucristo de Su Gloria. En lugar de eso, lo que
sucede es todo lo contrario. Cuando el pueblo de Dios rehúsa andar en la
completa orden de la Gloria de Dios, entonces es cuando Dios es robado. La
gloria que Dios da siempre es para Su beneficio. “La mujer es la gloria del
hombre”, y la mujer virtuosa, por causa de su virtud hace que su marido “esté
confiado en ella.... que ella le dará el bien...” (Prov. 31:11-12) Dios quiere
una Esposa santa y virtuosa en la tierra, que refleje y muestre la Gloria de
Cristo; porque ella ha de ser LA GLORIA DEL HOMBRE. Ha de ser Su semejante, Su
plenitud, Su gloria en la tierra. Al hablar de la gloria de los cielos, el salmista
dice:
“En ellos puso tabernáculo para el
sol, y éste como esposo que sale de su tálamo...” (Salmos 19:4-5).
Él es visto saliendo de Su cámara,
radiante en expectativa al ir al encuentro de Su Esposa—Éste que ha de expresar
y radiar Su propia gloria en la tierra. La luna, como sabemos, no tiene gloría
en sí misma. Sólo refleja la gloria del Sol. Y de esa radiante Esposa de Cristo
se dice:
“Hermosa como la luna, esclarecida
como el Sol, imponente como un ejército en orden.” (Cantar de los Cantares 6:10).
Con todo lo extraño que pueda
parecer, va a ser vestida con vestiduras de batalla, y someterá al Enemigo a un
fuerte conflicto espiritual. Pero sus vestiduras de batalla no cambian; son las
mismas, “ vestida de lino blanco, limpio y blanco”, porque tiene que “vencer al
mal con el bien”. (lee Apocalipsis 19:7, Rom. 12:21).
Ahora bien, Isaías vio esta luna
gloriosa brillando con el mismo brillo que el sol: “Además, la luz de la luna
será como la luz del sol..” (Isaías 30.26).
¿No dijo Jesús, “Y la gloria que Me
diste, Yo les he dado?” (Juan 17:22). ¿Roba esto a Jesús de Su gloria? LEJOS DE
ELLO—¡SIMPLEMENTE MULTIPLICA LA GLORIA, PARA HACERLE AÚN MÁS GLORIOSO! Porque
la gloria de Dios no es solo lo que es inherente a Su propio Ser—Es lo que Él
llega a ser en creciente esplendor y brillo a los ojos de toda la creación. Los
ángeles le dan Gloria. Las huestes celestiales dan Gloria a Su Nombre. Los
habitantes de la tierra, cuando cumplan su destino en Dios y vuelvan a Él— ¡Le dan Gloria! Porque la expresión de Su
gloria es diseñada por Dios para producir una radiación y un brillo en Sus
criaturas, que Le hace aún más, el Todo-Glorioso, y todavía más y más glorioso,
al reflejar ellos la sabiduría, el conocimiento, el amor y la hermosura de
Aquel que les creó. Sólo cuando fallamos en devolverle a Él toda la Gloria y la
honra que Él ha puesto en nosotros, como Lucifer, frustramos y derrotamos
completamente los propósitos de Dios, terminando en tinieblas. Siempre que
permanezcamos en Su voluntad, y así, cumplamos el propósito por el cual Él nos
creó, estaremos dando gloria a Su Nombre:
“Tributad a Jehová, Oh hijos de los
poderosos, Dad a Jehová la gloria y el poder. Dad a Jehová la gloria debida a
Su Nombre. “ (Salmos 29:1-2).
Así, Dios dice a los suyos: “Levántate
y Resplandece, porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre
ti” (Isaías 60:1).
Es la pasión del corazón de Dios que
su pueblo participe de la plenitud de Su gloria, porque Dios quiere que Su
pueblo muestre Su gloria en la tierra como Jesús lo hizo mientras estuvo aquí.
¡ESA ES LA RAZÓN POR LA QUE SE MARCHÓ! (Lee Juan 17). ¿Para hacernos como
Jesús? ¡Si! Porque Jesús fue el Primer Hombre de un orden de Nueva Creación—El
Primer Hombre QUE EN VERDAD DIO LA PLENITUD DE LA HONRA Y DE LA GLORIA AL PADRE
CELESTIAL. Y DIOS QUIERE A UNA FAMILIA ENTERA COMO ÉL EN LA TIERRA. Es por el
decreto de Dios “LA LUZ DE LA LUNA SERÁ COMO LA LUZ DEL SOL...” (Isaías 30:26).
¡Un pueblo que emana la misma luz y gloria del Señor Jesús en la tierra! Una
Esposa santa, radiante con Su santidad, Su esplendor—SIENDO EL DESIGNIO DE DIOS
QUE CUANDO ESTO SUCEDA, EL CRISTO VIVO BRILLE CON UN ESPLENDOR SIETE VECES
MAYOR DEL QUE TIENE AHORA! ¡CÓMO LA LUZ DE SIETE DÍAS!
“Y la luz de la luna será como la
luz del sol, Y LA LUZ DEL SOL SIETE VECES
MAYOR, COMO LA LUZ DE SIETE DÍAS....” Isaías 30:26
¡NO! ¡Es cierto que nunca vamos a
llegar a igualdad con Jesús! Cuánto más Le amemos y Le sirvamos y Le
glorifiquemos, más participaremos de Su gloria—¡Y ÉL SERÁ MUCHO MÁS GLORIFICADO!
Los “siete días” de la historia de
la Iglesia han sido grandiosos y gloriosos, pero a veces, vergonzosos y
desgraciados. Muchos han sido sus días de oscuridad y muchas sus derrotas. Pero
en cada momento de tinieblas y de calamidad, Dios ha sido fiel en levantarse a
favor de Su Iglesia, y manifestar una Gloria aún mayor. Si tenemos ojos para
ver, no podemos imaginar una hora de mayor oscuridad que la que impregna a la
tierra, y que ha inundado a la Iglesia en esta hora. Pero Dios está clamando
CON SU VOZ CREATIVA: “Levántate, y resplandece, porque ha venido ya tu LUZ.” Y
cuando Su pueblo participe de la gloria del Sol de justicia, ¡EL CRISTO
VIVIENTE RESPLANDECERÁ Y BRILLARÁ TANTO “EN SU MANIFESTACIÓN”, QUE SU GLORIA
SERÁ COMO LA LUZ DE SIETE DÍAS! Creo
que la gloria que ha de revelarse IGUALARÁ A TODA LA EXPRESIÓN DE LA GLORIA DE
CRISTO A LO LARGO DE LOS SIETE DÍAS DE TODA SU HISTORIA.
Porque ahora hemos llegado al
séptimo día—EL SABBATH de la gran obra de Dios en medio de Su pueblo. El libro
de Apocalipsis precisamente trata de todo esto y creo que Dios va a dar una
revelación creciente respecto de este libro maravilloso, al desdoblarlo delante
de nuestros ojos. Estoy convencido de que se aplica a toda la Iglesia de
Jesucristo desde sus comienzos hasta ahora; de otro modo el Señor no habría
pronunciado una “bendición” sobre los que lo leerían a lo largo de todos los
siglos. Pero ahora hemos llegado al “séptimo día” y el “séptimo día” debe
brillar no sólo a la luz de ESTE DÍA en el que vivimos, SINO CON TODA LA LUZ DE
TODOS LOS DÍAS ANTERIORES DE LA IGLESIA, PARA QUE LA GLORIA DE LOS SIETE DÍAS
SE CENTRE EN ESTA HORA FINAL DE LA
REVELACIÓN DE JESUCRISTO. Porque tenemos que recordar que este libro no
el libro de las Revelaciones; no es simplemente un libro de cosas, de eventos,
etc. Estos eventos tendrán lugar, cierto. Pero es el LIBRO DE LA REVELACIÓN DE
JESUCRISTO, en los siete días de Su gloria; ¡Y EL SÉPTIMO DÍA HA DE BRILLAR CON
TODA LA GLORIA DE LOS SIETE DÍAS!
Por esto el libro de Apocalipsis está
repleto con el número “SIETE”. Está por todo el libro. Está por todas partes. Y
lo central del libro entero NO ES EL ANTI-CRISTO, NI LOS TEMPLOS Y SACERDOTES
JUDÍOS, NI LAS GUERRAS NI LOS CONFLICTOS NI LAS HAMBRES Y PESTILENCIAS. Grandes
son los juicios de Dios y grande el conflicto que surge contra el Enemigo. PERO
LO CENTRAL EN EL TODO EL LIBRO ES LA GLORIA DE CRISTO QUE SE LEVANTA COMOE L
CORDERO EN MEDIO DEL TRONO EN EL CIELO... Y QUE SE LEVANTA EN MEDIO DE SU
IGLESIA EN LA TIERRA, CON EL ESPLEDOR DEL SOL DE MEDIODÍA MULTIPLICADO POR
SIETE.
Y finalmente en la consumación de
todo ello, hay una Esposa Santa, que camina en unión con Él, Y QUE CLAMA A GRAN
VOZ EN LA TIERRA, “¡VEN!, ¡VEN!, ¡VEN!, ¡EL ESPÍRITU Y LA ESPOSA DICEN VEN!”
¿En qué día el profeta Isaías ve
este brillante Sol de Justicia levantándose en la gloria de los siete días?”
“EN EL DÍA QUE VENDARE JEHOVÁ LA HERIDA DE SU PUEBLO, Y CURARE LA LLAGA QUE ÉL
CAUSÓ” (Isaías 30:26).
¿Y como va a suceder todo esto?
“Su aliento, cual torrente que
inunda; llegará hasta el cuello, para zarandear a las naciones con criba de
destrucción; y el freno estará en las quijadas de los pueblos, haciéndoles
errar.” (Isaías 30:28).
Dios dice que Él va a enviar su
aliento como un arroyo rebosante, para barrer la vanidad de las naciones.
¿Está el pueblo de Dios acurrucado
en un rincón, como ovejas hostigadas por los lobos? ¡No! ¡Se están gozando de
lo que Dios está haciendo!
“Vosotros tendréis cántico como de
noche en que se celebra pascua, y alegría de corazón como el que va con flauta
para venir al monte de Jehová, al Fuerte de Israel. Y Jehová hará oír Su
potente voz, y hará ver el descenso de su brazo, con furor de rostro y llama de
fuego consumidor, con torbellino, tempestad y piedra de granizo” Isaías 30:29-30)
¿Y quieres de verdad perderte esta
demostración radiante de la gloria de Dios? ¿Quieres perderte este cántico en
la noche, cuando Dios se levante en favor de Su Iglesia? Podemos estar seguros
de esto: “la indignación de la ira de Dios” y “el descenso de su brazo” ¡Es en
contra de Sus enemigos, no en contra de Su amado Pueblo! ¡Imagínate a los hijos
queriendo huir y escondiéndose cuando el Padre intervenga para recatarlos de la
crueldad de este fuerte matón! No estoy insinuando que los días de conflicto
que ahí por delante vayan a ser de navegación fácil para nosotros. Va a haber
aguas muy turbulentas que el pueblo de Dios tendrá que atravesar. Pero cuando
el Señor Jesús dijo a los discípulos que “fueran al otro lado”, quiso decir lo
que dijo. Cuando se desencadenó la tormenta, pensaron que la atravesarían por
“debajo”, pero el Señor les había dicho que la pasarían “por encima”, y Su ojo
file estuvo sobre ellos en su angustia. Esperamos tiempos asombrosos,
sorprendentes y temibles, pero Dios es nuestro refugio en nuestro tiempo de
conflicto.
Tu doctrina de “no pasar por nada de
esto” será sacudida muy rápidamente, tal y como sucedió en Rusia y en China y
en otros lugares de la tierra, cuando gran tribulación se asentó en esas
tierras.
Y tu doctrina de “pasar por todo
esto” será trasladada a un lugar de permanencia en Cristo, o de otro modo tu
doctrina se levantará para cazarte en ese Día.
Dios quiere que Su pueblo tenga la
misma seguridad, la misma confianza, la misma fe que tuvo el buen rey Josafat
cuando el pueblo de Dios era hostigado por enemigos mucho más numerosos y
poderosos que ellos. Escucha su oración: “¡Oh Dios nuestro!, ¿No los juzgarás
Tú? Porque en nosotros no hay fuerza contra tan grande multitud que viene
contra nosotros; no sabemos qué hacer Y A TI VOLVEMOS NUESTROS OJOS”. (2ª Cron.
20:12). Dios les mostró claramente qué hacer. ¡La batalla era del SEÑOR! ¡Lo único que tenían que hacer era bajar y
observar la batalla! ¡No tenían que
luchar! ¡Sólo cantar cánticos de triunfo y de confianza en su Dios, al expulsar
Él a sus enemigos!
No tengamos temor de buscar la misma
gloria que Jesús tuvo cuando estaba aquí. ¡Se marchó para que pudiéramos
participar de ella! PERO TEMAMOS, MÁS BIEN, QUE DESPRECIEMOS ESTA GLORIA Y ESTA
CONFIANZA EN LA QUE DIOS QUIERE INTRODUCIRNOS, PARA SEGUIR POR NUESTROS CAMINOS
REBELDES, BUSCANDO EMANAR NUESTRA PROPIA GLORIA. PORQUE ESTO HAREMOS
INEVITABLEMENTE SI NO ESTAMOS RECIBIENDO LAS RIQUEZAS DEL CIELO Y SI NO LAS
IMPARTIMOS A SU PUEBLO. Jesús dijo, “ÉL (el Espíritu Santo) ME GLORIFICARÁ”.
¿Cómo? “TOMARÁ DE LO MÍO Y OS LO HARÁ
SABER.” (Juan 16:14-15).
SI FALLAMOS EN LLEGAR A ESTO,
ESTAMOS ROBÁNDONOS A NOSOTROS MISMOS. Y AÚN PEOR QUE ESTO, ¡ESTAMOS ROBANDO A
CRISTO DE SU GLORIA!
Capítulo 12 – ¡Rasga los Cielos, Oh
Señor, y desciende!
Gloria en
Lugar de ceniza Parte IV – Reacción en cadena en los ámbitos del Espíritu –
George H. Warnock
CAPÍTULO 12
-- ¡RASGA LOS CIELOS, OH SEÑOR, Y DESCIENDE!
Este era el clamor del corazón del
profeta Isaías en un momento de gran angustia en Israel; y es el clamor del
corazón del pueblo de Dios hoy, del pueblo sensible al corazón de Dios.
Encuentro de mucho ánimo saber que los profetas de Dios se están moviendo en
los vientos de Su Espíritu—no solo cuando pronuncian profecías grandes y
gloriosas, sino cuando lloran y lamentan con gran angustia en el corazón. En
cualquier caso, era el corazón de Dios lo que estaba siendo movido y roto por
causa de la necesidad de su pueblo, y los profetas simplemente expresaban la
carga del corazón de Dios.
¡Las necesidades son tan grandes,
Señor! ¡Los problemas son tan severos! ¡Tu pueblo se halla en gran angustia!
¡Tu Santo y glorioso Nombre es blasfemado entre las Naciones! Antes descendiste
ante los ojos de los hombres e hiciste cosas grandes y maravillosas— ¡incluso
cuando no las esperábamos! ¡Pero Señor, las necesidades son mayores ahora de lo
que jamás han sido antes! ¡Tus ciudades santas están desiertas! ¡Nuestra casa
preciosa en la que adoraron nuestros Padres está quemada a fuego! ¡Todas las
cosas agradables son ahora un montón de escombros! ¡Sión es un desierto
asolado! ¿Cómo puedes estar en silencio, Oh Señor, cuando Tú sabes que Tu
pueblo se halla en gran angustia y aflicción?
La respuesta de Dios es la misma hoy
que lo fue a Isaías. Dios dice: “Todavía tengo cosas invisibles y preciosas que
voy a revelar y dar a conocer. Todavía no he agotado toda Mi sabiduría y Mis
riquezas. Tengo pensamientos en Mi corazón que ningún hombre ha imaginado
jamás. Y TENGO GRANDES COSAS PREPARADAS PARA LOS QUE ESPERAN EN MÍ.”
“Ni nunca oyeron, ni oídos
percibieron
ni ojo ha visto a Dios fuera de ti,
que hiciese por el que en Él
espera.”
(Isaías 64:4).
Cuando el Cielo toca la Tierra
“Oh, que nuestro Dios rasgara los
Cielos,”
Así clamamos con el profeta de
antaño...
“Que las montañas se derritan, las
colinas se disuelvan,
Y des a conocer Tu Nombre a los
hombres.
Cuando nuestros recursos se acaben y
nuestra fuerza sea poca
Y pacientemente hagamos Su voluntad,
Y Le demos nuestro todo, y
cancelemos nuestros planes
Y pongamos todo ante Él.
Cuando lleguemos al final de
nuestros propios recursos,
Y hayamos aprendido a esperar y a
estar quietos,
Él ha ido por delante y nos
encontrará ahí,
Y cuando el Cielo toque la tierra.
Porque ojo no ha visto ni oído ha
oído
Las maravillas que Él hará,
En vasos que son preparados por Dios
Y que han aprendido a esperar en Él.
Pero esperando en Dios, nunca
supongamos
Que es sentarse en ociosidad;
Porque todo el tiempo que esperamos
en Él,
Debemos fielmente hacer lo que Él
dice...
Trabajando en las labores
insignificantes,
En la tienda, o en el molino,
O recogiendo fruto de los sicómoros,
O caminando detrás del arado,
O predicando a multitudes en los
foros de la tierra
Y viajando a lo largo y ancho,
O sentados en casa, sin palabras qué
decir,
Mudos—cuando Él dice que estemos
quietos.
Todo el tiempo hago Su voluntad,
Espero que Dios obre.
Y quiero estar ahí, en el camino de
Dios,
Cuando el Cielo se acerque a la
tierra.
Pensaba que mi parte era hacer
grandes cosas,
Mucho menos estar ante Su Trono, desecho.
Pero ahora he aprendido que mi parte es esperar,
Convertirme en Su hechura.
Y mientras espero, confío estar aprendiendo
Que Sus caminos no son los míos, son los mejores;
Que Sus caminos y mis caminos son uno y el mismo,
Cuando aprendo a entrar en Su reposo.
Que Su parte es mi parte, y Su carga la mía,
Cuando camino en yugo con Él.
Así, trabajar para Dios no es ya más mi búsqueda
Sino trabajar junto con Él.
Ya no puedo decir por más tiempo, “He hecho mi parte,
Ahora, intervén Tú y haz la tuya.”
Sino permanecer en Él como el pámpano en la Vid,
El fruto completamente suyo.
Y así, hombres de todos los tiempos que caminaron por la fe,
Fueron hombres que esperaron en Dios.
Y al esperar, hicieron lo que Él dijo,
En paciencia, longanimidad y prueba.
Morando en cavernas y agujeros de la tierra.
Rehusando marchar y quedar libres—
Prefiriendo morir por la llama o por la espada,
Que tener la aprobación de los hombres.
Y al caminar en los caminos del Señor
Anhelaron con gran deseo el día
En que Dios bajaría y los montes se derretirían,
Al responder los Cielos a los hombres.
Así ahora he aprendido que caminar por la fe
Es caminar con Dios por Su camino;
Que hacer Su voluntad es todo lo que Él pide,
Y dejarle todos los planes a Él,
Sea pastorear a las ovejas,
Sobre las desnudas pendientes de Horeb,
O cuidar a los niños con amoroso cuidado,
Y lavar los platos y los cacharros,
O recoger fruto de los sicómoros,
Como Amós, el profeta de antaño.
O clavar los clavos, o doblar el metal,
O caminar detrás del arado,
O llenar mis días con obras sin significado
En la tienda, o en la cadena de montaje...
Si es que ésa es Su voluntad, aprender a servir,
En fidelidad, honor y confianza—
Entonces esto es lo que debo hacer, y ser fiel y verdadero,
Si espero oír Su, “¡Bien hecho!”
Si me corro al frente, cuando Dios dice que me ponga en pie,
Si construyo cuando Dios dice que destruya,
Si busco agrandar, cuando dice “Mengua”
O correr cuando Dios dice que me esté quieto;
Si quiero expandir porque las necesidades son tan grandes,
Cuando Dios quiere mantenerme pequeño—
Porque Él busca refinar el hierro que yo traigo,
Hasta que no quede nada más que el oro—
Y me horrorizo ante los estragos que veo,
Sin que quede nada, escasamente las cenizas—
Entonces Él es tan fiel en mostrarme Su Palabra,
Y en susurrarme seguridad tan clara:
“Tus pensamientos no son Míos y Mis caminos no son tuyos,
Mira la gran obra que Yo hago,
Cuando los hombres sueltan su fortaleza y Yo los revisto de
la Mía,
Y ellos caminan por un camino que es nuevo.”
Entonces la Palabra se hace real al establecerse en el
interior,
Y el conocimiento da lugar a la Verdad,
Y la esperanza se levanta con frescura desde las cenizas de
la desesperación,
Cuando yo se lo que el Alfarero haría.
Me habla de José y como fue entrenado en celda de prisión,
solo y desnudo,
Para sentarse en un trono y ministrar pan
A un pueblo que vivía en desesperación.
Él me recuerda de Moisés y la visión que tuvo,
Como su fracaso se convirtió en fuerza,
Como caminando con Dios se hizo manso y humilde,
Aprobado en el Horno del Tiempo.
Cómo Su encuentro con Dios había sido completamente
preparado
En los secretos consejos del Cielo.
Y como Dios recordaba el clamor del esclavo,
Al hablar desde la zarza ardiente.
Oh, como intentaríamos que el Cielo respondiera
A nuestras necesidades, a nuestras necesidades, a nuestros
infortunios;
Y planeamos y confabulamos y promocionamos,
Como Jacob, un hombre lleno de astucia.
Sin embargo le anhelamos, y Él espera pacientemente
Hasta que lleguemos al final del camino,
Y todos nuestros amores y nuestros tesoros y ganados
Hayan sido llevados más allá del vado.
Y estamos completamente solos en la oscuridad de la noche,
Para ser golpeados y dejados inválidos de Dios:
Para no más caminar en la sabiduría de los hombres,
No más obtener sino dar—
Porque he aquí un hombre escogido de Dios
Desde el nacimiento, pero corrupto;
Y Dios le cambiaría ahora y le haría de nuevo,
Al desafilarle en Peniel.
Una y otra vez fueron movidos los cielos
A responder a los clamores de la tierra
Vino a reprobar y vino a bendecir
Y a sacudir los corazones de los hombres
Vino a traer convicción a la pareja que pecó
Y se escondía tras los árboles,
E hizo expiación por ellos por la sangre derramada,
Y les vistió con abrigos de pieles,
Bajo a Babel para tratar con la multitud
Que edificaba la Ciudad y la Torre.
Y cuando Abraham subía por las pendientes de Moria,
Para devolver su hijo a Dios
Dios ya estaba allí esperándole
Para recompensar su paciencia y su fe
Se apareció a Moisés en un arbusto en el desierto
Y a Josué como capitán fuerte
Vino a Samuel cuando era un niñito,
Y se quedó a los pies de su cama,
Para darse a conocer a un hombre escogido
Que nutriría al pueblo de Dios
Pero vino de nuevo en el cumplimiento del tiempo,
A un mundo en las tinieblas del pecado
Para mostrar una gran luz, para ser una Gran Luz
Que alumbraría los corazones de los hombres
La tierra no tembló ni tampoco los cielos
Al yacer en una cuna de heno
Pero cuando Jesús nuestro Señor colgaba en la colina del
Calvario
Para hacer expiación por los pecados de los hombres,
Las últimas palabras que habló hicieron temblar a la tierra,
Y los cielos oscurecieron su rostro.
“Consumado es” clamó Él, y así murió,
Con la obra de nuestra redención completa.
Después de tres días se levantó de entre los muertos,
Y las esperanzas de Su pueblo revivieron.
“¿Te quedarás para ser Rey?” Es lo que ellos querían,
Al brotar vida de sus sueños rotos—
¡Pero No! Debe ir al trono celestial,
Y desde ahí debe gobernar y reinar
Hasta que la tierra sea sometida, y los cielos sean
purgados,
Y Él disperse a los reinos de los hombres.
Así, Él reina ahí ahora, no desde templo o torno,
Que los hombres hayan levantado en la tierra,
Sino desde el cielo mismo, con poder y con amor
Para transformar los corazones de los hombres
Para ministrar gracia por el Espíritu de Verdad,
Por medio de hombres en la tierra, que son verdaderos
Y que caminan con Él, y permanecen en la Vid,
Para que sus palabras puedan ser de Él, no de ellos,
Para dar a luz a una nueva raza, por medio de la
misericordia y de la gracia,
Para engendrar a su propia naturaleza en la tierra.
Y Él viene de nuevo, y para esto debemos esperar
Hasta que Su obra en el trono sea completa.
Él viene a por una Iglesia que es limpiada y hecha pura,
Por una Esposa-adornada y hecha limpia;
Cuando el precioso fruto de la tierra esté maduro,
Y los abrojos estén listos para ser quemados...
Para recoger la cosecha que Él ha esperado,
Y pisar las uvas de Su ira.
“No temáis, manada pequeña” es la Palabra que Él habla
A los que sufran con Él,
Que salen del campamento para caminar junto a Él,
Rechazados y odiados de los hombres
Una vez más como
antaño, los prisioneros gimen,
Y la creación todavía anhela ser liberada,
Y Dios está preparando a un pueblo de Verdad,
Humilde y manos como Él,
Para ministrar vida al caminar ellos en la tierra,
Al escuchar ellos una Palabra pura desde el trono—
Para crear una nueva nación, una nueva generación,
Unidos por un Espíritu a Él...
Para enviar una gran luz que alumbrará a la tierra,
Al caminar en los zapatos de paz.
Cuando Dios hablaba en la tierra, el viejo Sinaí crujía,
En medio de los truenos, el fuego, y el humo,
Cuando hablaba desde la Cruz, la tierra de nuevo temblaba,
Y la oscuridad cubría la tierra...
Una vez más todavía, dijo el Señor, Su voz saldrá,
No hablando desde la tierra, sino desde el cielo,
Para que las cosas que son conmovibles sean quitadas
Con terremotos y fuertes temblores celestiales,
Para que los reinos de los hombres puedan llegar a su fin,
Y los cielos se desenrollen como un rollo;
Porque Él viene de nuevo en un caballo blanco de poder,
No cabalgando sobre el asno con su cría;
Todavía humilde y bajo, pero fuerte y poderoso,
Porque el León de Judá es el Cordero.
Que la tierra una vez destruida por agua e inundación,
Pudiera entonces ser destruida por fuego,
Al derretirse los elementos y disolverse los cielos,
Consumidos por el aliento de Su boca;
Y Un nuevo mundo dado a luz desde las cenizas de lo viejo,
Santo, justo y puro.
Ojo no ha visto ni oído no ha oído
Lo que Dios ha preparado para Aquel cuyo corazón se ha
aquietado para esperar en Dios, cuando la luz del camino se vuelva tenue;
Cuando los clamores por el cielo y la tierra se encuentren,
Y para que las montañas y las colinas fluyan,
Y se siente tan seguro de que el tiempo es maduro
Para que Dios baje y muestre
Su poder y su fuerza, y desnude Su brazo
A un pueblo oprimido y hecho humilde.
“Lo has hecho antes, hazlo otra vez, por favor”.
Ese es el clamor de un corazón que sangra,
“¿Por qué esperas, cuando la necesidad es tan grande?
¿Por qué tardas tanto?”
Pero los llantos y las oraciones del alma angustiada
Todos ellos están guardados en los viales del Cielo,
Preservados para el día que Él ha preparado,
Para darse a conocer a los hombres;
Cuando los vasos de barro que Le han esperado
Se levanten en la fortaleza de su Señor,
Y salgan en el esplendor y en el poder de Su Nombre,
Y vestidos con la armadura de Dios;
Con el yelmo de la salvación sobre su cabeza,
Los lomos ceñidos con la Verdad,
Guardando sus corazones con una coraza pura,
Y llevando el escudo de la fe;
Con pies hermosos, preparados del Señor,
Con las zapatos del Evangelio de la Paz,
Y con la espada de dos filos que sale de sus bocas,
Con una Palabra que perfora y que consume.
Porque los corazones de los hombres son solo cambiados
Cuando el Maestro interviene,
Y los cielos responden a los clamores de la tierra,
Y sus siervos han aprendido a estar quietos. &
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