REACCIÓN EN CADENA EN LOS ÁMBITOS DEL ESPÍRITU

Serie “Gloria en Lugar de Ceniza” Parte IV

George H. Warnock

 

 

“Porque la ley del Espíritu de Vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte” Romanos 8:2

 

“Para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro” Rom. 5:21

 

Contenidos

 

Introducción

Capítulo 1 – Este Evangelio del Reino

Capítulo 2 – Una reacción en cadena de muerte

Capítulo 3 – Reacción en cadena de la Ley de Vida

Capítulo 4 – Dos hombres – Dos Reinos

Capítulo 5 – Descubriendo nuestra Cruz

Capítulo 6 – Dirigidos por el Espíritu de Dios

Capítulo 7 – La Ley de Vida en nuestro Señor Jesús

Capítulo 8 – La ley de Vida en la Iglesia primitiva

Capítulo 9 – El Deseo de Dios para la Iglesia de los Últimos Días

Capítulo 10 – Reacción en Cadena en Jezreel

Capítulo 11 – La luz de Siete Días en uno solo

Capítulo 12 – ¡Rasga los cielos, Oh Señor, y desciende!

Cuando el Cielo toca la Tierra

 

Primer impresión: Abril 1989

Segunda impresión: Marzo 1994 (USA)


Gloria en lugar de ceniza Parte IV – Reacción en Cadena en los Ámbitos del Espíritu – George H. Warnock

 

INTRODUCCIÓN

 

El Reino de Saúl no era el Camino de Dios

Sin embargo, Dios lo dispuso...

Porque el pueblo lo quería...

Aprendieron a través de una experiencia amarga, que Dios estaba en lo cierto...

Y Dios lo redujo a la nada...

 

Mientras tanto, Dios estaba preparando diligentemente a David y a su compañía para que fueran pastores de Israel en el día de la calamidad repentina, cuya venida estaba garantizada. Aprendamos de David cual debe ser nuestra actitud hacia el reino de Saúl:

 

Respeta la unción que Dios ha puesto ahí.

 

Ama a los ungidos amados de Dios que están haciendo lo mejor que pueden, de la mejor manera que saben, y buscando servir a Dios en un reino que se tambalea.

 

Y no hagas nada para impedir u hostigar lo que están haciendo.

 

Sabemos que va a ser un régimen de vida muy corta, y queremos animar a los que están comenzando a reconocer que Dios ciertamente tiene que tener un medio mejor.

 

En ningún momento intentó David echar abajo el tambaleante reino de Saúl, aunque tuvo una gran oportunidad de proceder así. Sabía que Dios tenía unos planes mejores y sabía que él era parte del nuevo orden de Dios, aunque en momentos de gran prueba y conflicto, a menudo sentía que iba a ser borrado de la faz de la tierra. Cuando el viejo reino cayó y Saúl y Jonatán fueron matados, esto fue causa de un gran lamento para David. Amaba sinceramente a estos dos ungidos de Israel, y en ningún momento hubo una expresión de humildad ficticia cuando se sentó y compuso “El cántico del arco”,  en memoria de Saúl y Jonatán.  Fue sincero. Amaba al pueblo de Dios... incluso al pueblo rebelde de Dios. Fue completamente devastador ver como los ungidos de Dios caían en la batalla, y como su reino era sacudido:

 

“¡Ha perecido la gloria de Israel

sobre las alturas!

¡Cómo han caído los valientes!

Angustia tengo por ti, hermano mío Jonatán:

Que me fuiste muy dulce...”

(2ª Samuel 1:19,26)

 

Lo inevitable tuvo lugar. Y con todo lo inquietante que fuese, era el comienzo de un nuevo día para Israel. No habían de ser esparcidos como Saúl y su ejército en las montañas de Gilboa, como ovejas que no tienen pastor. Dios había estado preparando a un nuevo pastor, una nueva clase de liderazgo, rechazado y despreciado hasta esa hora, pero preparado del Señor para un lugar de gobierno amoroso en el reino de David. No era un régimen autoritario de una sola voluntad dando lugar a otro. Era un liderazgo rebelde dando lugar al liderazgo del Santo de Israel. Es evidente por todos los salmos proféticos de David, que su papel como “pastor de Israel” era el de volver el corazón del pueblo al Señor, y no meramente a convertirlo en un regimiento para Sus propios propósitos.

 

Aquí se revela una de las debilidades fundamentales del presente sistema de iglesia. Opera mucho de la misma forma que en el mundo. Los líderes son dependientes de otras personas para su sostenimiento, son votados por el pueblo y tienen que dar cuentas a otras personas para cualquier cosa que quieran hacer. Y por estar sujetos a la presión de la gente, en muchos casos es como si tuvieran que comprometerse, si es que quieren mantener a la gente contenta. Para mantener una apariencia de unidad en su reino,  Saúl tuvo que ceder a la presión del pueblo. Él estaba preparado para esa labor, y creo que esa es la razón  por la que Dios le levantó como rey. El pueblo estaba mentalizado de esa forma, y Dios simplemente les dio un rey que fuera compatible con las riendas equivocadas de sus propios corazones.

 

No obstante, había muchos hombres temerosos de Dios en Israel que anhelaban algo mejor. Los genuinos no abandonaron a Saúl por David. Muchos siguieron con Saúl hasta su amargo final. Pero cuando el viejo reino empezaba a desmoronarse, reconocieron lo que Dios estaba haciendo, y comenzaron a dirigirse en gran cantidad hacia el reino de David. Lo mismo es hoy evidente en toda la tierra. Hay muchos que aman a Dios sinceramente ahí fuera y que no pueden encontrar verdadero descanso en el viejo régimen. Muchos se están cansando de todo esto, pero no parecen saber que hay otro camino, sino aquel en el que nacieron. Si sus corazones se abren, encontrarán su verdadero lugar en el Cuerpo de Cristo, en el Reino de Dios, donde también podrán entrar en Su santuario, y sentarse ante el Señor, y decir:

 

“Una cosa he demandado a Jehová,

Ésta buscaré....!

(Salmos 27:4)

 

Por favor, entended que en todo lo que estamos diciendo en este escrito ahora, no estamos de ninguna manera criticando a los siervos de Dios  que están haciendo fielmente lo que sienten que Dios les ha dicho que hagan. Pero Dios quiere que sepamos que el presente sistema en la Iglesia no es la forma, y que ÉL lo va a convertir en la nada. El corazón de Dios se entristece por la forma en que el hombre ha usurpado la autoridad del Espíritu Santo, y robado a Cristo de su Señorío en medio de Su pueblo. Quiere que sepamos que ÉL se está levantando de su santa morada para tratar con la voluntad del ego, y la rebelión de Su pueblo. Viene en gran poder y autoridad—para “arrancar, destruir, arruinar y derribar.” Pero ese no es el fin de ello. El propósito de Dios es muy positivo: “EDIFICAR, Y PLANTAR” (Jer. 1:10).

 

Edificar un templo para Su gloria, y—plantar un jardín que florecerá con el fruto del Espíritu.

 

Este escrito surgió de hecho, del anterior, llamado, “El viaje de la novia”. Antes de terminar ese escrito, me encontré involucrándome en este asunto de interacción en el Cuerpo de Cristo, y la reacción en cadena de los movimientos de Dios que surgen de ello. Iba a dejarlo como un capítulo al final del libro, hasta que recibí la confirmación de que había de haber otro escrito, cubriendo el asunto de forma más completa.

 

Sé que hay repetición en este escrito, pero no siento que pueda evitarlo. El camino de la verdad es el de repetir una y otra vez, pero cada vez que la Palabra viene, ha de ser fresca y nueva. Es como lluvia del cielo—viene una y otra vez, pero siempre es fresca y trae vida ¡SI VIENE EN LA ESTACIÓN CORRECTA!  De esta forma, en el patrón  de la Verdad, el método de Dios es repetirlo una y otra vez, no porque el pueblo de Dios no lo sepa, sino porque lo saben. Esto es lo que Juan dijo al escribir palabras de amor y verdad al pueblo de Dios:

 

“No os he escrito porque ignoraseis la verdad, sino porque la conocéis...” (1ª Juan 2:21)

 

Porque la verdad imparte vida cada vez que brota; y el conocimiento tiene que dar lugar a la verdad antes de que pueda  tener significado y de ser liberadora.  Si se trata de una mera repetición de conocimiento, matará cada vez más; pero si, como la lluvia y el sol, viene a tu corazón en las estaciones del crecimiento, nutrirá y bendecirá y se descubrirá en tu vida con la hermosura del Cristo viviente.

 

PORQUE ESTE ES EL PROPÓSITO COMPLETO DE DIOS AL ENVIAR LA PALABRA DE VERDAD.

 

--George H. Warnock—

 

Siguiente Capítulo – Este Evangelio del Reino

 

Contenidos

 

 

 

 

 

 

 

 


Gloria en Lugar de ceniza Parte IV – Reacción en cadena en los ámbitos del Espíritu – George H. Warnock

 

CAPÍTULO 1 – ESTE EVANGELIO DEL REINO

 

En este escrito queremos hablar de la dinámica espiritual del evangelio del Reino de Dios. El Evangelio del Reino es mucho más que un “mensaje”. Nuestro Señor Jesús prometió a Sus discípulos que habría una poderosa demostración del evangelio del Reino antes de que llegara el fin. ESTO HA DE SUCEDER TODAVÍA:

 

“Y será predicado ESTE evangelio del Reino en todo el mundo para testimonio a las naciones. Y entonces vendrá el fin” (Mateo 24:14)

 

Fíjate que Él dijo: “ESTE evangelio del Reino”. Pienso que habría que estar absolutamente ciego para pensar que nuestro Señor estaba hablando sobre el tipo de predicación del evangelio que surge generalmente de la Iglesia en esta hora. Ciertamente habla de la clase de evangelio que radiaba de Su ministerio y del de Sus apóstoles, pero no de la clase estéril que surge hoy de muchos púlpitos, y a través de los medios de comunicación de la radio y la televisión. “ESTE” evangelio del Reino es mucho, mucho más que un mensaje. Es una Palabra dinámica que obra poderosamente en los corazones de quienes lo escuchan:

 

“Porque no me avergüenzo del evangelio porque es PODER (dunamis) de Dios para salvación para todo aquel que cree.” (Romanos 1:16).

 

Las escuelas bíblicas y seminarios pueden dar mucha instrucción en las escrituras.. Y Dios ciertamente quiere que conozcamos las Escrituras. Pero salir a las naciones con este conocimiento y entendimiento, y predicarlo a los hombres y mujeres, NO ES LA PREDICACIÓN DEL EVANGELIO DEL REINO. El evangelio de Pablo era mucho más que todo eso:

 

“Pues nuestro evangelio no llegó a vosotros en palabras solamente, sino en poder en el Espíritu Santo y en plena certidumbre....” (1ª Tes. 1:5).

 

La sed de conocimiento y entendimiento del hombre ha sido insaciable desde que sus padres participaron del “árbol del conocimiento del bien y del mal”. De alguna manera, incluso en la Iglesia, si sabemos lo que Dios ha dicho, tenemos el sentir de que conocemos la verdad. Pero la verdad es una obra dinámica de Dios en los corazones de hombres y mujeres. La letra de ello la hallamos en la Biblia, cierto---y amamos la Palabra escrita. Pero ha de ser profundamente grabada dentro de nosotros, y brotar de nuestros corazones en un poderoso obrar de Su Espíritu antes de que conozcamos a Dios realmente, y antes de que podamos verdaderamente declararle, y darle a conocer a los demás.

 

Enviados por Dios o Enviados por el hombre

 

La gran comisión, como se llama (“Id por todo el mundo...”) nunca se le dio a la Iglesia como una orden de organizar programas misioneros. Fue dada a un puñado de Sus discípulos que caminaron con Él y aprendieron Sus caminos. Pero incluso entonces, ellos no estaban equipados. Primero tenían que detenerse en Jerusalén, su casa, hasta que “fueran revestidos del poder de lo alto” (Luc. 24:49). Incluso entonces, habiendo recibido este poderoso bautismo de fuego, continuaron quedándose en Jerusalén--- por cuántos años no sabemos exactamente--- esperando el tiempo de Dios. Evitemos acusarles de letargo, negligencia o cobardía. Se enfrentaron a las tormentas de la persecución y se quedaron en Jerusalén incluso cuando la iglesia  estaba siendo dispersada a lo lejos y a lo ancho (Lee Hechos 8:1). ¿Por qué no obedecieron al Señor y no “fueron a todo el mundo ni predicaron el evangelio”? Lo hicieron, pero caminaron con Dios, conocieron a Dios, y supieron que Él tenía un tiempo para cada cosa, y un camino, y que ellos tenían que andar en por ese camino. Habían aprendido mucho del camino de Dios al andar con Su Señor. Sabían que tenían que esperar el TIEMPO de Dios.

 

DIOS NUNCA ENVÍÓ A SU PUEBLO EN ACTIVIDAD MISIONERA A MENOS QUE OPERARAN EN EL ÁMBITO DE LA DINÁMICA DEL REINO-DE-DIOS. CUANDO SU PUEBLO ESTABA PREPARADO, DIOS LO ENVIABA.

 

Cuando yo recibo alguno de estas hojitas que vienen por correo, las tiro a la papelera inmediatamente. “No puedo ir al campo misionero, pero aquí incluyo mi donación de $___ para ayudar a alguien que si pueda”.

 

YO PUEDO IR, si Dios me envía. Y tú también. Dios no ha hecho provisión para un servicio de sustitución en el Reino de Dios. Si Dios te dice que vayas y tú contestas: “No puedo, Señor, pero aquí está mi donación de $ 100 para que alguien vaya”, ESTÁS SIENDO TOTALMENTE DESOBEDIENTE A LA VOLUNTAD DE DIOS.

 

Que Dios guíe a Su pueblo al descubrimiento de que Él es todavía el Señor de la Iglesia, y que Él sabe como preparar vasos para el ministerio, y cuándo enviarlos. La presencia y el Señorío del Espíritu Santo ha sido completamente ignorado en la mayoría de nuestros programas y esfuerzos por alcanzar a las naciones del mundo. Nuestro Señor todavía es capaz de decir a un puñado de creyentes que caminan con Él, “Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado”: (Hechos 13:2). Incluso entonces, no se levantaron y salieron corriendo. Esperaron en Dios en ayuno y oración, y esperaron también la bendición de la iglesia. Y cuando salieron, fueron “ENVIADOS POR EL ESPIRITU SANTO...” (Hechos 13:4).

 

No esto y diciendo que lo que sucedió en Antioquía deba ser de ningún modo un patrón para la Iglesia. Porque Dios siempre se mueve de forma distinta, como Él quiera. Simplemente enfatizamos que Dios quiere hablar muy claramente a Su pueblo en esta hora, como lo hizo en sus principios.

 

Sé que hoy todo es tan distinto. No se espera más que el Espíritu Santo pueda hablar de esta forma tan enfática. PERO EL ERROR GARRAFAL DE LA IGLESIA SE BASA EN ESTE MISMO HECHO, QUE SI DIOS YA NO HABLA CLARAMENTE, SIMPLEMENTE HAREMOS LO MEJOR QUE PODAMOS SIN ESCUCHAR SU VOZ. Incluso se enseña que es nuestra responsabilidad actuar con valentía sin esperar en Dios—esperar con tal intensidad de entrega y devoción, que sabemos que no nos atrevemos a salir, a menos que escuchemos de Él. Tenemos un derecho, una responsabilidad, de saber cual es la voluntad del Señor. “Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cual sea la voluntad del Señor.” (Efesios 5:17). Si Dios quiere que tengamos este entendimiento, entonces tenemos que buscarlo y esperar hasta saber a ciencia cierta cual es la voluntad del Señor. No niego que pueda haber períodos de perplejidad, mientras luchamos por conocer claramente lo que Él esta diciendo. Pero todo esto es parte del proceso de aprendizaje. En esos momentos, es importante que aprendamos la paciencia y la confianza, en lugar de actuar con prisa. El espíritu de la prisa generalmente se mueve en la dirección equivocada. Jesús dijo que si caminásemos con Él en su yugo, encontraríamos reposo para nuestras almas.

 

Un corazón dividido

 

Saúl estaba preparado para hacer lo que Dios le dijera siempre que no pusiera en peligro su reputación o su posición exaltada a los ojos del pueblo. Temía que no siguieran junto a él si obedecía completamente la palabra del SEÑOR, y esto es lo que precisamente se convirtió en su caída.

 

En la batalla con Amalec, Saúl recibió una clara palabra de Dios. “Ve pues y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene...” (1ª Sam. 15:3). Saúl estaba confiado en que había hecho lo que Dios le había dicho que hiciera. “Yo he cumplido la Palabra de Jehová” (vs. 13), fue su confiada jactancia. Pero, ¿Qué tenía que decir el profeta? “¿Por qué, pues, no has oído la voz de Jehová...?” (vs.19). ¿Cuál era el problema? ¡Un corazón dividido! Haría la voluntad de Dios y destruiría a los amalecitas, pero no las cosas buenas que pertenecían a los enemigos de Dios. Eso sería tan poco razonable. ¡Guardaría esas cosas como una ofrenda para Dios! (lee 1ª Sam. 15:15).

 

¿Suena esto del todo familiar? Queremos ciertamente hacer la voluntad de Dios, pero no si deja de tener sentido—no si ofende a demasiada gente. Podemos salir con cien opciones si convertimos el hacer la voluntad de Dios en un asunto condicionado. Pero si llegamos, y cuando lleguemos al lugar en el que hacer la voluntad de Dios, sea nuestro único y exclusivo deseo, entonces no hay opciones.

 

Estoy convencido de que nuestra incapacidad para escuchar la voz de Dios claramente, en la mayoría de los casos es por causa de estar buscando, esperando e insistiendo en que Su voluntad encaje en el marco de aquello sobre lo  que ya hayamos establecido que hagan nuestros corazones, y que no estamos dispuestos a abandonar a la voluntad y a la sabiduría de Dios. Simplemente no es razonable considerar que la voluntad de Dios pueda guiarnos por un camino que pueda significar la renuncia a todos nuestros planes, esperanzas y ambiciones para el futuro.

 

No estoy sugiriendo en modo alguno que estos deseos sean necesariamente malos en sí mismos. Incluso pueden ser fruto de un cierto conocimiento de lo que Dios ha revelado para la vida de alguno. Pero cualquiera que sea el caso, no mostrarlas en tu mano al Señor y decir; “Señor, quiero hacer Tu voluntad, pero Tú me prometiste esto, Señor, no puedo ir por donde me estás guiando porque entonces Tu promesa no podría cumplirse.” No, no acusaríamos descaradamente a Dios de romper Sus promesas. Pero eso es exactamente lo que Él escucha cuando en los rincones secretos de nuestros corazones, se alarga una oposición al camino de Dios, si implica la cancelación de todos nuestros planes y ambiciones en la vida.

 

¿Cuál es la profundidad de nuestro amor? ¿No podemos dejar todo lo que sabemos a cerca de  sus promesas, por causa del amor por el Dios que nos dio precisamente esas promesas? Dios dijo a Abraham que hiciera eso exactamente: que pusiera sobre el altar del holocausto la misma promesa que Dios le había dado, y Abraham obedeció—SIMPLEMENTE PORQUE AMABA A DIOS MAS QUE A LAS PROMESAS. Al mismo tiempo, sabía que el Dios que había prometido, sería fiel en hacer lo que había dicho, y devolvería la vida a su hijo otra vez—si fuera necesario—por el poder de la resurrección.

 

Vamos a enfatizar mucho este asunto de la voluntad de Dios porque creo que es de vital importancia en esta hora, caminar en Su explícita voluntad. Estoy confiado que Dios está cogiendo a un pueblo que llegará a tal entrega a Él, que podrá usarlos para la revelación de Sus maravillosos planes y propósitos para esta hora. No estamos hablando de llegar al lugar de tal entrega al Señor, que sepamos explícitamente lo que Él quiere que hagamos. Porque cuando Dios encuentra a esta clase de gente para Él, “Él podrá enviarlos con poder y unción para hacer CUALQUIER COSA que Él quiera que hagan, y NADA SERÁ IMPOSIBLE a este pueblo dispuesto.

 

Dios nos dice acerca de este Día de Su Poder, y nos deja saber que Él está preparando a un “pueblo dispuesto” para esa hora—un pueblo que será contado digno de moverse en el esplendor y la gloria del Rey exaltado que reina desde Sión:

 

“Tu pueblo se te ofrecerá voluntariamente en el día de Tu poder...”

(Salmos 110:3).

 

Pero antes de continuar con este pensamiento, queremos considerar brevemente, solo para formar un contexto, el Día del Poder del hombre, y  a dónde nos ha llevado.

 

Capítulo 2 – Una Reacción en Cadena de muerte


Gloria en Lugar de ceniza Parte IV – Reacción en cadena en los ámbitos del Espíritu – George H. Warnock

 

CAPÍTULO 2 –UNA REACCIÓN EN CADENA DE MUERTE

 

A principios del inicio de este siglo, un científico muy conocido de nombre Albert Einstein, surgió con una notable fórmula. La historia ha probado que su fórmula era correcta, pero durante muchos años, solo fue una “teoría”. La expresó mediante una sencilla ecuación:

           

E = MC²

 

Que traducido, significa:

 

“LA ENERGÍA ES IGUAL A LA MASA POR LA VELOCIDAD DE LA LUZ AL CUADRADO”

 

Bien, esto no deja de ser bastante incomprensible para todos nosotros, pero en aquellos días, tuvo un gran impacto en el mundo científico. Era una teoría, que si fuera cierta, llevaba en sí un tremendo potencial para la liberación de la energía, una energía que la humanidad jamás había soñado. Nadie estaba seguro si era válida hasta que otros científicos la desarrollaron, y de ella surgió lo que se conoce por “energía nuclear”, que ha revolucionado el ámbito del poder y de la energía, y muy particularmente en lo que se refiere a los recursos militares de las naciones. Las implicaciones asombrosas de este descubrimiento han aterrorizado a toda la familia humana, y por causa de ella, el mundo entero se encuentra al borde de la aniquilación.

 

Hay dos clases de reacciones en cadena nucleares, una es la fisión nuclear, como la que se produce en la bomba atómica, y en la que los átomos se dividen, y con cada división del átomo, hay una liberación de la energía una y otra vez, hasta que se produce una explosión enorme de muerte. Pero en la segunda clase, la fusión nuclear, hay incluso una mayor liberación de energía, cuando una partícula se fusiona con otra, y después con otra, y después con otra, liberando una clase de energía que incluso ahora, se produce en el sol. Se dice que el núcleo solar es un poderoso reactor nuclear y que lo que el hombre ha producido con la bomba de hidrógeno, es una réplica diminuta del mismo proceso de fusión que ha estado produciéndose en el sol—no sabemos a lo largo de cuantos milenios.

 

Incluso ahora los científicos de muchas naciones están buscando un descubrimiento en la tecnología en cuanto a como podrían aprovechar la energía de la fusión nuclear para el bien y el beneficio de la humanidad. Piensan que se hallan al borde de un tremendo descubrimiento. Si tuvieran éxito en su búsqueda, todas las otras formas de energía se quedarían obsoletas. Uno observador científico dice esto:

 

“La producción de energía será eficiente y limpia, las actuales plantas nucleares serán envueltas en cristal y enterradas. Los árabes harán comercio con sus Rolls Royces a cambio de camellos. El golfo pérsico no tendrá ningún valor estratégico. Los automóviles se moverán con baterías eléctricas, cargadas con energía producida por el hidrógeno.  El cobre, el aceite, la gasolina y por supuesto, la fisión nuclear, serán el historia del pasado...”

 

Pero el hombre sueña con logros aún mayores, si descubriera, y cuando descubriera como transformar grandes cantidades de masa en energía, de forma controlado y sostenida. Otro científico lo expresa así:

 

“Así, habría muy pocas cosas para el hombre que fueran inconcebibles de lograr para él, desde cambiar las condiciones climáticas en su planeta, hasta  empujar a otros planetas a nuevas órbitas alrededor del sol”.

 

Todo esto puede sonar muy interesante, tan CORRECTO  a los ojos del hombre. Pero, ¿Qué tiene Dios que decir de los caminos del hombre?

 

“Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte.” (Prov. 14:12)


Dios dice que el camino del hombre termina en muerte. Dios dice que no hay manera por medio de la cual el hombre pueda apartarse de la ley del pecado y de la muerte, la cual ha derribado al familia del HOMBRE—NINGÚN CAMINO, SINO SOLO EL CAMINO QUE DIOS MISMO HA PRODUCIDO A TRAVÉS DE LA CRUZ Y DE LA RESURRECCIÓN, POR LA LEY DEL ESPÍRITU DE VIDA EN CRISTO JESÚS.

 

Cuando los hombres, en su rebelión, pretendieron edificar una ciudad y una torre que alcanzara los cielos para hacerse un nombre para ellos mismos, Dios dijo que era suficiente; descendió y esparció a la muchedumbre. (Gén. 11:9).

 

¿Qué supones que Dios está pensando cuando los hombres comienzan a especular sobre el cambio climático de la tierra, sobre relanzar planetas a otras órbitas? Puedes estar seguro de que Dios va a descender de nuevo, y va a anular la sabiduría del hombre.

 

Tengo un cuadro que saqué de un periódico hace unos años, preparado por hombres que entendían la situación en lo referente a armamento nuclear de las naciones. Muestra en gráfico como las armas nucleares de todas las naciones combinadas es igual a 6000 veces la potencia armamentística de todas las naciones que se involucraron en la 2ª Guerra Mundial. Afirma que un 1% del arsenal de los Estados Unidos, o del arsenal soviético, sería suficiente para producir un invierno nuclear, en el que el sol sería tapado por el polvo suspendido en la atmósfera, convirtiendo al planeta en un lugar inhabitable para las plantas, animales o humanos. Afirmaban que un nuevo submarino Tridente a solas, tendría suficiente potencial armamentístico para igualar a ocho veces todo el poder armamentístico usado en la 2ª Guerra Mundial por todas las naciones, y que tendría la capacidad de destruir toda ciudad principal del hemisferio norte.

 

Estamos hablando de la clase de poder que el hombre ha descubierto en el átomo; y como el hombre, en su gran “sabiduría”, ahora sostiene en sus manos el poder para aniquilar toda forma de vida en este planeta. Nuestro Señor Jesús nos dijo que si Dios no interviniera, “ninguna carne” sería salva; pero Él prometió, “...Por causa de los escogidos, esos días serán acortados” (Mat. 24:22). Los hombres pueden haberse preguntado en los días del pasado si Jesús estaba usando una hipérbole, por qué, ¿De que manera hubiera podido alguna clase de guerra o desastre nuclear aniquilar a toda carne? Pero ahora, la asombrosa implicación de un holocausto suicida planea sobre toda la familia humana al completo. Es bueno saber que en algún lugar en medio de toda la devastación que viene, Dios va a acortarlo “por causa de los escogidos”. El hombre sigue buscando la salida, pero es atrapado en la red de su propia creación. No tiene la sabiduría, aunque tuviera la voluntad, de prevenir el uso de sus propios inventos para la destrucción, por la simple razón de que no tiene la “gracia” que solo viene de Dios.

 

Pero enteramente aparte de la amenaza de un holocausto nuclear, nos encontramos igualmente en un estado de emergencia global por causa de los contaminantes que están destruyendo nuestra tierra, nuestros mares y nuestra atmósfera. Mientras escribo esto, hay una conferencia en camino que se celebrará en Inglaterra, que esperan suponga el inicio de una campaña masiva de limpieza entre las naciones, en un esfuerzo por salvar el planeta tierra antes de que sea demasiado tarde. Consideré muy apropiado que en el número final del centenario del National Geographic, colocaran un holograma de nuestro planeta en un estado de colapso, como un globo de cristal que estaba haciéndose pedazos, y debajo, la pregunta:

 

¿PUEDE EL HOMBRE SALVAR ESTA FRÁGIL TIERRA?

 

Los Burladores de los Últimos Días

 

El apóstol Pedro nos dice que los “burladores” abundarán en los últimos días, “andando en sus propios deseos, y diciendo, ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación.” (2ª  Pedro. 3:4) Esta burla se ha prolongado durante mucho tiempo, pero fíjate en lo siguiente: YA NO DICEN MÁS, “TODAS LAS COSAS PERMANECEN ASÍ...”

 

Ningún hombre con un entendimiento normal dice eso hoy. Ningún loco en su mente pervertida lo dice. Ni los científicos, ni los políticos, ni los expertos en medio ambiente lo dicen. Estamos mucho más adelantados en el horario de Dios que cuando Pedro tuvo la visión al hablar de  “los últimos días”. En algún lugar en los últimos 50 años más o menos, nos deslizamos por ese período de tiempo del que habló Pedro, y ahora estamos viviendo un marco temporal  que podría ser descrito como la última hora, o los últimos minutos.

 

La tragedia de todo esto, en lo que concierne al pueblo de Dios, es que la mayoría de los cristianos hoy día son tan “voluntariamente ignorantes” de los tiempos en los que estamos, como estaban los burladores de los que habló Pedro. Nadie conoce el tiempo del fin, eso es cierto. Pero el horario del cielo está definitivamente por delante de donde estaba hace 50 años, cuando la Iglesia vivía con una cierto sentido de expectativa hacia la aparición del Señor. En ese tiempo no había pensamiento de que el planeta tierra comenzara a romperse en pedazos. Pero de alguna manera, hoy, 50 años por delante, nada de esto consigue despertar a la Iglesia a buscar el rostro de Dios. El pensamiento es muy parecido al pensamiento en los días del profeta Isaías, cuando el destino de Jerusalén colgaba en la balanza, y al pueblo parecía importarle muy poco:

 

“Por tanto, el Señor, Jehová de Los ejércitos llamó en este día a llanto y a endechas, a raparse el cabello y a vestir cilicio; y he aquí gozo y alegría, matando vacas y degollando ovejas, comiendo carne y bebiendo vino, diciendo: Comamos y bebamos, que mañana moriremos.” (Isáis 22:12-13).

 

Jesús Dijo, “Ocupaos hasta que Yo venga”

 

El pueblo de Dios continua planificando, haciendo propósitos y especulando, y está muy absorbido con los asuntos del mundo, esperando de alguna manera acumular solo un poquito mas de los juguetes de la tierra que terminarán despareciendo antes del holocausto. ¿No se nos dice que tenemos que estar “ocupados” hasta que el Maestro vuelva? Ciertamente, pero “estar ocupados como lo solemos estar normalmente” no es lo que el Señor estaba diciendo. El dio a Sus siervos dones preciosos y gracias y les dijo que comerciaran con ellos hasta que ÉL regresara. No estaba diciéndoles que llenaran sus días como lo habían hecho en el pasado. Nos exhorta a ocuparnos con los tesoros del Cielo, no con los juguetes terrenales que desaparecerán. Comerciar con ellos de forma que cuando el Maestro vuelva, no se avergüencen de Su venida, sino que puedan decir, “Me diste cinco talentos, he ganado cinco más. Me diste fe, me diste los tesoros del Cielo, los he invertido en la vida de Tu pueblo, por medio de tu gracia que capacita, y ahora, miro el fruto de ello en las vidas de mis hermanos.

 

Reacción en Cadena de la Ley del Pecado y de la Muerte

 

 

 Aunque pueda parecer temible, tenemos la tendencia a admirar el genio de la especie humana, no sólo por descubrir la fórmula de este tipo de energía nuclear, sino porque descubrió como ponerla a funcionar. Sin embargo, a la luz de lo que ha sucedido, creo que tendríamos que fórmula un poquito, y escribirla de la siguiente manera:

 

E = MC² = D²

 

Puesto que, ESTA NUEVA ENERGIA DESCUBIERTA ES IGUAL A LA MUERTE MULTIPLICADA POR SI MISMA, A LA MUERTE EN UNA ESCALA ENORMEMENTE ACELERADA.

 

Puesto que el hombre no ha creado nada, lo único que hizo fue descubrir secretos que durante mucho tiempo han permanecido escondidos en los propósitos de Dios, y que Dios no revelaría  hasta que el hombre hubiera descendido a las mismas profundidades de la apostasía. ¡Porque qué ha logrado el hombre sino tan solo acelerar la Ley del Pecado y de la Muerte, que ha estado operando en la familia humana desde la caída! Dejemos de admirar por más tiempo la genialidad del hombre; en su lugar, que podamos conmovernos por el hecho de que la sabiduría del hombre haya producido tal aceleración de la Ley de Pecado y de la Muerte, de forma que ahora puede poner en movimiento una reacción en cadena de devastación que podría aniquilar a toda la familia humana al completo, y arrasar toda forma de vida en este planeta, si Dios le dejara hacerlo. ¡Qué logro más maravilloso! ¡Que sabio es el hombre, que puede producir su propia destrucción in casi un instante de tiempo!

 

¿Dónde esta el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo?¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?” (1ª Cor.1:20).

 

No estamos tan locos como para acusar al hombre de querer traer esta guerra nuclear y toda su devastación. El hombre ciertamente quiere mantener su posición como señor de este planeta. Pero sabemos que NO HAY PAZ  para los malos, y que el hombre nunca hallará verdadera PAZ hasta que se incline al pie de la Cruz, y reconozca a Cristo como el Señor y el Príncipe de Paz. Solo en la sabiduría de la Cruz hay vida para ser encontrada. Solo por la sangre de Su Cruz hizo Dios la paz para la humanidad, y reconcilió al hombre hacia Sí. Y por supuesto, este es considerado locura a los sabios de este mundo.

 

“Porque la palabra de la Cruz es locura a los que se pierden, pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es PODER DE DIOS (1ª Cor. 1:18).

 

Estamos hablando del reino, del gobierno, y del dominio de la muerte. Estamos hablando de este rey cruel que sujetó a la familia humana cuando Adán pecó; y que desde entonces ha habido una reacción en cadena de esta ley en toda la familia humana, hasta el día de hoy. Pero ahora, al final de los tiempos, en tan solo estos últimos 50 años más o menos, ha habido una aceleración tal de esta terrible ley, que el hombre ha descubierto el secreto de aniquilar a cinco mil millones de habitantes de esta tierra en tan solo unos instantes. ¿Cómo consiguió este logro? Alcanzó esta posición exaltada porque se entregó al dios de este mundo en un vano intento de ser su propio dios. No es por medio de la “evolución”, sino por medio de la “retrogresión”, que ha dicho:

 

“No reconoceré a Dios, ni Le daré las gracias.”

 

Después descendió aún más bajo en su apostasía y dijo, “No necesito a Dios, soy suficiente en mí mismo”, y adoró a la criatura en lugar de la Creador.

 

Y finalmente, en su último escalón hacia abajo en la apostasía, dijo, “No quiero a Dios en mis pensamientos” (lee Romanos 1:21-28).

 

Y con cada paso hacia abajo en la escalera de la apostasía, dio una mayor y mayor aceleración a la Ley del Pecado y de la Muerte, para que ahora, en la “altura” de su sabiduría, se ha traído a sí mismo al borde de la extinción. Y todo ello por causa de su pecado inherente que le incita a reconocer a Dios cada vez menos y menos, y despreciar más y más su Señorío.

 

Ahora bien, lo que hemos dicho respecto de la ley del Pecado y de la Muerte, ha sido meramente con el fin de crear un contexto para lo que vamos a decir acerca de una clase diferente de reacción en cadena, la reacción de la Ley de Vida.

 

Capítulo 3 – Reacción en cadena de la Ley de Vida


Gloria en Lugar de ceniza Parte IV – Reacción en cadena en los ámbitos del Espíritu – George H. Warnock

 

CAPÍTULO 3 – REACCIÓN EN CADENA DE LA LEY DE VIDA

 

No tenemos ningún problema en reconocer las implicaciones a largo alcance del reino de la muerte. Vivimos en ese reino, y la muerte nos rodea por todas partes. Cada generación del hombre ha sido testigo de ello. Pero esta generación en la que ahora vivimos ha sido empujada a reconocer la aceleración de la Ley de la muerte mucho más allá de lo que fuera posible pensar hasta hace unos 50 años aproximadamente.

 

Pero hay una nueva ley que Dios ha puesto en movimiento cuando Jesús murió en la Cruz y se levantó de los muertos. La nueva ley fue diseñada por el Señor para tragar a la vieja ley. Porque fue en la Cruz que el Príncipe de la Vida destruyó a la Ley del Pecado y de la Muerte, y comenzó a impartir de nuevo la ley a los miembros del orden de una Nueva Creación. Ellos son aquellos a quienes el Señor ha tomado de las muletas de la vieja ley y los ha introducido en un nuevo orden, una nueva esfera de vida, un nuevo reino, un nuevo ámbito. Abraza también a toda una raza de seres, todos aquellos que por la fe han sido arrebatados como teas de las ascuas de la vieja raza, y traídos a la nueva. No son traídos por medio de un proceso de reformación o re-acondicionamiento, sino que son traídos a nueva vida por la operación de una nueva Ley, la Ley del Espíritu de Vida en Cristo Jesús.

 

“Porque la ley del Espíritu de Vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte” (Romanos 8:2).Ha habido una confrontación de las dos leyes, y la Ley de la Vida ha prevalecido donde una vez reinaba la Ley del Pecado. La Ley de Vida no solo derrotó a la Ley de la Muerte, sino que HA REEMPLAZADO A LA ANTIGUA LEY COMO PRINCIPIO MOTIVADOR Y POTENCIADOR DEL NUEVO HOMBRE. Esto es un tanto asombroso y solo por la fe y por la revelación del Espíritu podemos recibirlo. La muerte REINÓ—Estaba en control supremo. No había nadie que pudiera escapar de su dominio, SI ES QUE ERA DE NACIDO EN LA RAZA DE ADÁN. La ley de la Muerte es inherente a toda la familia de Adán, y nadie puede escapar de sus tentáculos a no ser por medio de la nueva Ley de Vida. Por tanto, habiendo sido liberado de la vieja ley, hay una nueva ley que toma su lugar:

 

“COMO EL PECADO REINÓ PARA MUERTE, ASI  REINE LA GRACIA POR LA JUSTICIA PARA VIDA ETERNA POR JESUCRISTO NUESTRO SEÑOR. (Rom. 5:21)

 

¿Podemos entenderlo? Que, como el “pecado reinó”, así la gracia debe “REINAR para vida eterna”. ¡Que como el pecado dominó, y produjo una reacción en cadena en los ámbitos de la muerte, de la misma manera LA GRACIA, LA JUSTICIA Y LA VIDA DOMINEN AHORA, y por una reacción en cadena de las operaciones de Dios, produzcan el REINADO DE LA VIDA!

 

Realmente no es difícil fluir con la lógica de lo que el apóstol está diciendo por el Espíritu. Pero nos echaríamos atrás por temor ante las implicaciones de todo ello. ¿Cuál es el temor? ¡QUE POR LA OPERACIÓN DE LA NUEVA LEY DE VIDA VAMOS A TENER QUE RENUNCIAR EN NUESTROS MIEMBROS A LA OPERACIÓN DE LA LEY DEL PECADO Y DE LA MUERTE, Y REEMPLAZARLA CON LA OPERACIÓN DE LA LEY DEL ESPÍRITU DE VIDA EN CRISTO JESÚS!

 

 

 

¿Por qué razón habríamos de encogernos de esta clara declaración de la Palabra? Debe ser porque como criaturas sujetas a la muerte, nos sentimos más cómodos en ese reino. Como los insectos, que se esconden bajo un árbol podrido, y cuando lo levantamos, corretean hacia la oscuridad. ¿Por qué? Porque son criaturas de la oscuridad, y la oscuridad ha cegado sus ojos. Jesús dijo,

 

“Para juicio he venido Yo a este mundo, para que los no ven, vean, y los ven, sean cegados.” (Juan 9:39).

 

Si somos participantes del reino de la oscuridad y venimos a la luz, somos hechos de nuevo para que comencemos a regocijarnos en la luz. Pero si nos contentamos de vivir bajo muerte y nos gozarnos en la oscuridad, entonces la luz que brilla sobre nosotros hará a la oscuridad aún más intenta de lo que era antes. Porque si la luz que hay en nosotros, dice Jesús, es tinieblas, entonces ¡Cuántas no serán las mismas tinieblas! (Mat. 6:23).

 

No temamos venir a la luz. Puede darnos miedo, lo sé, porque por naturaleza somos hijos de oscuridad y escogeríamos permanecer en ese estado. La luz es demasiado fuerte, demasiado brillante para los ojos de nuestro carnal entendimiento. Tememos que nos ciegue. Y lo hará, tal y como dijo Jesús—si continuamos resistiéndola. Pero al venir a la luz, la luz dispersará las tinieblas de la muerte, y nos hará caminar a la luz de un nuevo día. La radiación de la Luz de Dios en nuestras vidas producirá una reacción en cadena para bien o para mal. Pondrá en marcha una cada vez mayor claridad de Su gloria cuando escojamos caminar en ello, o pondrá en marcha una medida mayor de ceguera si escogemos resistirla. El Sol de Justicia cegará nuestros ojos, como ocurrió con Saulo de Tarso en su rebelión; o esa misma Luz traerá sanidad y restauración, y un aumento de gloria cada vez mayor, cuando nos encontremos a nosotros mismos orando como Saulo, y buscando a Dios con gran arrepentimiento y examen de conciencia. No temamos nunca acudir a la luz, no importa cuán indignos nos sintamos, o cuánto miedo tengamos que pasar de estar ante la claridad de Sus ojos, que todo lo ven. Porque la luz es inseparable de la vida, y al venir a la luz, estaremos entrando en ámbitos de nueva vida, en los que la vida será el Señor mismo morando en nosotros. Él viene a quitar el pecado, y a quitar la muerte, a destronar al rey de la oscuridad, a gobernar y a reinar en Su lugar.

 

Implicaciones del Reinar de la Vida

 

Hemos hablado del reino de la muerte, y la fórmula que produjo la aceleración de la Ley de la Muerte en la familia humana:

 

E = MC² = D²

 

Pero también hay una fórmula para la vida, y ha estado funcionando en la tierra en cierta medida desde que el Príncipe de la Vida visitó este planeta. Sin volvernos demasiado científicos sobre el tema, podemos resumirla en esta ecuación:

 

WC = L²

 

Esta multiplicación de la vida produce luz:

 

“En Él estaba la vida, y la Vida era la Luz de los hombres., (Juan 1:4)

 

Esta vida se manifestó cuando Jesús visitó este planeta, cuando se sujetó al camino de la Cruz. Pero la iglesia, la mayor parte de su historia, ha perdido el camino porque ha sido engañada hasta pensar que la fórmula era solo aplicable a Jesús. Murió en la Cruz, así que nosotros no necesitamos morir en la nuestra.

 

Hemos perdido el camino porque hemos fallado en descubrir que la Cruz no fue solo un instrumento de crueldad sobre el que Jesús murió por nuestros pecados, sino que FUE UNA CRUZ QUE ÉL LLEVÓ TODA SU VIDA, UNA CRUZ QUE ERA INEVITABLE SIMPLEMENTE Y TAN SOLO PORQUE ÉL HACÍA LA VOLUNTAD DEL PADRE. Jesús nació bajo la sombra de la Cruz. Incluso en su nacimiento, el Príncipe de la Muerte puso en marcha un plan maligno para matar al Príncipe de la Vida. A diario tuvo una confrontación con el mundo que resistía la luz de Dios.

 

Una vez que entendamos lo que la Cruz significa, dejaremos de jactarnos de que Jesús murió en Su Cruz y que por ello nosotros no necesitamos morir en la nuestra. Si tratamos de hacer la voluntad de Dios, será imposible evitar la Cruz. PORQUE LA CRUZ ES LA ENCARNACIÓN Y LA EXPRESIÓN MISMA DE LA OPOSICIÓN DEL HOMBRE A LOS CAMINOS DE DIOS, Y DE LA OPOSICIÓN DE DIOS A LOS CAMINOS DEL HOMBRE. Así, nuestro Señor Jesús llevó Su Cruz diariamente, no porque fuera en busca de problemas, SINO PORQUE SIMPLEMENTE SU BÚSQUEDA ERA HACER LA VOLUNTAD DEL PADRE. Decir que yo no necesito sufrir la Cruz porque Jesús lo hizo por mí es lo mismo que decir que no necesito caminar en obediencia al Padre porque Jesús lo hizo por mí. SI VAMOS A IR POR EL CAMINO DE DIOS VAMOS A CONOCER EL ODIO, EL REPROCHE, Y LA OPOSICIÓN DEL MUNDO QUE NOS RODEA Y ESTO ES LO QUE CONSTITUYE NUESTRA CRUZ. No vamos por ahí tratando de fabricar métodos de penitencia auto-infligida, para que alguien pueda identificarnos con los sufrimientos de Jesús. Este es un camino mortal de tratar de contravenir la muerte. Porque tan ciertamente como busquemos hacer la voluntad del Padre y nos comprometamos a caminar en obediencia a Su voluntad, conoceremos y experimentaremos la oposición y el odio que se amontona sobre aquellos que aman a Dios más que a los caminos del mundo.

 

No puede haber una cruz significativa en nuestras vidas si vivimos una clase de vida religiosa normal. Pero la oscuridad reaccionará rápidamente cuando la luz brille. Jesús dijo a Sus hermanos religiosos, “No puede el mundo aborreceros a vosotros; más a Mí me aborrece, porque Yo testifico de él, que sus obras son malas:” (Juan 7:7). El mundo religioso de ese día co-existió muy bien con el mundo alrededor de ellos; pero cuando Jesús entró en escena, HUBO UNA AMPLIA COLISIÓN ENTRE LA OSCURIDAD Y LA LUZ, ENTRE EL AMOR Y EL ODIO, ENTRE LA INIQUIDAD Y LA JUSTICIA, ENTRE EL MAL Y EL BIEN, ENTRE SATANÁS Y DIOS, Y FUE ESTA COLISIÓN DE LA LUZ CON LA OSCURIDAD QUE EMPUJÓ A JESÚS A SU CRUZ.

 

Pero en lugar de que la oscuridad destruyera la luz, fue la luz quien destruyó a la oscuridad. En lugar de que la muerte destruyera a la vida, fue la vida quién destruyó a la muerte. En lugar de que el odio destruyera al amor, fue el amor quien destruyó al odio.

 

De este modo, nuestro Señor Jesús murió por nosotros para que nosotros no muriéramos, sino para que VIVIÉRAMOS. Pero cuando abrazamos la VIDA, somos capacitados para andar en la misma VIDA en la que Jesús anduvo, en la misma obediencia en la que Jesús anduvo. Fue esta obediencia que llevó a Jesús a Su Cruz, y si andamos en esa obediencia, ciertamente nos llevará a nosotros a nuestra propia Cruz.  Fíjate que es en Su obediencia en lo que nosotros debemos andar, si ha de ser para la gloria de Dios. Nada menos que la obediencia de Cristo honrará y glorificará al Padre. ¿Cuál es, de forma explícita, la naturaleza de Su obediencia?

 

“He aquí, que vengo, oh Dios, para hacer Tú voluntad, como el rollo del libro está escrito de Mí” (Heb. 10:7).

 

“No puedo Yo hacer nada por Mí mismo; según oigo, así juzgo; y Mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre.” (Juan 5:30).

 

¿Está relacionado nuestro concepto de la voluntad Dios solo con hacer toda clase de cosas nobles: predicar, evangelizar, escribir, establecer iglesias, etc. etc. etc.? ¿O hemos llegado en nuestro compromiso de hacer la voluntad del Padre, a una completa renuncia a nuestros pensamientos, ambiciones, deseos, anhelos en la vida, sea en las cosas naturales o en las espirituales? ESTE DEBE CONVERTIRSE EN EL PRIMER PASO EN NUESTRO DESEO DE HACER LA VOLUNTAD DE DIOS—RENUNCIAR A NUESTROS PROPIOS PENSAMIENTOS SOBRE EL TEMA, CANCELAR TODOS NUESTROS PLANES, Y POR SU GRACIA, LLEGAR A UN LUGAR DONDE SABEMOS QUE NO PODEMOS HACER NADA, Y ENTONCES, PODEMOS ESPERAR APRENDER DE QUÉ VA REALMENTE LA VOLUNTAD DE DIOS.

 

Ahora bien, si la obediencia de Cristo  pretende guiarnos a senderos de verdad que culminarán en nuestra cruz, qué importante es que guardemos nuestros corazones y mentes de estas sutiles tentaciones del Enemigo, que nos sacaría del camino del aprendizaje de esta clase de obediencia. Jesús “aprendió la obediencia”. Esto no quiere decir que fuera desobediente. Pero a través de las muchas pruebas a las que fue sujeto día a día, aprendió la voz del Padre. Nosotros también hemos de aprender esta clase de obediencia.

 

JESÚS VINO A LA TIERRA PARA HACER LA VOLUNTAD DEL PADRE... Y ESTO SE CONVIRTIÓ EN LA BÚSQUEDA TOTAL EN LA VIDA O EN LA MUERTE... NO TENÍA OTRO PLAN.

 

La Voluntad de Dios—O el plan del hombre

 

Es importante que entendamos esto. Como pueblo de Dios, nuestras vidas pueden llenarse con proyecto tan dignos, todos ellos en nombre de hacer la voluntad del Padre. Y creo que llegamos a este tipo de conclusiones principalmente porque fallamos en reconocer que HACER LA VOLUNTAD DE DIOS EN LUGAR DE HACER MUCHAS BUENAS OBRAS, ES EL ÚNICO  DEBER DEL HOMBRE. Dios tiene planes muy maravillosos y propósitos que aún han de cumplirse—lo sabemos. Tiene muchos y muy maravillosos proyectos en mente—cosas grandes que Él quiere conseguir en Su pueblo, y en la tierra.

 

PERO ERRAMOS COMPLETAMENTE EN EL CAMINO DE DIOS CUANDO COMENZAMOS A ASUMIR QUE SE SUPONE QUE TENEMOS QUE TRABAJAR EN LOS OBJETIVOS DE DIOS, EN LUGAR DE ESTAR COMPROMETIDOS TOTALMENTE A HACER SU VOLUNTAD Y A CAMINAR EN SU CAMINO.

 

Y LA RAZÓN POR LA QUE FALLAMOS A DIOS ES PORQUE SIMPLEMENTE NUESTROS CAMINOS NO SON LOS CAMINOS DE DIOS, NI SUS PENSAMIENTOS NUESTROS PENSAMIENTOS.

 

Así pues, ¿Qué podemos hacer? Si sabemos que Dios quiere alimentar a los cinco mil, organizaremos un comité para levantar fondos y hacer el trabajo. Si sabemos que Dios quiere alcanzar las naciones con el Evangelio, organizaremos las cruzadas, y levantaremos los compromisos para dejar hecho el trabajo.

 

PERO SI SABEMOS Y COMPRENDEMOS QUE CAMINAR EN SU CAMINO ES TODO LO QUE ÉL REQUIERE, ENTONCES DIOS HACE TODA LA PLANIFICACIÓN, Y NOSOTROS ESTAMOS EN UNA POSICIÓN EN LA QUE SIMPLEMENTE PODEMOS RESPONDER A LO QUE ÉL DICE—Y DIOS ES VERDADERAMENTE GLORIFICADO.

 

SI ESTAMOS TOTALMENTE COMPROMETIDOS A HACER SU VOLUNTAD, ENTONCES EL NOS MOSTRARÁ SU CAMINO, Y SU OBJETIVO SERÁ REALIZADO GLORIOSAMENTE. PERO SI BUSCAMOS PERSEGUIR EL OBJETIVO DE DIOS, FALLAREMOS TOTALMENTE A LO QUE DIOS TIENE EN MENTE.

 

Ahora bien, Dios nos da de vez en cuando una visión momentánea de Su plan, y una pequeña comprensión de Su objetivo. PERO ÉL HACE ESTO PARA PROBARNOS, PARA SOMETERNOS A TEST, PARA CONSEGUIR QUE LE BUSQUEMOS, Y NO PARA QUE NOS INVOLUCREMOS CON PLANES Y ESTRATEGIAS (Lee Juan 6:6). Dios mostrará a Sus siervos lo que Él quiere, para conseguir que Le busquemos para encontrar Su camino, Su unción, Sus métodos. Pero qué veloces somos para ignorar Sus caminos, y para movernos con el brazo de carne, en un intento desesperado por hacer LO QUE SOLO DIOS PUEDE HACER POR EL PODER DE SU UNCIÓN Y SU PRESENCIA.

 

La vida de Jesús estuvo completamente vacía de montones de innovadores ingenios con el fin de conseguir hacer Su trabajo. Tenía una sola cosa en su agenda: “He aquí, que vengo, Oh, Señor, para hacer tu voluntad”. Y puesto que esta SOLA COSA impregnaba todo Su ser y ocupaba totalmente Sus pensamientos, Su vida estuvo completamente despojada. Simplemente se movió en los caminos predeterminados por Dios, incluyeran lo que incluyeran: sanar a los enfermos, levantar los muertos, testificar a una mujer devastada junto al pozo de Samaria—ministrar a uno o a dos, o las multitudes, como Dios escogiera—y finalmente sacrificarlo todo porque el Padre había dicho, “Ahora regresa a Jerusalén, y da Tu vida.”

 

Ahora bien, Satanás también conoce un poco del plan de Dios, y como le gustaría involucrarnos EN CUALQUIER CAMINO QUE NO SEA EL DE DIOS, Y OFRECERNOS LOS RECURSOS QUE PENSAMOS QUE NECESITAMOS PARA CONSEGUIR LOS PROPÓSITOS DE DIOS EN LA TIERRA.

 

Por tanto, Jesús fue sujeto a una tentación triple al mismo comienzo de su ministerio terrenal, porque en la voluntad de Dios, Él tiene que vencer a Satanás aquí mismo en el territorio de Satanás, antes de que el Padre le permita marchar en poder y autoridad para establecer el Reino de los Cielos en los corazones de los hombres. Hemos mencionado esta tentación varias veces antes; pero brevemente tenemos que volver a mencionarla. En efecto, Satanás estaba diciendo:

 

Te daré la clave para tu pan diario: “Convierte esta piedra en pan...”

 

Te daré la clave para la popularidad y la aclamación de las masas: “Arrójate desde el pináculo del templo...”

 

Te daré la clave de todos los recursos de los reinos de la tierra: “Todas estas cosas Te daré...”

 

La iglesia de esta hora ha sucumbido a esta tentación por triplicado en todos los puntos, y no es sorpresa que la Ley del Pecado y de la Muerte continúe en su desmán en el Reino de Dios. Mientras Satanás siga engañando al pueblo de Dios con pensamientos de que el éxito, los logros, y la acumulación de los recursos del hombre, en busca de conseguir el poder político y económico, son cosas que Dios necesita para la extensión de Su Reino, la ley del Pecado y de la Muerte seguirá reinando en medio del pueblo de Dios.

 

¿Puede ser realmente cierto, que Jesús venciera al Diablo a través de mucha prueba y conflicto, para que tú y yo podamos tener la clave a una vida fácil, encontrar popularidad y aclamación, y tomar los recursos y reinos de la tierra para el beneficio del evangelio? ¿Que Jesús resistiera esta tentación para que la Iglesia hoy pueda entregarse a ella? ¿Qué Él sufriera en la Cruz rehusando aceptar el desafío de Satanás, para que ahora nosotros podamos escapar de la Cruz entregándonos a ese desafío? ¿Qué Él venciera al Diablo para que ahora nosotros no tengamos que vencerle?

 

TENEMOS QUE ESTAR SEGUROS DE ESTO, QUE CUALQUIER PODER QUE ADQUIRAMOS EN ESTA VIDA, QUE SEA AJENO A UN CAMINAR DE ABSOLUTA OBEDIENCIA A LA VOLUNTAD DE DIOS, SERÁ UN PODER DE NATURALEZA EGOÍSTA, QUE SE GLORIFICARÁ A SÍ MISMO, Y QUE EN CONSECUENCIA, SERÁ AUTO-DESTRUCTIVO.

 

TENEMOS QUE ESTAR SEGUROS POR LA PALABRA DE DIOS Y POR LA VIDA DE JESÚS, QUE SU CRUZ SERÁ NUESTRA CRUZ  SI REALMENTE ESTAMOS CONSAGRADOS A CAMINAR EN EL CAMINO DE DIOS.

 

La historia de la Iglesia da mucho testimonio de lo que sucede cuando un pueblo de Dios, moviéndose en el ámbito de la obediencia y tomando su cruz, es exaltado repentinamente a un lugar de fortaleza política, material o económica. Su testimonio desaparece rápidamente y son cautivados por un sistema mundano, babilónico. Así, la historia da testimonio de cómo la iglesia que una vez fue perseguida, se convierte en perseguidora, bajo la noción engañosa de que Dios les ha vindicado y les ha dado autoridad eclesiástica y política, así como poder económico para establecer el Reino de Dios en la tierra. Fallan completamente en el camino de Dios, y el reino y el reinado del pecado y de la muerte continúan ejerciendo dominio sobre los corazones y mentes de las naciones.

 

El camino de Dios es efectivo y poderoso

 

No estamos hablando de una teoría que podría funcionar o no. Estamos hablando del camino de Dios. EL ÚNICO CAMINO DE DIOS PARA ALCANZAR LOS CORAZONES DE LOS HOMBRES—PARA ALCANZAR A LAS NACIONES CON LA VERDAD DEL EVANGELIO. Él lo ha hecho antes en gran medida y lo hará otra vez, esta vez en toda su medida.

 

Primero fue dado como una promesa a Abraham:” Y en tu semilla serán benditas todas las naciones de la tierra...” (Gén.22:18). El hecho revelado al apóstol Pablo, de que la “Semilla” era Cristo, (Gál.3:16) estaba inherente en la promesa; y que de esa Semilla habría una cosecha que llenaría la tierra con la Semilla del Cristo viviente.

 

No menosprecies la ley de la semilla y el potencial de la semilla. Produce una poderosa reacción en cadena de vida, puesto que cada semilla reproduce cientos de ellas, y su vez, cada de una éstas, produce cientos de más, cada una en su momento. Y es porque la vida inherente en la semilla se reproduce al someterse al proceso de morir en la voluntad de Dios.

 

Cuando la Vida visitó este planeta, hubo una fusión de Dios con el hombre. Esta “fusión” divina liberó energía divina, y esta liberación de energía continúa generando más y más, y más energía en una poderosa reacción en cadena de vida que llenaría la tierra rápidamente con la gloria de Dios y su presencia, si no fuera por la desobediencia del pueblo de Dios.

 

Pero decimos esto en el contexto de los propósitos de Dios. Sabemos que Dios siempre permite que esta poderosa operación de poder se extinga, hasta el momento de la madurez para que la medida completa de la ley del Espíritu de Vida sea revelada en la cosecha final de los tiempos. El padre de familia ha seguido esperando ese día. Puesto que ha estado esperando pacientemente ese día, Él habla a Sus siervos, cuyos corazones han sido moldeados conforme a Su corazón—“Mirad como el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia...Tened vosotros también paciencia, y afirmad vuestros corazones porque la venida del Señor se acerca.” (Santiago 5:7-8).

 

¿Pacientes? ¿Pacientes en el tiempo de la cosecha, cuando la necesidad es tan grande? Eso es lo que dijo el apóstol. Porque que los siervos de Dios que conocen la realidad de la fórmula de la Reacción en Cadena de Vida, no son atrapados por las maquinaciones de los hombres para alcanzar tantas personas como sea posible, lo más rápidamente posible, y con todos los recursos humanos que puedan reunir, porque el tiempo se acaba. Ahora solo importa UNA COSA. La única manera de “redimir el tiempo” es comprender “cual sea la voluntad del Señor” (Efe. 5:16-17), y hacer fielmente lo que Él diga. No te vuelves más espiritual buscando alguna clase de empleo “espiritual”. Haz lo que Dios ponga en tus manos qué hacer, y hazlo fielmente, sirviendo a Dios en las tareas insignificantes de la vida diaria; pero en todo ello, estate seguro de BUSCARLE EN SERIO, Y DE ANHELAR POR LA INTERACCIÓN DE LO CELESTIAL CON LO TERRENAL. Es en dónde tú estas exactamente, en el camino de Dios, incluso en medio de las tareas insignificantes y ordinarias de la vida que Él te ha dado qué hacer, que el Cielo baja y toca la tierra, y el poderoso Dios del cielo se fusiona con Sus siervos en la tierra.

 

Sucedió con Abraham... Sucedió con José... Sucedió con Moisés... Sucedió con Josué... Sucedió con Caleb... Sucedió con Samgar... Sucedió con Débora y Barak... Sucedió con Gedeón... Sucedió con David. Sucedió con los profetas…con Isaías... con Jeremías... con Ezequiel... con Amós... y con todo el resto que conoció los caminos de Dios. Sucedió con Zacarías en el templo, en el curso ordinario de sus deberes, haciendo la voluntad de Dios. Sucedió con Juan el Bautista, que permaneció en el desierto haciendo la voluntad de Dios donde Dios le había puesto. No estaba estudiando bajo los escribas capacitados y los fariseos del templo, para hacerse más competente para la obra que había ante él. Sólo esperaba....esperaba... esperaba en Dios,... esperaba la interacción de los cielos con la tierra, y no fue decepcionado. La Palabra de Dios vino a él mismo, donde estaba, en el desierto, haciendo la voluntad de Dios, y esperando en Él.

 

Y finalmente sucedió con el Señor Jesús...

 

Pero ahora hemos venido a la verdadera Semilla. Sus amados discípulos pensaban que Él había venido para producir la gran cosecha de la que habían hablado los profetas. Su muerte fue el episodio más devastador que jamás habían experimentado. No sabían que Él había venido a ser la “Semilla” que debe ser plantada en la tierra, y que entonces se convertiría en los “primeros frutos para Dios”, al levantarse de entre los muertos en vida de resurrección. Pronto harían su glorioso descubrimiento. Tenía que morir para que la “fusión” que Él había conocido con el Padre, pudiera reaccionar en Sus hermanos en una poderosa reacción en cadena de vida espiritual que LIBERARÍA TODA LA ENERGÍA DEL HIJO DE DIOS DE FORMA QUE IMPREGNARIA A TODO el Cuerpo de Cristo. Su entronización en los cielos no limitaría de ninguna manera esta gran y poderosa reacción en cadena de vida, SINO QUE MÁS BIEN, SU ENTRONIZACIÓN SERÍA EL MEDIO DE PRODUCIRLA. Porque este hombre, perfeccionado a través de sus sufrimientos en la tierra, sería fusionado de nuevo con Dios, con una gloria mayor que la que había tenido antes. Ahora, desde esta nueva fusión entre un hombre glorificado con el Padre de gloria, una cada vez mayor energía divina sería liberada sobre Su pueblo en la tierra. Un Hombre de la tierra se fusiona con la Gloria celestial, y la energía de esa gloria comienza a fluir sobre sus discípulos que esperan en la tierra; una reacción en cadena tras otra toma lugar cuando la tierra responde al Cielo, y el Cielo responde a la tierra. Discípulos devastados y humildes  son fusionados con la gloria de Dios y comienzan a moverse en la tierra como lo hizo Jesús mientras estuvo aquí. Se marchó para este propósito, que Él, que era la Luz  de los hombres mientras permaneció aquí, pueda ahora radiar esa misma Luz en la tierra a través de Su pueblo, que ha aprendido sus caminos, y que ha aprendido a andar con Él.

 

Así, la reacción en cadena de la Ley de Vida se aceleró cada vez más y más, hasta que en un período de tiempo muy corto, toda la tierra fuera saturada con el evangelio del Reino de Dios.

 

Me quedo asombrado en ciertos momentos por la gloria y reverencia que el pueblo de Dios de forma ignorante concede al reino del pecado y de la muerte, como se maravillan de los poderes asombrosos de Satanás y de los logros tremendos de los hombres, y sin embargo, dan tan poco respeto a la Ley del Espíritu de Vida, y piensan que es imposible que el Señor Soberano creara un pueblo para Sí, que surgiría conforme a toda la estatura de Cristo. Confío en que aún ha de revelarse desde los cielos tal interacción entre el Reino de los Cielos en los asuntos de los hombres, que no solo la tierra será sacudida, sino que los cielos sabrán del poderoso impacto de la Palabra de Verdad, al sonar desde el Cristo entronado, por medio de los labios de Sus siervos ungidos en la tierra; cuyo propósito no es otro que destruir  todo lo que es destruible en la tierra, y dejar en su lugar lo indestructible, el inquebrantable Reino de Cristo:

 

“Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra, MUCHO MENOS nosotros, si desecháramos al QUE AMONESTA DESDE LOS CIELOS. La voz del cual conmovió entonces la tierra; Pero ahora ha prometido, diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo.” (Hebreos 12:25-27)

 

En medio de las peores cosas que el hombre o Satanás puedan hacer, nuestro Dios puede producir en Su pueblo una aceleración tan enorme de la ley del Espíritu de Vida en Cristo Jesús, de forma que los logros de los hombres sean llevados como el polvo de la era por el viento, y la cosecha por la que el labrador ha estado esperando, venga a la medida completa de la estatura de Cristo. ¿O vamos a confesar que la Ley del Espíritu de Vida es MÁS DÉBIL que la Ley del Pecado y de la Muerte?

¿Qué Dios ha permitido que Satanás  madure  todos sus ardides malignos, y lleve a la perfección el misterio de la iniquidad... Y SIN EMBARGO, DIOS NO PUEDA TRAER A SU MÁXIMA EXPRESIÓN LA LEY DEL ESPÍRITU DE VIDA EN CRISTO JESÚS?

 

¿La Nueva Ley de Vida... que anulará la vieja Ley de la Muerte?

 

“Porque la ley del Espíritu de Vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte” (Romanos 8:2).

 

El pueblo de Dios ha sido muy rápido en dejar la Palabra de Dios a un lado, si no “funciona”. En teoría, son empujados a creerla, porque después de todo, son cristianos. Pero no van a ser movidos por ella—si es poco razonable—si no “funciona”.

 

Pero Dios nos dice que cuando Él envía Su Palabra a la tierra, no la tomará hasta que haya cumplido el deseo y la intención de Su corazón (Is. 55:10-11). Si la mayor parte de ella no parece funcionar, necesitamos conocer la paciencia de Dios. Necesitamos comprender la ley de la semilla. Puede permanecer dormida durante muchos años, PERO EN EL MOMENTO CORRECTO, CUANDO SEA PLANTADA EN LA TIERRA, GERMINARÁ Y CRECERÁ Y PRODUCIRÁ EL FRUTO QUE DIOS PRETENDIÓ.

 

El plan de Dios es que el pecado y la muerte sean completamente tratados y sometidos en Su pueblo, por la operación de la Cruz de Cristo en sus vidas, por el Espíritu Santo. No estamos hablando de llegar a un estado de inmortalidad en esta vida presente. Sin embargo, incluso en medio de nuestra inmortalidad,  el deseo de Dios es que nuestros cuerpos sean tocados con cada vez más de Su vida.  Es la vida de resurrección de Jesús tomando dominio de nosotros, incluso mientras caminamos por un entorno que ha sido vencido por el pecado, la muerte y la corrupción.

 

“Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, más el espíritu  esta vivo a causa de la justicia” (Rom. 8:10).  Ahora bien, ¿está realmente el apóstol diciendo especialmente  en este contexto maravilloso de la vida del Espíritu, que el “pecado está operando en vuestros cuerpos, pero no importa.... el Espíritu de Dios es vuestra justicia y Él mora ahí también? ¿Está diciendo realmente que debemos continuar caminando en pecado, aunque nuestro espíritu participe de Su justicia?

 

Supón que un incendio barre la ciudad y los edificios se debilitan y comienzan a tambalearse por causa del fuego. La ayuda está en camino. Los bomberos llegan al escenario y extinguen el incendio que había provocado los daños. Después llegan otros equipos de rescate, trayendo comida y ropa, y comenzando el trabajo de restauración y de renovación de la ciudad. Los edificios están debilitados por causa del fuego. Pero extinguir el fuego no es restaurar los edificios a su sanidad original. Esto sucederá más tarde; pero primero de todo, el fuego tiene que ser extinguido.

 

Así, por causa de la invasión del pecado en la familia humana en sus comienzos, todos MURIERON en la familia de Adán; y nuestros cuerpos permanecen “muertos por causa del pecado”—muertos por el pecado que heredamos de Adán. Tenemos un pequeño problema, hablando emocionalmente, cuando vemos a ese pequeño bebé inocente arrebatado a la muerte.  No hizo nada malo. ¡Era tan precioso e inocente! ¿Por qué sucedió? Este pequeñito nació con la Ley del Pecado y de la Muerte que heredó de Adán y no murió porque él mismo estuviera viviendo en pecado. Murió por causa del “fuego” del pecado de Adán. Así, nuestros cuerpos físicos, seamos o no cristianos, están en un estado de mortalidad por causa del “fuego” devastador de la trasgresión de Adán. Para los que están en Cristo Jesús, todo ha terminado ya. El pecado ha sido tratado completamente y el fuego ha sido extinguido por los fuegos de la Cruz de nuestro Señor Jesús. Pero nuestros cuerpos permanecen en un estado de mortalidad y muerte por causa del pecado que heredamos de la Caída.

 

La redención que tenemos en Cristo Jesús es plena y completa. Y hay una nueva Ley de Vida que comienza a funcionar en nosotros, cuando el Espíritu Santo recibe el señorío en nuestras vidas, para que incluso ahora no solo haya una renovación de nuestros espíritus, sino un despertar de estos nuestros cuerpos mortales.

 

“El que levantó de los muertos a Cristo Jesús, vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.” (Rom. 8:11).

 

Pablo hace una distinción entre el cuerpo mortal y el cuerpo incorruptible. No está hablando de la resurrección de nuestros cuerpos que han comenzado a descomponerse. El cuerpo mortal es un cuerpo viviente, sufriendo un proceso de muerte. Pero el cuerpo corruptible es un cuerpo muerto, que ha sufrido el proceso de la descomposición. Por tanto, nuestro Señor no vio “corrupción”, porque Su cuerpo estuvo en la tumba poco menos que tres días, y la corrupción comienza el cuarto. Recordarás el comentario de Marta a Jesús respecto de su hermano Lázaro, que su cuerpo ya estaba corrompiéndose, “porque llevaba cuatro días muerto”. (Juan 11:39).

 

Incluso ahora, el deseo de Dios es que Su pueblo comience a participar de esta nueva vida que no sólo traerá sanidad, sino fortaleza y vida a estos cuerpos mortales. El “aguijón de la muerte es el pecado”, y el aguijón ha sido quitado, pero la restauración y la renovación de estos “edificios” devastados es un proceso constante. Dios tiene un cierto orden que está siguiendo en Su sabiduría: primero avivar nuestros espíritus, después nuestras almas, y finalmente nuestros cuerpos (lee 1ª Tes. 5:23). Este es el orden de Dios, y nos deja en un estado de mortalidad a propósito, para que podamos tener la capacidad de experimentar en nuestro cuerpo mortal, “la muerte del Señor Jesús”, y Su vida de resurrección.

 

En la historia de la Iglesia hemos observado mucha presunción en esta área, habiendo “reclamado” los hombres esta nueva vida, y habiendo intentado conseguir la inmortalidad aquí y ahora. Dios sí quiere liberar a Su pueblo de la Ley del Pecado y de la Muerte, y de todas las “enfermedades de Egipto”; pero su intención no es hacernos inmunes a la muerte en los días de nuestra carne. Más bien nos deja en un estado de mortalidad, para que podamos experimentar lo que Pablo describe como “la muerte del Señor Jesús.” “¿Queremos de verdad escapar “esta muerte del Señor Jesús” en nuestra carne mortal? ¿Y que se nos niegue la plenitud de vida que Él tiene para los que sufren juntamente con Cristo?

 

“Porque los que vivimos, estamos siempre entregados a la muerte por causa de Jesús, para que la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal.” (2ª Cor. 4:11). ¿Dónde quiere Dios manifestar la vida de Jesús? “En nuestra carne mortal”. Y el propósito de Dios es éste, que por la muerte obrando en nosotros, Él pueda producir vida en otros (2ª Cor. 4:12).

 

Pero, ¿Cómo podemos pretender decir  que morir de tumores, cánceres, o problemas de corazón, y podríamos seguir nombrando una interminable lista de otras enfermedades de la familia de Adán—como podemos decir que al sucumbir a estas cosas estamos experimentando “la muerte del Señor Jesús?” Es la ley de la muerte que hemos heredado de Adán, la que ejerce su poder y su autoridad en nuestros cuerpos que todavía no han sido cambiados y hechos inmortales. Somos plenamente conscientes que nos hallamos en el proceso de la muerte, de la misma forma que vivimos. Pero no creo que Dios quiera que Su iglesia sea escogida como víctima por “las enfermedades de Egipto”. Estamos participando de estas enfermedades en la Iglesia de la misma manera que en el mundo. Incluso bajo el Antiguo Pacto, Dios hizo una promesa muy clara a Su pueblo obediente: “No pondré ningunas de estas enfermedades sobre ti, las que traje a los egipcios, porque Yo soy Jehová tu sanador.” (Éxodo 15:26).

 

La muerte del Señor Jesús

 

¿Qué es esto? Sabemos que Él murió por nosotros como nuestro sustituto, y en ese sentido, no podemos morir por los demás. Sin embargo, el MISMO AMOR QUE LLEVÓ A JESÚS A LA CRUZ, EL SEÑOR PRETENDE PONERLO EN NUESTROS CORAZONES, PARA QUE COMO ÉL PUSO SU VIDA POR NOSOTROS, ASÍ “NOSOTROS PONGAMOS NUESTRAS VIDAS POR LOS HERMANOS.” (Lee 1ª Juan 3:16).

 

Si vamos a poner nuestras vidas por los demás, primero de todo tenemos que ser participantes de la Ley del Espíritu de Vida en Cristo Jesús. EL GRANO DE TRIGO QUE CAE EN LA TIERRA Y MUERE TIENE QUE ESTAR VIVO ANTES DE PODER MORIR Y PRODUCIR FRUTO. Puede permanecer latente durante muchos años, incapaz de reproducirse a sí mismo. Pero si está vivo y plantado en la tierra, a su tiempo se manifestará en vida nueva. Solo podemos producir vida en los demás, si nosotros mismos estamos andando en esta nueva ley del Espíritu. Entonces somos VENCEDORES, incluso en la muerte. Nuestra búsqueda tendría que ser una búsqueda muy egoísta si solo quisiéramos disfrutar de esta vida abundante de Jesús, a la par que siguiéramos viviendo en nuestra carne inmortal, mientras que muchos hombres y mujeres en la Iglesia y en el mundo, siguieran estando cautivos a la Ley del Pecado y de la Muerte. Si el verdadero Espíritu de Jesús llenara nuestros corazones, consideraríamos “el morir del Señor Jesús” como nuestro supremo llamamiento.

 

Nuestro “morir” debería ser “sacrificial”

 

“Siempre llevando en el cuerpo la muerte del Señor Jesús...” (2ª Cor. 4:10).

 

La muerte de Pablo fue una muerte sacrificial porque la Ley de Vida le guió a una muerte muy fructífera para el Cuerpo de Cristo.

 

“Porque yo esto para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano” (2ª Tim. 4:6). La palabra griega para “sacrificado” es “spendo”, que significa “dedicar la vida de uno como una ofrenda sacrificial”. Pablo usó la misma palabra en Filipenses 2:17 “Y aunque sea derramado en libación sobre el sacrificio y servicio de vuestra fe, me gozo y regocijo con todos vosotros”.  ¡Se gozaba de poder derramar su vida hasta la muerte, como una libación para Dios—derramado sobre la ofrenda sacrificial de la fe que era rendida a Dios por los santos de Filipo! Se gozaba si su sacrificio de muerte se mezclaba con el mismo espíritu de sacrificio que era manifiesto por los Filipenses en su fe y servicio a Dios.  Algunos de los valientes de David arriesgaron sus vidas por amor a David, al irrumpir en el campamento filisteo para coger un vaso de agua pura y refrescante del pozo de Belén. Tomaron esta agua para David con el riesgo de perder sus propias vidas. Derramaron sus vidas por David a quien amaban. Fue un gran sacrificio para Dios, y David sintió que debía convertir el sacrificio de ellos en algo todavía más significativo, derramando el agua que le habían traído, como una libación para Dios. ¿Cómo podría David beber esta agua fresca para saciar su propia sed, a la vista de un sacrificio tan enorme? ¿Y como podemos nosotros esperar y orar por buena salud y larga vida meramente para disfrutarla para nosotros mismos, cuando consideramos que otros en la Iglesia han dado su vida en martirio, para que nosotros podamos disfrutar la vida de Cristo fluyendo en medio de nosotros como un río de agua viva?

 

“Os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo y agradable a Dios, que es vuestro culto racional.”(Rom. 12:1). Pablo llama a esto un “sacrifico vivo”. Yo creo que Dios quiere darnos salud y vida—tanto física como espiritual. Es nuestra herencia en Cristo Jesús. La única vez que los hijos de Israel sufrieron enfermedad y afecciones durante el peregrinaje de 40 años en el desierto, fue cuando anduvieron en rebelión Dios era su fortaleza y su vida. Él era el “SEÑOR tu sanador”, quien los mantuvo sanos. El testimonio de Moisés es que “no les faltó de nada.” (Deut. 2:7). ¿No hemos nosotros de esperar cosas grandes bajo la Gracia, más que bajo la Ley?

 

Pero por causa de la abundante gracia de Dios y por causa de Sus misericordias, Él nos anima a que presentemos nuestros cuerpos a ÉL como un “sacrificio vivo”—estos cuerpos mortales—pero cuerpos que son avivados con la vida de Cristo.

 

Dios nos ayude a comprender que sólo estamos siguiendo “el poder de Su resurrección” si al mismo tiempo estamos persiguiendo “la participación de sus padecimientos, siendo hechos semejantes a Él en Su muerte.” (Fil. 3:10). Una vez que comprendemos el camino de Dios, podemos dejar a un lado cualquier deseo egoísta de nuestro propio bienestar físico o espiritual, y solamente buscar el bienestar de los demás. El grano de trigo solo puede hallar verdadera satisfacción cuando se somete al proceso de “morir”. Y así, la vida física y espiritual que Dios quiere impartir a Su pueblo no es para su propio disfrute, sino una vida que ha de ser ofrecida en amor sacrificial por los demás.

 

Cuando quiera que Dios avive la verdad en los corazones de Su pueblo, invariablemente tendremos maestros ambiciosos que con presunción comenzarán a “reclamar” las promesas por la “fe”. Inevitablemente seguirá algún tipo de desastre. ¿Es que no podemos reclamar “las promesas de Dios”? Podemos, si lo hacemos por “la fe de Dios”. Pero hay una diferencia muy grande entre la “fe” que presuntamente reclamamos, y la “fe de Dios” que viene a nuestros corazones cuando Le oímos hablar una PALABRA VIVIENTE. Siempre somos totalmente dependientes de Dios—y de Su tiempo, y de Sus propósitos—para recibir la medida de fe que Él se agrada de impartirnos. Y nuestra esperanza en este escrito no es que los hombres y mujeres se inspiren para alcanzar la “fe” apropiada para hacer señales y prodigios, y grandes manifestaciones en Su Nombre, o para experimentar la inmortalidad en los días de su carne, SINO PARA COMENZAR A CAMINAR EN OBEDIENCIA A LA VOLUNTAD DE DIOS.

 

Cuando Dios comience a tratar con un pueblo colectivo, como está  haciendo hoy día, ya no seguiremos siendo  una isla para nosotros mismos por más tiempo. Cuando un hombre pecaba en Israel, LOS EJÉRCITOS DE ISRAEL SE FORMABAN PARA LA BATLLA. (Lee Josué 7:5-12). No debía ser extraño que muchos del pueblo de Dios estén siendo probados y tratados más allá de cualquier medida en este asunto de la enfermedad, de los males físicos y de toda clase de devastación. Le damos gracias por Su misericordia y por lo que Él está haciendo en las vidas de muchos, pero no vamos a ver una medida real de salud física y espiritual en el Cuerpo de Cristo hasta que Dios trata con el pecado y la tontería de Su pueblo al abandonarle a Él, Fuente de Aguas Vivas. Así, no deberíamos juzgar a ningún individuo por fracasar en apropiarse la bendición de la redención completa en cuanto a la sanidad física y espiritual. Tenemos que venir a la Fuente. Tenemos que hacer que sea el Señor EN NUESTROS CORAZONES Y EN NUESTRAS ASAMBLEAS, antes de que la Fuente de Vida pueda fluir libremente de un miembro a otro en el Cuerpo de Cristo

 

Capítulo 4 – Dos Hombres—Dos Reinos


Gloria en Lugar de ceniza Parte IV – Reacción en cadena en los ámbitos del Espíritu – George H. Warnock

 

CAPÍTULO 4 – DOS HOMBRES—DOS REINOS

 

Pablo habla en Romanos 5 de dos RAZAS DE LA HUMANIDAD—SOLO DOS. Y una es figura o tipo de la otra. Nada queda a nuestra imaginación en cuanto a la manera en que el primer Adán pre-figura al Último Adán, porque el apóstol expone todo en gran detalle. Pero al considerar esto, tenemos que apreciar la COMPARACIÓN así como el CONTRASTE en todo lo que el apóstol está diciendo. De la misma forma en que podemos comparar la oscuridad con la luz, una brizna de hierba con un poderoso árbol, una piedra de playa, con una montaña rocosa que deslumbra en su esplendor, una estrella fugaz con una galaxia, así mismo el apóstol menciona los atributos del primer Adán, y como heredamos todo esto de él, y después procede a magnificar los atributos contrastados del Último Adán, y todo lo que heredamos de Él.

 

Los dos hombres (v.14)

 

El pecado y la muerte entraron en el mundo a través del primer hombre, y así, en el primer hombre todos, son afligidos con su pecado y su muerte... Pero Adán fue una “figura” de otro “Adán”, que de igual forma daría a luz a una generación de hombres en cuya familia todos participarían de la Vida.

 

Dos causas iniciales (v.15

 

Una trasgresión fue la primera causa, y esto trajo la muerte a toda la raza de Adán... Pero la gracia de Dios fue la segunda causa, y esto trajo el don de la vida a todos los que estaban en la nueva raza del Último Adán.

 

Dos efectos (v.16)

 

El efecto de una trasgresión fue condenación a toda la familia del primer Adán... Pero el don gratuito sigue a los talones de la condenación, con el don gratuito de la justificación a todos los que nacen de nuevo en la familia del Último Adán.

 

Dos dominios (v. 17)

 

La ofensa del primer hombre dio a luz a un reino en el que la muerte se convirtió en el señor supremo sobre todos los que estaban en el reino de Adán... Pero la gracia y la justicia han conquistado al viejo reino, y han dado a luz a un reino de vida, así que ahora la vida se convierte en Señor y Monarca en los nuevos reinos del Último Adán.

 

Dos Juicios (v.18)

 

Solo costó un acto de un único hombre el traer una sentencia de condenación y culpa sobre toda la familia del hombre... Igualmente solo costó un acto de justicia efectuado por un único hombre, que por su sacrificio en la Cruz trajo un decreto de justificación a toda la familia del Nuevo Hombre.

 

 

 

 

 

Dos Caminos (v. 19)

 

Este acto ofensivo surgió de la desobediencia, una elección deliberada por el primer Adán... y esto hizo pecadores a toda la raza completa... Así, un solo acto de justicia que surgió de la obediencia a la voluntad del Padre, una elección deliberada por el Hijo, y esto produjo justicia a todos en la nueva raza del Último Adán.

 

Dos reacciones en cadena (v. 20)

 

La reacción en cadena del pecado y de la muerte fue grandemente acelerada por la ley, de forma que el pecado abundó en aún mayores dimensiones de su dominio... siendo el último propósito de Dios que cuando el pecado abundase más allá de toda proporción imaginable, entonces Él revelara Su gracia, que abundaría más allá de todos los ámbitos del dominio del pecado y de la muerte.

 

Dos monarcas reinantes (v.21)

 

En consecuencia a todo esto, el pecado se convirtió en el REY, y co-reinaría con la MUERTE como señor sobre el trono, conquistando y consumiendo a toda la familia de Adán...

 

¡PERO EL PLAN DE DIOS ERA QUE CUANDO EL PECADO HUBIERA RECORRIDO SU CURSO DEVASTADOR Y HUBIERA CONSUMADO SU REINADO DE TERROR-ENTONCES LA GRACIA SEGUIRÍA TRAS SUS TALONES Y REINARÍA EN JUSTICIA Y CONSUMARÍA SU REINO EN VIDA ETERNA, EN TODA LA FAMILIA DEL NUEVO ADÁN!

 

¿Cómo podemos dejar de comprender la “lógica” del Espíritu Santo al establecer en esta comparación los atributos asombrosos del Reino de la Gracia, la Justicia y la Vida, que es inherente en la Ley del Espíritu de Vida en Cristo Jesús?

 

¿Cuál es, entonces, nuestro problema? Simplemente este: Conocemos el poder y la autoridad de la Ley del Pecado y de la Muerte. Sabemos por experiencia lo efectiva que es. Pero la otra ley, la Ley del Espíritu de Vida---bueno, parece que todavía es un poco imprecisa, poco práctica, inoperable e intangible. Probablemente nos encantaría descubrir respecto de la  Ley de Vida que opera en nosotros, que ésta fuera por lo menos IGUAL en autoridad y poder que la vieja Ley del Pecado y de la Muerte. Pero, ¿Podemos escuchar lo que el apóstol está diciendo? Y NO SÓLO UNA VEZ SINO CINCO VECES EN ESTE CAPITULO...

 

                       

 

 

MUCHO MÁS....

                                                MUCHO MÁS...

                                                                        MUCHO MÁS...

                                                                                                MUCHO MÁS...        

                        MUCHO MÁS...

 

 

 

 

 

Así es en Adán-- hay una reacción en cadena de dimensiones devastadores asombrosas—Entonces, si esto es así, HEMOS DE TENER MUCHA MÁS EXPECTACIÓN—CREER Y ANTICIPAR QUE HABRÁ UNA REACCIÓN EN CADENA DE VIDA, QUE TENDRÁ DIMENSIONES MUCHÍSIMO MAYORES DE LAS QUE HEMOS VISTO EN LA LEY DEL PECADO Y DE LA MUERTE.

 

Porque no sólo tenía la vieja ley un gran poder... ¡TENIA DOMINIO! ¡GOBERNABA Y REINABA! Pero ahora hemos sido liberados de ese viejo monarca y hemos sido hechos sujetos de un nuevo Reino, gobernado por un nuevo Monarca, y sujetos a una nueva Ley—una Ley que funciona por medio de la gracia y la verdad. Dios nos dice que Su gracia no sólo ha de ser revelada— ¡ES PARA REINAR EN JUSTICIA PARA VIDA! ¡LA GRACIA HA DE ESTAR AL MANDO Y EN CONTROL! DONDE UNA VEZ LA MUERTE TUVO EL DOMINIO-LA VIDA TIENE AHORA EL DOMINIO.

 

Ahora bien, es por esta misma razón que Dios envió a Su Espíritu Santo a morar en Su pueblo en la tierra, para que el ESPÍRITU SANTO PUDIERA TOMAR DE CRISTO Y DARLO A SU PUEBLO EN LA TIERRA, TODAS LAS RIQUEZAS Y TESOROS QUE ESTAN ESCONDIDOS EN CRISTO JESÚS, QUE COMO MIEMBROS DE SU CUERPO, PODAMOS TENER ESA CAPACIDAD DIVINA PARA MINISTRARNOS VIDA UNOS A OTROS, CONFORME A LA OPERACIÓN EFECTIVA DE LA LEY DEL ESPIRITU DE VIDA QUE FUNCIONA EN CADA MIEMBRO.

 

Y LA TRAGEDIA DE TODO ESTO ES QUE EL PUEBLO DE DIOS ESTA DISPUESTO A INCLINARSE ANTE EL REINO DEL PECADO Y DE LA MUERTE, Y DAR A ESTE CRUEL SEÑOR TODA LA GLORIA Y EL HONOR, REHUSANDO INCLINARSE ANTE EL SEÑORIO DE CRISTO, QUE DESEA PRODUCIR UNA REACCIÓN EN CADENA DE VIDA QUE FLUIRÁ DE UN MIEMBRO A OTRO—Y A OTRO—Y TODAVÍA A OTRO—MEDIANTE UNA OPERACIÓN DEL ESPÍRITU QUE SOBREPASA  CON CRECES EN SU EFECTIVIDAD A LA AUTORIDAD Y AL PODER DE LA LEY DEL PECADO Y DE LA MUERTE.

 

¿Estamos diciendo entonces que si el pueblo de Dios se humilla y se INCLINA AL REY DE VIDA , Y DA AL ESPÍRITU SANTO EL SEÑORÍO EN SUS VIDAS Y AL REUNIRSE EN SU NOMBRE, QUE ENTONCES PODEMOS ESPERAR VER ESTA CLASE DE REACCIÓN EN CADENA QUE IMPREGNARÁ AL CUERPO DE CRISTO COMPLETAMENTE? ¿Y QUE LOS HARÁ SER UN PUEBLO QUE CAMINA CONFORME A UNA NUEVA LEY, EN UN NUEVO REINO, Y EN UNA NUEVA ENERGÍA DE VIDA ESPIRITUAL? Si, esto es lo que estamos diciendo, porque creo que esto es lo que Dios está diciendo. La razón por la que no lo vemos es porque nos contentamos con movernos en dimensiones de ACCIÓN EN SENTIDO CONTRARIO, nos conformamos dejándonos llevar por el impulso de una Iglesia que está alejándose-alejándose-alejándose cada vez más y más de los caminos de Dios, y que está intentando atraer nuestra atención hacia sus vanos esquemas promocionales, en lugar de centrarnos en UNA SOLA COSA, LA QUE REALMENTE IMPORTA, LA SOLA Y ÚNICA COSA QUE INVERTIRÁ NUESTRA TENDENCIA A LA APOSTASÍA—SOMETIMIENTO AL SEÑORÍO DE CRISTO EN SU CIELO, Y AL ESPÍRITU SANTO EN MEDIO DE NOSOTROS.

 

Capítulo 5 –Descubriendo nuestra cruz


Gloria en Lugar de ceniza Parte IV – Reacción en cadena en los ámbitos del Espíritu – George H. Warnock

 

CAPÍTULO 5 – DESCUBRIENDO NUESTRA CRUZ

 

Cuando el Espíritu Santo es el Señor en nuestras vidas, nos hará centrarnos en la Cruz como el camino de la vida. No meramente en ese cruel instrumento de tortura que mató a Jesús, SINO LA CRUZ COMO EL CAMINO DE LA VIDA.

 

Dios condenó al “pecado en la carne” cuando Jesús murió en la Cruz. Pero nuestra lucha siempre ha sido descubrir como poner fin al pecado en nuestra carne, aquí, donde estamos ahora, a 2000 años de distancia de la Cruz en la que Jesús murió. La respuesta es clara. Es por el funcionamiento de la ley del Espíritu. Podemos estar seguros de que HASTA QUE NO DEMOS EL SEÑORIO DE NUESTRAS VIDAS Y EN NUESTRAS REUNIONES EN SU NOMBRE,  AL ESPÍRITU SANTO, NO EXPERIMENTAREMOS ESTA PODEROSA OPERACIÓN EN MEDIO DE NOSOTROS.

 

Ahora bien, la ley del Espíritu nos llevará por EL MISMO CAMINO DE OBEDIENCIA POR EL QUE ANDUVO JESÚS, Y ESTO HARÁ EFECTIVA SU VICTORIA SOBRE LA LEY DEL PECADO Y DE LA MUERTE EN NUESTRAS VIDAS. La victoria está en Su Cruz, pero es el Espíritu quién la hace efectiva en nuestras vidas. Nuestra bautismo en agua tiene ese propósito—“Por tanto, somos enterrados con Él en el bautismo para muerte, para que como Cristo fue levantado de los muertos por la gloria del Padre, así nosotros andemos en novedad de vida”. (Rom. 6:4) ¿Escuchamos lo que está diciendo? “COMO CRISTO, ASÍ SOMOS NOSOTROS...”

 

Pero, ¿Cómo podemos esperar descubrir este testigo vital del Espíritu en el agua del bautismo, si en nuestro bautismo no estamos experimentado la vida del Espíritu? ¿Si en nuestro bautismo no estamos experimentando “el lavamiento del agua por la Palabra”? ¿Si en nuestro bautismo no estamos diciendo”Desde este momento en adelante, Soy Tuyo, Señor. Por tanto, muero a mis propios pensamientos, a mi propia voluntad, a mis propios deseos, a mi propia forma de vida. Señor, esto es lo que la Cruz significó para Ti, y esto es lo que debe significar para mí desde este día en adelante”?

 

El “agua” es un testimonio. La “sangre” es un testimonio. Porque el “agua” es nuestro testimonio,  creemos en la “sangre” y en la “cruz” que hizo que fluyera la sangre. PERO EL ESPÍRITU DE DIOS DEBE AVIVAR EN NUESTROS CORAZNES Y EN NUESTRAS MENTES LO QUE DIOS HIZO EN LA CRUZ, SI ES QUE VAMOS A EXPERIMENTAR UNA LIMPIEZA EFECTIVA DE LA SANGRE EN NUESTRAS VIDAS.

 

“Este es el que vino por AGUA Y SANGRE, Jesucristo, no solo por agua, sino por agua y sangre. Y este es el ESPÍRITU que da testimonio, porque el Espíritu es verdad”. (1ª Juan 5:6). ¡Oh, si pudiéramos ser atrapados en el FLUIR DEL ESPÍRITU, EN EL FLUIR DE SU RÍO DE LIMPIEZA!

 

Conocemos lo que Jesús obtuvo en la Cruz porque creemos Su Palabra, PERO SÓLO SU ESPÍRITU PUEDE HACERLO VITAL Y REAL EN NUESTRAS VIDAS. Porque así como un ave era sacrificada para la limpieza del leproso, y su sangre mezclada con una corriente de agua fresca dentro de un vaso terrenal (y esto se convertiría en una corriente de purificación para el leproso en Israel)—así mismo cuando la sangre del Señor Jesús fue derramada, de Su sacrificio brotó una corriente de SANGRE Y AGUA: “Pero uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza, y salió SANGRE Y AGUA. Y él que lo vio da testimonio y su testimonio es verdadero....” (Juan 19:34-35).

 

¡SANGRE Y AGUA! ¡SANGRE Y AGUA! Este es el fluir que limpia –no el agua estéril de la pila bautismal. SOLO LA PRESENCIA DEL ESPÍRITU DE DIOS PUEDE HACER QUE NUESTRO BAUTISMO EN AGUA SEA EFECTIVO Y LLENO DE SIGNIFICADO. Al decir esto, no estoy minimizando la importancia del bautismo en agua, sino que pretendo levantarlo. UN MERO RITUAL NO LOGRA NADA. Sea lo que sea que hagamos en obediencia al Señor debe ser acompañado de Su Presencia y de Su Espíritu, si es que ha de ser efectivo. El agua que los hijos de Israel bebieron en el desierto era “espiritual” porque estaba impregnada con la Vida de Cristo (1ª Cor. 10:4). El pan que comieron en el desierto era “espiritual” porque estaba preparado en el Cielo y dotado con la Vida de Cristo. (1ª Cor.10:3). El Agua de la Palabra es “espiritual” cuando es dotada, impregnada y ungida con el Espíritu Santo. Si es una mera posición doctrinal, es en vano. Debe haber una corriente que fluye. El agua de la purificación que Dios ordenó para la limpieza del leproso, tenía que ser agua “corriente”, o agua “viva”. Era efectiva porque el ave viva era mojada con el agua y en la sangre, y liberada para volar en los cielos, por encima de los campos (Lee Lev. 14-4-7).

 

Ahora bien, nuestro bautismo en agua es un testimonio a todos los que son lavados en la sangre, y se comprometen a caminar en el camino de la Cruz. El Espíritu Santo es el testigo fiel, mientras planea en los cielos...con Agua y Sangre goteando desde Sus alas. Escúchale, al planear con Él en los lugares celestiales. “¡Hay limpieza, limpieza perfecta de todo pecado y corrupción! ¡Su sangre nos ha limpiado! ¡El agua de la verdad aplica la sangre a nuestros corazones!” Y el Espíritu da testimonio de la verdad, porque Él estaba allí cuando Jesús moría, y da testimonio de que “la sangre de Jesucristo Su Hijo nos limpia de todo pecado.” Él sabe que no hay nada más puro en el cielo o en la tierra, que el pecador que ha sido lavado en el agua y en la sangre del Señor Jesús.

 

Ahora estoy confiado de que Dios quiere que Su Espíritu Santo dé testimonio de la limpieza de la sangre en nuestras mentes y en nuestros corazones, TAN CIERTO Y TAN EFECTIVO COMO QUE CRISTO DA TESTIMONIO ANTE EL TRONO DE DIOS, DE QUE NUESTRA REDENCIÓN ES COMPLETA. ¿PERO COMO VAMOS A ESCUCHAR ESE TESTIMONIO CLARO QUE PERMANECE ANTE EL PADRE SI EL ESPÍRITU DE DIOS NO HA RECIBIDO EL SEÑORÍO Y LA AUTORIDAD EN MEDIO DE NOSOTROS, PARA HABLAR A NUESTRO CORAZONES ESA MISMA PALABRA VIVA QUE CRISTO NUESTRO MEDIADOR HABLA ANTE EL TRONO?

 

Los tres testigos

 

La sangre y el agua brotaron de su costado,

Y roció a la tierra debajo

Pues la tierra es el vaso que Dios dio

Para recibir su corriente de limpieza

 

Y el Espíritu de verdad estaba allí en ese día,

El testigo de Dios, tan fiel y cierto

Que nuestros pecados son quitados y alejados

Y que el corazón del leproso es purificado

 

 

Sus alas manchadas con la sangre del Hijo

Y vuela sobre las colinas y los campos

¡Oh, escucha su claro testimonio, “¡La obra ha sido hecha,

Sois limpiados en la corriente que sana!”

 

Porque el Espíritu da testimonio de que el agua y la sangre

Fluyeron de su costado,

Para que pudiéramos ser limpiados en corrientes de Dios,

Para permanecer con Él para siempre

 

No hay nada mas limpio sobre la tierra abajo,

Ni en los puros reinos del Cielo ahí arriba,

Que los hijos de los hombres que moran en el fluir

De las corrientes de Su misericordia y amor

 

¡Oh, húndete y sé limpio en el Río de Dios,

Y vuela en las alturas sobre las alas de la Paloma,

Sumergidos en la Fuente de Agua y Sangre,

Redimidos por el Hijo de Su amor!

 

Confío en que hay una gran cantidad de creyentes que tiene el testimonio de la Palabra de que son “aceptos en el Amado”, pero que carecen del claro testimonio de Espíritu de que están enterrados con Cristo, limpiados por la Sangre,  y levantados con Él para caminar en novedad de vida. Someternos a otro bautismo no va a conseguir nada de esto. Saber más doctrinas de la Palabra no lo va a conseguir. Comprender más de los misterios del Nuevo Pacto no va a lograrlo. ¡Tenemos que volver al Señorío de Cristo! Su espíritu debe convertirse en el Señor en medio de nosotros.

 

“ES EL ESPÍRITU QUIEN DA TESTIMONIO PORQUE EL ESPÍRITU ES LA VERDAD”

 

Cuando el pueblo de Dios, o aunque solo sea un núcleo de ellos, llegue a esta clase  de compromiso: “Señor, haré lo que Tú digas—Iré por tu Camino—conforme me des la gracia y el poder para hacerlo”, veremos entonces una reacción espiritual  “nuclear” que pondrá a funcionar LA LEY DEL ESPÍRITU DE VIDA en el Cuerpo de Cristo, y la veremos en manifestaciones que superarán nuestras más gratas expectativas. Pero, ¿Dónde está ese anhelo y ese deseo apasionados por la vuelta de Su Señorío en medio de nosotros? Siempre y cuando nos contentemos con conocer ese bendito estado de justificación por Su sangre---sin un deseo apasionado de que Cristo sea el Señor de Su iglesia, sin conocer esa entrega seria para caminar en Su camino e identificarse con Su Cruz—no experimentaremos esa presencia poderosa del Espíritu en medio de nosotros, que traerá limpieza, liberación y santidad al pueblo de Dios.

 

Confío que el Señor está levantando a Su Iglesia en esta hora con sus ardientes “ojos de fuego”, para quitar toda la escoria de Su pueblo, para llevarnos de vuelta a la Cruz de la que nos hemos apartado; y que va a poner en marcha las fuerzas de vida de resurrección en el Cuerpo de Cristo para que podamos conocer y experimentar en nuestras vidas diarias la sangre de Su Cruz, y el poder de Su resurrección. Pero, ¿En serio deseamos que esto suceda? ¿En serio deseamos descubrir nuestra cruz?

 

Si lo hacemos, esto debe llevarnos a un lugar en el que estamos preparados para cancelar nuestros planes, búsquedas, ambiciones—sean bajo y mundanas, o nobles y espirituales. NI EL PLAN DE DIOS PARA EL MUNDO NI EL PLAN DE DIOS PARA EL REINO, NI EL PLAN DE DIOS DE LA PREDICACIÓN DEL EVANGELIO, CONSTITUYERON EL ÚNICO PRINCIPIO MOTIVADOR QUE GUIÓ A NUESTRO SEÑOR JESÚS.  FUE ÚNICA Y SIMPLEMENTE UN ANHELO, UNA  PASIÓN  Y UN DESEO  DE CAMINAR EN LA VOLUNTAD DEL PADRE. Todo lo que hizo—todo lo que era bueno, justo y hermoso—brotaba de una consagración muy simple:

 

“NADA PUEDO HACER MISMO, COMO OIGO, ASÍ JUZGO, Y MI JUICIO ES JUSTO PORQUE NO BUSCO MI PROPIA VOLUNTAD SINO LA VOLUNTAD DEL QUE ME ENVIÓ, DEL PADRE.” (Juan 5:30).

 

Estoy seguro de que el corazón de Dios está cargado y entristecido al escuchar los llantos de una Iglesia de Laodicea miserable y desgraciada, pero celosa de más predicadores, más edificios de iglesia y templos, más seminarios, más televisión y radio, más música y más dinero, dinero, dinero...”para dejar hecho el trabajo”. Si tuviéramos oídos para oír lo que Él está diciendo, sentiríamos el dolor de Su corazón, y Su anhelo de tener un pueblo que entre en la quietud, y que escuche lo que el Espíritu está diciendo a las iglesias...

 

“Hijo Mío, dame tu corazón”

 

“Pueblo Mío, ¿No te harás pan roto en Mis manos para que pueda hacer como Yo quiera?”

 

“¿Dónde está la casa que me estáis construyendo, y dónde el lugar de Mi reposo? Porque todas estas cosas... han sido, dice el Señor: pero a éste hombre miraré, al pobre y contrito que tiembla a Mi Palabra,” (Isaías 66:1-2)

 

La Acusación del Señor Jesús

 

“Y le crucificaron y pusieron su acusación sobre Su cabeza, que decía: ESTE ES JESÚS EL REY DE LOS JUDÍOS.” (Mateo 27:35,37).

 

Jesús parecía un poco evasivo cuando Pilatos le preguntó si Él era un rey. No porque no estuviera dispuesto a decir la verdad, sino porque Su Reino era muy diferente de lo que Pilatos entendía sobre reinos Pero cuando Pilatos insistió, “¿Eres Tú el Rey de los Judíos?”, Jesús dio una respuesta muy directa: “Mi Reino no es de este mundo: Si mi Reino fuera de esta Mundo, entonces mis siervos lucharían... Tú dices que soy Rey. Para esto nací Yo, y por esta causa vine al mundo, para dar testimonio de la verdad...”

(Juan 18:36-37).

 

Nuestro Señor Jesús jamás promocionó Su Reino a excepción de lo relativo a la proclamación de la Verdad, a caminar en la Verdad, y a vivir la Verdad; porque este es el carácter íntegro y la esencia final del Reino de Dios

 

Una vez más, como en los días de Jesús, hay mucha expectativa en referencia al Reino de Dios, y todavía está tan distorsionada y tan malinterpretada por el pueblo de Dios, como lo estaba entonces. Jesús dejo claro que Su Reino no hacia referencia a la comida y a la bebida, a la economía, a los movimientos políticos, o a intentos de involucrarse externamente con los reinos de este mundo. En una ocasión, incluso le intentaron forzar para convertirlo en su rey. PERO CUANDO COMPRENDIERON TOTALMENTE QUE ÉL VENÍA PARA CAMBIAR SUS CORAZONES Y NO SU GOBIERNO, SE APRESURARON A CRUCIFICARLE.  El sanedrín judío comprendió la naturaleza de Su misión mucho más que la mayoría de los líderes cristianos de hoy.

“Si le dejamos, todos los hombres creerán en Él; y los Romanos vendrán y tomarán nuestro lugar y nuestra nación.” (Juan 11:48).

 

Y entonces hubo una notable profecía por medio del Sumo Sacerdote en la que no sólo profetizaba de la muerte de Jesús, sino que seguía diciendo cosas que ni él mismo comprendía: que Este no sólo reuniría al pueblo de Dios en su propia nación, sino que alcanzaría al pueblo de Dios dondequiera que estuviera disperso por todas las naciones, y lo reuniría.

 

ESTA PROFECÍA SE CONVIRTIÓ EN LO ESENCIAL DE TODO ESTE ASUNTO, porque nos dice: “Desde ese día en adelante, buscaron consejo para matarle.” (Lee Juan 11:48-53).

 

¿Cuál fue la sentencia y cual la acusación contra el Señor Jesús?  LO QUE JESÚS AFIRMABA SER, LO QUE ÉL ERA DE HECHO—ESTO SE CONVIRTIÓ EN LA ACUSACIÓN EN CONTRA DE ÉL. Pilatos lo escribió en letras grandes para que todos los hombres y todas las naciones lo leyeran, porque escrito está, “en Hebreo, en Griego y en Latín” (Juan 19:20). Creo que el Señor lo quería escrito en la lengua de todos los hombres, porque Su Cruz había de tener grandes implicaciones para todo el mundo. Pilatos no cambiaría su lectura, aunque los judíos le presionaron para que la revisara, y que dijera: “Este es Jesús, el que afirmaba ser el Rey de los Judíos”.

 

He aquí, Alguien crucificado por un pueblo apóstata pero muy religioso—los Hebreos.

 

He aquí, Alguien crucificado por los intelectuales y los sabios—Los Griegos—y que por medio de Su Cruz, anularía toda su sabiduría.

 

He aquí, alguien crucificado por los fuertes y por los poderosos—los Romanos—pero quien por medio de Su Cruz, anularía todo su poder.

 

Porque los Hebreos profesaban tener conocimiento y verdad, y sin embargo, caminaban en tinieblas.

 

Los Griegos eran conocidos por su búsqueda de la sabiduría y del conocimiento, y sin embargo, nunca encontraron a Dios en toda su búsqueda.

 

Los Romanos se habían convertido en el poderoso imperio que Nabucodonosor había visto en su visión—fuertes como el hierro—pero por la Cruz, su reino sería abatido y disperso como el polvo de la era.

 

“ESTE ES JESÚS EL REY DE LOS JUDÍOS”.

 

Esta fue su acusación.

 

Hago un gran énfasis en estas cosas porque una vez más hay una gran expectativa del Reino de Dios, y con razón. La verdad de Dios está comenzando a brillar de nuevo en los corazones de los hombres. Pero una vez más, está brillando en las tinieblas. Dios sabe como solucionarlo. Él aún sabe como separar la luz de las tinieblas, como lo hizo en un principio. Parece como si fuera una mezcla corrupta, y eso es lo que es. Sin embargo, Dios está preparando un pueblo para Su Gloria. ÉL está preparando---

 

 

 

Una Iglesia Gloriosa

            Una Esposa Santa Y Limpia

                        Un remanente Piadoso

                        Un pueblo de Primeros Frutos

                                                                                                                        Hijos de Dios

                                                                                    Reyes Y Sacerdotes

                                                                                                            Vencedores

 

Quizás deberíamos mencionar uno más, aunque nadie lo reclama. Pero el gran apóstol Pablo lo usó mucho--¡Esclavos! Jesús mismo tomó ese modelo, aunque Él mismo fue el Primogénito, y exaltado en lo alto por encima de toda la creación. No que nosotros, como pueblo de Dios, hayamos sido llamados a ser “esclavos”. Hemos sido llamados a ser hijos, y a la libertad—decretados previamente para ser hechos conforme a la imagen del Primogénito.

 

Pero lo que somos por llamamiento—Y como alcanzamos este alto llamamiento—ambos representan dos cosas distintas.

 

El “llamamiento” es de acuerdo con el plan y el propósito de Dios... Pero la consecución de ello es conforme aprendemos la obediencia y conforme aprendemos a andar en Sus caminos.

 

¡Que importante es que reconozcamos el CAMINO de Dios!  Ciertamente Dios quiere que conozcamos la “esperanza del llamamiento”. PERO ÉL TAMBIÉN QUIERE QUE CONOZCAMOS EL CAMINO A ESE LLAMAMIENTO. Nuestro Señor Jesús fue REY, pero tomó la posición de un esclavo y descubrió en este camino de obediencia EL CAMINO DIRECTO AL TRONO. “Por lo tanto, Dios le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre.” ¿Por qué? Porque se despojó a Sí mismo, porque no escogió el ser igual a Dios como cosa a qué aferrarse, sino que se hizo un SIERVO (ESCLAVO). (Lee Fil. 2:8-9).

 

Involucrarse en “el ministerio” no es el supremo llamamiento. Esto podría fácilmente llevarnos a la vanidad, a la altivez, y a un sentido de logro y de superioridad-especialmente si se tiene éxito. Pero el “supremo llamamiento” se consigue buscando el camino de Dios que nos identificará con los padecimientos de Cristo (lee Fil. 3:8-10). En este camino podrás encontrarte a ti mismo andando por un camino muy poco divertido, muy corriente, sin pretensiones, restrictivo e insatisfactorio. Si tuvieras que escribir tu biografía, resultaría muy aburrida. Hablarías de trabajos en tiendas o en fábricas, sobre el cuidado de los niños, sobre el lavado de platos y cacerolas, el labrado de la tierra, el martilleo de los clavos o el trabajo del estaño. Y en medio de todo ello, por supuesto, experimentando los gozos y las tristezas cotidianas de la gente corrient. PERO SI ESTA ES LA VOLUNTAD DE DIOS PARA TI, VA A ESTAR AHÍ MISMO, EN EL CAMINO QUE DIOS PREPARÓ, QUE LLEGUES A CONOCERLE DE UNA FORMA MUY SIGNIFICATIVA, Y QUE TE CONVIERTAS EN ESE ESPECIAL TESORO QUE SU CORAZÓN DESEA.

 

Por otro lado, puede que escogas caminar en alguna clase de “ministerio espiritual” y si tienes ciertas cualidades ministeriales, es posible que tengas mucho éxito en ello. PERO SI NO ES POR EL NOMBRAMIENTO DE DIOS, NO LLEGARÁS A CONOCER Y A EXPERIMENTAR EL SUPREMO LLAMAMIENTO DE DIOS EN CRISTO JESÚS. PORQUE ESTE “SUPREMO LLAMAMIENTO” ESTA RESERVADO PARA EL QUE ESTA DISPUESTO A PONER SU VIDA PARA PODER HALLAR LA VIDA DE CRISTO, QUE PROCEDE DE UNA ANDADURA DE TOTAL OBEDIENCIA A SU VOLUNTAD.

 

Pero estábamos hablando de la acusación contra el Señor Jesús, porque es en este contexto que queremos hablar sobre nuestra acusación, si verdaderamente andamos identificados con Él.

 

Lo que Jesús fue, un Rey de justicia y verdad, se convirtió en la acusación en manos de un mundo a quién Él vino a reprobar. Por supuesto, fue una acusación pervertida. Pero fue por causa de quien era Él, y por causa de quién Él afirmaba ser, que Él fue crucificado.

 

Ahora bien, ¿Quién eres tú? ¿Quién soy yo? ¿Somos parte de una Iglesia triunfante? ¿Miembros de la Santa Esposa de Cristo? ¿Vencedores? ¿Hijos de Dios siendo preparados y arreglados para su manifestación? ¿Reyes y Sacerdotes para Dios? Confio que lo somos...

 

PERO SI TU Y YO SOMOS ALGO DE ESTO, NO SÓLO DOCTRINALMENTE, SINO POR HABER LLEGADO A UNA UNIÓN VITAL CON CRISTO, ENTONCES ESTOS TÍTULOS DEL SUPREMO LLAMAMIENTO SERÁN LA CAUSA DE NUESTRA ACUSACIÓN. Y SI NUESTRA ANDADURA ES LA DE LA OBEDIENCIA A LA VOLUNTAD DE DIOS, ESTOS TITULOS DE HONOR SERAN CLAVADOS ENCIMA DE NUESTRA CABEZA, EN NUESTRA CRUZ, POR AQUELLOS HOMBRES QUE PRETENDAN PERVERTIR LA VERDAD PARA PODER PRODUCIR NUESTRA DESTRUCCIÓN. No es por vivir en una “democracia” que somos libres de la persecución. Es por no traer una reprensión al mundo de las tinieblas que hay a nuestro alrededor.

 

“Pero tenemos la SENTENCIA DE MUERTE en nosotros mismos, para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que levanta a los muertos” (2ª Cor. 1:9) Pablo había sido sentenciado a muerte. Estaba en la condenado a muerte. No por el gobierno romano—no aún. Sino ahí mismo, en su andadura con Dios—la palabra que él predicaba, la palabra que él vivía, le llevó a una confrontación con el mundo a su alrededor; con sus hermanos en el Judaísmo, y con los falsos hermanos en la Iglesia, él fue “crucificado al mundo”. El mundo fue crucificado a él”. (Gál. 6:14).

 

Porque los hombres de la verdad, que no sólo conocen la verdad sino que andan en ella, siempre están clavados a la misma cruz que están forzados a declarar. Pablo llevó su cruz con él por dondequiera que fuera—NO PORQUE MINISTRARA MUERTE, SINO PORQUE MINISTRABA VIDA. No llevaba una cruz de oro en una cadena alrededor del cuello; pero estaba clavada a una dondequiera que fuera. Tenía que ser de esta manera porque él hablaba la verdad y andaba en ella. No trataba de hacer una cruz para poder jactarse de ser como Jesús. El mundo la había hecho para él, y el mundo le clavó a ella porque anduvo como Jesús anduvo.

 

Podemos seguir como estamos--enseñanado, predicando, evangelizando, estableciendo iglesias, sanando a los enfermos, escribiendo libros, cantando canciones—y podríamos seguir enumerando las diferentes áreas de servicio que Dios ha entregado en las manos de Sus siervos en la Casa de Dios—Y todo esto puede traer gozo, bendición y liberación a mucho pueblo de Dios—PERO PREPÁRATE SI QUIERES CONSAGRARTE TOTALMENTE A LA VOLUNTAD Y AL CAMINO DE DIOS—PREPÁRATE PAA EL DÍA EN QUE LOS HOMBRES TE QUITEN TU ESTANDARTE DE HONRA, Y LO CLAVEN SOBRE TU CABEZA, EN TU CRUZ—Porque la verdad de Dios es estéril mientras permanezca como enseñanza o doctrina; pero se hace ofensiva al mundo que nos rodea cuando comenzamos a andar en ella.

 

Capítulo 6 – Dirigidos por el Espíritu de Dios

 


Gloria en Lugar de ceniza Parte IV – Reacción en cadena en los ámbitos del Espíritu – George H. Warnock

 

CAPÍTULO 6 – DIRIGIDOS POR EL ESPÍRITU DE DIOS

 

“Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son Hijos de Dios.” (Rom. 8:14).

 

Ser dirigidos por el Espíritu de Dios es la señal de la condición de hijos. No es decir que no somos nacidos de Dios si no hemos llegado a esta clase de sensibilidad en el Espíritu por la que fluimos en los movimientos de Dios. Pero no obstante este es el deseo de Dios, y es la marca de la madurez del hijo de Dios—simplemente fluir en los movimientos de Su Espíritu, en las alas de Su dirección y de Su influencia.

 

“Nacemos de nuevo” por el soplo de los vientos de Dios. No sabemos de dónde vienen, ni adonde van (lee Juan 3:8). ¿Cómo podemos entonces planear y predeterminar el curso de nuestra vida? Nacemos en el Reino de Dios de una manera que no podemos comprender; los mismos vientos del Cielo nos guiarán por las corrientes de Su voluntad—si no tenemos miedo de esas corrientes celestiales. No podemos planear el día de nuestro nacimiento, ni escoger nuestro llamamiento en la vida. Todo es conforme al mover soberano de Su Espíritu en nuestras vidas, revelando a Cristo, y haciéndonos conocer que hemos nacido en un reino enteramente nuevo, no sujeto a la ley natural.

 

Pero hay crecimiento en este reino, y hay mucha necesidad de disciplina del Señor, que nos aleje del viejo hombre que somos en Adán, y nos haga andar en la nueva vida que encontramos en Cristo. Así, el apóstol Juan habla de una expresión por triplicado de los que nacen en el Reino de Dios—Hijitos, Padres y Jóvenes; y Él escribió palabras amorosas a todos ellos (lee 1ª Juan 2:12-14).

 

Descubrirás en este orden establecido por el apóstol que la categoría de  “jóvenes” es la última de la lista, y no la segunda, como la mayoría de la gente la habría puesto. Y repite este mismo orden, dándonos un doble testimonio. Esto es diferente del orden natural, porque el deseo de Dios para Sus hijos es que sus últimos días sean los más fuertes, los mejores.  Es cierto, su marco mortal puede estar en un estado de deterioro; pero Dios ha provisto una aceleración por Su Espíritu,  en la que nuestras debilidades son eclipsadas por Su fortaleza, y la vida de resurrección de Jesús funciona activamente dentro de nosotros. Y como “el hombre exterior” se gasta, también hay una renovación del “hombre interior... día a día.” (2ª Cor. 4:16).

 

“Jóvenes”. Son los hijos de Dios. Son “fuertes” porque como el Hijo de Dios, su Hermano mayor, no pueden hacer NADA POR SI MISMOS. Dependen totalmente del Padre para la dirección, la guía y la fortaleza que necesitan en todo lo que hacen. No andan en este camino por falta de sabiduría, sino por causa de ella. La sabiduría de Dios les enseña que si quieren hallarse a si mismo fluyendo con los propósitos eternos de Dios, deben dejar a un lado todos sus propios deseos, sus pensamientos, sus búsquedas y sus ambiciones en la vida. Saben que deben andar con Dios si han de descubrir lo que es la mente del Espíritu. Saben que Dios prepara todas las cosas conforme a Su propio plan y propósito, y que si van a convertirse en parte integral de ese plan, entonces deben ser movidos a fluir en ellos por Su Espíritu. La Palabra de Dios mora en ellos, nutriéndoles con la verdad y el entendimiento. Y porque entienden un poco de los caminos de Dios, saben que todos los hombres de fe a lo largo de la historia, fueron hombres que esperaron en Dios y fueron rápidos en responder a Su voz cuando Él se dio a conocer. La Palabra de Dios siempre fue su estrella polar. Sin embargo, cada uno de ellos en su generación, reconoció la necesidad de navegar por sus mares embravecidos conforme a los tratos específicos de Dios con cada uno de ellos en concreto. Al ser guiados por el Espíritu, se hallan a sí mismos atrapado en el camino de Dios, y haciéndose parte de Su propósito eterno.

 

Es tan importante que comprendamos eso, si vamos andar en un camino que coincide con los propósitos eternos de Dios. Los planes y los propósitos de Dios son grandes, complicados e incomprensibles—y nunca debemos intentar mezclarnos en eso. Nos gozamos en lo que Él nos muestra. Nos da visión y esperanza—y esta esperanza nos limpia y nos purifica. Pero no podemos decir, “Sé que este es el plan de Dios, así que voy a esforzarme por cumplirlo”. Es suficiente que aprendamos simplemente a hacer Su voluntad, y a hallar gracia para andar en Su camino. Sólo entonces comenzaremos a relacionarnos y a coincidir con el propósito eterno de Dios en lo que concierne a nosotros—y en lo que concierne a otros que igualmente están siendo guiados por Su Espíritu. Cuando estamos consagrados a hacer la voluntad de Dios, Dios será fiel en mostrarnos cual es Su voluntad. Pero si comenzamos a trabajar en el objetivo de Dios, en lugar de buscar descubrir Su voluntad explícita para nuestras vidas, estaremos pretendiendo hacer la obra de Dios, y terminaremos en angustia, perplejidad, frustración y fracaso total. ¿Por qué decimos esto?

 

“Porque Mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos Mis caminos, dijo Jehová.” (Is. 55:8)

 

Como iglesia, hemos fracasado completamente en este asunto, al no reconocer que el camino de Dios es que vengamos a Él con un profundo examen de conciencia, en arrepentimiento, y siempre esperando hasta ser consumidos en Su amor y en Su verdad. Sólo entonces Dios puede enviarnos por el Espíritu Santo para invadir ámbitos de oscuridad. La Iglesia del Nuevo Testamento nunca se involucró con ninguna forma de programación humana con el fin de dejar hecho el trabajo. ESPERARON EN DIOS HASTA QUE ARDIERON CON EL PAN DEL CIELO—HASTA ARDER CON SU AMOR Y SU VERDAD, Y ENTONCES FUERON ENVIADOS POR DIOS.

 

Y POR SER ENVIADOS POR DIOS, PUSIERON EN MARCHA UNA REACCIÓN EN CADENA DE VIDA POR DONDEQUIERA QUE FUERON.

 

Cualquier genuino hijo de Dios ha de entristecerse y de dolerse al ver la horrenda condición del mundo que nos rodea—el hambre, la pobreza, la oscuridad espiritual que ejerce su dominio sobre los cuerpos y almas de los hombres.

 

PERO SI NUESTRA PREOCUPACIÓN ES TAN GRANDE COMO AFIRMAMOS QUE ES, CANCELARÍAMOS NUESTROS PLANES Y CLAMARÍAMOS A DIOS POR EL PODER,  LA AUTORIDAD Y LA GLORIA QUE SON NECESARIOS PARA ROMPER LAS COYUNDAS Y SOLTAR A LOS CAUTIVOS.

 

 Dios está produciendo una obra maestra de Su sabiduría en los hijos redimidos de los hombres, y sólo Él sabe como entrelazar las cuerdas de Sus propósitos en las vidas de Sus escogidos. Nosotros, como Hijos de Dios, sabemos muy poco de todo esto.  A veces, el poco entendimiento que nos da es asombroso y nos preguntamos como podríamos llegar a comprender más. Sin embargo, nuestra búsqueda no es adquirir más y más de esta clase de conocimiento, SINO CONOCER SU VOLUNTAD Y ANDAR CON DIOS EN LOS CAMINOS DE VERDAD. PORQUE SOLO ENTONCES SUS PROPÓSITOS PUEDEN CUMPLIRSE EN NUESTRAS VIDAS, Y EN LAS VIDAS DE SU PUEBLO.

 

Dirección de caballo y de Mulo

 

“Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré Mis ojos. No seáis como el caballo o como el mulo, sin entendimiento. Que han de ser sujetados con cabestro y freno.” (Salmos 32:8-9)

 

Damos gracias al Señor por la sujeción del “cabestro y del “freno” cuando los necesitamos. Pero el hijo de Dios que ha sido disciplinado no los necesita, porque las riendas de Dios están en su corazón y su deleite es hacer la voluntad del Padre.

 

“Átalos siempre en tu corazón, enlázalos a tu cuello. Te guiarán cuando andes; cuando duermas te guardarán; hablarán contigo cuando despiertes.” (Prov. 6:21-22).

 

¿Qué está diciendo? Que la Palabra de Dios esté cerca de tu corazón, y no sólo una doctrina que deleita al intelecto. “Enlázalos alrededor de tu cuello”, para impedir que te enorgullezcas o caigas en rebeldía, o para hacerte cambiar en una u otra dirección, según soplen los vientos de doctrina. Entonces la verdad se produce en lo íntimo, y tus deseos son motivados hacia Dios. No caerás en engaño, porque Él te guardará en tus tiempos de “sueño”, cuando no eres consciente de los peligros que el Enemigo está a punto de descargar en tu camino. Despertarás de repente, y te darás cuenta de lo que ha estado pasando, y la Verdad hablará contigo y te revelará más y más de los tesoros escondidos de Su gracia, sabiduría y conocimiento.

 

David oró, “Escudríñame, Oh, Jehová, y pruébame. Examina mis íntimos pensamientos y mi corazón” (Salmos 26:2). O “Prueba mis motivos, Oh, Señor...” Porque Dios está buscando a un pueblo “dispuesto”, cuyo corazón este motivado hacia Él.

 

Constreñidos Por la Unción

 

 Esto es completamente distinto del “cabestro y del freno” que Dios diseñó para el caballo y el mulo. Dios nos libera del cabestro, pero no para que podamos ir por nuestro propio camino y ser indulgentes en nuestras propias búsquedas egoístas. Él nos libera de nosotros mismos y de los caminos de los hombres, para poder sujetarnos a Su yugo—el yugo de aprender los caminos de Dios: “Tomad mi yugo y aprended de Mí”. En nosotros mismos podemos muy fácilmente contaminarnos con deseos carnales y ambición. Por eso tenemos que conocer una disciplina tal de Su Espíritu, y estar tan consagrados a Su voluntad, que conoceremos como sobrevivir “el tirón”. Porque de nuestros propios corazones o de otros, saldrá esa clase de presión que intentará movernos en una dirección que apuntará hacia un crecimiento y una satisfacción mayores.  Dios trata las riendas de nuestros corazones para ver si vamos en busca del éxito y del logro personal, o si vamos simplemente en busca de Él—y de un estilo de vida que sea un deleite a Su propio corazón. El Espíritu del Señor es un Espíritu libertador; al andar en el Espíritu, descubriremos enseguida que el camino hacia la verdadera libertad es un camino que nos libera de nosotros mismos, y nos constriñe a andar en los caminos de Dios.

 

 

 

 

Dirigidos por el Espíritu de Dios---hacia reinos en los lugares Celestiales

 

No tratemos de enfatizar este asunto de ser guiados por el Espíritu en el contexto de cosas temporales o geográficas. Estos son aspectos importantes también, pero si somos fieles en ser dirigidos por el Señor hacia la verdad viviente, y hacia reinos celestiales y espirituales, entonces estoy seguro de que nos hallaremos haciendo las cosas correctas respecto de lo temporal, y estando también en el lugar geográfico correcto. Si nos movemos en el Espíritu, y si andamos en la voluntad de Dios, descubriremos siempre que estamos en el lugar de Dios y en el tiempo de Dios. Creo que todo esto es una parte vital de la promesa de Jesús, “Buscad primero el Reino de Dios y Su justicia, y todos estas cosas os vendrán por añadidura”.

 

El propósito del Espíritu Santo al venir a morar en Su pueblo, es el de guiarnos “a toda la verdad...” (Juan 16:13). Es el de llevarnos a reinos espirituales, en los que estamos sentados con Cristo “en lugares celestiales” (Ef. 2:6). —un lugar en Dios donde reconocemos que estamos “muertos” en cuanto a las cosas de este mundo, y “nuestra vida está escondida con Cristo en Dios” (Col. 3:8). Dios nos llevará a Su propio corazón y al “perfecto amor”, puesto que este es el fin de nuestro viaje, el deseo final de Dios para los suyos:

 

“Dios es amor, y el que permanece en amor, permanece en Dios y Dios en él. En esto se ha PERFECCIONADO el amor en nosotros, para  que tengamos confianza en el día del juicio, pues como Él es, así somos nosotros en este mundo. En el amor no hay temor, sino que el PERFECTO AMOR echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme no ha sido PERFECCIONADO EN EL AMOR.” (1ª Juan 4:16-18).

 

Este es el “fin” del viaje para los que son guiados por el Espíritu—un “fin”, por supuesto, que es absorbido en la eternidad. Él nos lleva al corazón de Dios, y ya no luchamos más con la maleza enredada del camino del desierto. La Ley del Espíritu de Vida obrando en Su pueblo, nos ha llevado al deseo pleno del corazón de Dios. Hallamos nuestro hogar en Dios. Y Dios encuentra Su hogar en nuestros corazones.

 

Capítulo 7 - La Ley de Vida en Nuestro Señor Jesús


Gloria en Lugar de ceniza Parte IV – Reacción en cadena en los ámbitos del Espíritu – George H. Warnock

 

Capítulo 7 – LA LEY DE VIDA EN NUESTRO SEÑOR JESÚS

 

Antes de entrar en detalle en cuanto a la Ley de Vida tal y como Dios querría que funcionara en el Cuerpo de Cristo, queremos considerar la operación de esta Ley en la vida de nuestro Señor.

 

“En Él estaba la VIDA; y la vida era la luz de los hombres.” (Juan 1:4).

 

La plenitud de la VIDA estaba en nuestro Señor Jesús—no sólo vida, sino una Ley de Vida.  La Vida reinaba. La Vida estaba en control. Él vivía en una unión tan íntima con el Padre que había una proyección de Su vida a los demás. Había una divina interacción de Su vida con las vidas de los demás porque la vida que estaba en Él se convirtió en una REGLA, una LEY, que operaba desde el interior y brillaba hacia los hombres y mujeres cuyas vidas Él tocó.

 

“Porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos,...”(1ª Juan 1:2). La luz debe brillar—si la luz verdaderamente. La Vida debe proyectarse—Si es vida verdaderamente. No sólo es vida, sino que da vida, si es que es realmente el radiar de vida de Dios.

 

Hemos observado cómo y por qué esta vida fue manifiesta en nuestro Señor Jesús. Fue porque aprendió la obediencia por medio de los sufrimientos que padeció. Fue al llegar a ese punto en el que buscaba únicamente el deseo del Padre Celestial—preparado para desechar todas las tentaciones de perseguir pensamientos, ambiciones, deseos, programas y búsquedas de los hombres. La presión siempre estaba ahí, en el mundo religioso que le rodeaba e incluso en sus propios discípulos: “Si vas a tener éxito, si vas ser productivo, si vas a hacer algo de valor para la gente, tienes que ser activo, energético, ambicioso; tendrás que involucrarte.” Este es el pensamiento del hombre natural.

 

Jesús conquistó completamente porque se sujetó firmemente al compromiso de la encarnación: “He aquí, que vengo, Oh, Señor, a hacer Tu voluntad”. Fue su compromiso con el cumplimiento de la voluntad del Padre que HIZO QUE LA VIDA QUE HABÍA EN ÉL, SE CONVIRTIERA EN UNA LEY, EN UNA FUERZA ENERGÉTICA, EN UN PODER DINÁMICO OBRANDO EN ÉL.

 

Pero la presión siempre está ahí para hacerlo de esta forma, porque es la única cosa lógica de hacer; ir en esta dirección, si esperas el éxito y el crecimiento.

 

Tenemos la vida de Dios en nosotros ahora por el nuevo nacimiento, por la renovación de nuestros espíritus. Y porque tenemos esta vida, somos exhortados constantemente en cuanto a como podemos liberar esa vida para la bendición de la la iglesia, o del mundo que nos rodea. Pero normalmente, EL CAMINO DE DIOS ES COMPLETAMENTE RECHAZADO, o presentado de una forma teórica. EL GRANO DE TRIGO DEBE MORIR EN EL SUELO SI HA DE LLEVAR FRUTO. HAY VIDA EN LA SEMILLA – PERO LA VIDA SÓLO PUEDE CRECER Y GERMINAR Y PRODUCIR FRUTO SI ESTA DISPUESTA A SOMETERSE AL PROCESO DE DESINTEGRACIÓN Y MUERTE. EL QUE INTENTA PRESERVAR SU VIDA, LA PERDERÁ, PERO EL QUE ESTÉ DISPUESTO A QUE SE DESINTEGRE EN LA VOLUNTAD DE DIOS, HALLARÁ ABUNDANCIA DE FRUTO.

 

Es una lección difícil de aprender—es tan irracional. Preferiríamos adscribirnos a seminarios de “discipulado” diseñados para mostrarnos como llegar a ser los discípulos de Jesús de la forma más fácil, de la forma más lógica. Pero si descubrimos un camino fácil  hacia el discipulado, podemos estar seguros de que lo hemos fallado completamente. Cuando todo está dicho y hecho, somos traídos de vuelta al camino que Jesús estableció tan claramente para Sus discípulos de antaño: “Si alguno quiere ir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz, y sígame.” (Mat. 16:24). Este es el camino al discipulado: DEJAR A UN LADO TODOS ESTOS ESQUEMAS LÓGICOS Y SIMPLEMENTE  HACER SÓLO LO QUE EL PADRE DICE. Y si perseguimos la voluntad de Dios con intensidad de entrega y devoción, TODO ELLO CULMINARÁ EN LA DESINTEGRACIÓN TOTAL DE TODOS NUESTROS PLANES Y ESQUEMAS SOBRE EL ÉXITO Y SOBRE LOS LOGROS.

 

Este fue el camino del Hijo de Dios, y porque anduvo en este camino, la tierra armonizó con el Cielo dondequiera que fuera, y respondió perfectamente a todos los deseos de Su Padre, a cada una de las búsquedas en particular de Su Padre, a cada una de Sus Palabras. Esto fue lo que produjo una reacción en cadena de vida en los corazones de hombres y mujeres cuyas vidas Él tocó. Consideremos ciertas facetas de la Ley de Vida como la manifestó nuestro Señor.

 

  1. Transformar agua en vino

 

Jesús tuvo que regañar con ternura a Su madre cuando tuvo lugar el primer milagro que  Él obró en su ministerio terrenal. La exhortación simplemente expresada, decía esto: “Madre, no intentes presionarme. Debo moverme conforme al tiempo y a la dirección de Dios” (lee Juan 2:4). Entonces ella dijo algo maravilloso y muy correcto: “Haced todo lo que os dijere” (v.5). La iglesia de Jesucristo no tendría ABSOLUTAMENTE NINGÚN PROBLEMA SATISFACIENDO LAS NECESIDADES DE LA HUMANIDAD  SI PUDIÉRAMOS LLEGAR A ESTE MISMO COMPROMISO SIMPLE—SÓLO HACED LO QUE ÉL OS DIGA. Pero esto requiere esperar en Dios, y esto es una lección que nos cuesta mucho aprender. Ciertamente, esperaremos, siempre y cuando no nos lleve mucho tiempo. ¿De todos modos, cuanto tiempo espera Dios que esperemos? ESPERA...ESPERA...ESPERA HASTA QUE ÉL CONTESTE...

 

Cuánto tiempo Jesús esperó, nosotros no lo sabemos. PERO CUANDO SE CUMPLIÓ EL TIEMPO, HIZO LO CORRECTO, HABLÓ LA PALABRA CORRECTA, Y HABÍA UNA REACCIÓN EN CADENA DE ENERGIA VIVIENTE QUE INVADÍA A TODA LA ESCENA DE LA BODA. Y el vino nuevo es mucho mejor que el vino viejo al que estaban acostumbrados. El testimonio del jefe de ceremonias fue de gran sorpresa: “Tú has reservado el vino bueno hasta ahora” (v. 10).

 

¿Podemos creer esto? ¿QUE DIOS HA RESERVADO EL MEJOR VINO HASTA AHORA? Lee sobre todos los avivamientos en la historia de la Iglesia—todas esas obras gloriosas de Dios en días pasados, y ten por cierto que: ¡DIOS HA  RESERVADO EL MEJOR VINO HASTA AHORA!

 

¿Qué sucedió realmente? He aquí un Hombre caminando conforme a la Ley de Vida—La vida de Dios estaba en control, motivando potenciando, reinando. Tuvo lugar una reacción en cadena de vida. Cada vez que la copa era mojada en la tinaja, salía VIDA, y se creaba nuevo vino en otra tinaja... y en otra...y todavía en otra. ¿Durante cuanto tiempo? HASTA QUE CADA NECESIDAD FUE SATISFECHA HERMOSAMENTE.

 

¡Podéis estar seguros, hermanos! Dios conoce todo sobre las necesidades de la humanidad, y SU deseo es hacer algo al respecto es mucho, mucho, mucho mayor que nuestro deseo. Muchos de vosotros habéis hecho todo lo que podíais—lo sé—para satisfacer esas necesidades. PERO CON CADA DÍA QUE PASA, CON CADA AÑO QUE PASA, CON CADA DÉCADA LAS NECESIDADES SE APILAN EN PROPORCIONES ENORMES. ¿NO PIENSAS QUE YA ES TIEMPO DE QUE BUSQUEMOS EN SERIO A DIOS, PARA PONER EN MARCHA EN MEDIO DE NOSOTROS A LA LEY DEL ESPIRITU DE VIDA EN CRISTO JESÚS? ¡ÉL LO ESTÁ ESPERANDO! EL NO ESTÁ ESPERANDO UN NUEVO Y FLAMANTE PROGRAMA HECHO POR CRISTIANOS LLENOS DE CELO CON EL FIN DE HACER EL TRABAJO. ESTÁ BUSCANDO A UN PUEBLO QUE CANCELARÁ SUS PLANES, QUE ABANDONARÁS SUS PROPIAS MAQUINACIONES, Y QUE DEJARÁ QUE EL ESPÍRITU DEL SEÑOR GOBIERNE Y REINE EN SU IGLESIA.

 

  1. Agua viva para los samaritanos

 

Jesús no decidió que era el momento de ir a evangelizar Samaria. Simplemente respondía a la Ley del Espíritu, en la que Él ya había aprendido a caminar. “Le era necesario pasar por Samaria”. Se sentó junto al pozo de Jacob y los discípulos fueron a la ciudad a comprar comida para comer. ¿Entonces qué? “Vino una mujer de Samaria a sacar agua” (Juan 4:7). ¡Simplemente pasó! No hay duda de que todos hemos conocido experiencias como esa, en que las cosas “simplemente pasan”, y aún así, cuando miramos atrás, ¡Sabemos simplemente que DIOS HABÍA DETERMINADO EL SUCESO! Y nos emocionamos al saber que Dios iba delante de nosotros y preparó la tierra para una siembra fructífera de la palabra de verdad. Pero me temo que estamos viendo tales cosas como meras “coincidencias”, Y NO COMO EL ÚNICO CAMINO DE DIOS PARA LOS QUE ANDAN EN EL ESPÍRITU. Él nos da una experiencia como ejemplo y anticipo de cómo Él desea moverse, y pensamos que estas experiencias son muy poco usuales, quizás una experiencia que tiene lugar una sola vez en la vida. Pero es el Señor, empujándonos a caminar en el Espíritu y a no darle reposo hasta que establezca esta maravillosa Ley del Espíritu en el corazón de Su pueblo.  Cuando aprendemos a caminar simplemente en la voluntad de Dios, es Dios quien obra en un extremo y en otro, con el fin de producir esta coincidencia divina de un vaso escogido con otro. Dios tiene en mente una reacción en cadena de vida que comenzaría en la vida quebrantada y malgastada de esta mujer samaritana.  Él no intentó hacer una gran cruzada en Sicar. Simplemente hizo lo que el Padre quería que hiciera. “Se sentó junto al pozo”, y esperó que Dios completara toda la escena. Fue Dios quien  preparó la reunión de Su Hijo con UNA VIDA DEVASTADA.  ¿Alquilar un local con capacidad para 10.000 personas y traer a un fiero evangelista para llevar a cabo un “avivamiento”? El camino del hombre, cierto. Y no estoy diciendo que Dios no use cosas como esas. PERO, ¡OH SI EL PUEBLO DE DIOS PUDIERA REGRESAR A LA SIMPLICIDAD DEL CAMINO DE DIOS! ¡Mira lo simple que es!  Hubo una interacción divina del Hijo de Dios con una mujer devastada, Y ESTO PRODUJO UNA REACCIÓN EN CADENA DE VIDA EN LA CIUDAD DE SICAR. Jesús esta “fusionado” con el Padre. Jesús trajo una palabra que se “fusionó” en el corazón de la mujer samaritana. Al ser encendida con el fuego del Cielo, a su vez ella trajo una palabra que se fusionó en las vidas de muchos de los samaritanos. ¡Este es el camino de Dios! ¡Funciona! No es un camino de movimiento lento para alcanzar a las naciones. ¡Es el CAMINO DE DIOS! Y Él está preparando un pueblo en esta hora que saldrá por Su camino, de forma que todas las naciones puedan ser impactadas con la vida y la energía del evangelio del Reino de Dios.

 

 

  1. Nacidos el Espíritu

 

Aquí tenemos la Ley del Espíritu de declarada abiertamente por nuestro Señor. ES COMO EL VIENTO. “El viento sopla de donde quiere y oyes su sonido, mas ni sabes de donde viene ni a dónde va. ASÍ ES TODO AQUEL QUE ES NACIDO DEL ESPÍRITU (Juan 3:8). No puedes entenderlo. No puede predeterminar ni sus orígenes ni sus destinos. No puedes controlarlo. Y ME TEMO QUE POR ESO SOMOS MUY RÁPIDOS EN RECHAZARLO. PORQUE ESTA MÁS ALLÁ DE NUESTRA CAPACIDAD DE MANIPULARLO. Nacimos de nuevo por esta clase de Ley.     PERO DIOS QUEIRE QUE VIVAMOS Y NOS MOVAMOS POR EL MISMO ESPÍRITU Y POR LA MISMA LEY POR LA QUE NACIMOS AL REINO.

 

  1. En el estanque de Betesda

 

Una multitud yacía en su miseria. “Enfermos... ciegas, cojos y paralíticos, esperando el movimiento del agua”. (Juan 5:3). ¿Puedes ver a la multitud en su dolor, y tienes de repente el sentir de querer correr allí para arrojarlos a todos al agua?  ¡Eso no ha funcionado! ¡Lee las estadísticas de la evangelización del mundo en este siglo y seas empujado a admitir que los caminos del hombre no funcionan! Pero allí llegó un Hombre que estaba motivado por una ley distinta, la Ley del Vida. No bajó al estanque porque hubiera escuchado que había mucha gente enferma allí, y así, era una buena oportunidad para tener un “avivamiento”.  Sé esto porque Él sólo sanó a un hombre devastado en el estanque. Pero al estar motivado por la Ley de Vida, estaba imposibilitado para obrar en el reino de la ley natural:

 

“No puedo Yo hacer por Mí mismo, según oigo, así juzgo. Y Mi juicio es justo porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre.” (Juan 5:30).

 

Este era su secreto. Estaba moviéndose en armonía con el Cielo; y el Cielo siempre respondía—NO PORQUE FUERA EL GRAN MESÍAS Y EL GRAN OBRADOR DE MILAGROS, SINO PORQUE ANDABA EN LA VOLUNTAD DE DIOS, Y DIOS ERA TOTALMENTE GLORIFICADO EN TODO LO QUE HIZO.

 

Algunos dicen, “Si yo tuviera el don de milagros, yo iría a los hospitales y sanaría a todo el mundo.” Bueno, puedes intentar hacer eso. Pero Jesús no lo hizo porque NUESTRO SEÑOR JESÚS NO ERA ACTIVADO POR LO QUE TENÍA, SINO POR SU CONSAGRACIÓN A ANDAR CON EL PADRE CELESTIAL.

 

  1. Alimentando a las Multitudes

 

Era la Pascua y Jesús estaba a punto de obrar un gran milagro al alimentar a las multitudes con “cinco panes de cebada y dos peces” (Juan 6:9).

 

Jesús no hacía cosas como ésta todos los días ni tampoco lo intentaba.  No intentaba hacer nada PORQUE EN SU ENTREGA AL PADRE NO HABÍA NADA QUE EL PUDIERA HACER. La iglesia sigue clamando: “¡Haz lo que puedas... Haz lo que puedas...!” Pero Dios continúa trabajando en los corazones de hijos disciplinados hasta que puedan responder: “NADA PUEDO HACER POR MI MISMO”. Las necesidades de la humanidad  se aceleran mucho más rápido  que nuestra capacidad de producir un impacto visible en satisfacer esas necesidades. Y Dios  quiere que sepamos que Él está mucho más preocupado de lo que lo estamos nosotros, y que ÉL TIENE UN PLAN DE ALCANZAR A TODAS LAS NACIONES CON EL PAN DE VIDA SI TAN SOLO ESTAMOS DISPUESTOS A ESCUCHAR LO QUE ÉL TIENE QUE DECIR:

 

“Y tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias, los repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados.” (Juan 6:11).

 

¿Qué había sucedido? Una reacción en cadena de vida había impregnado cada trozo de pan que Jesús rompió y dio a Sus discípulos.

 

LA FUSIÓN NUCLEAR SE DESVANECE EN COMPARACIÓN CON LA PODEROSA REACCIÓN DE VIDA QUE SE PONE EN MARCHA CUANDO NUESTRO SEÑOR JESÚS SE FUSIONA A SI MISMO CON LOS CORAZONES DE LO SHOMBRES. De Sus manos a las manos de ellos—y después a todo el mundo—todo el tiempo. HUBO UNA IMPARTICIÓN DE PODER CREATIVO QUE SE MULTIPLICÓ UNA Y OTRA VEZ Y OTRA VEZ, PARA SATISFACER CADA NECESIDAD DE AL MENOS 15.000 PERSONAS SENTADAS EN LA HIERBA—Unos 5000 hombres, sin contar mujeres y niños.

 

¿Oímos lo que Dios está diciendo? Que el pan de la Pascua es SUFICIENTE PARA CADA CORAZÓN HAMBRIENTO, Y QUE AL HACERNOS UNO CON ÉL, Y AL SER LLEVADOS A SUS MANOS, PARA SER ROTOS Y BENDECIDOS,¡PODEMOS SATISFACER CADA NECESIDAD DE ESTE MUNDO FAMÉLICO POR CAUSA DE LA OPERACIÓN DE LA LEY DEL ESPIRITU DE VIDA EN CRISTO JESÚS!

 

Pero tenemos que identificarnos concienzudamente con el cordero de la Pascua que fue sacrificado, si es que vamos a ser esos panes rotos en las manos del Maestro. No nos excusemos diciendo que Jesús es ése pan, y que Él ya no está aquí...”SIENDO UNO SOLO EL PAN, NOSOTROS, CON SER MUCHOS, SOMOS UN CUERPO; PUES TODOS PARTICIPAMOS DE AQUEL MISMO PAN. (1ª Cor. 10:17).

 

Cierto, nuestro Señor Jesús es ese pan, pero Dios quiere que nosotros nos hagamos uno con Él, para que la reacción en cadena de Su vida redentora pueda fluir a través de nosotros, haciéndonos ser UN PAN Y UN CUERPO para la vida de la humanidad. Gastaremos nuestras energías en maratones o paseos, tratando de hacer lo imposible por levantar millones, o miles de millones para satisfacer las necesidades de los hombres---y por favor, entended lo que estoy diciendo—unas pocas migajas de nuestras mesas, están satisfaciendo las necesidades de algunos de forma poco significativa. PERO, ¿ESTAREMOS DISPUESTOS A CONVERTIRNOS EN PAN ROTO EN LAS MANOS DEL MAESTRO PARA SATISFACER TODA NECESIDAD DE LA RAZA HUMANA? ¡Este es el camino de Dios! ¡El único método de Dios para alcanzar a las masas!

 

  1. El levantamiento de Lázaro

 

 

Consistente con los caminos del Señor Jesús, Él esperó a qué el Padre hablara antes de actuar. Y consistente con los caminos del Padre, pareció haber esperado demasiado y finalmente ser demasiado tarde.  No fue que Jesús hubiera prolongado su estancia por demasiado tiempo y que repentinamente decidiera darse prisa para solucionar esta situación desesperada. En su lugar, ESPERÓ DELIBERADAMENTE QUE LÁZARO MURIERA. El propósito es brevemente declarado: “PARA QUE EL HIJO DE DIOS SEA GLORIFICADO POR ELLA”. (Lee Juan 11:4-6).

 

Sabemos, y ciertamente Dios lo sabe también, que las necesidades de la humanidad están mucho allá de la posibilidad de que nuestros recursos humanos puedan satisfacerlas ni siquiera vagamente. AHORA BIEN, ES BUENO SI PODEMOS RECONOCER LA NECESIDAD, PERO ES FATAL PARA LAS MULTITUDES QUE MUEREN, SI NO CONOCEMOS EL CAMINO DE DIOS PARA SATISFACER ESAS NECESIDADES.

 

Parece terriblemente cruel, lo sé, que el Señor prolongara su estancia “dos días en el mismo lugar”, cuando la necesidad era tan grande. Pero escuchemos estas palabras de seguridad: ES PARA QUE EL HIJO DE DIOS PUEDA SER GLORIFICADO. La tardanza de Dios en responder a las necesidades de Su pueblo ha sido a lo largo de todos los tiempos una de las cosas mas dolorosas al corazón de Sus siervos. Fue el clamor de los hijos de Israel en su esclavitud. Fue el clamor de Moisés. Fue el clamor de David. Fue el clamor de los profetas: “Oh, Dios, ¿Por qué no intervienes  en este asunto?” Amados, podéis estar seguros de que Dios sí ve, y si entiende, y se preocupa, PERO SU PROBLEMA HA SIDO ENCONTRAR A LOS VASOS OBEDIENTES, DÓCILES, QUE ESPERARÁN EN DIOS HASTA TENER SU RESPUESTA. Se cree que la palabra “Lázaro” procede del Hebreo ”Eliezer”, que significa, “Dios es nuestra ayuda”. Y cuando Dios haga algo muy especial, Él ESPERARÁ hasta que la situación se vuelva completamente desesperada, PARA QUE SÓLO ÉL PUEDA SER GLORIFICADO. Cuando el Señor finalmente viene a Betania, la única cosa que sus afligidas hermanas podían hacer, era lamentar Su tardanza:”Señor, Si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto.” (v.21).

 

No estoy diciendo que el Señor no haya estado haciendo cosas muy maravillosas en la tierra desde el principio, o que Él no esté haciendo cosas grandes hoy, PERO A PESAR DE TODO ELLO, LAS NECESIDADES SON MAYORES HOY, Y LA ESCLAVITUD ES MÁS SEVERA QUE EN CUALQUIER OTRO MOMENTO DE LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD. PORQUE DIOS HA DETERMINADO QUE EN ESTA HORA DE EXTREMA DESESPERACIÓN Y FALTA DE EXPECTATIVA, ÉL SE REVELE A SÍ MISMO EN ESTE ÚLTIMO TIEMPO, COMO LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA, A UN MUNDO EN UN CAOS EXTREMO.

 

 

“¿No podía éste, que abrió los ojos al ciego, haber hecho también que Lázaro no muriera?” (v.37).¡Por supuesto que sí! PERO ÉL HA ESPERADO QUE SUS SIERVOS VENGAN A ÉL EN DESESPERACIÓN PARA PODER RADIR SU GLORIA EN UNA DEMOSTRACIÓN TAL DE LA VIDA DE RESURRECCIÓN DE JESÚS, QUE ESTE MUNDO JAMÁS HA CONOCIDO.

 

ÉL ESPERA HASTA QUE LA MUERTE  SE DESENFRENA...

 

ÉL ESPERA HASTA QUE LA MUERTE ESTÉ EN CONTROL SUPREMO...

 

ÉL ESPERA HASTA QUE EL REINO DEL PECADO Y DE LA MUERTE HA ALCANZADO SU ZÉNIT DE PODER Y AUTORIDAD EN LA TIERRA...

 

HASTA QUE EL MUNDO ENTERO ESTA AL BORDE DE LA EXTINCIÓN...

 

HASTA QUE EL HOMBRE PUEDA JACTARSE DE TENER EN SU PODER LA ANIQUILACIÓN DE TODA VIDA EN ESTE PLANETA...

 

HASTA QUE EL HOMBRE HA PUESTO EN MARCHA UNA REACCIÓN EN CADENA DE PECADO Y DE MUERTE QUE HA TRAGADO A TODO EL MUNDO, Y AHORA PRETENDE TRAGAR A LA IGLESIA...

 

ANTES DE LIBERAR LA REACCIÓN EN CADENA DE VIDA QUE DESTRUIRÁ LA LEY DEL PECADO Y DE LA MUERTE.

 

“¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?” (v. 40),

 

“Y cuando hubo hablado, gritó a gran voz, “¡Lázaro, ven fuera!”. Y el que estaba muerto salió, atados los pies y las manos, y su rostro estaba envuelto en un sudario. Jesús les dijo, “Desatadle y dejadle ir”. (v. 43-44).

 

Fíjate en esto. Suena extraño que los hombres amen la muerte más que la vida, y las tinieblas más que a la luz. Pero es así como es—porque uno es el enemigo y la antítesis del otro.

 

¿De verdad crees que cuando los siervos de Dios comiencen a obrar milagros de vida de resurrección, el mundo se va a echar a correr detrás de ellos?

 

NO A MENOS QUE PUEDAN MANIPULAR AL QUE HIZO EL MILAGRO Y SUJETARLO EN EL SISTEMA DE ELLOS.

 

Habrían recibido a Jesús con alegría como su Rey. Si tan sólo se hubiera ADSCRITO AL SISTEMA DE ELLOS. De hecho, intentaron forzarle en ese modelo.

 

¿Entonces que hay de notable en esta manifestación de Resurrección y de Vida? Esto: LA MANIFESTACIÍN DE LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA EN LÁZARO SE CONVIRTIÓ EN EL CATALIZADOR QUE ACELERÓ EL PECADO, LAS TINIEBLAS, LA DEPRAVACIÓN Y EL ODIO DEL CORAZÓN HUMANO.

 

Sus enemigos reunieron al consejo y airearon el problema: “¿Qué haremos? Porque este hombre hace muchas señales. Si le dejamos así, todos creerán en Él: y vendrán los romanos y destruirán nuestro lugar santo y nuestra nación.” (Juan 11:47-48).

 

CUANDO JESÚS MULTIPLICÓ LOS PANES Y LOS PECES, LOS JUDIOS NOMBRARON UNA DELEGACIÓN QUE ENVIARON A ÉL PARA FORZARLE A SER SU REY. (Juan 6:15) PERO CUANDO JESÚS REVELÓ LA RESURRECCIÓN  Y LA VIDA EN UN HOMBRE QUE NO SÓLO ESTABA MUERTO, SINO QUE SE ESTABA PUDRIENDO EN LA TUMBA, TOMARON CONSEJO PARA MATARLE.

 

Fue esta manifestación de vida de resurrección lo que puso en marcha el decreto de crucifixión de nuestro Señor. “DESDE AQUEL DÍA ACORDARON MATARLE.” (v. 53).

 

 La bendición carismática y el poder para darnos un acceso gratuito a los panes y los peces, no plantea ningún problema a la mayor parte apóstata de nuestros sistemas religiosos. Pero cuando Dios comienza la reacción en cadena de la Ley del Espíritu de Vida en Cristo Jesús, SU PROPÓSITO FINAL ES APARTAR LOS CAMINOS DEL HOMBRE Y SUS REINOS, TANTO EN EL MUNDO COMO EN LA IGLESIA. EL ENEMIGO SABE ESTO Y PODEMOS ESPERAR Y ANTICIPAR UNA ENORME MEDIDA DE SUFRIMIENTO PARA EL CUERPO DE CRISTO CUANDO ESTO COMIENCE A SUCEDER.

 

Ahora bien, podemos evitar la Cruz si escogemos cooperar con los sistemas mundanos de los hombres, y buscar involucrarnos con los reinos del mundo.

 

PERO SI DE VERDAD APRENDEMOS EL CAMINO DE DIOS, Y COMENZAMOS A MOVERNOS CONFORME A LA LEY DEL ESPIRITU DE VIDA EN CRISTO JESÚS, HABRÁ UNA ACELERACIÓN DE ESA LEY OBRANDO EN NOSOTROS, QUE NOS LLEVARÁ A UNA AMPLIA CONFRONTACIÓN CON LOS REINOS DE LAS TINIEBLAS.

 

Conozcamos y entendamos ahora la sabiduría de la Cruz, y el propósito de Dios en todo lo que vendrá sobre el pueblo de Dios en esa hora:

 

W C = L²

 

¡EN LOS PROPÓSITOS DE DIOS, LA SABIDURÍA DE LA CRUZ LLEVARÁ A SU PUEBLO A LA VIDA—UNA VIDA MAS ABUNDANTE, VIDA DE RESURRECCIÓN, QUE TRAGARÁ A LA MUERTE EN VICTORIA!

 

PRIMERO... EN NUESTRA MORTALIDAD...Y DESPUÉS, EVENTUALMENTE LA MORTALIDAD SERA TRAGADA POR ESTE MISMO ESPÍRITU Y ESTA MISMA LEY DE VIDA AL SONIDO DE LA ÚLTIMA TROMPETA (1ª Cor. 15:52). ¿Qué paradoja tan extraña es ésta? ¡QUE JESÚS, LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA, FUERA CLAVADO EN LA CRUZ PARA MANIFESTAR VIDA A UN MUNDO DE PECADO Y DE OSCURIDAD!

 

PERO EN LA SABIDURÍA DE LA CRUZ, DIOS HA TRAÍDO LA PRINCIPE DE LA LUZ Y DE LA VIDA A UNA CONFRONTACIÓN CON EL PRÍNCIPE DE LAS TINIEBLAS Y DE LA MUERTE, “PARA DESTRUIR POR MEDIO DE LA MUERTE AL QUE TENÍA EL IMPERIO DE LA MUERTE, ESTO ES, AL DIABLO; Y LIBRAR A TODOS LOS QUE POR EL TEMOR DE LA MUERTE, ESTABAN DURANTE TODA LA VIDA SUJETOS A SERVIDUMBRE”. (Heb. 2:14-15).

 

¿Y cual es el resultado de todo esto?

 

“QUE COMO EL PECADO REINÓ PARA MUERTE, ASI LA GRACIA REINE POR LA JUSTICIA PARA LA VIDA ETERNA POR MEDIANTE JESUCRISTO.” (Rom. 5:21).

 

Amados, tened por cierto que cuando la Ley del Espíritu de Vida en Cristo Jesús comience a funcionar bajo el liderazgo y el dominio de Cristo, el pueblo de Dios va a ser empujado a su cruz, tan ciertamente como el Señor Jesús lo fue a la suya.

 

Pero no busquemos huir de esa cruz. Todo lo contrario, abracémosla. No dudemos en tomar nuestra cruz hoy, y cada día, y andar en el camino del discipulado como Jesús amonesta. La cruz que tú y yo esperamos cambiar por una corona, no es la cruz en la que murió Jesús, sino la que Él  ha provisto para que tu y yo muramos en ella, y que descubriremos al agarrarnos a la del Señor.

 

Capítulo 8 -- La Ley de Vida en la Iglesia Primitiva

 

 

 

 

 

Gloria en Lugar de ceniza Parte IV – Reacción en cadena en los ámbitos del Espíritu – George H. Warnock

 

CAPÍTULO 8 – LA LEY DE VIDA EN LA IGLESIA PRIMITIVA

 

Hemos visto de qué forma tan preciosa funcionaba la Ley de Vida en el Señor Jesús cuando Él estaba aquí. Pero hemos olvidado que Él ha hecho provisión para que la misma ley que había en Él, fuera transmitida a Su pueblo; para que la vida de Resurrección que Él es, pudiera convertirse en el principio y en la ley que potenciaría a todos los que se unieran a Él.  Es por esta razón que se marchó. Vino a crucificar la Ley del Pecado y de la Muerte, pero habiendo hecho esto, ya no había más necesidad de permanecer por más tiempo en la tierra.

 

PORQUE POR SU MUERTE EN LA CRUZ, Y SU ENTRONIZACIÓN EN LOS CIELOS, PODRÍA LIBERAR LA LEY DEL ESPÍRITU DE VIDA A LOS MIEMBROS DE SU CUERPO EN LA TIERRA.

 

Él se marcharía, pero regresaría con una nueva energía, una nueva fuerza, un nuevo principio, una nueva Ley de Vida en Su pueblo. Y esta nueva ley sería tan efectiva en el pueblo que dejaba atrás, como lo había sido en Él mientras estuvo aquí. Esta es la clara enseñanza del Señor, y esta era la carga de Su corazón cuando dijo a Sus discípulos que tenía que marcharse. PERO VOLVERÍA DE NUEVO DE UNA FORMA NUEVA, EN EL ESPÍRITU DE LA VERDAD, PARA MORAR CON ELLOS Y GOBERNAR Y REINAR EN SUS VIDAS EN UN NUEVO PRINCIPIO Y EN UNA NUEVA LEY DE VIDA. Una nueva energía sería liberada desde el trono, una nueva dimensión de gloria que sería tan efectiva en ellos como lo había sido en Él, mientras caminaba en la tierra. Esta fue Su oración:

 

“Yo en ellos, y Tú en Mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que Tú me enviaste, y que los has amado a ellos, como también a Mí me has amado.” (Juan 17:23).

 

Jesús no estaba hablando de que nosotros fuéramos hechos UNO de forma distinta o ajena a ser hechos UNO CON ÉL, ASI COMO ÉL ERA UNO CON EL PADRE. No tiene nada que ver con ecumenismo, con reunir a las iglesias en una gran organización. Satanás está incluso promoviendo eso, tan ciertamente como promovió la construcción de la Ciudad y la Torre de Babel. Porque esta unión o “fusión” unos con otros es solo posible cuando somos FUSIONADOS UNOS CON OTROS por la gracia renovadora, y cuando entramos en unión y armonía  con el Señor Jesús. El camino del hombre (ladrillo en lugar de piedra y asfalto en lugar de mezcla—Gén. 11:3), solo terminará en confusión. Ir por el camino del hombre solo fortalecerá la Ley del Pecado y de la Muerte, y le dará una mayor aceleración en las vidas de los no regenerados. Jesús se marchó a Su trono exaltado en los Cielos para poder perpetuar en la tierra esa misma vida, la misma gloria, el mismo Espíritu de Verdad, que Él era cuando estuvo aquí. Su pueblo haría las mismas obras que Él hizo, e incluso mayores, por causa de Su entronización en los Cielos como el Sumo Sacerdote de un “ministerio más excelente”.

 

Por tanto, este es el secreto de los principios tempranos de la vida de la Iglesia. La misma ley que funcionó en Jesús estaba ahora en Su Iglesia. El Espíritu Santo era Señor en medio de Su pueblo, así como Jesús fue el Señor en Su trono de Gloria. Porque no era otro Señor, SINO EL MISMO ESPÍRITU DE JESÚS. Dios comenzó la Iglesia con gran sencillez de movimientos espirituales en la tierra. Y ÉL VA A TERMINAR LA OBRA EN JUSTICIA—NO EN FRACASO. Muy rápidamente la Iglesia se apartó del camino de Dios, se cansó de la Cruz y sucumbió a la tentación de comerciar con ella y cambiarla por una corona de gloria y honor mundanos. La Cruz en la que una vez se gloriaron, fue sustituida por una cruz que Constantino llevaba en sus estandartes de batalla. Siempre que llevemos una cruz en nuestros estandartes o una cruz de oro alrededor del cuello, no constituimos ninguna amenaza al reino de la oscuridad. Satanás sabe esto y cuando sus desvaríos como león rugiente resultan no tener ninguna eficacia contra una Iglesia sufriente, es raudo en cambiarse de atuendo y ponerse el de ángel de luz.

 

En muchas ocasiones en la historia del Pueblo de Dios, sea en el Antiguo Testamento como en el Nuevo, Dios se ha levantado en gran poder y ha traído grandes liberaciones a Su pueblo. Dios levantaría jueces en Israel y siempre que el juez juzgara justamente, Dios daba etapas preciosas de liberación y reposo. Pero no duraban mucho. Con tan solo una o dos generaciones por delante, el pueblo de Dios caía de nuevo en sus ataduras, haciendo su propia cosa. Entonces Dios intervenía de nuevo, y tomaba a un vaso escogido, un vaso completamente devastado, débil, frustrado, empobrecido---y sin embargo, clamando a Dios por todas estas cosas en su gran necesidad.

 

Pero estas operaciones poderosas de Dios parecían ser de corta duración, y en generaciones sucesivas, había sucedido conforme al lamento del profeta:

 

Contadlo a vuestros hijos,
y vuestros hijos a sus hijos,
y sus hijos a la siguiente generación.
Lo que dejó la oruga, lo comió la langosta;
lo que dejó la langosta, lo comió el pulgón;
y lo que dejó el pulgón, lo comió el saltón.

(Joel 1:3-4)

 

Lo triste de esto es que todos nosotros estamos preparados para mirar a nuestros gloriosos comienzos, o a algunas de Sus gloriosas visitaciones en generaciones anteriores, pero fallamos en creer que el deseo de Dios para Su Iglesia sigue siendo el de moverse en este ámbito, en esta clase de gloria. Ahora, en estos momentos de gran caos en la Iglesia, así como en el mundo, parece como si nos contentáramos de hacer lo mejor que podamos con lo poco que tengamos, en lugar de reconocer que este no es el Camino de Dios.

 

La iglesia ha sido inundada con pecado e iniquidad en nuestra generación, mucho más allá de cualquier cosa que el pueblo de Dios pudiera haber imaginado incluso hace unas pocas décadas. El mismo espíritu rebelde e inicuo que llena la tierra ha tragado a la Iglesia y los verdaderos siervos de Dios están abrumados por su incapacidad de tratar con esto.

 

PERO DIOS QUIERE QUE SEPAMOS QUE ÉL HA PROVISTO DE MAYOR GRACIA PARA ESTOS TIEMPOS DE GRAN MAL,”QUE COMO EL PECADO REINÓ PARA MUERTE, ASÍ TAMBIÉN LA GRACIA REINE POR LA JUSTICIA PARA VIDA ETERNA MEDIANTE JESUCRISTO, SEÑOR NUESTRO. “(Rom. 5:21).

 

Culpamos a los tiempos, al “día malo” en el que vivimos, PERO EL REINO DE LA GRACIA PUEDE TRATAR CON CUALQUIER COSA QUE SATANÁS U HOMBRES MALIGNOS PUEDAN DAR A LUZ.

 

¡NUESTRO VERDADERO PROBLEMA NO ES EL DÍA MALO EN QUE VIVIMOS, SINO REHUSAR HUMILLARNOS A NOSOTROS MISMOS Y NO ADMITIR QUE HEMOS PERDIDO EL CAMINO, PARA BUSCAR EL ROSTRO DE DIOS DE NUEVO, PARA QUE DE NUEVO SU ESPÍRITU SANTO PUEDA CONVERTIRSE EN EL SEÑOR EN MEDIO DE NOSOTROS!

 

¿Dónde está nuestro Bautismo de viento y fuego?

 

Los primeros discípulos recibieron la exhortación de “ESPERAR A LA PROMESA DEL PADRE”. Esta es la clave de todo el asunto. Pero ahora podemos jactarnos: “El Consolador ha venido. No tenemos que esperar por más tiempo”. Hay millones de personas hoy día que se jactan de tener la experiencia de Hechos 2:4. Pero, ¿Dónde están las ciudades incendiadas con el poder y la gloria de Dios por estos “millones” de “personas llenas del Espíritu”? ¿Cuál es el problema? Hay algo instalado en los corazones de las personas que les hace pensar que si tienen la experiencia de Hechos 2:4, ninguna otra cosa aparte de eso,  tiene la más mínima importancia. ¡Lo tienen todo!   Pero estemos seguros de esto: Hechos 2:4 no tiene ningún significado si no tenemos Hechos 2:1, y Hechos 2:2 y Hechos 2:3. ¿Qué hay de los vientos de Dios? ¿Que hay del fuego de Dios? Estas expresiones que hacen referencia a la presencia de Dios pueden olvidarse muy fácilmente, para nuestra vergüenza y desnudez. Fue el FUEGO de la presencia de Dios y la unción que consumía al puñado de discípulos que esperaban en Dios en aquellos primeros días, lo que les hizo involucrarse en una reacción en cadena del Espíritu, que a su vez, trajo a multitudes al Reino, e incendió las ciudades con la presencia de Dios.

 

Pero el fuego de Dios también encendió un fuego en los corazones de sus enemigos. Tened por cierto que una cosa produce la otra. No puedes escapar de ello si estás realmente andando en los caminos de Dios y si estás lleno de Su presencia. El mundo no puede odiarnos siempre que seamos muy parecidos a él. Pero a Jesús odiaron, y a Pablo odiaron, porque liberaron una luz y una gloria que penetró en los reinos de la oscuridad, con la única intención de consumir los caminos rebeldes de los hombres. Los espíritus malignos ya no claman en nuestra presencia, “Dejadnos solos”, porque no hacemos mucho para molestarles. Pero cuando un pueblo comienza a andar en la luz y la gloria de Su presencia, la oscuridad no puede aguantarlo, y los espíritus de oscuridad clamarán en temor.

 

Veamos brevemente el funcionamiento de la Ley del Espíritu en la Iglesia primitiva.

 

Doce hombres que se movían en Dios incendiaron Jerusalén con el evangelio de Cristo. No por su capacidad organizativa, sino por el fuego de Dios. Una reacción en cadena de una serie de movimientos espirituales comenzó en medio de ellos, una vida tocando a otra vida... y a otra... y a otras... hasta que la ciudad al completo fue llena con la “doctrina” del Cristo viviente.

 

Cinco hombres, al menos cinco expresamente mencionados por nombre, están buscando a Dios muy en serio en Antioquía. Como resultado, el Espíritu Santo habla claramente y dice, “Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a qué los he llamado” (Hechos 13:2). Estos doce hombres salieron para comenzar un fuego dondequiera que aterrizaran. El fuego de Dios siempre se extiende muy rápidamente dondequiera y cuando quiera que exista la yesca seca de vidas quebrantadas y devastadas. Cuando el Espíritu de Dios es el Señor hay una poderosa reacción en cadena de movimientos espirituales, una vida tocando a otra vida, y después a otra... y a otra. Pero no vas a empezar esta clase de reacción ardiente sin el fuego de Dios. No lo vas a hacer con el fuego del celo humano, elocuencia humana, organización humana, o cualquier otra clase de entretenimiento. Puede que reúnas muchedumbres con estas cosas, y que dejas atrás algunos libros y cassettes. Pero sólo vas a comenzar una ardiente reacción en cadena  cuando el Espíritu Santo esté ahí, para enviar una Palabra consumidora por el aliento de Su boca.

 

Después Dios dispersó a la Iglesia en Jerusalén por otra clase de fuego—el fuego de la persecución. PERO LA DISPERSIÓN DEL PUEBLO DE DIOS NO ERA OTRA COSA QUE LA DISPERSIÓN DE LA SEMILLA PRECIOSA. Por dondequiera que fueran, el evangelio del Reino era proclamado en poder y autoridad. Que Dios nos conceda participar de una medida abundante del fuego de Dios antes de que los fuegos de la persecución caigan sobre nosotros. Entonces podremos manejarlos.  Entonces producirán  una obra hermosa de limpieza en medio de Su pueblo. Necesitamos el fuego de Dios para prepararnos para ese día, pero podemos estar seguros de que si nos movemos en el fuego de la unción de Dios, se producirá la persecución.  Esteban ardía con tal llama de la unción que a sus enemigos les rechinaron los dientes. Pero el fuego de Dios estaba ardiendo, y ningún hombre podía apagarlo.

 

Felipe bajó a Samaria y predicó a Cristo y todo el país fue despertado cuando el Espíritu Santo se movió poderosamente en los corazones del pueblo. Pero Felipe sabía que era el Espíritu Santo quien gobernaba, y cuando Dios le envía al desierto por razones únicamente conocidas por Dios, no dudó en dejar este poderoso avivamiento en Samaria temiendo que en su ausencia, las cosas se salieran de su control. EL Señor estaba en control, no Felipe. Dios sabía lo que estaba haciendo y los siervos de Dios estaban contentos de dejar que Él tuviera el control. Allí, en el desierto, Felipe esperó el siguiente paso.

 

EN LOS MOVIMIENTOS DE DIOS, NO ESTAMOS HACIENDO LO MEJOR QUE PODEMOS INDEPENDIENTEMENTE, Y ESPEANDO QUE DE ALGUNA MANERA, DIOS TRAIGA ALGO DE FRUTO DE TODO ESTO. CUANDO APRENDEMOS A MOVERNOS CON EL ALIENTO DE SUS MOVIMIENTOS, ES DIOS QUIÉN PREPARA LA INTERACCIÓN DE SUS SIERVOS CON LAS VIDAS DE HOMBRES Y MUJERES, PARA PRODUCIR ESTA PODEROSA REACCIÓN EN CADENA DE LA LEY DEL ESPÍRITU DE VIDA.

 

Felipe simplemente espera que Dios complete el cuadro; porque lo que Dios está haciendo en Sus siervos que se mueven en el Espíritu, es una hermosa obra maestra de Su propia sabiduría y genio.

 

Aquí llega un hombre de Etiopía, que regresaba de su tiempo de adoración en Jerusalén, sentado en su carro y leyendo al profeta Isaías. Felipe es inmediatamente empujado a unirse al carro, y comienza ahí mismo, donde el eunuco estaba leyendo, “y le predicó a Jesús”. ¡Qué coincidencias tan hermosas y magistrales “suceden” cuando los siervos de Dios comienzan a andar por Su camino! La Iglesia en Jerusalén no se estaba reuniendo en comités para tratar de resolver el problema de alcanzar a las naciones con el evangelio, o de organizar fuerzas de trabajo que cumplieran la gran comisión. El Espíritu Santo era el Señor de la Iglesia, y Él decía a los siervos que Le esperaban, qué hacer, dónde ir, cuando hablar. Al caminar en Su voluntad, todo el Cielo se movilizaba y se formaba para la batalla, para estar junto a los siervos de Dios y coordinar las fuerzas del mundo espiritual con las obras de un pueblo obediente.

 

Entra Saulo de Tarso, respirando amenazas y muerte contra el Señor Jesús. Pero él no sabía que el fuego de Dios era mucho más ardiente que cualquier cosa que pudiera exhalar de su ardiente pecho. Dios se reveló a Sí mismo en una llamarada de gloria que era MÁS BRILLANTE QUE EL BRILLO DEL SOL DEL MEDIODÍA. Repentinamente, fue atrapado por el Señor. Esa es la palabra que Pablo usaría más tarde, cuando mencionó lo que le había sucedido. Dios le había atrapado. Dios le había arrestado y le había reclutado para el servicio en el ejército del Señor. He aquí  una vasija escogida del Señor, “porque muchos son llamados, pero pocos son escogidos”.

 

El Espíritu Santo quiere ser el Señor en medio de nosotros, como el Señor Jesús es el Señor en el trono. Es Él quien inicia los planes y los propósitos de Dios en la tierra, y ordena el caminar de Sus siervos que están comprometidos en hacer Su voluntad. Así, aquí en Damasco, hay un siervo de confianza, y el Señor le dice que vaya a la Calle recta, e imponga sus manos sobre un nombre llamado Saulo, para que fuera sanado. Él le recuerda al Señor que este hombre tenía una pésima reputación entre los cristianos, pero el Señor le confirma que sabe lo que está haciendo. Ananías encuentra a Saulo, le impone las manos y le restaura la vista. Y entonces da a su vaso escogido una pequeña indicación del propósito de Dios en todo lo que Él ha hecho. Pablo había de conocer la VOLUNTAD DE DIOS Y VERLE, Y OIRLE HABLAR. (Lee Hechos 22:14). Eso abarca mucho territorio, pero inmediatamente Pablo sabe que está bajo órdenes militares. ÉL HA DE RESTRINGIRSE COMPLETAMENTE A LA VOLUNTAD DE DIOS. Y al caminar este gran apóstol en la voluntad de Dios, de qué forma tan maravillosa puede verse la liberación del Espíritu de Vida a través de Su ministerio, provocando una ardiente reacción en cadena de vida espiritual dondequiera que fuera—encendiendo un fuego aquí, y otro allí, y después avanzando en su camino mientras el fuego continuaba ardiendo.

 

Podríamos seguir y seguir todo el camino a lo largo del libro de los Hechos y observar las poderosas obras que fueron cumplidas, pero queremos hacer el énfasis correcto. No estamos simplemente hablando de grandes y maravillosos milagros. Queremos enfatizar el Señorío de Cristo en todo ello, y como el Espíritu Santo estaba en control-RECLUTANDO VASIJAS ESCOGIDAS, DIRIGIENDO, MOTIVANDO, POTENCIANDO AL PUEBLO DE DIOS PARA HACER LA OBRA QUE EL SEÑOR RESUCITADO TENÍA EN MENTE COMO EL SEÑOR DE LA IGLESIA.

 

NADIE TRATABA DE HACER NADA.

 

NADIE TRATABA DE CUMPLIR LA GRAN COMISIÓN.

 

ERAN EL PUEBLO DE DIOS, SIERVOS DEL ALTÍSIMO, ENTREGADOS A HACER LA VOLUNTAD DE DIOS, A ANDAR EN SU PODER Y EN SU UNCIÓN.

 

Como nos emocionamos ante estos poderosos movimientos del Espíritu de Dios, al andar Él en un pueblo santo y limpio en los primeros  días de los comienzos de la Iglesia. ¡PERO QUÉ TRISTE ES, CUANDO EL PUEBLO NO RECONOCE QUE DIOS QUIERE A SU IGLESIA DE LOS ÚLTIMOS DÍAS CAMINANDO EN LA MISMA VIDA Y EN LA MISMA UNCIÓN!

 

PORQUE DIOS JAMÁS ORDENÓ QUE SU IGLESIA SE MOVIERA POR LA TIERRA DE NINGUNA OTRA FORMA, POR MEDIO DE NINGÚN OTRO PODER, O A TRAVÉS DE NINGÚN OTRO MÉTODO, QUE EL QUE ÉL HABÍA DISPUESTO EN EL PRINCIPIO—LA LEY DEL ESPÍRITU DE VIDA EN CRISTO JESÚS. ÉL SIEMPRE ESTÁ HACIENDO COSAS NUEVAS, PERO SIEMPRE POR MEDIO DE LA MISMA LEY DEL ESPÍRITU. SI PERDEMOS ESTO DE VISTA, Y LO HACEMOS A NUESTRA MANERA, LO PERDEMOS TODO.

 

Capítulo 9 – El deseo de Dios para La Iglesia de los últimos días


 

 

Gloria en Lugar de ceniza Parte IV – Reacción en cadena en los ámbitos del Espíritu – George H. Warnock

 

CAPÍTULO 9 – EL DESEO DE DIOS PARA LA IGLESIA DE LOS ÚLTIMOS DÍAS

 

El pueblo de Dios ha cometido dos males mencionados por el profeta Jeremías:

 

 

“Me dejaron a Mí, fuente de agua viva... y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no...   retienen agua.” (Jer. 2:13).

 

Me pregunto cual de los dos es el peor mal: abandonar el camino de Dios es bastante malo de por sí; pero en lugar de regresar a Dios, sustituyeron el río abundante por cisternas rotas, lo cual parece mucho peor aún.

 

La provisión de Dios para Su pueblo en esta era maravillosa del Espíritu Santo es abiertamente declarada por el Señor:

 

“EL QUE CREE EN MÍ, COMO DICE LA ESCRITURA, DE SU INTERIOR CORRERÁN RIOS DE AGUA VIDA. ESTO DIJO DEL ESPÍRITU QUE HABÍAN DE RECIBIR LOS QUE CREYESEN EN ÉL. PORQUE AÚN NO HABÍA VENIDO EL ESPÍRITU SANTO, PORQUE JESÚS NO HABÍA SIDO AÚN GLORIFICADO” (Juan 7:38-39).

 

Dios quiere inundar Su Iglesia una vez más con ríos de agua viva. Es nuestra herencia en Cristo: “Porque JEHOVÁ tú Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes y de manantiales, que brotan de valles y de colinas.” (Deut. 8:7).

 

¿Crees que eres de los que habitan en lugares bajos? Da gracias a Dios por ello. Es ahí donde las aguas vivas desean fluir. Un viejo himno de la Iglesia dice algo parecido:

 

“Como el arroyo encuentra un lecho muy bajo,

Así Jesús camina con los humildes y los santos....”

 

Los arroyos de Dios siempre buscan los lugares bajos, al fluir del corazón de Dios. Tenemos que humillarnos a nosotros mismos para que el agua de la vida pueda fluir una vez más. Abandonar estos arroyos vivos es un gran mal; pero el segundo mal muestra una completo desprecio hacia el Dios que profesamos servir. El camino del hombre no puede retener los arroyos refrescantes de agua de vida. Las cisternas de los hombres no pueden retener el agua. Necesitamos arrepentirnos de ambos males, y especialmente del segundo, para que los arroyos de vida que una vez fluyeron de Su iglesia puedan de nuevo ser liberados desde el trono. Que la escoria y los escombros de los filisteos puedan de nuevo ser quitados de los pozos que abrió Abraham, y comiencen a fluir de nuevo en medio de Su pueblo como una fuente de vida. Hemos construido muchas presas denominacionales y cisternas, o algunas independientes, con la esperanza de mantener una provisión de agua pura y refrescantes, pero pronto las aguas se estancan. Todo el mundo sabe que su estanque de agua no fluye, se estanca. Dios pide a Su pueblo que abandonen la construcción de cisternas y que regresen a la Fuente. Los esfuerzos del hombre de hacer que las cosas “se muevan” en la Iglesia, son incansables, y lo que estamos sacando de todo ello, no es otra cosa que “cisternas rotas que no retienen agua”.

 

Pero Dios está de nuevo en la escena para hacer algo al respecto. Es para Su gloria que Él se va a levantar en la tierra en poder y en autoridad. Él es sumamente celoso por causa de Su propio nombre, Su glorioso Nombre que ha sido corrompido entre las naciones.

 

“Y haré notorio mi santo nombre en medio de mi pueblo Israel, y nunca más dejaré profanar mi santo nombre; y sabrán las naciones que yo soy Jehová, el Santo en Israel.” (Ezequiel 39:7)

 

Dios ha prometido que “la gloria postrera de esta casa será mayor que la primera” (Hageo 2:9). Dios dice que está “esperando el precioso fruto de la tierra”, por lo que podemos estar seguros de que el fruto que Él está esperando va a ser de la mayor calidad, y sumamente precioso a Su vista. (Santiago 5:7).

 

Jesús no prometió que las puertas del Hades no “prevalecerían” contra Su Iglesia—por lo que estoy seguro de que la batalla final de la era de la Iglesia va a ser una batalla gloriosa y triunfante. (Mat. 16:18).

 

Dios ha puesto ministerios en el Cuerpo de Cristo con el propósito expreso de llevar a la Iglesia a “UN HOMBRE PERFECTO, A LA MEDIDA DE LA ESTATURA DE LA PLENITUD DE CRISTO”, por lo que estoy seguro de que va a suceder. (Efe. 4:13).

 

Así pues, ¿Qué está haciendo Dios hoy?

 

Está haciendo todo lo que Él necesita hacer para traer a su plenitud el mismo deseo de Su corazón. Lo hará a pesar de las multitudes incrédulas en la Iglesia. Pero enseñamos estas cosas y escribimos estas cosas para que los que crean, puedan tener una confianza y una seguridad renovadas para levantarse en la fortaleza del Señor y seguir al Cordero dondequiera que Él pueda llevarnos.

 

Porque todos los loables esfuerzos del hombre por establecer el Reino de los Cielos, van a resquebrajarse cuando los simples, los débiles, los bajos, y los despreciados de los hombres, aquellos a quienes el apóstol Pablo llama los “nada”, se levanten en el poder de Su Señor u sean vestidos con la armadura del Dios y con los pies hermosamente preparados con las sandalias del apresto del evangelio de la paz. (lee  1ª Cor. 1:28).

 

El mundo y la Iglesia van a sorprenderse a lo grande cuando vean a estos “nadas” en medio de nosotros, revestidos con la gloria de Dios, funcionando en ministerio sacerdotal ante Dios; y trayendo sanidad, misericordia, gracia, amor y verdad a los que están sentados en la oscuridad.

 

Porque es verdad que Dios pone ministerios especiales de “apóstoles, profetas, evangelistas, pastores, maestros” en la Iglesia---pero no para que estos ministerios puedan ser glorificados. El propósito de ellos es ministrar tal verdad que el Cuerpo de Cristo pueda ser entretejido en unidad, PARA QUE CADA MIEMBRO SE CONVIERTA EN UN MIEMBRO VIVO, VITAL DE ESE CUERPO, MINISTRANDO LA VIDA DE CRISTO A OTROS. Esto sucede escasamente casi por todas partes, PERO ESTO DEBE SUCEDER SI ESTE CUERPO HA DE CONVERTIRSE EN EL PAN Y EN EL  LOAF DEL QUE HABLA EL APÓSTOL.

 

Me temo que en su mayor parte, el ministerio del día presente está muy feliz de dejar todos los asuntos tal y como están, tras ellos. Pero esto no es lo que Dios quiere. Quiere una ministración del Espíritu entre el pueblo que se fusionará miembro con miembro en el Cuerpo de Cristo, con el fin de producir una reacción en cadena de la Ley de Vida por todo el cuerpo. EL “ministerio” en sí no puede conseguir esto, ni éste es su propósito. Son puestos ahí, en el cuerpo, para producir un ministerio fructífero en el resto del Cuerpo (Efe. 4:12). Saúl mantuvo a todo el mundo muy ocupado en su reino, pero no es de esto de lo que estamos hablando. Esto no es lo que Dios quiere decir cuando dice que “Él ordenó el Cuerpo , dando más abundante honor al que le faltaba, para que no haya desavenencia en el cuerpo; sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros.” (1ª Cor. 12 :24-25). El verdadero ministerio compartirá la carga del corazón de Dios y buscara a Dios muy en serio para tener esa ministración del Espíritu que traerá esta vida gloriosa del Cuerpo de Cristo, porque es en este cuerpo y a través de este cuerpo, y no meramente a través de ministerios especiales, que las poderosas obras de Dios van a cumplirse en esta última hora. Lo que estamos defendiendo no es que tengamos reuniones abiertas  para que todo el mundo participe y diga lo que hay en su mente: es una sensibilidad en el Espíritu para que cada uno pueda ministrar la vida de Cristo a los demás.

 

“De quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.” (Efe. 4:16).

 

El Cuerpo está “bien concertado”. No se trata de hacer que los miembros se hagan compatibles unos con otros, tratando de hacerlos “aptos” donde es obvio que no “encajan”. Sólo Dios puede quitar esos bordes ásperos, esas áreas de voluntad egoísta y de autocompasión, así como toda la rebelión hacia los caminos de Dios, para poder hacernos “bien concertados”.  Pero cuando el ministerio del Espíritu de Verdad ministra gracia a los corazones de los oyentes, y el pueblo de Dios desea caminar en obediencia a la voluntad de Dios y en la voluntad de Dios, entonces de qué forma tan hermosa Él colocará a cada miembro con cada miembro en un total colectivo. No estoy diciendo que no pueda haber un compañerismo significativo unos con otros hasta que todo esto suceda; pero el Cuerpo de Cristo no será efectivo ni tendrá poder en Dios hasta que sea “bien concertado” por Su Espíritu.

 

“Y compactados”. En otro lugar estas palabras se traducen como “tejidos juntos” (Col. 2:2,19). Es Dios quien hace el trabajo de tejernos juntos, porque es Su prenda, la que Él esta tejiendo para Su propia gloria. Sólo Él sabe como entrelazar los hilos de Sus propósitos en las vidas de su Pueblo y como unir una vida a otra—y a otra—por causa de su trato espiritual en sus corazones y vidas, y por causa de Sus propios propósitos. Todos somos “uno” en Cristo. Pero hay uniones especiales entre ciertos miembros conforme al plan de Dios. Tú no escoges a ese miembro en particular que sientes que te gustaría unirte a él en el espíritu. Esta es la prerrogativa de Dio, porque Dios está tejiendo un patrón de Su propia sabiduría y propósito. Él no une especialmente a un tobillo con un hueso en el brazo, aunque son “uno en Cristo”. Los dedos se unen cada uno a su miembro compañero, y así, por todo el cuerpo. Nuestro Dios es el Alfarero. Él es el Tejedor. Él es el Constructor y el Arquitecto. ÉL es el Labrador. Él tan sólo nos pide que cedamos en Sus manos, que seamos fieles en obedecerle y en hacer Su voluntad; porque Él escoge nuestro lugar y llamamiento marcados en el Cuerpo de Cristo. Él sabe lo que está haciendo y seguirá moldeándonos y formándonos conforme a Su voluntad.  Él seguirá cincelando y quitando lo áspero, lo labrado toscamente, hasta que estemos compactados y unidos unos con otros por Su sabiduría, gracia y poder. Él continuará tejiendo el patrón de Su hermosura y sabiduría en las vidas de Su pueblo, al tejerlos juntos por Su Espíritu.

 

Por todas las coyunturas que ayudan mutuamente.”. La coyuntura es ese lugar de unión. Quizás podríamos asemejarlo al ligamento, puesto que esta es la cosa que une a un miembro con otro. Cada hueso debe tener su “ligamento” espiritual unido a su miembro compañero en el cuerpo. Cada tabla del Tabernáculo que Moisés construyó, tenía una argolla de oro para recibir a cada una de las planchas que se conectaban entre sí, y para conectar cada argolla con su compañera, de forma que la estructura fuera estable y firme.

 

Es en vano tratar de crear esta clase de relación espiritual que sabemos que Dios anhela. Debemos contentarnos simplemente con hacer sólo la voluntad de Dios, en lo que concierne a nosotros personalmente, y dejar a Dios que Él determine cómo, de qué manera, y a quién en particular, Él va a unirnos en Su Cuerpo glorioso.  Si estamos haciendo la voluntad de Dios fielmente en nuestro puesto, en algún lugar en el camino de Dios descubriremos esa coincidencia divina, esa convergencia con otros, esa confluencia con espíritus emparentados, en el hermoso marco de lo que Dios está haciendo. No es nada que tenga que ver conmigo, por medio de la planificación, promoción o manipulación.

 

“Según la actividad propia de cada miembro”. Cada miembro tiene su propia medida particular de ministerio qué impartir a los demás. Pablo dice que “obra efectivamente”. Esto es lo que la unción es para nosotros. SI la unción no está ahí, la carga caerá sobre uno o dos individuos a quienes nos han enseñado a considerar como el “ministerio ungido” de Dios.  Pero su lugar como ministros ungidos es el de ministrar verdad por la unción, para que la misma unción fluya por todo el resto del cuerpo.  No podemos hacer que esto suceda. Con frecuencia hay decepciones cuando la comunión se “abre” para ministrar, cuando algunos de los más agresivos traten de enfatizar algún asunto que no tenga verdadera importancia en cuanto a la ministración de vida y de verdad. Sin embargo, los que ven la importancia de que cada miembro se convierta en un órgano vital del Cuerpo viviente de Cristo, seguirán ministrando la unción a los oyentes hasta que se levanten en la fuerza y en la hermosura de Cristo.

 

Pero tenemos que estar preparados, hermanos en el ministerio, cuando esta reacción en cadena de vida comience a impregnar al Cuerpo de Cristo—tenemos que estar preparados para ver la DISMINUCIÓN de los ministerios mayores, a cambio del CRECIMIENTO de todo el cuerpo.

 

Moisés y Elías  jugaron un papel muy importante en la presentación de Cristo en el Monte de la transfiguración. Pero repentinamente, la Nube de la Presencia de Dios los cubre, y Moisés y Elías se desvanecen PARA QUE SOLAMAENTE CRISTO PUEDA SER GLORIFICADO—PARA QUE LOS HOMBRES PUEDAN VER A JESÚS SOLMANTE.

 

EL PROPÓSITO COMPLETO DEL CUERPO DE CRISTO NO ES LA EXALTACIÓN DEL MINISTERIO NI DE NINGÚN MIEMBRO ESPECIAL, SINO SÓLO EXALTAR AL CRISTO VIVIENTE.

 

Y Dios quiere que cada miembro sea “especial”—que cada uno sea un “miembro en particular”—para que en la manifestación completa y en la expresión del Cuerpo de Cristo, todos los hombres puedan ver sólo a Jesús.

 

En este momento no estamos viendo nada remotamente semejante a esto, PERO ESTO HA DE VENIR—Y ESTO SERÁ PRECISAMENTE LO QUE ELMINE LAS DESAVENENCIAS EN EL CUERPO DE CRISTO.

 

Él ordenó el Cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba, para que no haya desavenencia en el cuerpo; sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros.”  (1ª Cor. 12:24-25).

 

“...Todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí....recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.” Es Cristo quien edifica Su Iglesia, pero el Cristo está en Su Cuerpo, y Se considera a Sí mismo uno con el cuerpo. Por causa de la Unción (que es Cristo), dice que el cuerpo “va edificándose”. En el mismo sentido dice que “la tierra produce fruto de sí misma...” (Marcos 4:28). Sabemos que no es sólo la tierra—se necesita la lluvia, el sol, el cuidado del labrador, y todo eso. Pero los ingredientes de la vida del jardín están ahí en la tierra, y la capacidad divina está en la semilla, para recibir la humedad y absorber los minerales y las virtudes del sol. Y la vida que está en la semilla es nutrida con cada ingrediente que necesita para germinar y crecer. Así es en el Cuerpo de Cristo.

 

NUESTRO SEÑOR JESÚS, POR SU ASCENSIÓN A LOS CIELOS, POR SU ENTRONIZACIÓN EN EL TRONO DE GLORIA Y POR LA ADMINISTRACIÓN DE SU ESPÍIRITU EN LA IGLESIA, NOS HA PROVISTO DE TODO LO QUE NECESITAMAMOS PARA PRODUCIR EN LA TIERRA UNA IGLESIA LLENA DE TODA LA PLENITUD DE DIOS, Y ENDOSADA CON TODO LO QUE SE NECESITA PARA LLEGAR A LA PLENITUD DE LA ESTURA DE CRISTO.

 

El secreto de todo ello sigue siendo una fórmula secreta en cuanto a lo que se refiere a nuestra capacidad para hacer que suceda; pero “el secreto del Señor es para los que le temen  y el Camino de Dios es recto, y funcionará. Ya ha funcionado en gran medida en el tiempo de la siembra de la buena semilla en la tierra, en los tiempos de los comienzos de la Iglesia primitiva; y ha funcionado en pequeña medida muchas veces a lo largo de la historia de la misma. PERO EL CLIMAX AÚN HA DE LLEGAR. LA COSECHA COMPLETA AÚN HA DE LLEGAR. EL LABRADOR SIGUE ESPERANDO LA PLENITUD DE TODO ELLO—EL PRECIOSO FRUTO DE LA TIERRA. ÉL ESTÁ ESPERÁNDOLO PORQUE SABE QUE LO VA A TENER. NO VA A SER DECEPCIONADO; HA PUESTO EN MARCHA UNA REACCIÓN EN CADENA DE UNCIÓN QUE RÁPIDAMENTE CONSUMARÁ SUS PROPÓSITOS.

 

ESTÁ ESPERANDO A UN PUEBLO, PERO NO ESTÁ ESPERANDO MÁS ACCIÓN POR NUESTRA PARTE. ESTÁ ESPERANDO A UN PUEBLO QUE APRENDERÁ A ESTAR QUIETO Y A ESPERAR EN ÉL. ESTÁ ESPERANDO A UN PUEBLO QUE SIMPLEMENTE SE CONSAGRARÁ A HACER SU VOLUNTAD. ESTÁ ESPERANDO A AQUELLOS QUE ESTÉN PREPARADOS PARA ABANDONAR SU VISIÓN PARA OCUPARSE EXCLUSIVAMENTE DE LA SUYA.

 

Al enfatizar esta relación colectiva en el Cuerpo de Cristo, con frecuencia  se ha fracasado en la ministración al Cristo viviente de tal forma que se ha magnificado y engrandecido la libertad individual en el Espíritu de algunos. Muchos líderes agresivos y ambiciosos han hecho estragos en el Cuerpo de Cristo llevando a la gente a una sujección a sus ministerios, en lugar de a una unión significativa con el Señor Jesús mismo. Y consiguen todo esto al tergiversar lo que Dios tiene en mente en cuanto al orden y el gobierno divinos. Al hacernos “miembros en particular” en el Cuerpo de Cristo, habrá un incremento del fluir de Cristo a través de nosotros, y no una disminución.  Cuánto más unidos estemos mediante una unión vital unos con otros en el Cuerpo de Cristo, mayor será nuestra apreciación individual y nuestro amor por el Señor Jesús mismo, y más significativa será nuestra andadura personal con Él. Y también serán mayores nuestra paz, nuestro reposo y nuestra libertad. Si no fuera así, lo mejor sería que examinásemos nuestros corazones—que pidiéramos a Dios que escudriñara nuestros corazones—y después,  pedirle la gracia  para dejar esta pequeña Babilonia con la que nos podemos haber enganchado, pensando todo el tiempo que nos estábamos alejando precisamente más y más de Babilonia, e involucrándonos más y más con Su orden divino. Nuestro Dios es sumamente celoso por Su esposa, y no tolerará que ningún ministerio, no importa cuán grande sea su oficio, lo poderoso que pueda aparentar ser—Dios no permitirá que NINGÚN MINISTERIO SE ENTROMETA ENTRE TI Y TU ANDADURA PERSONAL CON EL SEÑOR JESÚS. UN MINISTERIO VERDADERO, COMO EL DEL APÓSTOL PABLO, TENDRÁ UNA PASIÓN Y UN DESEO SANTO DE PRESENTAR A LA SANTA NOVIA DE DIOS A CRISTO, Y SÓLO A ÉL, COMO UNA VIRGEN PURA.

 

Nuestro amor por Cristo nunca debe ser sustituido con un amor por el cuerpo, o un amor por el ministerio, o un amor por la “cobertura” bajo la cual algunos puedan pretender someternos. Nuestro estandarte encima de nosotros sigue siendo el AMOR DE CRISTO. Nuestra cobertura es nada menos que Sus alas de gloria protectoras.

 

NUESTRA RELACIÓN UNOS CON OTROS EN EL CUERPO DE CRISTO SERÁ CUBIERTA CON UNA MEDIDA MAYOR DE LA GLORIA Y LA PRESENCIA DE DIOS EN NUESTRAS VIDAS—NO UNA GLORIA MENOR. LA REACCIÓN EN CADENA DEL ESPÍIRITU DE VIDA EN MEDIO DE NOSOTROS, HARÁ QUE LA VIDA DE JESÚS SEA MÁS PRECIOSA, Y MÁS SIGNIFICATIVA A CADA MIEMBRO INDIVIDUAL.

 

Si en nuestro énfasis en el carácter completo del Cuerpo de Cristo, no experimentamos individualmente un mayor fluir de Su amor en nuestras vidas y corazones, y una cada vez mayor valoración del Señor Jesús mismo, sino que somos atrapados con el entusiasmo y la animación del glorioso cuerpo de creyentes que se asocian a ello, me temo que entonces hay algo malo en todo ello. Me temo que lo único que tenemos entonces es un Babel que se glorifica a sí mismo, con grandes multitudes que se reúnen para hacer grandes cosas, para construir ciudades, torres y templos, y para  hacer para sí mismos un nombre conocido—PERO EXPULSANDO CON GRAN ÉXITO A CRISTO FUERA DE SU TEMPLO. Hoy día hay tanto de esto—todo bajo el disfraz de “edificar el Cuerpo de Cristo”.

 

Quiero exhortar a aquellos miembros del Cuerpo de Cristo que están cansados de las invitaciones que surgen de ministros prominentes, diciendo “Venid, Uníos a nosotros... venid, uniros al verdadero Cuerpo de Cristo”, y que han sido movidos de un lado para otro en sus esfuerzos por hallar esta comunión significativa  que tú sabes que Dios quiere producir. La prerrogativa de Dios es unirte de forma significativa a miembros-compañeros en el Cuerpo de Cristo. Tu responsabilidad y la mía simplemente es buscar Su rostro y caminar en obediencia a Él. Dejar de ir de un lado para otro—deambulando en busca de reposo. Párate, y reconoce que Él es Dios. De alguna forma, en tu gran deseo de hacer la voluntad de Dios, surgirá una comunión significativa con otros, conforme Dios lo haga. Y cuando esto tome lugar, habrá un incremento en tu vida y en la de los demás, por causa de esta coincidencia divina. No tienes que asistir a todas las conferencias de unidad, leer todos los libros o escuchar a todos los cassettes de enseñanza, para descubrir de alguna manera en qué consiste realmente el Cuerpo de Cristo.  Simplemente haz la voluntad de Dios ahí donde estés... en tu trabajo... en tu negocio... y busca a Dios para que te una efectivamente al Cuerpo que Él está formando por Su Espíritu. Él sabe exactamente dónde estás. No temas poder perderte en las corrientes de las responsabilidades diarias, al tratar de vivir honestamente y cuidar de tu familia. Pero al mismo tiempo guárdate de no ser llevado por la carga creciente de posesiones terrenales; porque como Jesús dijo: “la vida del hombre no consiste en los bienes que posee” (Lucas 12:15). Dios sabe dónde estás. Y Él está buscándote especialmente, si tu corazón es recto hacia Él:

 

Porque los ojos del SEÑOR recorren toda la tierra para fortalecer a aquellos cuyo corazón es completamente suyo....”

(2ª Crónicas 16:9)

 

Muchos están delante, buscando reconocimiento...

 

“Tengo una verdad de los últimos tiempos, Señor, úsame.”

“Creo en el mensaje del Reino, Señor, úsame.”

“Soy parte de las primicias, Señor, úsame.

”Estoy preparado para luchar en el ejército de Dios, Señor, úsame.”

“Conozco la Palabra, Señor, y he hecho un curso de teología, úsame.”

 

Pero sus ojos siguen buscando en los corazones de los hombres, no buscando voluntarios, sino preparado para reclutar a los desvalidos, los débiles, los que son “nada”, cuyos corazones son perfectos hacia Él.

 

El Valle de los huesos secos

 

Creo que aquí hay un cuadro precioso de la forma soberana en que el Señor une al glorioso Cuerpo de Cristo.

 

La mano del SEÑOR vino sobre mí, y me sacó en el Espíritu del SEÑOR, y me puso en medio del valle que estaba lleno de huesos. Y El me hizo pasar en derredor de ellos, y he aquí, eran muchísimos sobre la superficie del valle; y he aquí, estaban muy secos.Y El me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y yo respondí: Señor DIOS, tú lo sabes. Entonces me dijo: Profetiza sobre estos huesos, y diles: "Huesos secos, oíd la palabra del SEÑOR. Así dice el Señor DIOS a estos huesos: 'He aquí, haré entrar en vosotros espíritu, y viviréis. Y pondré tendones sobre vosotros, haré crecer carne sobre vosotros, os cubriré de piel y pondré espíritu en vosotros, y viviréis; y sabréis que yo soy el SEÑOR. Profeticé, pues, como me fue mandado; y mientras yo profetizaba hubo un ruido, y luego un estremecimiento, y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso.Y miré, y he aquí, había tendones sobre ellos, creció la carne y la piel los cubrió, pero no había espíritu en ellos.” (Ezequiel 37:1-8)

 

Hemos oído mucho RUIDO, y hemos visto muchas SACUDIDAS, al salir la voz profética por toda la tierra. Porque cuando Dios habla desde el cielo, siempre hay una sacudida, al despojar el Señor al hombre de todas sus ideas y exponer su locura cuando pretende unir al pueblo de Dios bajo el estandarte de la UNIDAD.

 

SIN EMBARGO, EN MEDIO DE TODO ELLO, SE VA A PRODUCIR UNA UNIÓN EN EL ESPÍRITU QUE EL HOMBRE, CON TODOS SUS RECURSOS CARISMATICOS, IGNORA POR COMPLETO—UNA UNIÓN DE INDIVIDUOS CON CORAZONES, MENTES Y ESPÍRITUS SEMEJANTES. Muchos están cansados de la “unidad” que han tratado de reconocer al juntarse en el valle abierto, y se han cansado de ser empujados a dicha reunión conjunta primero por el apóstol, después separados por el profeta, para terminar juntándose en algún otro lugar.

 

PERO EL SONIDO DEL ESPÍRITU DEL CIELO UNIRÁ MIEMBRO CON MIEMBRO CONFORME AL PLAN Y AL PROPÓSITO  DE DIOS, MEDIANTE UNA PODEROSA REACCIÓN EN CADENA DE ENERGÍA LIBERADA DESDE SUS SIERVOS, QUE ESTÁN SIENDO FUSIONADOS POR LA SABIDURÍA DE LA CRUZ, Y POR LA VIDA DE CRISTO.

 

La voz profética ungida ha sido muy evidente en esta presente generación. Sé que ha habido mucho elemento humano en muchos casos, y mucha falsa unción. Pero a través de todo ello, el pueblo de Dios que genuinamente camina con Él, ha escuchado la voz del Espíritu, al sintonizar sus corazones hacia Dios, habiéndose apartado del sol blanquecino del valle abierto, para unirse a otros miembros compañeros en el Cuerpo de Cristo. Esto no tiene nada que ver con la localización geográfica, y de hecho yo siempre desanimo a la gente a ir en busca del descubrimiento de relaciones significativas con otros en el Cuerpo de Cristo. Con frecuencia, nuestra localización geográfica parece ser un impedimento, y sentimos que somos incapaces de encontrar esa clase de compañerismo espiritual que hemos de tener.  Puede que haya un descubrimiento progresivo de desesperanza, de futilidad, de esterilidad, de falta de fruto, y de MUERTE. Ezequiel también los descubrió: “NO HABÍA ALIENTO EN ELLOS”.

 

¿A qué esperan? ¿Por qué viven ahí en su inquietud—haciendo nada, diciendo nada-- mientras otros, aparentemente muy prósperos y exitosos, hacen grandes cosas para Dios? Simplemente porque NO HAY ALIENTO EN ELLOS, ¡Y saben que no pueden hacer nada sin el ALIENTO DE DIOS! Oh sí, podrían hacer muchas cosas quizás en su fuerza natural, pero Dios lo llama “obras muertas”, porque son obras producidas sin el aliento de Dios. Ojalá pudiéramos creer lo que dijo Jesús, que aparte de una unión vital con Él, en la que SU vida y SU fortaleza fluyen a través de nosotros, NADA PODEMOS HACER.

 

Una profecía al viento

 

Entonces Él me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: "Así dice el Señor DIOS: 'Ven de los cuatro vientos, oh espíritu, y sopla sobre estos muertos, y vivirán.Y profeticé como El me había ordenado, y el espíritu entró en ellos, y vivieron y se pusieron en pie, un enorme e inmenso ejército.”

(Ezequiel 37:9-10)

 

Creo que la voz del Espíritu está a punto de surgir de una nueva manera, en una nueva dimensión de vida y de energía, en una poderosa reacción en cadena en el Cuerpo de Cristo, al comenzar un miembro a edificar al otro, y que las poderosas operaciones de Dios se multipliquen y se incrementen en Su pueblo. Pero el hombre no recibirá gloria de esto. Dios ya ha tratado esto con Sus escogidos, que son sumamente conscientes de su futilidad, su desvalidez, su esterilidad y su muerte. Han aprendido lo que muchos todavía tienen que aprender, que CUALQUIER OBRA POTENCIADA POR MAQUINARIA E INGENIERÍA HUMANAS, ES ESTÉRIL Y FUTIL A LA VISTA DE DIOS. Así, ellos siguen esperando en Dios. Deben ORAR, ORAR, ORAR... ¡SI!  ¡PERO TAMBIÉN DEBEN ESCUCHAR, ESCUCHAR, ESCUCHAR! Porque ciertamente Dios está a punto de hablar de nuevo.

 

Pero no es suficiente que la tierra escuche el sonido de Su Voz. SI EL CIELO NO ESCUCHA EL SONIDO DE LA VOZ DE ELLOS, NO PUEDE HABER RESPUESTA DEL CIELO AL CLAMOR DE SUS SIERVOS EN LA TIERRA. Si el cielo no es alertado de lo que estamos diciendo, no podremos producir la vida y la energía necesarias para los miembros sin aliento del Cuerpo de Cristo. Y así, Dios ordenó al profeta, “Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: "Así dice el Señor DIOS: 'Ven de los cuatro vientos, oh espíritu, y sopla sobre estos muertos, y vivirán.

 

¡Si el pueblo de Dios pudiera entrar en quietud para poder escuchar Su voz para poder llegar a conocer Su camino! Entonces sabríamos y entenderíamos que SÓLO AL ESTAR EN SILENCIO DELANTE DE ÉL, TOTALMENTE DESVALIDOS EN NOSOTROS MISMOS PARA HACER O DECIR NADA, PODEMOS ESPERAR LA RESPUESTA DE LOS CIELOS, DE SOPLAR ALIENTO DE VIDA EN NUESTROS CORAZONES DE PIEDRA. Y SÓLO AL MINISTRAR BAJO SU UNCIÓN, VAMOS A ALERTAR A LOS CIELOS DE LOS CLAMORES DE LA TIERRA Y HAREMOS QUE

LOS CIELOS RESPONDAN A LAS NECESIDADES DE LOS HOMBRES.

 

 

Mientras nosotros esperamos, Dios trabaja

 

Por esta razón Él nos pide que esperemos en Él. Dios sabe que no podemos hacer nada a menos que sea Él quien lo haga. Pero nos lleva tiempo aprender eso. Dios sabe que a menos que Él traiga el reino espiritual aquí a la tierra, no va a suceder nada. Así, Dios trabaja—trabaja en las vidas y en los corazones de los Ezequieles, los Isaías, los Nehemías, los Davides, los Gedeones, que ven y saben y entienden que a menos que Dios intervenga y revele Su Camino, y reclute a un pueblo a quién Él ha preparado a través de mucha prueba y examen, LA OBRA NO SERÁ HECHA—porque no habrá interacción entre el Cielo y la Tierra. No habrá una reacción en cadena de vida de unos a otros. Y así, Él nos mantiene esperando, mientras Él trabaja, obrando todas las cosas para bien para aquellos que Le aman...

 

Obrando humildad y quebrantamiento en los orgullosos y rebeldes... Obrando paciencia, longanimidad y gracia en las vidas de Sus escogidos...

 

Porque es sólo entonces que Sus escogidos están preparados para relacionarse con  las vidas del pueblo de Dios, que ha sido rebajado en el horno de aflicción, y que clama a Él en busca de ayuda y liberación.

 

Y cuando los siervos de Dios han llegado al fin de su fortaleza y de sus recursos, entonces sí empiezan a descubrir los recursos y las riquezas del Cielo. Entonces están ellos preparados para moverse en coordinación con los movimientos del reino celestial. Y sólo entonces hay algún logro con significado eterno para Dios.

 

Y mientras esperamos... Buscamos hacer Su voluntad

 

No estamos hablando de sentarnos cómodamente y consolarnos con grandes revelaciones de verdad. Pero mientras esperamos que Dios HAGA LO QUE SÓLO ÉL PUEDE HACER, buscamos estar fielmente HACIENDO LO QUE ÉL NOS HA DICHO QUE HAGAMOS, Y LO QUE ÉL NOS HA CAPACITADO PARA HACER. SÓLO BUSCAMOS HACER SU VOLUNTAD. No estamos formulando planes para hacer nada.

 

JESÚS HABRÍA FALLADO COMPLETAMENTE AL DESEO DE DIOS PARA SU VIDA SI SE HUBIERA PUESTO A FORMULAR PLANES PARA LA EXTENSIÓN DE SU REINO MESIÁNICO EN LA TIERRA. PERO TUVO ÉXITO COMPLETO PORQUE LLEGÓ A UN PUNTO EN EL QUE ÉL NO PODÍA HACER NADA POR SÍ MISMO, Y SOLO BUSCABA CUMPLIR EL DESEO DEL PADRE CELESTIAL.

 

Tenemos que seguir enfatizando esto porque somos lentos para escuchar. Si sabemos que Dios quiere alimentar a las masas, nos pondremos a levantar fondos para hacerlo. Si sabemos que Dios quiere enviar un ejército a las naciones, saldremos para movilizar dicho ejército. Si sabemos que Él puede librar a una nación de la esclavitud, empezaremos a recortar al enemigo y a contentarnos con el pensamiento de que “Bueno, al menos lo estoy intentando”. Y al hacer todas estas cosas y otras más, ESTAREMOS PERDIENDO COMPLETAMENTE LO QUE DIOS TENÍA EN MENTE.

 

Ciertamente no ha sido en vano que muchos hombres y mujeres a lo largo de la era de la Iglesia, orasen:

 

“Venga Tu Reino

Sea hecha Tu voluntad

Así en la tierra como en el Cielo”

 

Una y otra vez, esta oración ha sido contestada en las vidas de hombres y mujeres que buscaron a Dios en serio en medio gran necesidad. Pero todavía no ha sido contestada en su plenitud.

 

Nunca debemos olvidar que ES SIEMPRE DIOS QUIEN INICIA EL ENCUENTRO DE LOS CIELOS CON LA TIERRA. Nunca es iniciado por individuos celosos que leen la historia y dicen, “Moisés lo consiguió, así que yo puedo conseguirlo... José lo consiguió, así que yo puedo conseguirlo... Wesley lo consiguió, así que yo puedo conseguirlo... Finney lo consiguió, así que yo puedo conseguirlo... “Cada vez que Dios se movía en la tierra en estas poderosas operaciones soberanas, era algo nuevo, algo fresco del almacén de Dios—porque Él jamás ha agotado todos los tesoros escondidos de Su corazón.

 

Creo que el cielo y la tierra van a encontrarse de nuevo, y en medio de toda la angustia y esclavitud de la tierra, tenemos que esperar a oír de Él para que podamos responder de la única forma que glorificará a Dios. El plan del cielo nunca es cumplido por los nuevos carros, los nuevos programas, las nuevas iniciativas, los nuevos métodos que están surgiendo de la Iglesia en esta hora.

 

Porque Dios nos dio a Su Espíritu—no solo para bendecirnos y consolarnos; no para que pudiéramos tener a Alguien poderoso que pudiéramos usar en el Ministerio. LA INTENCIÓN DE DIOS ERA QUE EL ESPÍRITU DE DIOS NOS IMPARTIERA EN NUESTRO INTERIOR UNA NUEVA LEY, UNA NUEVA ENERGÍA, UN NUEVO PRINCIPIO DE VIDA POR EL QUE HEMOS DE VIVIR. (Lee Juan 17:21-22).

 

Mientras esperamos que Dios intervenga y haga lo que sólo Él puede hacer, seamos simplemente fieles en HACER LO QUE ÉL DICE. Si es que nos quedemos en nuestro trabajo, en nuestras tareas insignificantes de la rutina diaria, hagamos lo que Él nos dice. Si pretendo salir ahí fuera para hacer algo “espiritual”, cuando lo que Dios quiere es que yo aprenda la fidelidad en mi trabajo, entonces he fallado en el Camino de Dios. Y si Dios quiere que mi hermano deje su trabajo y salga en Su dirección, y él escoge quedarse con la seguridad de un hogar cómodo y un negocio, entonces él habrá fallado al camino de Dios.

 

MIENTRAS ESPERAMOS QUE DIOS OBRE... HAGAMOS FIELMENTE LO QUE ÉL DICE.

 

Capítulo 10 – Reacción en Cadena en Jezreel


Gloria en Lugar de ceniza Parte IV – Reacción en cadena en los ámbitos del Espíritu – George H. Warnock

 

CAPÍTULO 10 – REACCIÓN EN CADENA EN JEZREEL

 

Te desposaré conmigo para siempre; sí, te desposaré conmigo en justicia y en juicio, en misericordia y en compasión; te desposaré conmigo en fidelidad,
y tú conocerás al SEÑORE; Y sucederá que en aquel día,

 

 Yo responderé--declara el SEÑOR--,
                      Responderé a los cielos, y ellos responderán a la tierra

 Y la tierra responderá al trigo, al mosto y al aceite,
                                                                      Y ellos responderán a Jezreel

 

 

“Y la sembraré para mí en la tierra, y tendré misericordia de Lo-ruhama (la que no recibió compasión); y diré a Lo-ammi (el que no era mi pueblo): Tú eres mi pueblo, y él dirá: Tú eres mi Dios. (Oseas 2:19-23).

 

Fíjate en la provisión de Dios en la tierra, donde traerá verdadero FRUTO. Durante los tiempos de cosecha, buscamos fruto—no cualquier clase de fruto, sino el de la mejor calidad. Dios es el labrador y está buscando CALIDAD SUPERIOR. Lo llama el “precioso fruto de la tierra”, eso es lo que Él espera. Ha esperado durante muchos siglos. Podríamos pensar que fue hace ya mucho tiempo cuando Él recogió la cosecha, cuando los fuegos del avivamiento estaban soplando sobre muchos lugares de la tierra. PERO DIOS HA SEGUIDO ESPERANDO, POR LO QUE ESTOY SEGURO QUE LA COSECHA QUE ÉL ESPERA VA A SER CALIDAD SUPERIOR— ¡LO MEJOR QUE ÉL, EL GRAN LABRADOR, PUEDE PRODUCIR!

 

Todo esto comienza con el “desposorio” de la novia con el novio. Esto es lo que pone en marcha esta tremenda reacción en cadena, esta intrincada serie de movimientos en la que el Cielo y la Tierra se contestan mutuamente, y reaccionan y se relacionan uno con el otro... y con el otro... y con aún otro---siendo la intención de Dios que se produzca una gran cosecha preciosa, para el deleite y el placer del padre de familia. Tenemos que leer este pasaje cuidadosamente.

 

Dios dice, “Te desposaré conmigo en justicia y en juicio”. Porque Él ha de limpiar y purificar a Su pueblo. Este es el primer paso del “desposorio”. Después de eso vienen “la misericordia y la compasión”.

 

Esto produce “fidelidad” por parte de la Novia. Dios siempre es fiel, pero va a costar una impartición de justicia y juicio para hacer que esta novia sea fiel.

 

Y entonces viene para CONOCER AL SEÑOR. Oh, si, antes de todo esto, ella conoce al Señor—COMO una cosa u otra. COMO Salvador, COMO Sanador, COMO Benefactor, COMO Dador, COMO... Pero todo esto no llega al deseo de Dios. ¿Quieres conocer al Señor por lo que Él hace por ti, O POR CAUSA DE QUIÉN ES ÉL, EL SOBERANO GRANDE Y OMNIPOTENTE SEÑOR DEL UNIVERSO Y DE TU CORAZÓN?

 

Todo esto comienza en los cielos, y ellos responderán a la tierra. El cielo quiere derramar sus bendiciones sobre un mundo necesitado, y parece ser su clamor: “Dame agua para la tierra, Oh Señor—la tierra está famélica—dame lluvia para la tierra.”

“Y ellos responderán a la tierra.” Porque la tierra finalmente ha reconocido su situación. Dios dijo que iba a enviar un hambre a la tierra, no de pan o de agua, sino de escuchar las palabras del Señor. El hambre se acerca a gran velocidad. Pienso que está aquí, pero el pueblo de Dios todavía no es muy consciente de eso. Pero hay algunos, y habrá más, que clamarán: “¡Dios, estamos en un estado de hambruna! ¡Venid, Oh Cielos, y derramad vuestra justicia sobre vuestro pueblo! ¡Nos morimos por falta de pan viviente!

 

Y los Cielos oyen, y responden a los clamores de la tierra. El apóstol nos dice que toda la creación está gimiendo y dolida con dolores de parto---quizás con mucha ignorancia de lo que son los gemidos—pero ella gime por liberación. Y los cielos son alertados por los gritos de dolor de la tierra, y Dios prepara hijos, en la misma escuela de obediencia en la que Él preparó a Su unigénito Hijo, para revelarlos en el día que Él ha escogido para la liberación de la tierra. (lee Rom. 8:19-22).

 

Y al responder el Cielo a la tierra, la tierra puede responder al maíz, al vino y al aceite. Sus graneros están vacíos, sus lagares están vacíos. Las tinajas de aceite están vacías. Y claman a la tierra: “Llenadnos con vino, llenadnos con aceite... llenadnos con maíz...”

 

Así, hay una reacción en cadena de vida. Hay nuevo crecimiento en la tierra estéril y desolada. Hay maíz del pan vivo. Hay “vino” que alegra el corazón del hombre”.  Hay aceite de Su unción, que hace que el rostro del hombre brille con Su gloria. Y la radiación de la unción desde el rostro de Su pueblo, producirá poderosas obras de Dios en la tierra.

 

Pero hay una reacción mayor. Jezreel comienza a clamar:

 

“Que la verdad sea plantada en la tierra...

                                    Que la verdad sea plantada en la tierra

                                                            Que la verdad sea plantada en la tierra....”

 

Y cuando la Novia clama a los cielos, “SIÉMBRAME EN LA TIERRA... SIÉMBRAME EN LA TIERRA... SIÉMBRAME EN LA TIERRA...”

 

Y cuando Dios oye los gritos de su amada Novia, y la siembra AHÍ MISMO, ENLA TIERRA, PARA QUE PUEDA REPRODUCIRSE CONFORMORME A SU NATURALEZA EN LA TIERRA.

 

“Jezreel” significa, “Dios sembrará.”

 

Jezreel es la promesa de Dios a la tierra, que Él tendrá una Novia fiel, y que cuando la halle, LA SEMBRARÁ EN LA TIERRA.

 

Jezreel es la promesa de Dios a la humanidad de que su Santo Nombre no será por más tiempo blasfemado entre las naciones por causa de la infidelidad de Su pueblo—por causa la infidelidad de un Esposa adúltera.

 

Y Jezreel es la promesa al mundo de que cuando Su Novia desposada sea limpiada y hecha santa, ÉL LA SEMBRARÁ EN LA TIERRA PARA QUE PUEDA REPRODUCIR SU SEMILLA SANTA EN LA TIERRA. DIOS NO SIEMBRA SEMILLA MUERTA. ÉL SIEMBRA UNA SEMILLA VIVA. Y SI DIOS SIEMBRA UNA SEMILLA VIVA Y JUSTA EN LA TIERRA, LO HACE PARA PODER COSECHAR UNA COSECHA CONFORME A LA SEMILLA QUE ÉL PLANTÓ.

 

¿Por cuánto tiempo dejará Dios a esta Novia santa y a esta Semilla santa en la tierra? No lo sabemos. ¡PERO SI DIOS ESTÁ PLANTANDO ESTA NOVIA SANTA COMO BUENA SEMILLA EN LA TIERRA, SABEMOS QUE LA DEJARÁ AHÍ TODO EL TIEMPO NECESARIO PARA QUE SE REPRODUZCA EN LA TIERRA, PARA LA GLORIA Y HONRA DE SU GRAN NOMBRE!

 

Mencioné más arriba que la Novia desposada gritó: “SIÉMBRAME... SIÉMBRAME... SIÉMBRAME EN LA TIERRA.” Quizás algunos estéis pensando de dónde he podido sacar esto. Lo saqué de la Palabra de verdad, y del Espíritu de Verdad. Ciertamente la Novia desposada de Cristo anhela el día  en que sea revestida de inmortalidad y atrapada para siempre con Su Señor. PERO ES DE VITAL IMPORTANCIA Y PRIMORDIAL, SI CONOCES LAS ESCRITURAS Y EL ESPÍRITU DE VERDAD, QUE SEPAS QUE LA SANTA NOVIA DESPOSADA DE DIOS ANHELA LLEVAR FRUTO EN LA TIERRA.

 

No está egoístamente buscando una salida de este viejo mundo de pecado. Anhela ser sembrada en la tierra para producir fruto en las vidas de otros.

 

Clama con Raquel en su esterilidad: “Dame Hijos, o me muero”. (Gén. 30:1). En la naturaleza de una novia siempre hay un deseo de fertilidad. Clama por hijos. Y Dios oyó su clamor. Incluso en sus dolores departo, al dar a luz a José, escuchamos su clamor por otro hijo aún. Ella le llamó “José”, que significa, “Dios añadirá”, como diciendo, “Quiero otro... Quiero otro... ” Y Dios le dio otro; pero tuvo que morir para darlo a luz. No sabía al clamar en desesperación, “Dame hijos o me muero”, que en respuesta completa a su petición, tendría que morir. ¿Quieres llevar fruto para el Señor? Jesús dijo, “El grano de trigo debe MORIR... o queda solo”.

 

Después escuchamos a la fiel Novia desposada de Dios quejándose con Ana en su esterilidad: “Y ella estaba en amargura de alma, y oró al Señor, y lloró en amargura. E hizo voto y dijo, Jehová de los ejércitos, Si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza.” (1ª Sam. 1:10-11).

 

O se queja con Abraham:


”Señor Jehová ¿Qué me darás, siendo que ando sin hijo?... Mira, que a no me has dado prole...” (Gén. 15:2-3).

 

Muchos nos hemos quejado con el profeta Isaías... y muchos más deberían estar quejándose:

 

“Concebimos, tuvimos dolores de parto,

Dimos a luz viento; ninguna liberación hicimos en la tierra,

Ni cayeron los moradores del mundo.”

(Isaías 26:18).

 

¿Cuántos de nosotros no hemos orado, sintiendo ese sentido de extremo fracaso, de extrema desesperación: “Señor, Por qué no me sacas de la Tierra? ¿Por qué estorbo en la tierra? Señor, hazme llevar fruto en la tierra, o déjame morir.”

 

¡Anímate, si has descubierto que ésta es la oración de tu corazón! Él te mantiene estéril y sin fruto PORQUE TE AMA, Y PORQUE ÉL QUIERE LLEVARTE HACIA LA IMPOTENCIA, PARA QUE EN TU TOTAL IMPOTENCIA, ÉL PUEDA REVELARSE A SÍ MISMO COMO EL FUERTE Y EL PODEROSO—

 

“Los arcos de los fuertes fueron quebrados, y los débiles se ciñeron de poder. Los saciados se alquilaron por pan, y los hambrientos dejaron de tener hambre, Hasta la estéril ha dado a luz siete, y la que tenía muchos hijos languidece. Jehová mata y Él da vida; Él hace descender al Seol y hace subir. Jehová empobrece y Él enriquece; abate y enaltece.” (1ª Sam. 2:4-7)

 

DE ESTA FORMA, LOS CIELOS SIEMPRE RESPONDEN AL CLAMOR DE LOS DÉBILES Y DE LOS IMPOTENTES, PORQUE FUE EL CIELO QUIEN LOS HIZO ASÍ, PARA QUE DIOS PUDIERA SER GLORIFICADO EN DAR VIDA AL ÁRBOL SECO, E HIJOS E HIJAS AL EUNUCO. (Lee Isaías 56:3-5).

 

Nuestro Padre amoroso solo retiene Su promesa con el fin de guiarnos a la impotencia, de forma que Él pueda ser glorificado en revelarse a Sí mismo como la resurrección y la vida en un pueblo estéril y devastado en la tierra.

 

Dios dice, “LA SEMBRARÉ”. ¡Este es el propósito de Su santa novia desposada! No la rapta en cuanto es perfeccionada, no sea que sea corrompida por el mundo en el que es plantada. Porque la semilla que contiene la vida de Dios no se corrompe por el mundo maligno en el que es sembrada.

 

EN LUGAR DE ESTO, LA TIERRA CORROMPIDA EN LA QUE ELLA ES PLANTADA SE CONVIERTE EN BUENA TIERRA PARA LA BUENA SEMILLA DE LA VERDAD VIVIENTE, AL TOCAR VIDAS QUEBRANTADAS, CORROMPIDAS, DEVASTADAS, PECADORAS, CON LAS MISERICORDIAS, LA COMPASIÓN Y EL AMOR DE LA SANTA ESPOSA DE CRISTO.

 

ELLA ES SEMBRADA AQUÍ MISMO, EN MEDIO DE TODO EL MAL, COMO UN EJEMPLO VIVIENTE DE LO QUE DIOS PUEDE HACER POR MEDIO DE CAMBIAR, TRANSFORMAR Y CREAR DE NUEVO A LOS HIJOS CAIDOS DE LOS HOMBRES.

 

Los sonidos del Cielo

 

Así, los sonidos del Cielo---y no olvidemos esto, estos sonidos comienzan en el Cielo—resuenan una y otra vez, y una y otra vez, y otra vez, en la tierra, cuando el Cielo habla y la tierra responde. La Novia habla como Rebeca habló al siervo de Abraham, “Iré con este Hombre”. Responde a la justicia, a la fidelidad y a la verdad. Toca una nota en su corazón. No suena como una doctrina lejana, de la que ha de ser consciente, en su gran deseo de “dejar terminado el trabajo”. Ella está dispuesta a abandonarlo todo PARA CONVERTIRSE EN LA ESPOSA DEL CORDERO.

 

Yo creo que los Cielos se ponen en movimiento con gran emoción cuando miran hacia abajo e intentan comprender lo que Dios está haciendo en la tierra; porque no saben mucho de lo que Dios ha conseguido y lo que conseguirá a través de su gran obra de redención. Pedro nos dice que “anhelan mirar a estas cosas”. (lee 1ª Ped. 1:12).

 

Y entonces los ángeles responden para ministrar a los siervos de Dios en la tierra, los que buscan conocer la voluntad de Dios y caminar por Su camino.

 

El querubín de gloria responde al pueblo que está ante el Señor en su ministerio sacerdotal; porque los querubines también, están ahí, junto al propiciatorio (como descubrirás en el Tabernáculo de Moisés y en el Templo de Salomón). Están dónde está el pueblo de Dios, declarando la justicia de Dios y escuchando las palabras de Su boca. Ellos también son sumamente celosos de la gloria de Dios y de la Iglesia que es Su cuerpo; y son parte del ejército de “espíritus ministradores” enviados del Cielo a ministrar a favor de los elegidos de Dios.

 

“Las ruedas del Querubín”, igualmente responden al Querubín, porque son uno con el Querubín, y tienen igualmente celo por la gloria de Dios. Cuando los querubines son levantados de la tierra, así también son levantadas las ruedas; porque el “espíritu de las criaturas vivientes estaba en las ruedas” (Ezequiel 1:20). Creo que deben representar al ministerio del Cuerpo de Cristo en la tierra, que en los propósitos de Dios, se moverán en hermosa coordinación y armonía con las huestes celestiales. Por eso es TAN IMPORTANTE QUE ENCONTREMOS NUESTRO LUGAR EN LA VOLUNTAD EXPLÍCITA DE DIOS, PORQUE LAS HUESTES CELESTIALES FUNCIONAN EN ESTE REINO, Y ES SÓLO EN ESTE REINO QUE VAMOS A DESCUBRIR QUE LOS RECURSOS DEL CIELO SE ENVÍAN PARA MINISTRAR A NUESTRO FAVOR.

 

Así, los siervos de Dios deben estar muy atentos y responder al Espíritu, y esto no ha de ser difícil, al hacerse cada vez más atentos a la voluntad de Dios. Estos movimientos poderosos de Dios no se limitan a los días de los profetas del Antiguo Testamento. Esta dispensación es mucho mayor, y ciertamente Dios se moverá tan poderosamente en los días de la apostasía de la Iglesia, como lo hizo en los días de la apostasía de Israel. Los siervos de Dios hoy serán atrapados en el Espíritu, como lo fue Ezequiel, para ver y conocer todas las cosas abominables que pasan en la Casa de Dios. Los siervos confiados de Dios no hacen nada por ni de ellos mismos. Sienten el impulso del corazón de Dios y se mueven solo en respuesta a Sus movimientos. Hablan conforme Dios les empuja a hablar. Permanecen mudos, como Ezequiel, cuando son empujados por Dios a quedarse mudos. Saben que son libres para profetizar solo por ser profetas. Ezequiel tuvo que aprender esta clase de disciplina antes de que Dios le enviara a profetizar a las naciones. Dios le ató literalmente durante 390 días en un lado, y después 40 días en el otro. No podía moverse a excepción de cuando Dios le libraba para cumplir los deberes necesarios de cada día y para preparar su porción diaria de pan. Su carga y celo no eran de origen humano. Vinieron sobre él—esta clara y poderosa Palabra—después de comer un “rollo del libro”. Juan el amado también tuvo que “comer el librito”. Es por esto que pueden profetizar a las naciones, a lenguas y a pueblos, de forma que producen reacciones en cadena, poderosas y llenas de autoridad. Las naciones deben responder a esta clase de Palabra no porque estos siervos de Dios sean famosos en la lista de los grandes de la tierra, (porque los profetas de Dios nunca son famosos hasta que mueren), sino los que escuchan esta clase de Palabra, deben reaccionar en una reacción en cadena para el bien o para el mal, porque saben que los hombres corrientes no pueden hablar de esta forma. Esta es la voz de Dios, y ellos la recibirán o la odiarán, dependiendo todo ello de la respuesta de sus propios corazones.

 

Entonces habla con una poderosa voz creativa a “huesos  secos” en el valle abierto. Y se unen en una poderosa reacción en cadena de energía que produce un ruido y una vibración. Surge carne sobre ellos y son cubiertos con tendones, y dotados de órganos que están preparados para la vida de Dios. Hasta entonces, “NO HAY ALIENTO EN ELLOS”.

 

Y de esta forma tiene que hablar de nuevo, esta vez a los vientos del Cielo. No es suficiente que la tierra escuche tus enseñanzas, tus profecías, tus exposiciones de la escritura. Muchos hombres y mujeres podrán emocionarse de las palabras que escuchan de poderosos sermones y profecías, pero si los Cielos no han sido movidos a la acción, NO SE PRODUCE UNA REACCIÓN EN CADENA EN LA TIERRA.

 

 De esta forma, vuelve a hablar, bajo la misma unción profética, PERO ESTA VEZ, SU PROFECÍA ES UNA FUERTE ORACIÓN INTERCESORA DESDE LAS PROFUNDIDADES SU ESPÍRITU Y DE LAS PROFUNDIDADES DEL  ESPÍRITU DE DIOS.

 

“VENID DE LOS CUATRO VIENTOS, O ESPÍIRITU, Y SOPLAD SOBRE ESTOS HUESOS PARA QUE VIVAN.”

 

PORQUE NO IMPORTA LO PODEROSA QUE PUEDA SER TU PROFECÍA, DEBE PENETRAR LOS CIELOS ANTES DE QUE LOS REINOS DE LOS HOMBRES CAIGAN, Y SE ESTABLEZCA EL REINO DE LOS CIELOS EN SU LUGAR.

 

La tierra no teme palabras de meros predicadores, ni de profetas auto-proclamados. Pero la tierra tiembla cuando Ezequiel habla—y ora. Los reyes tenían temor cuando Elías hablaba—y oraba. Félix tembló al oír hablar a Pablo. Cuando la gloria de Dios descansaba sobre la Iglesia en Jerusalén, la gente tenía temor  de acercarse, a menos que sus corazones estuvieran arrepentidos delante de Dios.

 

Porque los hombres no pueden olvidar como Ezequiel habló con las palabras de Dios, y cómo un líder de Israel caía muerto. Recuerdan como un humilde y quebrantado Pedro, moviéndose en armonía con el cielo, habló por el Espíritu y dos miembros de la Iglesia cayeron muertos.

 

Y sin embargo no se gloriaban en esto, sino en las vidas de hombres y mujeres que habían sido traídos al arrepentimiento. Caían sobre sus rostros, como Ezequiel, y clamaban a Dios por misericordia sobre los de voluntad egoísta y sobre los rebeldes. No se gloriaban en el Dios de la ira, sino en el Dios que se deleita en la bondad, en la misericordia y en la justicia.  Pero han de hablar con las palabras de Dios, porque se mueven en las “ruedas” del Cielo, y saben que el propósito de Dios al derramar Sus juicios sobre la tierra es que los “habitantes de la tierra puedan aprender la justicia”. Se deleitan en la misericordia. Claman para que Dios se acuerde de su misericordia, cuando Él revela su ira. (lee (Hab. 3:2).

 

Así, ellos escuchan, y ellos hablan—y escuchan y hablan de nuevo—y la reacción en cadena sigue hasta que los cielos están totalmente ocupados con lo que Dios está haciendo en la tierra. Y la tierra es sacudida desde sus fundamentos por causa de la VOZ que truena  desde el trono por medio de vasos de honra humildes, insignificantes, rotos, pero aprobados.

 

“Cuya voz sacudió entonces la tierra, pero ahora ha prometido diciendo, AÚN UNA VEZ MÁS, y sacudiré no solo la tierra, SINO TAMBIÉN EL CIELO.” (Heb. 12:26).

 

¿Y qué significa esto, “AÚN UNA VEZ MÁS”? Pablo nos dice claramente lo que significa: SIGNIFICA EL BARRIDO COMPLETO DE TODOS LOS REINOS DE LOS HOMBRES, PARA QUE SOLO LAS COSAS INCONMOVIBLES DEL REINO DE DIOS PUEDAN PERMANECER.

 

La Ley de la Semilla

 

Hemos estado hablando sobre “Jezreel” (“Dios sembrará”), y antes de proseguir, debemos hablar un poco sobre el poder y el potencial de la “semilla”. No infravaloremos EL PODER DE LA SEMILLA, y la LEY DE LA SEMILLA.  Es asombrosa, más allá de nuestra comprensión.

 

Siempre hay un gozo cuando uno se encuentra a sí mismo ministrando bajo la unción de Su Espíritu. Porque la palabra que sale no sólo refresca a los oidores, sino que fortalece y refresca al que habla.

 

Pero Dios tiene una forma de mantener a Sus siervos bajo un estado de total debilidad y dependencia de Él. PORQUE SI SOMOS LLAMADOS A SER SEMBRADORES DE LA SEMILLA, ENTONCES DEBEMOS ESTAR PREPARADOS PARA IR AL SUELO Y MORIR SI LA PALABRA QUE VAMOS A SEMBRAR VA A SER EFECTIVA EN LAS VIDAS DE LOS DEMÁS. Esto es lo que Pablo afirmo en su carta a los Corintios. “Así que en nosotros obra la muerte, PERO EN VOSOTROS LA VIDA.” (2ª Cor. 4:12).

 

Se gozó de que pudiera identificarse tanto con la verdad, que podía llevar en su cuerpo la “muerte del Señor Jesús”. Comprendió la Ley de la Semilla. Otros en su día tenían libertad para ir predicando el Evangelio, algunos de los cuales incluso contendían tanto que esperaban añadir a la aflicción de Pablo. (lee Fil. 1:15-16).  Quizás se jactaban un poco de que Pablo “había fallado”. Pero, ¿Quiénes eran estos hombres? ¿Qué sabemos de su obra y de sus logros? No sabemos nada sobre ellos ahora, pero el apóstol Pablo, fiel en sembrar unas pocas semillas de Vida aquí y allí, terminando en una prisión, y finalmente convirtiéndose en un mártir, HA PRODUCIDO UNA COSECHA EN LAS VIDAS DE MUCHOS MILLONES, QUIZÁS CIENTOS DE MILLONES, PUESTO QUE ÉL HA MINISTRADO  A CADA GENERACIÓN DESDE SUS DÍAS HASTA HOY, CON LA PALBRA QUE DIOS LE DIO PARA TODA LA ERA DE LA IGLESIA. COMO UN SIERVO FIEL, NO SÓLO PLANTÓ LA BUENA SEMILLA—SE CONVIRTIÓ EN LA BUENA SEMILLA; SE IDENTIFICÓ COMPLETAMENTE CON LA MISMA PALABRA QUE ÉL PREDICÓ, Y DIO SU VIDA COMO UN VERDADERO DISCÍPULO.

 

Quiero darte una ilustración de la Ley de la Semilla. He escogido la semilla del maíz común. En momentos de productividad normal, puede haber dos o tres granos en un  tallo, a partir de una semilla.  Algunas variedades pueden producir incluso 1000 granos en una espiga, pero sólo vamos a hablar en términos de 100 granos de buena semilla de maíz reproducidos a partir de UNA semilla. Y después estos son sembrados en cada estación sucesiva en la tierra. Así, en la primera estación tenemos 100 granos reservados para la siembra de la segunda estación, en la segunda estación tendremos 100 x 100, o 10.000 granos. (No estamos hablando del total de la cosecha, sólo del incremento a ciento por uno desde la buena semilla de maíz que se plantó). La siguiente estación producirá de nuevo 100 veces más, y así, sucesivamente.

 

AHORA BIEN, EN TAN SOLO CINCO ESTACIONES, TENDREMOS 100 X 100 X 100 X 100 X 100, es decir, 10.000.000.000 (DIEZ MIL MILLONES) DE GRANOS DE MAÍZ, ¡QUÉ ES MÁS O MENOS EL DOBLE DE LA POBLACIÓN ACTUAL DE LA TIERRA!

 

Sé que nuestra visión ha de ser muy alta. Pero nunca hemos de suponer que nuestra visión es alta por perseguir ideas de grandeza, de éxito o de crecimiento, conforme al mundo. O que nuestra visión es alta por pretender congregar a las multitudes más grandes en los auditorios más grandes, o por enviar nuestros libros desde los centros de distribución más grandes, o llevar a cabo los más grandes seminarios.... o las campañas evangelísticas más espectaculares.

 

Lo que el Señor nos lleve a hacer... eso es lo que debemos hacer. PERO NUNCA DEBEMOS DEJAR QUE ESTO SE CONVIERTA EN NUESTRA VISIÓN. SÓLO ENTONCES ESTAMOS DISPUESTOS A DARLO TODO, SI ESA ES LA VOLUNTAD DE DIOS, sin gritar nuestras protestas ante el Dios de los Cielos: “¡Señor, esta es Tu obra! Señor, ¡Tú comenzaste esta obra! Señor, ¡Ayúdanos, tenemos problemas!” Podemos ahorrarnos mucha frustración y ansiedad si nuestra visión es sólo y simplemente LLEGAR A CONOCERLE Y CAMINAR A SU LADO. Entonces, cuando los cuervos dejen de traer su provisión diaria, y el arroyo se seque, simplemente podemos esperar nuevas instrucciones. Que Dios enviara a los cuervos no es razón para que nosotros nos animemos cuando dejen su servicio de recogida de la mesa de los ricos a nuestra propia mesa. Deja de gritar a Dios para que active a los cuervos, y mira a Él para encontrar EL PASO SIGUIENTE. Dios tiene cosas mucho más gloriosas en mente de lo que tú y yo podemos soñar, si estamos orando bien—y escuchando. Debemos orar, orar, orar... Lo sé. PERO NO VAMOS A ORAR BIEN SI NO ESTAMOS ESCUCHANDO LO QUE DIOS TIENE QUE DECIR. Tenemos que dejar de dar órdenes a Dios. ÉL sabe lo que está haciendo. (Como puede que sepas, no hay “signos de interrogación” en la Escrituras originales, y si lees Isaías 45:11 en el contexto de los versículos 9 y 10, sabrás que el profeta sigue preguntando la misma clase de preguntas que hacía en los versículos anteriores: “Así dice el Señor, el Santo de Israel y Su Hacedor, ¿Estás mandándome respecto de Mis Hijos? ¿Vas a darme órdenes acerca de la Obra de Mis manos?”)

 

Estoy seguro de que hay una cosa que Dios va a anular completamente, y es la idea de que tu dinero sea “dinero-semilla”, y que cuanto más des a la Iglesia, más vas a prosperar. Dios ama y recompensa al dador alegre, y aumenta sus recursos para que puedan dar aún más abundantemente. (2ª Cor. 9:8-11). Pero deja muy claro en Su Palabra QUE SU PUEBLO HA DE SER LA SEMILLA QUE TIENE QUE PLANTARSE SI VAMOS A LLEVAR FRUTO EN LA TIERRA. Los verdaderos discípulos son los que ABANDONAN TODO por amor al Maestro al que sirven. (Lucas 14:26-27). LA ENSEÑANZA QUE DICE QUE PUEDES PROSPERAR Y ENRIQUECERTE AL DAR MAS A LA IGLESIA, ES UNA PERVERSIÓN DE LA VERDAD. Tú no puedes ser Su discípulo a menos que todo lo que tengas, todo lo que seas, todo lo que esperas llegar a ser, sea puesto delante de Él  para que Él pueda hacer contigo y a través de ti, como Él quiera.

 

La Iglesia del Dios viviente seguirá moviéndose muy lentamente, O QUIZÁS DEBA DECIR, VAYA MARCHA ATRÁS, hasta que reconozca estos principios muy claros de la Escritura respecto del discipulado. La doctrina de “da y hazte rico” puede haber llenado los cofres de la Iglesia, PERO HA DEJADO AL MINISTERIO Y AL PUEBLO ESTÉRIL. NO HA PODIDO ACELERAR LOS MOVIMIENTOS DEL ESPÍRITU DE DIOS NI EN LA IGLESIA NI EN EL MUNDO. Y nuestro Dios continúa buscando a los que estén dispuestos a abandonar todos sus planes por el conocimiento de Él, y para la gloria de Su Reino. Él quiere que sepamos que separados de Él estamos separados de la Viña. ¡Y NO PODEMOS HACER NADA! No apuntes a lo que puedas ver para tratar de refutar esto. Dios lo ve mucho más claramente de lo que tú y yo podamos verlo. Y MIRA SOBRE TODO ESTO Y DICE: ¡NO ES NADA! Porque solo lo que haya nacido y crecido “por la Ley del Espíritu de Vida en Cristo Jesús” soportará la prueba de Sus ojos de llama de fuego, que todo lo ven.

 

Estoy convencido que en este cuerpo que Dios está levantando en la tierra se va a liberar todo el poder y la energía que se necesita para satisfacer toda necesidad de la humanidad, y que Él podrá enviar ESTE EVANGELIO DEL REINO a todas las naciones en cuestión de unos pocos días, o unas pocas semanas, o unas pocas semanas, EN TANTAS ESTACIONES COMO DIOS MISMO HAYA PREPARADO.

 

PERO LA SEMILLA DE MAIZ HA DE SEMBRARSE ANTES DE PODER PRODUCIR GRANO PARA LOS MOLINOS; Y MÁIZ DEL PAN HA DE SER GOLPEADO Y MOLIDO ANTES DE PODER SER PAN VIVIENTE A LOS HAMBRIENTOS.

 

La Ley de la Semilla es simple, y sin embargo, asombrosa en su operación. ¿Recuerdas como el Señor Jesús dijo, “DOS DE VOSOTROS”, en el contexto de hacer que el Cielo respondiera al clamor de Su pueblo (Mat. 18:19)? Porque lo único que se necesita para comenzar esta dinámica fusión de corazones y mentes semejantes en el Espíritu, son DOS. ¿Cómo habló Jesús de UNA BUENA SEMILLA que se reproduce a sí misma A CIENTO POR UNO (Mat. 18:3)? ¿Qué es lo que dijo Moisés, que UN SIERVO OBEDIENTE DEL SEÑOR HARÍA HUIR A MILES de entre el enemigo? ¿Y como DOS harían huir a un ejército de DIEZ MIL, en lugar de sólo DOS mil (Deut. 32:30)? ¿Cómo pueden DOS SIERVOS de Dios, guiados por el SEÑOR, expulsar a todo el ejército de los Filisteos, y guiarlos a confusión extrema (1ª Sam. 14:13-15? ¿Cómo Dios recortó el pequeño ejército que había reunido Gedeón, hasta quedarse con tan solo TRESCIENTOS soldados probados y entrenados, y como Dios usó a esta pequeña banda para expulsar a todas las huestes de los Madianitas que eran como “saltamontes en multitud”? ¿Y como pudo Gedeón conseguir todo esto después de haber paralizado a su ejército—y no después de haberlos movilizado para la batalla (Jueces 7:7)? ¿Cómo pueden CINCO PANES DE CEBADA  y DOS PECES EN LAS MANOS DE JESÚS, provocar una reacción en cadena tal que se multiplicaron muchas, muchas veces---quién sabe cuántas? ¿Quizás, CINCO MIL PANES Y DOS MIL PECES? Todo ello por causa del toque de las manos del Maestro (Juan 6:11).

 

¿Cómo pueden nuestros predicadores deleitarse tanto en hacer sermones sobre estas cosas, y el pueblo de Dios emocionarse oyéndolas, Y AÚN ASÍ, IGNORAR COMPLETAMENTE LO QUE DIOS ESTÁ TRATANDO DE DECIRNOS?

 

            ¡QUE NO ES POR FUERZA

                                    QUE NO ES POR PODER

                                                            SINO POR MI ESPÍRITU

 

DICE EL SEÑOR!

 

Estamos hablando del Camino de Dios—EL ÚNICO CAMINO DE DIOS PARA ALCANZAR A LAS MASAS Y TRAER LIBERACIÓN A LAS NACIONES. No hay otro camino. El camino del hombre siempre se torna a marcha lenta, y después, a marcha atrás. ¡Y AHORA MISMO, LA IGLESIA ESTÁ RETROCEDIENDO, YENDO MARCHA ATRÁS! Estoy hablando sobre estadísticas llanas y legibles—estadísticas de Iglesia. Una publicación reciente afirmaba que era probable que nacieran más musulmanes en el mundo por nacimiento natural que cristianos nacidos al Reino de Dios. Solo estamos hablando de una religión entre las muchas de la tierra. LA REACCIÓN EN CADENA DE LA LEY DEL PECADO Y DE LA MUERTE ESTA OBRANDO A VELOCIDAD MÁXIMA EN LA IGLESIA, Y SE ACELERA CON CADA AÑO QUE PASA. SI SIGUIERA ACELERÁNDOSE COMO HASTA AHORA, EN UNAS POCAS GENERACIONES LA IGLESIA DE JESUCRISTO SE EXTINGUIRÍA SOBRE LA TIERRA, QUEDANDO SOLO QUÉ MOSTRAR, LOS HUESOS DEL RITUALISMO.

 

Pero sabemos que esto no va a suceder, porque Dios no va a dejar que esto suceda. ¿Por qué entonces hablamos con tal énfasis, y con tal horror en cuanto a los caminos de la iglesia? La respuesta es simple. ES LA PALABRA UNGIDA DE LA BOCA DEL SEÑOR LO QUE TRAE VIDA A LOS CORAZONES DE LOS OIDORES. LOS SIERVOS DE DIOS DEBEN PROCLAMARLA. LAS MULTITUDES NO LA ESCUCHARÁN—PERO LOS FIELES SÍ—PORQUE SI ES UNA PALABRA UNGIDA, NO VOLVERÁ A DIOS VACÍA, SINO QUE CUMPLIRÁ EL DESEO DE SU CORAZÓN Y CUMPLIRÁ EL PROPÓSITO POR EL CUAL ÉL LA ENVIÓ.

 

Es el tiempo de la cosecha, el día por el que el labrador ha esperado tanto tiempo. ¿Entonces por qué gastamos tanto tiempo hablando de sembrar la buena Semilla?

 

ES PORQUE EN ESTE TIEMPO DE COSECHA DIOS ESTÁ ENCONTRANDO GRANO QUE ES TAN PRECIOSO Y DELEITOSO A SU CORAZÓN, QUE ESTÁ DICIENDO A LOS LABRADORES: “LEVANTAD LA TIERRA DE NUEVO. ESTA ES SEMILLA PRECIOSA. ¡DEBO OBTENER MÁS COMO ESTA SEMILLA!”

 

Y VAMOS A VER UNA ACELERACIÓN TAN  ENORME DE LA LEY DE LA SEMILLA, QUE INCLUSO AL TRAER EL GRANO LOS COSECHADORES, LOS SEMBRADORES ESTARÁN TRAS ELLOS TOMANDO ALGUNA DE ESA BUENA SEMILLA Y PLANTÁNDOLA EN LA TIERRA, TAL Y COMO DIJO EL PROFETA:

 

“He aquí, vienen días, dice Jehová, en que el que ara alcanzará al segador, y el pisador de las uvas al que lleve la simiente; y los montes destilarán mosto, y todos los collados se derretirán.” Amós 9:13

 

Dios ha prometido hacer una “obra rápida en la tierra”, ¡Vienen días en que el tiempo de la cosecha será también un tiempo de siembra! Un tiempo de siembra incluso a la par que se cosecha. ¡Y Dios llevará a la madurez a un pueblo nacido de nuevo en el Reino de Dios en esta última hora!

 

Capítulo 11 – La luz de Siete Días en uno sólo


Gloria en Lugar de ceniza Parte IV – Reacción en cadena en los ámbitos del Espíritu – George H. Warnock

 

CAPÍTULO 11 -- LA LUZ DE SIETE DÍAS EN UNO SÓLO

 

Gran parte del pueblo de Dios aborrece el pensamiento de que el Señor Jesús pueda tener en la tierra  un pueblo semejante a Él mismo. Afirman que estamos intentando robar a Jesucristo de Su Gloria. En lugar de eso, lo que sucede es todo lo contrario. Cuando el pueblo de Dios rehúsa andar en la completa orden de la Gloria de Dios, entonces es cuando Dios es robado. La gloria que Dios da siempre es para Su beneficio. “La mujer es la gloria del hombre”, y la mujer virtuosa, por causa de su virtud hace que su marido “esté confiado en ella.... que ella le dará el bien...” (Prov. 31:11-12) Dios quiere una Esposa santa y virtuosa en la tierra, que refleje y muestre la Gloria de Cristo; porque ella ha de ser LA GLORIA DEL HOMBRE. Ha de ser Su semejante, Su plenitud, Su gloria en la tierra. Al hablar de la gloria de los cielos, el salmista dice:

 

“En ellos puso tabernáculo para el sol, y éste como esposo que sale de su tálamo...” (Salmos 19:4-5).

 

Él es visto saliendo de Su cámara, radiante en expectativa al ir al encuentro de Su Esposa—Éste que ha de expresar y radiar Su propia gloria en la tierra. La luna, como sabemos, no tiene gloría en sí misma. Sólo refleja la gloria del Sol. Y de esa radiante Esposa de Cristo se dice:

 

“Hermosa como la luna, esclarecida como el Sol, imponente como un ejército en orden.” (Cantar de los Cantares 6:10).

 

Con todo lo extraño que pueda parecer, va a ser vestida con vestiduras de batalla, y someterá al Enemigo a un fuerte conflicto espiritual. Pero sus vestiduras de batalla no cambian; son las mismas, “ vestida de lino blanco, limpio y blanco”, porque tiene que “vencer al mal con el bien”. (lee Apocalipsis 19:7, Rom. 12:21).

 

Ahora bien, Isaías vio esta luna gloriosa brillando con el mismo brillo que el sol: “Además, la luz de la luna será como la luz del sol..” (Isaías 30.26).

 

¿No dijo Jesús, “Y la gloria que Me diste, Yo les he dado?” (Juan 17:22). ¿Roba esto a Jesús de Su gloria? LEJOS DE ELLO—¡SIMPLEMENTE MULTIPLICA LA GLORIA, PARA HACERLE AÚN MÁS GLORIOSO! Porque la gloria de Dios no es solo lo que es inherente a Su propio Ser—Es lo que Él llega a ser en creciente esplendor y brillo a los ojos de toda la creación. Los ángeles le dan Gloria. Las huestes celestiales dan Gloria a Su Nombre. Los habitantes de la tierra, cuando cumplan su destino en Dios y vuelvan a Él—  ¡Le dan Gloria! Porque la expresión de Su gloria es diseñada por Dios para producir una radiación y un brillo en Sus criaturas, que Le hace aún más, el Todo-Glorioso, y todavía más y más glorioso, al reflejar ellos la sabiduría, el conocimiento, el amor y la hermosura de Aquel que les creó. Sólo cuando fallamos en devolverle a Él toda la Gloria y la honra que Él ha puesto en nosotros, como Lucifer, frustramos y derrotamos completamente los propósitos de Dios, terminando en tinieblas. Siempre que permanezcamos en Su voluntad, y así, cumplamos el propósito por el cual Él nos creó, estaremos dando gloria a Su Nombre:

 

“Tributad a Jehová, Oh hijos de los poderosos, Dad a Jehová la gloria y el poder. Dad a Jehová la gloria debida a Su Nombre. “ (Salmos 29:1-2).

 

Así, Dios dice a los suyos: “Levántate y Resplandece, porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti” (Isaías 60:1).

 

Es la pasión del corazón de Dios que su pueblo participe de la plenitud de Su gloria, porque Dios quiere que Su pueblo muestre Su gloria en la tierra como Jesús lo hizo mientras estuvo aquí. ¡ESA ES LA RAZÓN POR LA QUE SE MARCHÓ! (Lee Juan 17). ¿Para hacernos como Jesús? ¡Si! Porque Jesús fue el Primer Hombre de un orden de Nueva Creación—El Primer Hombre QUE EN VERDAD DIO LA PLENITUD DE LA HONRA Y DE LA GLORIA AL PADRE CELESTIAL. Y DIOS QUIERE A UNA FAMILIA ENTERA COMO ÉL EN LA TIERRA. Es por el decreto de Dios “LA LUZ DE LA LUNA SERÁ COMO LA LUZ DEL SOL...” (Isaías 30:26). ¡Un pueblo que emana la misma luz y gloria del Señor Jesús en la tierra! Una Esposa santa, radiante con Su santidad, Su esplendor—SIENDO EL DESIGNIO DE DIOS QUE CUANDO ESTO SUCEDA, EL CRISTO VIVO BRILLE CON UN ESPLENDOR SIETE VECES MAYOR DEL QUE TIENE AHORA! ¡CÓMO LA LUZ DE SIETE DÍAS!

 

“Y la luz de la luna será como la luz del sol, Y LA LUZ DEL SOL SIETE VECES  MAYOR, COMO LA LUZ DE SIETE DÍAS....” Isaías 30:26

 

¡NO! ¡Es cierto que nunca vamos a llegar a igualdad con Jesús! Cuánto más Le amemos y Le sirvamos y Le glorifiquemos, más participaremos de Su gloria—¡Y ÉL SERÁ MUCHO MÁS GLORIFICADO!

 

Los “siete días” de la historia de la Iglesia han sido grandiosos y gloriosos, pero a veces, vergonzosos y desgraciados. Muchos han sido sus días de oscuridad y muchas sus derrotas. Pero en cada momento de tinieblas y de calamidad, Dios ha sido fiel en levantarse a favor de Su Iglesia, y manifestar una Gloria aún mayor. Si tenemos ojos para ver, no podemos imaginar una hora de mayor oscuridad que la que impregna a la tierra, y que ha inundado a la Iglesia en esta hora. Pero Dios está clamando CON SU VOZ CREATIVA: “Levántate, y resplandece, porque ha venido ya tu LUZ.” Y cuando Su pueblo participe de la gloria del Sol de justicia, ¡EL CRISTO VIVIENTE RESPLANDECERÁ Y BRILLARÁ TANTO “EN SU MANIFESTACIÓN”, QUE SU GLORIA SERÁ COMO LA LUZ DE SIETE DÍAS!  Creo que la gloria que ha de revelarse IGUALARÁ A TODA LA EXPRESIÓN DE LA GLORIA DE CRISTO A LO LARGO DE LOS SIETE DÍAS DE TODA SU HISTORIA.

 

Porque ahora hemos llegado al séptimo día—EL SABBATH de la gran obra de Dios en medio de Su pueblo. El libro de Apocalipsis precisamente trata de todo esto y creo que Dios va a dar una revelación creciente respecto de este libro maravilloso, al desdoblarlo delante de nuestros ojos. Estoy convencido de que se aplica a toda la Iglesia de Jesucristo desde sus comienzos hasta ahora; de otro modo el Señor no habría pronunciado una “bendición” sobre los que lo leerían a lo largo de todos los siglos. Pero ahora hemos llegado al “séptimo día” y el “séptimo día” debe brillar no sólo a la luz de ESTE DÍA en el que vivimos, SINO CON TODA LA LUZ DE TODOS LOS DÍAS ANTERIORES DE LA IGLESIA, PARA QUE LA GLORIA DE LOS SIETE DÍAS SE CENTRE EN ESTA HORA FINAL DE LA  REVELACIÓN DE JESUCRISTO. Porque tenemos que recordar que este libro no el libro de las Revelaciones; no es simplemente un libro de cosas, de eventos, etc. Estos eventos tendrán lugar, cierto. Pero es el LIBRO DE LA REVELACIÓN DE JESUCRISTO, en los siete días de Su gloria; ¡Y EL SÉPTIMO DÍA HA DE BRILLAR CON TODA LA GLORIA DE LOS SIETE DÍAS!

 

Por esto el libro de Apocalipsis está repleto con el número “SIETE”. Está por todo el libro. Está por todas partes. Y lo central del libro entero NO ES EL ANTI-CRISTO, NI LOS TEMPLOS Y SACERDOTES JUDÍOS, NI LAS GUERRAS NI LOS CONFLICTOS NI LAS HAMBRES Y PESTILENCIAS. Grandes son los juicios de Dios y grande el conflicto que surge contra el Enemigo. PERO LO CENTRAL EN EL TODO EL LIBRO ES LA GLORIA DE CRISTO QUE SE LEVANTA COMOE L CORDERO EN MEDIO DEL TRONO EN EL CIELO... Y QUE SE LEVANTA EN MEDIO DE SU IGLESIA EN LA TIERRA, CON EL ESPLEDOR DEL SOL DE MEDIODÍA MULTIPLICADO POR SIETE.

 

Y finalmente en la consumación de todo ello, hay una Esposa Santa, que camina en unión con Él, Y QUE CLAMA A GRAN VOZ EN LA TIERRA, “¡VEN!, ¡VEN!, ¡VEN!, ¡EL ESPÍRITU Y LA ESPOSA DICEN VEN!”

 

¿En qué día el profeta Isaías ve este brillante Sol de Justicia levantándose en la gloria de los siete días?” “EN EL DÍA QUE VENDARE JEHOVÁ LA HERIDA DE SU PUEBLO, Y CURARE LA LLAGA QUE ÉL CAUSÓ” (Isaías 30:26).

 

¿Y como va a suceder todo esto?

 

“Su aliento, cual torrente que inunda; llegará hasta el cuello, para zarandear a las naciones con criba de destrucción; y el freno estará en las quijadas de los pueblos, haciéndoles errar.” (Isaías 30:28).

 

 

Dios dice que Él va a enviar su aliento como un arroyo rebosante, para barrer la vanidad de las naciones.

 

¿Está el pueblo de Dios acurrucado en un rincón, como ovejas hostigadas por los lobos? ¡No! ¡Se están gozando de lo que Dios está haciendo!

 

 

“Vosotros tendréis cántico como de noche en que se celebra pascua, y alegría de corazón como el que va con flauta para venir al monte de Jehová, al Fuerte de Israel. Y Jehová hará oír Su potente voz, y hará ver el descenso de su brazo, con furor de rostro y llama de fuego consumidor, con torbellino, tempestad y piedra de granizo” Isaías 30:29-30)

 

¿Y quieres de verdad perderte esta demostración radiante de la gloria de Dios? ¿Quieres perderte este cántico en la noche, cuando Dios se levante en favor de Su Iglesia? Podemos estar seguros de esto: “la indignación de la ira de Dios” y “el descenso de su brazo” ¡Es en contra de Sus enemigos, no en contra de Su amado Pueblo! ¡Imagínate a los hijos queriendo huir y escondiéndose cuando el Padre intervenga para recatarlos de la crueldad de este fuerte matón! No estoy insinuando que los días de conflicto que ahí por delante vayan a ser de navegación fácil para nosotros. Va a haber aguas muy turbulentas que el pueblo de Dios tendrá que atravesar. Pero cuando el Señor Jesús dijo a los discípulos que “fueran al otro lado”, quiso decir lo que dijo. Cuando se desencadenó la tormenta, pensaron que la atravesarían por “debajo”, pero el Señor les había dicho que la pasarían “por encima”, y Su ojo file estuvo sobre ellos en su angustia. Esperamos tiempos asombrosos, sorprendentes y temibles, pero Dios es nuestro refugio en nuestro tiempo de conflicto.

 

Tu doctrina de “no pasar por nada de esto” será sacudida muy rápidamente, tal y como sucedió en Rusia y en China y en otros lugares de la tierra, cuando gran tribulación se asentó en esas tierras.

 

Y tu doctrina de “pasar por todo esto” será trasladada a un lugar de permanencia en Cristo, o de otro modo tu doctrina se levantará para cazarte en ese Día.

 

Dios quiere que Su pueblo tenga la misma seguridad, la misma confianza, la misma fe que tuvo el buen rey Josafat cuando el pueblo de Dios era hostigado por enemigos mucho más numerosos y poderosos que ellos. Escucha su oración: “¡Oh Dios nuestro!, ¿No los juzgarás Tú? Porque en nosotros no hay fuerza contra tan grande multitud que viene contra nosotros; no sabemos qué hacer Y A TI VOLVEMOS NUESTROS OJOS”. (2ª Cron. 20:12). Dios les mostró claramente qué hacer. ¡La batalla era del SEÑOR!  ¡Lo único que tenían que hacer era bajar y observar la batalla!  ¡No tenían que luchar! ¡Sólo cantar cánticos de triunfo y de confianza en su Dios, al expulsar Él a sus enemigos!

 

No tengamos temor de buscar la misma gloria que Jesús tuvo cuando estaba aquí. ¡Se marchó para que pudiéramos participar de ella! PERO TEMAMOS, MÁS BIEN, QUE DESPRECIEMOS ESTA GLORIA Y ESTA CONFIANZA EN LA QUE DIOS QUIERE INTRODUCIRNOS, PARA SEGUIR POR NUESTROS CAMINOS REBELDES, BUSCANDO EMANAR NUESTRA PROPIA GLORIA. PORQUE ESTO HAREMOS INEVITABLEMENTE SI NO ESTAMOS RECIBIENDO LAS RIQUEZAS DEL CIELO Y SI NO LAS IMPARTIMOS A SU PUEBLO. Jesús dijo, “ÉL (el Espíritu Santo) ME GLORIFICARÁ”. ¿Cómo?  “TOMARÁ DE LO MÍO Y OS LO HARÁ SABER.” (Juan 16:14-15).

 

SI FALLAMOS EN LLEGAR A ESTO, ESTAMOS ROBÁNDONOS A NOSOTROS MISMOS. Y AÚN PEOR QUE ESTO, ¡ESTAMOS ROBANDO A CRISTO DE SU GLORIA!

 

Capítulo 12 – ¡Rasga los Cielos, Oh Señor, y desciende!

 


Gloria en Lugar de ceniza Parte IV – Reacción en cadena en los ámbitos del Espíritu – George H. Warnock

 

CAPÍTULO 12 -- ¡RASGA LOS CIELOS, OH SEÑOR, Y DESCIENDE!

 

Este era el clamor del corazón del profeta Isaías en un momento de gran angustia en Israel; y es el clamor del corazón del pueblo de Dios hoy, del pueblo sensible al corazón de Dios. Encuentro de mucho ánimo saber que los profetas de Dios se están moviendo en los vientos de Su Espíritu—no solo cuando pronuncian profecías grandes y gloriosas, sino cuando lloran y lamentan con gran angustia en el corazón. En cualquier caso, era el corazón de Dios lo que estaba siendo movido y roto por causa de la necesidad de su pueblo, y los profetas simplemente expresaban la carga del corazón de Dios.

 

¡Las necesidades son tan grandes, Señor! ¡Los problemas son tan severos! ¡Tu pueblo se halla en gran angustia! ¡Tu Santo y glorioso Nombre es blasfemado entre las Naciones! Antes descendiste ante los ojos de los hombres e hiciste cosas grandes y maravillosas— ¡incluso cuando no las esperábamos! ¡Pero Señor, las necesidades son mayores ahora de lo que jamás han sido antes! ¡Tus ciudades santas están desiertas! ¡Nuestra casa preciosa en la que adoraron nuestros Padres está quemada a fuego! ¡Todas las cosas agradables son ahora un montón de escombros! ¡Sión es un desierto asolado! ¿Cómo puedes estar en silencio, Oh Señor, cuando Tú sabes que Tu pueblo se halla en gran angustia y aflicción?

 

La respuesta de Dios es la misma hoy que lo fue a Isaías. Dios dice: “Todavía tengo cosas invisibles y preciosas que voy a revelar y dar a conocer. Todavía no he agotado toda Mi sabiduría y Mis riquezas. Tengo pensamientos en Mi corazón que ningún hombre ha imaginado jamás. Y TENGO GRANDES COSAS PREPARADAS PARA LOS QUE ESPERAN EN MÍ.”

 

“Ni nunca oyeron, ni oídos percibieron

ni ojo ha visto a Dios fuera de ti,

que hiciese por el que en Él espera.”

(Isaías 64:4).

 

Cuando el Cielo toca la Tierra

 

“Oh, que nuestro Dios rasgara los Cielos,”

Así clamamos con el profeta de antaño...

“Que las montañas se derritan, las colinas se disuelvan,

Y des a conocer Tu Nombre a los hombres.

Cuando nuestros recursos se acaben y nuestra fuerza sea poca

Y pacientemente hagamos Su voluntad,

Y Le demos nuestro todo, y cancelemos nuestros planes

Y pongamos todo ante Él.

Cuando lleguemos al final de nuestros propios recursos,

Y hayamos aprendido a esperar y a estar quietos,

Él ha ido por delante y nos encontrará ahí,

Y cuando el Cielo toque la tierra.

Porque ojo no ha visto ni oído ha oído

Las maravillas que Él hará,

En vasos que son preparados por Dios

Y que han aprendido a esperar en Él.

 

Pero esperando en Dios, nunca supongamos

Que es sentarse en ociosidad;

Porque todo el tiempo que esperamos en Él,

Debemos fielmente hacer lo que Él dice...

Trabajando en las labores insignificantes,

En la tienda, o en el molino,

O recogiendo fruto de los sicómoros,

O caminando detrás del arado,

O predicando a multitudes en los foros de la tierra

Y viajando a lo largo y ancho,

O sentados en casa, sin palabras qué decir,

Mudos—cuando Él dice que estemos quietos.

Todo el tiempo hago Su voluntad,

Espero que Dios obre.

Y quiero estar ahí, en el camino de Dios,

Cuando el Cielo se acerque a la tierra.

 

Pensaba que mi parte era hacer grandes cosas,

Mucho menos estar ante Su Trono, desecho.

Pero ahora he aprendido que mi parte es esperar,

Convertirme en Su hechura.

Y mientras espero, confío estar aprendiendo

Que Sus caminos no son los míos, son los mejores;

Que Sus caminos y mis caminos son uno y el mismo,

Cuando aprendo a entrar en Su reposo.

Que Su parte es mi parte, y Su carga la mía,

Cuando camino en yugo con Él.

Así, trabajar para Dios no es ya más mi búsqueda

Sino trabajar junto con Él.

Ya no puedo decir por más tiempo, “He hecho mi parte,

Ahora, intervén Tú y haz la tuya.”

Sino permanecer en Él como el pámpano en la Vid,

El fruto completamente suyo.

 

Y así, hombres de todos los tiempos que caminaron por la fe,

Fueron hombres que esperaron en Dios.

Y al esperar, hicieron lo que Él dijo,

En paciencia, longanimidad y prueba.

Morando en cavernas y agujeros de la tierra.

Rehusando marchar y quedar libres—

 

Prefiriendo morir por la llama o por la espada,

Que tener la aprobación de los hombres.

Y al caminar en los caminos del Señor

Anhelaron con gran deseo el día

En que Dios bajaría y los montes se derretirían,

Al responder los Cielos a los hombres.

 

Así ahora he aprendido que caminar por la fe

Es caminar con Dios por Su camino;

Que hacer Su voluntad es todo lo que Él pide,

Y dejarle todos los planes a Él,

Sea pastorear a las ovejas,

Sobre las desnudas pendientes de Horeb,

O cuidar a los niños con amoroso cuidado,

Y lavar los platos y los cacharros,

O recoger fruto de los sicómoros,

Como Amós, el profeta de antaño.

O clavar los clavos, o doblar el metal,

O caminar detrás del arado,

O llenar mis días con obras sin significado

En la tienda, o en la cadena de montaje...

Si es que ésa es Su voluntad, aprender a servir,

En fidelidad, honor y confianza—

Entonces esto es lo que debo hacer, y ser fiel y verdadero,

Si espero oír Su, “¡Bien hecho!”

 

Si me corro al frente, cuando Dios dice que me ponga en pie,

Si construyo cuando Dios dice que destruya,

Si busco agrandar, cuando dice “Mengua”

O correr cuando Dios dice que me esté quieto;

Si quiero expandir porque las necesidades son tan grandes,

Cuando Dios quiere mantenerme pequeño—

Porque Él busca refinar el hierro que yo traigo,

Hasta que no quede nada más que el oro—

Y me horrorizo ante los estragos que veo,

Sin que quede nada, escasamente las cenizas—

Entonces Él es tan fiel en mostrarme Su Palabra,

Y en susurrarme seguridad tan clara:

“Tus pensamientos no son Míos y Mis caminos no son tuyos,

Mira la gran obra que Yo hago,

Cuando los hombres sueltan su fortaleza y Yo los revisto de la Mía,

Y ellos caminan por un camino que es nuevo.”

 

Entonces la Palabra se hace real al establecerse en el interior,

Y el conocimiento da lugar a la Verdad,

Y la esperanza se levanta con frescura desde las cenizas de la desesperación,

Cuando yo se lo que el Alfarero haría.

Me habla de José y como fue entrenado en celda de prisión, solo y desnudo,

Para sentarse en un trono y ministrar pan

A un pueblo que vivía en desesperación.

Él me recuerda de Moisés y la visión que tuvo,

Como su fracaso se convirtió en fuerza,

Como caminando con Dios se hizo manso y humilde,

Aprobado en el Horno del Tiempo.

Cómo Su encuentro con Dios había sido completamente preparado

En los secretos consejos del Cielo.

Y como Dios recordaba el clamor del esclavo,

Al hablar desde la zarza ardiente.

 

 

Oh, como intentaríamos que el Cielo respondiera

A nuestras necesidades, a nuestras necesidades, a nuestros infortunios;

Y planeamos y confabulamos y promocionamos,

Como Jacob, un hombre lleno de astucia.

Sin embargo le anhelamos, y Él espera pacientemente

Hasta que lleguemos al final del camino,

Y todos nuestros amores y nuestros tesoros y ganados

Hayan sido llevados más allá del vado.

Y estamos completamente solos en la oscuridad de la noche,

Para ser golpeados y dejados inválidos de Dios:

Para no más caminar en la sabiduría de los hombres,

No más obtener sino dar—

Porque he aquí un hombre escogido de Dios

Desde el nacimiento, pero corrupto;

Y Dios le cambiaría ahora y le haría de nuevo,

Al desafilarle en Peniel.

 

Una y otra vez fueron movidos los cielos

A responder a los clamores de la tierra

Vino a reprobar y vino a bendecir

Y a sacudir los corazones de los hombres

Vino a traer convicción a la pareja que pecó

Y se escondía tras los árboles,

E hizo expiación por ellos por la sangre derramada,

Y les vistió con abrigos de pieles,

Bajo a Babel para tratar con la multitud

Que edificaba la Ciudad y la Torre.

Y cuando Abraham subía por las pendientes de Moria,

Para devolver su hijo a Dios

Dios ya estaba allí esperándole

Para recompensar su paciencia y su fe

Se apareció a Moisés en un arbusto en el desierto

Y a Josué como capitán fuerte

Vino a Samuel cuando era un niñito,

Y se quedó a los pies de su cama,

Para darse a conocer a un hombre escogido

Que nutriría al pueblo de Dios

Pero vino de nuevo en el cumplimiento del tiempo,

A un mundo en las tinieblas del pecado

Para mostrar una gran luz, para ser una Gran Luz

Que alumbraría los corazones de los hombres

La tierra no tembló ni tampoco los cielos

Al yacer en una cuna de heno

Pero cuando Jesús nuestro Señor colgaba en la colina del Calvario

Para hacer expiación por los pecados de los hombres,

Las últimas palabras que habló hicieron temblar a la tierra,

Y los cielos oscurecieron su rostro.

“Consumado es” clamó Él, y así murió,

Con la obra de nuestra redención completa.

Después de tres días se levantó de entre los muertos,

Y las esperanzas de Su pueblo revivieron.

“¿Te quedarás para ser Rey?” Es lo que ellos querían,

Al brotar vida de sus sueños rotos—

¡Pero No! Debe ir al trono celestial,

Y desde ahí debe gobernar y reinar

Hasta que la tierra sea sometida, y los cielos sean purgados,

Y Él disperse a los reinos de los hombres.

 

Así, Él reina ahí ahora, no desde templo o torno,

Que los hombres hayan levantado en la tierra,

Sino desde el cielo mismo, con poder y con amor

Para transformar los corazones de los hombres

Para ministrar gracia por el Espíritu de Verdad,

Por medio de hombres en la tierra, que son verdaderos

Y que caminan con Él, y permanecen en la Vid,

Para que sus palabras puedan ser de Él, no de ellos,

Para dar a luz a una nueva raza, por medio de la misericordia y de la gracia,

Para engendrar a su propia naturaleza en la tierra.

Y Él viene de nuevo, y para esto debemos esperar

Hasta que Su obra en el trono sea completa.

Él viene a por una Iglesia que es limpiada y hecha pura,

Por una Esposa-adornada y hecha limpia;

Cuando el precioso fruto de la tierra esté maduro,

Y los abrojos estén listos para ser quemados...

Para recoger la cosecha que Él ha esperado,

Y pisar las uvas de Su ira.

 

“No temáis, manada pequeña” es la Palabra que Él habla

A los que sufran con Él,

Que salen del campamento para caminar junto a Él,

Rechazados y odiados de los hombres

Una vez más  como antaño, los prisioneros gimen,

Y la creación todavía anhela ser liberada,

Y Dios está preparando a un pueblo de Verdad,

Humilde y manos como Él,

Para ministrar vida al caminar ellos en la tierra,

Al escuchar ellos una Palabra pura desde el trono—

Para crear una nueva nación, una nueva generación,

Unidos por un Espíritu a Él...

Para enviar una gran luz que alumbrará a la tierra,

Al caminar en los zapatos de paz.

 

Cuando Dios hablaba en la tierra, el viejo Sinaí crujía,

En medio de los truenos, el fuego, y el humo,

Cuando hablaba desde la Cruz, la tierra de nuevo temblaba,

Y la oscuridad cubría la tierra...

Una vez más todavía, dijo el Señor, Su voz saldrá,

No hablando desde la tierra, sino desde el cielo,

Para que las cosas que son conmovibles sean quitadas

Con terremotos y fuertes temblores celestiales,

Para que los reinos de los hombres puedan llegar a su fin,

Y los cielos se desenrollen como un rollo;

Porque Él viene de nuevo en un caballo blanco de poder,

No cabalgando sobre el asno con su cría;

Todavía humilde y bajo, pero fuerte y poderoso,

Porque el León de Judá es el Cordero.

Que la tierra una vez destruida por agua e inundación,

Pudiera entonces ser destruida por fuego,

Al derretirse los elementos y disolverse los cielos,

Consumidos por el aliento de Su boca;

Y Un nuevo mundo dado a luz desde las cenizas de lo viejo,

Santo, justo y puro.

 

Ojo no ha visto ni oído no ha oído

Lo que Dios ha preparado para Aquel cuyo corazón se ha aquietado para esperar en Dios, cuando la luz del camino se vuelva tenue;

Cuando los clamores por el cielo y la tierra se encuentren,

Y para que las montañas y las colinas fluyan,

Y se siente tan seguro de que el tiempo es maduro

Para que Dios baje y muestre

Su poder y su fuerza, y desnude Su brazo

A un pueblo oprimido y hecho humilde.

“Lo has hecho antes, hazlo otra vez, por favor”.

Ese es el clamor de un corazón que sangra,

“¿Por qué esperas, cuando la necesidad es tan grande?

¿Por qué tardas tanto?”

 

Pero los llantos y las oraciones del alma angustiada

Todos ellos están guardados en los viales del Cielo,

Preservados para el día que Él ha preparado,

Para darse a conocer a los hombres;

Cuando los vasos de barro que Le han esperado

Se levanten en la fortaleza de su Señor,

Y salgan en el esplendor y en el poder de Su Nombre,

Y vestidos con la armadura de Dios;

Con el yelmo de la salvación sobre su cabeza,

Los lomos ceñidos con la Verdad,

Guardando sus corazones con una coraza pura,

Y llevando el escudo de la fe;

 

Con pies hermosos, preparados del Señor,

Con las zapatos del Evangelio de la Paz,

Y con la espada de dos filos que sale de sus bocas,

Con una Palabra que perfora y que consume.

Porque los corazones de los hombres son solo cambiados

Cuando el Maestro interviene,

Y los cielos responden a los clamores de la tierra,

Y sus siervos han aprendido a estar quietos. &

 

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